miércoles, 20 de marzo de 2013

Estados Unidos pretende olvidar sus derrotas


Tomado de Granma.
Por DALIA GONZÁLEZ DELGADO

Cuando Obama llegue este miércoles a Israel, se estarán cumpliendo diez años de la invasión a Iraq. Durante la visita, el mandatario seguramente lanzará amenazas contra Irán y coordinará nuevas estrategias para intervenir en Siria. Al parecer, una década de desprestigio y dos guerras perdidas no han sido suficientes para que Estados Unidos aprenda la lección.


Habrá que darle la razón a Lawrence Wilkerson —jefe de personal del que fuera secretario de Estado durante la agresión, Colin Powel—, quien dijo que "Estados Unidos de América se ha convertido en Estados Unidos de Amnesia". 

Pero la historia no los dejará olvidar los 4 500 estadounidenses y alrededor de 120 mil iraquíes muertos. Aunque esas son las cifras oficiales, otras investigaciones van más allá y aseguran que el número de fallecidos es de un millón. 

Si bien la violencia ha disminuido con respecto a años anteriores, Iraq sigue siendo objeto de explosiones y atentados que solo en el mes de febrero cobraron la vida a 220 personas, según un balance de AFP. 

¿Cómo puede un país salir adelante si los ocupantes destruyeron casi toda su infraestructura? "En el 2003 Bush solicitó 20 mil millones de dólares para la reconstrucción. Pero Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz —entonces secretario y subsecretario de Defensa, respectivamente— respondieron que tal vez era demasiado, porque con su petróleo Iraq podría reconstruir el país por sí mismo", relató a Russia Today John Gannon, ex director adjunto de la CIA.

Sin embargo, aquella cifra ya fue superada. ¿Y quién paga las cuentas de la guerra? Mientras el complejo militar industrial hace de ellas un negocio, los contribuyentes norteamericanos han erogado 800 mil millones de dólares por la invasión a Iraq, en un momento de déficit presupuestario y recortes a los programas sociales. 

"Toda retórica a un lado, invadimos un país por error", afirmó James Dobbins, director del centro de seguridad internacional y política de defensa de la Rand Corporation, un centro de análisis en Washington DC. 

Quizás una consecuencia positiva de las incursiones en Iraq y Afganistán —si está permitido usar ese adjetivo para referirse a un conflicto bélico— fue que mostraron los límites del poder militar norteamericano. 

"Estados Unidos fue seriamente derrotado en Iraq", aseguró durante una entrevista reciente Noam Chomsky. Podían bombardear y matar a insurgentes, pero no enfrentarse a medio millón de personas que se manifestaban por las calles. "Paso a paso, Iraq fue desmantelando los controles establecidos por las fuerzas ocupantes", añade el intelectual norteamericano. 

"Las políticas estadounidenses se han mantenido constantes y se remontan a la II Guerra Mundial. Pero su capacidad para llevarlas a la práctica está reduciéndose", concluye Chomsky. 



Estados Unidos vive esta efeméride con nuevas aventuras militares en el horizonte. ¿Cómo pueden tropezar repetidamente con la misma piedra? Son conscientes de su pérdida de hegemonía y un león es más peligroso cuando está herido. Renunciar a las guerras significaría renunciar a su esencia misma de potencia imperial, intervencionista y expansionista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...