viernes, 6 de noviembre de 2015

Cuando Latinoamérica enterró el ALCA

En la Cumbre de los Pueblos de Mar del Plata, Argentina, se enterró el proyecto del ALCA. Foto: TÉLAM
Tomado de TriContinental
Por Laura Bécquer Paseiro.

Alca, alca, alcarajo; así grita América Latina y manda lejos el proyecto hegemónico de Estados Unidos. Sesiona la Cumbre de los Pue­blos en el balneario de Mar del Plata, Argentina, los días 4 y 5 de noviembre del 2005. Los presidentes Lula, Chávez y Kirchner recogen en una frase el desespero de una región que no quiere ni puede permitirse más dominación, que entiende de una vez que no es posible una relación de iguales con su poderoso vecino del Norte, dado su imaginario de potencia.

América Latina, el espacio neocolonial más cercano de Washington, comprende que las po­líticas de ajuste de los modelos de Bretton Woods tienen que sustituirse por otras más inclusivas; que la única vía para desterrar el subdesarrollo es aliarse regionalmente. Es por ello que clama unánime por vetar la propuesta estadounidense de expandir un mercado abierto, desregulado, privatizador, recogidos en el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Esa nueva versión de la Alianza para el Progreso de la década del 60 del pasado siglo  se gesta en Miami en 1994 como una expansión del Tra­tado de Libre Comercio de Nor­teamérica (NAFTA, en inglés, integrado por Estados Unidos, Canadá y México).

Washington defiende su mercado y lo propaga amparado en la doctrina del neoliberalismo. Una estrategia comercial con un fuerte trasfondo de dominación política. El auge de la globalización lo erige como adalid de la competencia desleal entre los países, una herencia devastadora que aún se siente en las principales economías locales. Esa estrategia genera las mayores desigualdades en una de las regiones más ricas del planeta.

Es por ello que a nombre de todo un continente el presidente argentino, Néstor Kirchner, se levanta en la sesión plenaria y exclama que “nuestros pobres, nuestros excluidos, nuestros países, nuestras democracias, ya no so­portan más que sigamos hablando en voz baja; es fundamental hablar con mucho respeto y en voz alta, para construir un sistema que nos vuelva a contener a todos en un marco de igualdad y nos vuelva a devolver la esperanza y la posibilidad de construir obviamente un mundo distinto y una región que esté a la altura de las circunstancias que sé que los presidentes desean y quieren”.

Luego, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, dice en el encuentro con movimientos sociales que “hemos traído una pala porque aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA”. Alerta, sin embargo, que eso no significa que el capitalismo esté muerto.

Fidel, por su parte,  alerta el alcance nefasto del ALCA para los pueblos y anuncia un movimiento en el hemisferio en contra de la propuesta estadounidense de libre comercio y la necesidad de detenerla. La alternativa ya estaba puesta sobre la mesa: el ALBA-TCP.

La región escucha e inicia un proceso para desconectarse de los centros financieros de poder económico e impulsar los suyos propios, redistribuye la riqueza, busca nuevas vías de integración puramente regional, afianza el papel del Estado, promueve la unión cívico-militar en instituciones que forman ejércitos alejados de la Escuela de las Américas, ve en el campo la fuente primaria para sus ingresos. Mar del Plata quiebra la historia en dos. Hay un antes y un después. Como resultado, la región pasa de líderes títeres a intereses ajenos a otros que salen del pueblo y que tienen como guía la doctrina emancipadora de los próceres.

América Latina deja atrás la década perdida pero se adentra en otra más compleja. El neoliberalismo sigue presente aunque más solapado. Nuevos acuerdos en el espacio geográfico del Pacífico pretenden compensar el fracaso del Alca y muestran que Estados Uni­dos sigue presionando. Ya han pasado diez años del histórico “al carajo”, mas las amenazas permanentes a los gobiernos progresistas, el rejuego de los precios de las materias primas, la cobertura desmedida a los fondos especulativos contra la soberanía económica de los países, entre otros ejemplos, siguen dañando la región.

EVENTO HEMISFÉRICO EN CUBA

Del 20 al 22 de noviembre próximos tendrá lugar en el Centro de Convenciones de Co­jímar en la capital cubana el encuentro hemisférico Derrota del ALCA 10 años después para conmemorar la década del enterramiento del proyecto de Estados Unidos en la región.

Los organizadores del evento dieron a co­nocer en rueda de prensa que al menos 200 representantes de movimientos sociales y or­ganismos internacionales participarán en la cita, la cual incluye paneles para debatir temas como los procesos de integración y el co­mercio regional actual, el reciente Tratado Transpacífico y el estado de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, entre otros.

Uno de los objetivos del evento es replantear estrategias de acción para fortalecer la mo­vilización y la resistencia regional ante la política hegemónica y la contraofensiva reaccionaria del gobierno estadounidense, comentó Lourdes Cervantes, directora en Cuba de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina.

El Área de Libre Comercio de las Américas fue el proyecto estratégico de Estados Unidos más importante luego de la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética en 1989 y 1991, respectivamente, dijo por su parte, Joel Suá­rez, coordinador del Centro Martin Luther King.

El encuentro hemisférico está convocado además por organizaciones cubanas como la CTC, la FMC, la FEU y la ANAP, entre otras, según los organizadores.

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