miércoles, 3 de noviembre de 2010

Dos cuestiones a tener en cuenta: el olvido por muchos de la historia de la Iglesia católica y la ridícula excusa de la que se agarra el CiU.

Papa Benedicto XVI
La desmemoria daña el presente y el futuro; principalmente en aquellos que la férrea creencia los conlleva al abismo del olvido de los acontecimientos históricos que rodean a la creación y desarrollo de la iglesia católica. Pero cabe hacer una pequeña y rápida reflexión y recuento.

El cristianismo, tendencia primeramente dirigida a aliviar las penas y pesares de las masas de esclavos y pobres, surge en momentos de declive del imperio romano del siglo I al III; aunque perseguida hasta el año 313, cuando el Emperador romano Constantino lo legaliza para convertirla poco después en su iglesia.

En el año 325 se reunieron por primera vez todos los Obispos cristianos del mundo, Concilio de Nicea, convocados por Constantino y en dicha cita se establece el credo niceo vigente en las iglesias presentes.

Los poderes y favores dados a esta iglesia por el Emperador romano revirtió la situación de los seguidores de la misma, quienes habían sido perseguidos y tratados con desprecio, ahora era el cristianismo quien devolvía el golpe, asumiendo con poder “divino” la orden de castigo contra otras religiones, principalmente la pagana, quemando templos, robando tesoros y torturando hasta la muerte a sacerdotes.

En el siglo V el Obispo de Roma pasa a ser el Papa de la Iglesia, aunque es San Pedro el considerado como el primero a ocupar tal puesto en los años 42 al 67. La iglesia romana, en el siglo IX, se le denomina Católica Apostólica Romana y logra extender su poderío con Alejandro Magno.

La Iglesia Católica fue un artífice que tomó como excusa el levantamiento del estandarte de cristianizar y salvar las tierras santas de Jerusalén con la ejecución de las Cruzadas, las cuales fueron ocho en total desde 1096 hasta 1270; aunque realmente sus objetivos se sentaban en intereses comerciales, especialmente de las repúblicas marítimas de Italia, que deseaban extender el dominio de las especulaciones mercantiles por los pueblos del Oriente y frenar la invasión turca que amenazaba a Constantinopla.

Los cruzados tomaron votos y lograron la penitencia por sus pecados
A pesar de que las cruzadas fueron todas un fracaso, el Papa Gregorius Decimus (1271-1276) exhortó a llevarse a cabo otra más en el Concilio de Lyón; aunque realmente nunca se realizó a pesar de sus preparativos.

A estas cruzadas se unieron personas de todo embalaje sin escrúpulos, con ansias de riquezas, aventuras y desmanes bajo la aprobación de los papados y la Iglesia Católica. En estas contiendas se extendió la tortura, el asesinato, la violación, el robo y la justificación de invasión a otras tierras.

En 1252, con el Papa Inocencio V, nació la Santa Inquisición, la cual con cualquier pretexto llevó a la hoguera a miles de seres humanos, entre niños, mujeres, hombres y ancianos, sembrando como método de justicia la tortura para adquirir confesiones de los llamados “infieles y perdidos” de la fe cristiana.

En el siglo XV la iglesia llegó a las Américas con Cristóbal Colón para “cristianizar” a los nativos; aunque los más rebeldes a convertirse en esclavos terminaron en la hoguera como ejemplos para quienes se rebelaban contra el nuevo poder de la conquista hispánica. También fue ciega a la esclavización y a la exportación de seres humanos desde el África con dicho fin; como justificó el castigo deshumanizante para mantener la servidumbre.

La iglesia tomó parte en la conquista de las Américas
No por menos, la Iglesia en su función general, ha sido un instrumento de opresión al servicio de los sectores de poder, con falaces cantos de esperanzas para los millones de desfavorecidos que concurrieron a ella, pero que no encontraron otra respuesta que seguir haciendo plegarias para recibir un perdón “divino” que los dejó en el abandono.

La Iglesia nunca le dio cultura a ningún pueblo, sino ignorancia y resignación humillante a la opresión. Este comportamiento de la iglesia fue lo llevó al filósofo Carl Marx a certificar que la Iglesia era el opio de los pueblos.

¿Ya se han olvidado que la iglesia católica fue un cómplice que apoyó a varios regímenes en todo el planeta, como los de Europa desde los años 20 hasta los 40 (Alemania con Hitler, Italia con Mussolini y España con Franco, así como de la dictadura portuguesa de la época)?
Papa Pio XII firmando el acuerdo entre el vaticano y los nazis donde se legitimizaba a Hitler y su gobierno.

Sacerdotes haciendo el saludo nazi
¿Ya se han olvidado que la Iglesia católica fue cómplice de varias dictaduras en Latinoamérica, como la de Augusto Pinochet, Anastasio Somoza, Fulgencio Batista (bautizando su golpe de estado en 1952) y otras más; como jugó un papel reaccionario en la caída de Perón en 1955 (Argentina), sosteniendo golpes de estados posteriores en la región?


Pinochet con Juan Pablo II
No se puede negar que muchos misioneros de esta iglesia no han sido partícipes de contubernios políticos denigrantes por dictaduras, abogando más por una conducta austera, de caridad y solidaria; pero esos son sólo unas pocas personas dentro de una institución de reconocida historia a favor de los poderosos y oscura posición de por siglos.

Hoy en día salen a la calle los desmanes de pederastia cometidos en diferentes confines, principalmente en Europa. Pero para colmo, el cabeza del Vaticano fue miembro de juventudes fascistas de la Alemania nazi.

