martes, 2 de diciembre de 2014

Hace 34 años fueron asesinadas en El Salvador cuatro religiosas por ayudar a los pobres

Tomado de AVN

El 2 de diciembre de 1980 fueron violadas y asesinadas en El Salvador las monjas norteamericanas Ita Ford, Maura Clarke y Dorothy Kazel, y la misionera laica Jean Donova, en medio de un Estado que amparaba la represión y los crímenes políticos.
 
Era el inicio de la Guerra Civil salvadoreña (1980-1992), cuando miembros de la Guardia Nacional detuvieron a las cuatro religiosas, luego de salir del Aeropuerto Internacional en Comalapa. Los escuadrones tenían el objetivo de detener su lucha contra la injusticia y de silenciarlas para siempre. 

Las cuatro mujeres, que pertenecían a las congregaciones de las hermanas de Maryknoll y las Ursulinas, habían llegado al país centroamericano para brindar su apoyo a los pobres y más necesitados que se veían afectados por los atropellos de aquel entonces, que dejaron 75.000 muertos.

En medio de esto se llevaba adelante la "Operación Centauro" que preveía el asesinato de religiosos sospechosos de colaborar con la insurgencia salvadoreña. En la operación participó el entonces embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo.

Los escuadrones paramilitares formados en la Escuela de las Américas (SOA, por sus siglas en inglés) para erradicar los movimientos insurgentes, acabaron con la vida de los sacerdotes jesuitas, y también de catedráticos, que eran vinculados con causas progresistas.

Tras conocerse el asesinato de Ford, Clarke, Kazel y Donova, la embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas, Jean Kisrkpatrick, calificó a las religiosas como "subversivas".

Su opinión no causó mayor impacto en la sociedad, puesto que Estados Unidos aupaba la dictadura salvadoreña, con el adiestramiento de la Fuerza Armada de El Salvador (Faes) en centros militares estadounidenses, y la formación de escuadrones de la muerte en la SOA.

Por los asesinatos de Ford, Clarke, Kazel y Donova, fueron condenados cinco miembros de la Guardia Nacional.

Sin embargo, en noviembre de 2000, la corte Federal de Florida de Estados Unidos absolvió a José Guillermo García, ex ministro de Defensa, y a Carlos Eugenio Vides Casanova, ex director de la Guardia Nacional, autores intelectuales del crimen, de cualquier responsabilidad en el secuestro, violación y asesinato de las cuatro religiosas.

En 1992 se firmaron los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre el Gobierno de El Salvador y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Entre tanto, los familiares y amigos de las religiosas y los demás caídos esperan que se haga justicia por este crimen.

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