viernes, 5 de septiembre de 2014

Verdades que no se divulgan

Tomado de El Heraldo Cubano
Por Arthur González.

A pesar de los críticos problemas que afectan hoy a la población mundial, los medios de prensa solo publican aquellos que son de conveniencia política de los grandes medios y de algunos gobiernos, el resto se omiten o se ocultan. Ese es el caso de Estados Unidos, lugar donde existe una gama de situaciones, en muchas ocasiones más complejas que las de otros países atacados y condenados por ese Gobierno. Drogadicción, prostitución infantil, tráfico de personas, trabajo forzado incluido el de menores de edad, asesinatos en masa por el uso indiscriminado de armas de fuego, desempleo, racismo, actos terroristas, analfabetismo, personas sin hogares, corrupción de cuello blanco, y otros más de los que la gran prensa estadounidense no menciona; cuando lo hace es de forma breve sin conformar campañas que afecten la imagen del imperio

Todo lo contrario hace esa misma prensa cuando se trata de países que tienen gobiernos no aceptables para la Casa Blanca.

Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba, Irán, Rusia y Venezuela, son vivos ejemplos. Cualquier situación que ocurra en ellos es amplificada y divulgada hasta la saciedad.
 pobreza en Miami
Recientemente se colocó un artículo en el sitio Diario de las Américas, que retrata pálidamente la situación real que sufren los pobladores de la ciudad de Miami, los cuales provienen de todos los países de América Latina y el Caribe, e incluso de Europa, Asia y África, conformando un guiso con múltiples ingredientes.

La información aportada clasifica a Miami como “la ciudad con peor calidad de vida de todo los Estados Unidos”, específicamente en factores como la cobertura médica, la renta, el nivel de pobreza y la conciliación laboral y familiar.

Para darle solidez a tales aseveraciones tomaron como base un estudio ejecutado por Nerdwalle, sitio especializado en evaluar las ciudades con mejor calidad de vida, el cual llegó a las siguientes conclusiones:

En cuanto a los ingresos, asequibilidad y los beneficios en la salud, Miami obtuvo solo un 35,86%, pero no especifican que los latinoamericanos no cubanos son los que más carecen de seguros médicos, y el nivel de pobreza entre los negros es mucho más elevado que entre la población de raza blanca y además tienen menos oportunidades de trabajo por la discriminación racial.

Respecto al estado de la economía local, llegaron a la conclusión de que en cuanto al porciento de personas con ingresos por debajo del nivel de la pobreza y de desempleo que afecta a los ciudadanos, Miami ocupa el cuarto lugar en todas las ciudades norteamericanas, con más del 30% de la población en situación de necesidad, sólo por detrás de Detroit (42,30%), Cleveland (36,10%) y Cincinnati (34,10%).

Sobre el desempleo, Miami posee un 6,3 % de personas que no tienen trabajo.

Referente a la conciliación de la vida laboral, el sitio Nerdwallet llegó a la conclusión de que en Miami la inmensa mayoría de las personas no disponen de tiempo para disfrutar las bondades del clima en actividades recreativas, ya que para sobrevivir en esa sociedad hay que dedicarle una gran parte de las 24 horas del día a trabajar, incluso en más de un centro, a lo que se le suma el consumo de tiempo en trasladarse de la casa al trabajo y viceversa, debido a las grandes distancias que debe recorrerse diariamente.

El resultado obtenido es que en Miami el promedio de trabajo es de 38 horas y media, a lo que se le deben sumar unos 30 minutos como mínimo, empleados en el trayecto.

Al final del análisis de esas pocas variables, Miami queda situada en el último lugar entre las 100 ciudades estudiadas.

Estos elementos, que no estudian en profundidad los problemas de cada Condado del Estado, donde en algunos la pobreza extrema es semejante a la de un país del tercer mundo, quizás le servirían a la escritora y poetiza cubana Reina María Rodríguez, recientemente galardonada en Chile con el premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2014, para escribir una crónica mucho más profunda que la titulada “No la oigo, muchacha, no la oigo”, en la cual dibuja una escena patética de un parque en la capital cubana, donde se recrea en varios personajes, según ella, acosados por la indefensión, los derrumbes y el olvido; publicado en el sitio anticubano Café fuerte.

Sin embargo, Reina María no aclara que a esos mismos ancianos no les falta la asistencia médica gratuita, o el ingreso en un hospital en caso de necesidad y que muchos han sido abandonados por sus familiares que emigraron en busca de fortuna en la Ciudad del Sol, a solo 90 millas de las costas de Cuba.
 
Algunos de esos hijos y nietos que se marcharon, ahora no pueden ocuparse de ellos debido a la difícil situación económica que enfrentan, el salario no les alcanza para cubrir la renta de un sencillo apartamento, la electricidad, la gasolina del auto que pagan a plazos para poder desplazarse en esa urbe donde el transporte público es casual, el costo abusivo de simple un tratamiento odontológico y donde la rutina diaria no les permite disfrutar de un espectáculo de teatro o asistir a una discoteca.

Y al final esos mismo residentes en Miami se preguntan a diario ¿Es esto la vida?

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