sábado, 3 de enero de 2015

Obama recurre a la rooseveltiana política: “speak softly and carry a big stick”.


Por Gustavo de la Torre Morales


El pasado 17 de diciembre, y sin tener que mediar sincréticas santidades como San Lázaro, a excepción del Santo Papa Francisco, se pudo escuchar, casi de manera unísono, que ambos presidentes, Barack Obama (Estados Unidos) y Raúl Castro (Cuba), anunciaban la normalizaciones de relaciones diplomáticas entre ambos países, 50 años después de haber sido interrumpidas por decisión de la parte norteamericana.


Cuba, y su pueblo, han sido víctimas de una cadena de agresiones constantes y de una política exterior estadounidense de ahogo a la economía cubana para hacer realidad las palabras  que el Secretario de Guerra de ese país, Mr. J. G. Breckenridge escribió al Mayor General Nelson A. Miles, jefe del Ejército norteamericano, en 1898: “Debemos concentrar el bloqueo, de modo que el hambre y su eterna compañera la peste, minen a la población civil y diezmen al ejército cubano.”


Las agresiones cometidas contra Cuba en estos 56 años de Revolución han conllevado el lamentable resultado de más de 3 mil muertes y más de 2 mil discapacitados. La mayoría de dichas agresiones han sido orquestadas por organizaciones terroristas ancladas en territorio norteamericano y bajo el amparo de los gobiernos de ese país. Además de más de 116 mil 800 millones de dólares en pérdidas a la economía cubana, por cuenta del bloqueo económico, financiero y comercial.


Finalmente, la tozudez imperialista puso a la luz, a través de las palabras de Obama, su rotundo fracaso por terquedad: Después de todo, estos 50 años han demostrado que el aislamiento no funcionó. Es hora de un nuevo enfoque.”  

Es evidente que el Tío Sam necesita un nuevo enfoque, ya que Cuba sigue construyendo el Socialismo y continúa cosechando triunfos, no sólo al nivel nacional, sino en el área internacional que pone en ridículo todo empecinamiento de querer hundir su proceso social, político y económico por el uso de la fuerza.


Obama, a sabiendas que las hienas de la mafia cubanoamericana le saltarían al cuello, intentó darles otra alternativa_ no es nada nuevo, se contempla en el Carril II de la Ley Torricelli, que previó la asistencia en apoyo al “advenimiento de la democracia” en Cuba, a través de organizaciones no gubernamentales radicadas en el país_. El presidente de la Casa Blanca expone que la nueva puerta “abierta” al contacto podría suponer la entrada a Cuba de los “genuinos valores” norteamericanos; siendo así no repara en insistir que los cambios promovidos son para que la sociedad civil (se refiere a la cubana) se una a nosotros, y para que, de esa forma, los ciudadanos y no sólo los líderes, formen nuestro futuro”.


Por supuesto, todavía el Tío Sam desea retroceder a Cuba al pasado y convertirla en el casino de lavado de dinero, prostíbulo, juegos y vicios de antaño; y así, arrebatarle su digno historial, ganado con sumo esfuerzo y sacrificio.


Sin embargo, el rancio fardo de la comunidad cubanoamericana con mentalidad en la era Mesozoica, no dejó de patalear al conocer sobre los resultados que conllevaron lo contactos, bien confidenciales, establecidos entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba, y de las nuevas medidas emitidas por Barack Obama en su “interés” porque Cuba sea “parte” del futuro imperialista.


Por supuesto, el imperialismo no sería lo que es si no se trata de imponer con su vieja política basada en el Destino Manifiesto, la misma que posteriormente convirtieron en Doctrina. Una política con nefastas consecuencias que la historia nos ha dado como vivencias: expansionismo y muertes. Los medios para llevar a cabo tal doctrina ya las conocemos: guerras de rapiña por intereses geopolíticos, robo de recursos naturales, generar en otros países economías dependientes y un larguísimo etcétera de agresiones, chantajes diplomáticos y amenazas militares.


La rooseveltiana política de “habla con calma, pero lleva un Gran Garrote” se mostraron una vez más por parte del gobierno de Barack Obama: tres días antes de su alocución el 17 de diciembre, se asestaba un garrotazo a otro banco extranjero, Commerzbank, alemán, el cual fue multado con 1000 millones de dólares por orden del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, por haber incumplido las leyes del bloqueo contra Cuba. Esto, sin contar, que aún otros bancos europeos están bajo investigación, como son el alemán Deutsche Bank, los franceses Crédit Agricole y Société Générale y el italiano UniCredit SpA.


Abrir una “puerta” a la normalización de las relaciones con Cuba era la posibilidad de poner un telón de distracción a otro garrotazo que se avecinaba. El golpe maestro contra la unidad latinoamericana que se fortifica en la región (CELAC, UNASUR, ALBA-TP, MERCOSUR, BANCO DEL SUR y PETRO CARIBE) se quiso asestar contra la República Bolivariana de Venezuela, emitiéndose sanciones económicas contra ese país soberano y con un gobierno constitucionalmente elegido.


Mientras los grandes medios al servicio del capital buscan llamar la atención mundial dando a conocer, como si fuese un hecho, la finalización del “embargo” y esgrimiendo la eliminación de la única “excusa” del “régimen” comunista cubano; otro golpe se asestaba contra Cuba a partir del pasado 21 de diciembre, pero éste procedía de la rabieta de la mafia cubanoamericana y sus marionetas dentro de Cuba: la edulcorada disidencia y que se empecinan en llamar “periodistas independientes” _ a todas luces: ¡Contrarrevolución y gusanera!


