viernes, 24 de octubre de 2014

Una realidad cruda del siglo XXI, creada por la injusticia del bloqueo económico

Tomado de Revista Mujeres.
Por Lissy Vilar Muñoz.

A pesar de las disímiles miradas a la realidad cubana, el bloqueo que ejerce el gobierno de los Estados Unidos sobre Cuba existe. Se hace visible en diversos sectores de la sociedad, la salud, la educación y la cultura.

Especialistas orientan su visión sobre el impacto de esta injusta política en el territorio cubano y cómo afecta el trabajo de mujeres y hombres dentro de la sociedad. En entrevista realizada por nuestra publicación la doctora Alina González Quevedo Monteagudo, profesora e investigadora titular del Instituto de Neurología y Neurocirugía Dr. Rafael Estrada, y el periodista y vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Pedro de la Hoz, opinan acerca del tema.

Una consideración se impone: la política del bloqueo sobre la nación dificulta la asistencia médica integral a pesar del indudable esfuerzo de los trabajadores del servicio de la salud. 

La doctora González Quevedo señaló  que las principales afectaciones en el Instituto, al ser este un centro investigativo, se relacionan directamente con la imposibilidad de desarrollar algunos tópicos dentro del campo científico.

Precisó, además, que se entorpece la compra de reactivos biológicos específicos que son manufacturados en Estados Unidos o por compañías filiales, así como la adquisición de equipos de laboratorios. 

Otra manifestación de la política del bloqueo a nuestro país es la dificultad con el acceso a sitios que permiten la obtención de datos para la configuración y optimización del funcionamiento del servicio de Intranet del centro, entre los que destacan el sitio web megaupload y el dropbox, refirió la médica cubana.

Apuntó también que se confrontan negativas de venta de un kit (estuche) de laboratorio por la compañía estadounidense Fujirebio Diagnostics, el cual se emplea como pronóstico en casos de enfermedades cerebrovasculares de tipo isquémicas, así como el Barbital sodium, medicamento imprescindible en la localización del hemisferio dominante para el lenguaje en pacientes sometidos a una cirugía por epilepsia.  

Por otra parte, el intelectual cubano Pedro de la Hoz afirma que una de las principales  manifestaciones de esta política del gobierno estadounidense radica en el impedimento adquisitivo de materiales para la enseñanza en diversas escuelas artísticas. Entre esos materiales están la zapatilla de ballet, los accesorios para instrumentos, equipos y tecnologías de avanzada para la creación audiovisual y electroacústica, los cuales se adquieren en mercados europeos y asiáticos.

También la gestión de los derechos de autor y de la propiedad intelectual de los artistas cubanos se ve restringida. Una muestra de ello radica en la restricción de presentaciones de libros en Estados Unidos, así como la participación de músicos cubanos en diversos espacios.

De la Hoz asevera que se ha logrado que a estos creadores se les pague con estipendios, por supuesto, muy por debajo del valor real de las producciones artísticas. Ese dinero se congela en los fondos del gobierno estadounidense.
La aplicación de la cínica ley “Pies secos y pies mojados” es otra manifestación de esta guerra política: a aquellos intelectuales que decidan arribar definitivamente al territorio norteamericano se les descongelan sus fondos, afirma Pedro de la Hoz.

Asimismo, refirió que la propiedad intelectual es inalienable, por ello al bloquear la Isla  se restringe también el acceso de los ciudadanos a nuestra cultura. Hacia la medianía del siglo pasado la música cubana era una parte importante del imaginario cultural de grandes sectores de la sociedad norteamericana; hoy se ve limitado el intercambio y consumo.

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