martes, 4 de agosto de 2015

Hablemos de prioridades: política de salud en Cuba y España

Tomado de Cubainformación.tv
Por Sergio Casal*

En política, establecer prioridades es fundamental de cara a la imagen posterior que de uno tenga la opinión pública. Así, una buena gestión debe ir acompañada de una buena política de comunicación. Pero si se pierden ambas, la política se convierte en espectáculo mediocre.
 
En el sistema capitalista, arraigado en casi la totalidad del planeta, las prioridades se han establecido en base a dos grandes corrientes políticas con prioridades supuestamente bidireccionales. En socialdemocracia, históricamente, se ha hablado de justicia social, bienestar e igualdad. En neoliberalismo, de libertades individuales, derecho a la propiedad privada y libertad de mercado. Con el paso del tiempo, hemos visto como el fin último del capitalismo en todas sus formas se ha ido imponiendo sobre estas prioridades: el beneficio económico.

Observamos día a día como este fin abarca y absorbe todos los campos de producción cultural. Los medios de comunicación, especialmente la televisión –por ser el mayor medio de socialización aun a día de hoy–, han supeditado el valor diferencial de la calidad periodística en favor de la denominada lógica del audímetro. La audiencia es el más importante de los fines que persiguen los mass media. No es de extrañar que un medio de comunicación adapte su agenda temática en base a tendencias y no a necesidades reales cuando, la propia política, se ha convertido en occidente en un espectáculo de masas cada vez más centrado en entretener y en crear corrientes de opinión “pop” que en ser una herramienta imprescindible para mejorar la vida de las personas y la democracia.

Otro campo al que se puede extrapolar esta lógica es el de la Salud. En España, tenemos que observar con impotencia cómo un gobierno que acusa constantemente a países como Cuba y Venezuela de ser dictaduras sangrientas y antidemocráticas, recorta una cantidad indecente de recursos económicos en sanidad (camas de hospital, vacunas contra la Hepatitis C, copago farmacéutico, retirada de tarjetas sanitarias). Además, todo esto se ve agravadocuando escuchamos cómo el presidente del Gobierno nos pide “hacer más esfuerzos” porque no hay dinero. Eso sí, mientras, la corrupción crece en cada rincón de la vida política española: la financiación ilegal del citado partido de gobierno; las tramas Gürtel, Púnica, Pokémon, Campeón; los ERE de Andalucía y los cursos de formación; el desfalco de las preferentes y las cajas de ahorro; el rescate a la banca; etcétera. ¿Para qué no hay dinero?

Todo esto viene a cuento porque en el día de ayer, me llegaba la noticia de que en la "sangrienta y autoritaria" Cuba, se había logrado uno de los mayores hitos médicos de los últimos tiempos:

¿Para qué queremos, por ejemplo, una televisión con trescientos canales si no podemos ver ni un sólo programa de calidad en ellos? ¿De verdad no hay dinero tampoco para pagar la vacuna a los pacientes de Hepatitis C? ¿Ni para restablecer camas de hospital? ¿Y para qué queremos a la Unión Europea si nos quiere convertir en un paraíso de mano de obra barata al servicio de Alemania? En España hay mucho talento, más que en muchos países de la eurozona, pero no existe un Gobierno comprometido con ese talento. Mientras seguimos criticando a Cuba, ellos avanzan en dirección al progreso humano. Nosotros nos hundimos en el pozo de la incertidumbre, sin prioridades políticas. Con el beneficio económico de unos cuantos como único fin.


*Sergio Casal (Oleiros - Galicia) es periodista magíster en comunicación política por la Universidad Complutense de Madrid. Especializado en periodismo social y político.

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