España será objeto de visita del Papa número 265, Benedicto XVI (José Ratzinger), en los próximos días de este mes de noviembre, quien viene, además de las actividades eclesiásticas, a generar un gasto público de más de medio millón de euros, de ellos más de 360 mil en Barcelona.

Debido a las críticas de algunos sectores sociales y políticos, realizadas por la aprobación de tales gastos debido a la visita del Santo Pontífice, cuando se está en época de crisis (con más de 4 millones de parados), el secretario general de CiU (Convergencia i Uniò), Josep Antoni Duran Lleida, en una arrancada de defensa justifica los fondos destinados a esta ocasión bajo la excusa de que se trata de un Jefe de Estado.

Pero el señor Josep Antoni omite que el Vaticano, como estado reconocido internacionalmente, tiene bajo su posesión inmensas riquezas que no dispone para mejorar este mundo que lleva tanta desigualdad de por siglos (por culpa de las ansias de poder y riquezas), sino que es para afianzar su poderío eclesiástico, económico y político sobre otras denominaciones. Los lujos derrochados por el papado se muestran mucho más en cada ocasión de la actual problemática mundial: la crisis que enfrentan los pobres.

Por lo tanto, es evidente preguntarse que si el Pontífice viene en condición de Jefe de Estado, ¿Qué hace oficiando misas en Barcelona (en La Sagrada Familia) y en Santiago de Compostela? Debería más bien centrarse en reuniones de estado, en preocuparse por encontrar cordura a tanta inclinación xenófoba y discriminatoria por el desalojo de gitanos en países de Europa y latinos en los Estados Unidos. Debería centrarse en propuestas que acudan a medidas más favorecidas hacia los más desprovistos y que sean menos asistidas a los que poseen mayores capitales. Debería centrarse en convencer a Mariano Rajoy (del Partido Popular) referente a que mayores recortes sociales, más privatizaciones y más concentración de su partido en la discriminación de quienes prefieren determinada inclinación sexual, no es “el pollo del arroz con pollo” para apalear la crisis en España. El Papa debería venir a convencer al gobierno actual de que la Reforma Laboral aprobada no crea empleo, ni mejora las condiciones laborales de los empleados, sino que les despoja de vitales derechos frente a los empresarios.

No todos los Jefes de Estados que visitan a España son beneficiados con tal gasto público para oficializar discursos al pueblo español y con la misma repercusión que tendrá Benedicto XVI. No fue así ni con Hugo Chávez ni con Evo Morales. Pero mucho menos estos dos mandatarios tuvieron una décima parte de la gran cobertura que le asistirá al Pontífice. ¿Quién hará más manejo político de este asunto?

Por lo tanto, si viene oficiando misas, no es como Jefe de Estado y lo más correcto es que sea el propio Vaticano quien asuma sus gastos de oficio y así dará alguna muestra de humildad con una sociedad que enfrenta una situación desconsolada para crear empleos.

Duran Lleida sabe que ese laicismo a la que hace referencia no es un instrumento de la izquierda para ejercer las críticas a los gastos aprobados, sino una reflexión mesurada y madura de lo que significa para la sociedad catalana, en estos tiempos, despojarse de estos fondos que no tendrán ninguna repercusión en beneficios sociales, a no ser aquellos logrados por especuladores y privados aprovechándose de los incautos.

En mi particular, no soy creyente de religiones pero tampoco intento que se borren estas inclinaciones que son elementos culturales que lleva el hombre, desafortunadamente, de por siglos; pero sí veo una inevitable reflexión que ponga cada punto sobre las íes necesarias de este asunto.

3 comentarios:

  1. Conoces, Gustavo, la realidad política catalana mejor que muchísimos otros residentes en Cataluña, por no hablar del resto del Estado español.

    Tu capacidad de síntesis y tu exposición condensada de la historia de la Iglesia Católica no tienen desperdicio.

    Tengo claro que se puede ser católico/a romano/a sin dejar de adoptar una crítica firme de dogmas y decisiones pontificales que carecen de un fuerte asidero.

    Ya veremos si Falsimedia da justa y suficiente cobertura a las protestas barcelonesas contra la visita de Herr Nazinger.

    ¡Salud, compay!

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  2. Rafael: como se ha visto en ambas misas (Santiago de Compostela y Barcelona), el Papa no ha logrado concentrar tantos fieles como se suponía, muestra del despertar de muchos, desconfianza de otros y desarraigos culturales religiosos de nuevas generaciones por no encontrar las respuestas concretas de esta iglesia a las adversidades que enfrenta el hombre.
    A todo esto súmale el directo ataque ejercido por el propio Papa sin habarse bajado del avión al apuntillar que existe en España un laicismo agresivo...¿Pero aun pretende que se siga con la venda en los ojos y se camine como ciervos, sin cuestionar nada? Yo más bien diría que debería estar contento de que aún a estas alturas del desarrollo científico vayan a verlos unos pocos miles de fanáticos, incautos y fieles.
    A mi parecer, esa fue otra muestra de total carencia de humildad de este personaje patriarcal.

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  3. ¡Qué buen artículo, Gustavo! Y qué buenos comentarios. No te olvido, Gustavo. No soy otra cosa, que una memoria viva.

    Y totalmente de acuerdo con Rafael Ángel, se puede ser de todo, menos desmemoriado. Y un cristiano no se rige por las normas pontificias, sino por su propia conciencia humana ¿Se pude ser cristiano sin ser humano? Creo que no, y ahí está encerrado todo mi credo.

    No te olvido, Gustavo, ni me olvido..., aunque no dé señales.

    Abrazos,
    Alicia

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