miércoles, 13 de marzo de 2013

Yoani Sánche:La gira de la alcancía


La cacho-e-mercenaria de Yoani Sánchez ya tiene un apple en la mano ¿Pagado con salario de la SIP, de El País, de los donativos de la SINA o de la compra-venta de premios?

Tomado del Blod de Yohandry.
Por Juan Fernández López

De la mediocridad e inmerecidas premiaciones estábamos convencidos. Del reclutamiento en Europa con los auspicios de los servicios especiales de Estados Unidos, los tiempos nos han dado argumentos. El plan de convertirla en la nueva imagen de la contrarrevolución con fachada de indefensa cibernauta, se confirmó en los cifrados de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana filtrados en Wikileaks.

Poco a poco nos fueron persuadiendo que detrás de aquella muchacha de piel blanca aclarada por los fuertes inviernos europeos y la dudosa fortuna de su vida virtual, no solo había un ambicioso proyecto enemigo, una sofisticada plataforma informática sustentada desde varios países de América y el viejo continente, una conexión entre mafias, agencias de inteligencia, diplomáticos acreditados en la capital cubana, oficiales encubiertos con credenciales de corresponsales extranjeros o visas turísticas y transnacionales que dominan el ciberespacio y el monopolio global de los medios de comunicación.

Washington y sus más activos aliados en el intento de derrocar la Revolución no escatiman dólares, euros, recursos ni planes. Por ello no es extraño que de repente una persona, sin talento ni obra, sea lanzada al estrellato y cuanta página genera se traduce al instante a decena de idiomas y miles de dólares, lo que no ocurre ni con los discursos de los presidentes de Estados Unidos o reconocidos escritores premios Nobel. Solo por concepto de “premios” la han abastecido con más de medio millón de dólares, según cálculos conservadores.

Las imágenes y las denuncias de patriotas que defendieron al país penetrando las entrañas del mercenarismo nos alertaron hace menos de un año de las excelentes relaciones y grado de identificación de la mercenaria Yoanis Sánchez con sus amos. No se pierde un almuerzo, una cena, reunión conspirativa, de abastecimiento, repartición o cuanta iniciativa en residencias diplomáticas sirva para llenar la alcancía.

Más preparada para buscar dinero que noticias, sin ser periodista ni escritora, a Yoani le han caído del cielo en los últimos tiempos no solo miles de dólares fáciles, sino responsabilidades y cargos tan “inesperados” para ella como los premios prefabricados por las sucursales y aliados internacionales de la USAID.

¿Quiénes son los patrocinadores? ¿Qué pretenden y cómo lo hacen? Solo en el 2012, Yoani recibió dos nombramientos en cargos imprevistos: Corresponsal del cada vez más pro nortemericano diario El País, de España; y Vicepresidenta regional de la fascistoide Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) para Cuba. Por esta última botella cobra mensualmente 6 mil dólares, a los que se suman los más de 20 mil euros que le hacen llegar desde Madrid todos los años -pese a los cuestionamientos entre directivos a la profesionalidad de la ciberempleada del grupo Prisa- y la abultada cifra que se rumora en medios de prensa brasileños recibe del periódico “O Estado Sao Paulo”.

Detrás de las decenas de premios que insisten en convertirla de mercenaria en millonaria, emergen también nombres de instituciones que estuvieron detrás de las acciones encubiertas de Alan Gross e incluso una connotada organización terrorista.

El 2009 fue realmente revelador en ese sentido. La Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD), artífice de varios proyectos subversivos anticubanos también relacionada con el contratista norteamericano sancionado en Cuba, le concedió el Premio “Héroes del Hemisferio”; la revista Foreign Policy, editada por la ultrarreaccionaria Carnegie Endowment for International Peace, la seleccionó entre “los 10 intelectuales más influyentes de Iberoamérica”, y para cerrar con broche de oro, en noviembre de ese año, recibió el galardón “Héroes de la Libertad” del Consejo para la Libertad de Cuba, organización terrorista que se conformó con lo peor del ala militar de la Fundación Nacional Cubanoamericana, que dirigió y financió los atentados con bombas contra instalaciones turísticas cubanas en los años 90. Realmente “emocionante y honroso”, recibir tal galardón.

No es casual ni extraño que a esos patrocinadores se hayan sumado la Revista Time y la CNN de EE.UU., la Deutsche Welle (radio y televisión alemanas); el Centro de Estudios Políticos (CEPOS) de Dinamarca, o la Fundación Príncipe Klaus, de Holanda. El enemigo actúa en coalición, como hacen la OTAN o la CIA. Se ponen de acuerdo para derrocar gobiernos con portaaviones, bombarderos no tripulados o blogueros sobredimensionados, catapultados en el ciberespacio y ceremonias de premiaciones para hacerles de un nombre internacional, antes de tratar de imponerlos como posibles líderes clasificables.

No podemos engañarnos en pensar que se trata de un producto exclusivamente mafioso, sería más objetivo decir que su mercenarismo es dirigido desde más arriba al norte y al este, es decir los hilos se manejan desde Washington y capitales europeas. Un instrumento global para proyectos anticubanos tan experimental como avaricioso.

Aunque los auditores gubernamentales estadounidenses “se han preocupado” por el derroche de dólares perdidos en las escaramuzas contrarrevolucionarias de un grupo de marchantes buscavidas los fines de semana, pagadas con dinero de la USAID, a nadie le preocupa los miles que le caen del cielo a Yoani, simplemente por ser la elegida. Con los bolsillos llenos y las maletas listas para una recaudación global, la cibermercenaria más premiada del mundo, sale de gira internacional sin discos que estrenar ni conciertos que ofrecer.

Nota de Yohandry:
¿La gente de la manzana mordida le estará patrocinando también la gira?

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