jueves, 8 de noviembre de 2012

'La soberbia del imperio'




El reclamo universal a favor del levantamiento incondicional del bloqueo económico, financiero y comercial de Estados Unidos contra Cuba concita el apoyo abrumador de la opinión pública internacional como se expresa en las sucesivas votaciones de la resolución que año tras año presenta el gobierno cubano en la Asamblea General de las Naciones Unidas, demandando el fin del cerco impuesto por Washington contra la pequeña isla de Cuba.

El informe cubano titulado 'Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba', señala que el daño económico directo al pueblo cubano acumulado hasta diciembre de 2011, a precios corrientes, calculados de forma conservadora, asciende a una cifra que supera los 108 mil millones de dólares norteamericanos. Considerando la depreciación actual del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional, ese monto ascendería a 1,066 billones de dólares de los Estados Unidos. 

Esas cifras se refieren sólo a los daños y perjuicios económicos ocasionados a la economía y al pueblo cubano, a lo que habría que añadir los graves daños humanos y morales provocados por las agresiones y actos terroristas organizados, financiados y dirigidos desde territorio norteamericano con el consentimiento de las autoridades de ese país y el involucramiento de agencias e instituciones oficiales norteamericanas como lo prueban los propios documentos desclasificados en Estados Unidos.

Las afectaciones de esta política inhumana, calificada en su día como "éticamente inaceptable" por el propio Papa Juan Pablo II alcanzan a todas las esferas de la vida y la sociedad cubana, pero solo me referiré en esta ocasión a los daños más recientes ocasionados en el sector de la salud pública. Entre mayo de 2011 y abril de 2012 los perjuicios a este sector se calculan en alrededor de 10 millones de dólares, como consecuencia del alejamiento de los mercados y el incremento de precios de importación de material gastable e instrumental de uso médico, así como medicamentos, reactivos, piezas de repuestos y equipos que Cuba no puede adquirir en el mercado norteamericano.

Con datos irrefutables expongo este ejemplo: En el servicio de cirugía cardiovascular del hospital infantil William Soler, de La Habana, se atienden anualmente entre 100 y 110 niños menores de un año que, en más de un 90% requieren intervención nutricional parenteral para poder ser sometidos a una intervención quirúrgica y lograr un mejor pronóstico. Debido al Bloqueo, Cuba no tiene acceso a estos suplementos alimenticios por ser producidos en los Estados Unidos. Ello ha provocado la muerte de niños que hoy estuvieran vivos si durante su período de lactantes hubieran recibido la mencionada alimentación parenteral óptima.

Como se ha denunciado en ocasiones anteriores, a Cuba se le continúa negando la compra de citostáticos novedosos de producción norteamericana específicos para determinadas enfermedades, de igual forma se les niega el acceso a la literatura médica, a sitios de Internet creados para facilitar el libre intercambio de información y software imprescindibles para el trabajo de modelación y simulación científicas, que permiten la visualización de sistemas avanzados de procesamiento de imágenes para el diagnóstico de enfermedades. El bloqueo es una política unilateral, con efectos extraterritoriales que lesiona la soberanía de terceros y que también es rechazada por importantes sectores en los propios Estados Unidos que reclaman al gobierno de ese país un cambio en el trato hacia Cuba.

El presidente Obama, sin embargo, continúa actuando como rehén de los grupos radicales minoritarios de origen cubano con asiento en la Florida que presionan por el mantenimiento de esta política. En septiembre del 2011 prorrogó la Ley de Comercio con el Enemigo (Trading with the Enemy Act), que no sólo sustenta la aplicación de las extremas medidas del bloqueo, sino que fundamenta su autoridad para imponer las restantes leyes y disposiciones complementarias. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés), impuso durante este período la multa más alta de la historia a un banco extranjero por mantener relaciones comerciales con Cuba; es el caso del banco holandés ING que ha sido obligado a pagar 619 millones de dólares por realizar transacciones financieras con la isla.

Cuba tendrá una vez más el aplastante apoyo de la comunidad internacional frente a la soberbia de la administración norteamericana que ignora y desprecia el justo reclamo de poner fin a una política cruel y obsoleta que lesiona los derechos humanos del pueblo cubano y constituye el principal obstáculo para su desarrollo.

Alejandro González Galiano
Embajador de Cuba en España.

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