La empresa de Telecomunicaciones de Cuba denunció sobre la saturación de las redes cubanas con mensajería proveniente de una plataforma llamada “Despierta Cuba”, cuyo diseño es similar a proyectos pagados por la USAID como Zunzuneo, Martí Noticias y Cuba sin Censura. El texto de los mensajes incitaba a la asistencia en masa a la Plaza de la Revolución para participar en el proyecto “El susurro de Tatlin”, bajo el lema #YoTambiénExijo, organizado por la artista Tania Brugueras, al cual el Consejo Nacional de Artes Plásticas denegó su apoyo, porque dicho “performance” llevaba como objetivo alentar a la subversión y la desobediencia civil en Cuba: otra de las vías por la que el imperialismo ha abogado para derrocar la Revolución cubana.


¿Si el Sr. Obama desea normalizar las relaciones con La Habana, por qué permite que organizaciones terroristas ancladas en su territorio lleven a cabo agresiones contra Cuba o que dinero del presupuesto nacional de gastos de su gobierno sea destinado a la subversión y el desorden civil en otros países (como este caso de Cuba) en vez de ser destinado para servir a los millones de sin-techos (homeless), los millones sin seguro médico que deambulan por Estados Unidos o para atender a sus propios veteranos abandonados después de regresar de las magnicidas guerras, llamadas “ayuda democrática”, allende sus fronteras?


Aunque el paso dado por Obama, ya se ha dicho, es valiente; no deja de posibilitar vías a otras estratagemas para cumplir los objetivos imperialistas_ sobre esto que nadie se llame a engaño alguno. El presidente norteamericano en un intento de guiño al pueblo cubano, que sabe está muy identificado con el pensamiento del apóstol, citó una frase al decir: José Martí una vez dijo, "la libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía". Hoy, estoy siendo honesto con ustedes.”


¿Honesto? ¿A quién intenta engañar Mr. Obama? Solo a quienes están dispuestos a seguirlo siendo. Al carismático Sr. Obama le respondería con una máxima del propio José Martí: “Ni la caridad ni el guante blanco son producto natural de los Estados Unidos”.


La pataleta de la mafia anticubana y sus lacayos era porque el negocio de la propaganda y la subversión contra Cuba se les podía caer con la normalización de las relaciones entre ambos países; pero el presidente de descendencia afro y “Nobel de la Paz” les señaló la vía de oxígeno que necesitaban: “También creo que más recursos deberían llegarle a la gente de Cuba. Así que aumentamos significativamente la cantidad de dinero que se puede enviar a Cuba y eliminamos los límites en giros que apoyan proyectos humanitarios, al pueblo de Cuba y a su emergente sector privado.” ¿Proyectos humanitarios? Es decir, que del presupuesto de 20 millones de dólares arrancados de los contribuyentes norteamericanos para el trabajo sucio de la subversión y la propaganda anticubana, se podría aumentar para continuar con el mismo fin_ y todos “contentos”… bueno, contento todos los vividores del lucrativo negocito, como las organizaciones terroristas anticubanas de Miami, las “Damas de Blanco”, Yoani Sánchez y su papi rico Reinaldo Escobar, Eliécer Ávila, Luis Orlando Pardo Lazo, José Daniel Ferrer, Elizardo Sánchez y el etcétera de quienes venden su inmoralidad por vivir bien a costa de la traición.


Pero algo se le escapa al señor Barack Obama y para dejarlo claro, vuelvo a apoyarme en nuestro Apóstol: “Ni con lisonja, ni con la mentira, ni con el alboroto se ayuda verdaderamente a una obra justa”. Por tanto, el pueblo cubano no siente necesario el bajar la cabeza cuando la política hostil es impuesta por parte de otro gobierno, como ha sido el caso de su vecino del norte (el imperialismo). Cuba no claudica en su lucha tenaz por mantener su soberanía y el pueblo cubano continúa y continuará construyendo con esfuerzo y limpia dignidad humana un futuro propio para Cuba y el mundo.


El compañero Raúl Castro, en su alocución del 17 de diciembre, reiteró la disposición de Cuba en dialogar sobre diversos temas de interés para ambos países, siempre que sea en un marco de respeto e igualdad de condiciones; sin imposiciones ni hegemonías. De igual manera, como expresara tres días después, en su discurso de clausura en el IV Período Ordinario de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional: “Desde Cuba jamás se ha organizado, financiado ni ejecutado un acto terrorista contra personas, intereses o territorio alguno de los Estados Unidos, ni se permitirá. Cada vez que hemos conocido cualquier información sobre planes terroristas contra Estados Unidos, se lo informamos a su Gobierno, al cual desde hace años hemos propuesto establecer un acuerdo de cooperación en esa materia.”


Así  mismo dejó claro en esta ocasión que “no debe pretenderse que para mejorar las relaciones con los Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo, por las que su pueblo ha derramado mucha sangre y ha corrido los mayores riesgos.” 

Es necesario comprender que Cuba es un Estado soberano cuyo pueblo, en libre referendo para aprobar la Constitución, decidió su rumbo socialista y sistema político, económico y social.”

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