sábado, 1 de octubre de 2016

Antes y después del derribo del CU 455 en Barbados

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Tomado de Pensar en Cuba
Por José Luis Méndez Méndez. *Es profesor e investigador universitario.


El 6 de octubre se recordará el cuarenta aniversario del acto terrorista que hizo estallar en pleno vuelo un avión civil cubano en Barbados y que causó la muerte de 73 personas, de estas 57 cubanos.

Los autores intelectuales de este brutal hecho fueron Orlando Bosch Ávila, quien murió impune en su refugio seguro de Miami en el 2011 y Luis Posada Carriles, sigue en la misma ciudad conjurado contra la Revolución cubana amparado por sus autoridades.

El terrorista internacional Orlando Bosch, concibió este tipo de acto de terror para atraer, según su pensamiento criminal, la atención sobre sus propósitos de derrocar al gobierno de Cuba.

En conversaciones con sus secuaces recordó como en la ciudad de Santa Clara, donde ejerció como médico pediatra, habían colocado allí una bomba en una zapatería. Al estallar los zapatos volaban por el aire, como resultado del efecto del explosivo, aunque satisfecho de esa violencia reflexionaba que esas pequeñas acciones, no eran suficientes, eran necesarios actos de mayor envergadura que causaran mayor efecto propagandístico.

Con esa convicción el derribar aviones en pleno vuelo fue un objetivo largamente elaborado y ensayado por este terrorista y sus sicarios, en la década de los años setenta del siglo XX. El terrorista buscaba realizar un acto de terror, que tuviera trascendencia, que no se pudiera minimizar, que llamara la atención hacia sus propósitos de derrocar por la vía del terror a la Revolución cubana, resultaba  una paradoja para un médico de bebitos convertido en un asesino de la peor especie.

Este delincuente común, fue más que un terrorista internacional declarado y reconocido, como un fanático, extremista, que lindó en lo patológico, lo que constata su larga historia de violencia y actuación criminal.

Un estudio de su perfil delictivo mostró rasgos marcados de erostratismo, concebido como la búsqueda de la fama y la celebridad a través de la violencia. Una elevada necesidad de reconocimiento derivada de su frustrado supuesto liderazgo en Cuba en la época estudiantil y laboral.

Así lo manifestó cuando detonó más de ochenta bombas dentro de los Estados Unidos entre 1967 y 1968; su notoria tendencia al magnicidio de Fidel Castro y la obsesión  de hacer estallar aviones en pleno vuelo. Fue, como concluyeran las autoridades norteamericanas que evaluaron su admisión a los Estados Unidos, un criminal que emplea la violencia en su acción homicida para la búsqueda de gloria y notoriedad, su finalidad es convertirse en un personaje mítico, aunque para ello deba involucrar y victimizar a personas ajenas a sus planes perversos.

Esos sueños tenebrosos lo guiaron en 1968, cuando fundó la banda terrorista Poder Cubano e hizo detonar bombas  en varias ciudades norteamericanas, los perfiló mientras estuvo en prisión en la cárcel de máxima seguridad de Marion, Illinois, después cuando pactó durante el gobierno de Richard Nixon, para ser liberado a cambio de salir del país para continuar ejerciendo el terrorismo contra Cuba y otros países.

El documento secreto del FBI, desclasificado y fechado el 1 de noviembre de 1976, donde se analizan los antecedentes del sabotaje al avión cubano en Barbados, se expresa que Acción Cubana, con Bosch al frente,  intentó un ataque con bombas a la aerolínea Bahamas Air en el aeropuerto internacional de Miami el 27 de septiembre de 1975. Como se conoce, Acción Cubana fue el nombre que le dio Orlando Bosch, a su organización cuando se “fugó” de los Estados Unidos, para operar en América Latina, después la mutó a la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas, CORU en junio de 1976.

El 30 de noviembre de 1975, una noticia terrorífica apareció en el semanarioÚltima Hora, de New York, donde fue divulgado un comunicado bajo el seudónimo de Ernesto de una organización denominada Poder Cubano-76. El texto se adjudicaba haber colocado dos bombas de tiempo en un avión de la línea aérea Bahamas Air, que regresaba de Nassau a los Estados Unidos. Por suerte los artefactos de muerte fueron encontrados y desactivados minutos antes de que la nave fuese abordada por sesenta y dos personas a bordo, en su mayoría ciudadanos norteamericanos, quienes se disponían a regresar a Miami.

Funcionarios de la aerolínea confirmaron que los explosivos habían sido dispuestos de modo que explotaran en el momento en que el avión estuviese en pleno vuelo. Según Ernesto, la acción era en protesta contra el gobierno de Bahamas por la suspensión del permiso a los pescadores cubanos de la Florida, dedicados a la pesca de langostas. La motivación manifiesta, demuestra la demencia del terrorista.

Registros documentales existentes en los archivos de agencias norteamericanas especializadas en combatir al terrorismo doméstico mostraban que el nombre de Ernesto era la forma de identificarse de Bosch en sus comunicados, para acreditarse actos violentos y que Poder Cubano-76, era una versión actualizada de la banda que bajo su conducción, asoló con actos de terror varios estados norteamericanos en la década de los sesenta.

Existía una relación directa y comprobada entre el Ernesto firmante del comunicado, con Orlando Bosch y la organización que se lo adjudicó, de todas maneras este fue sólo un adelanto macabro de lo que vendría después.

En enero de 1976 el terrorismo de los anticubanos  en Miami, era más que un dolor de cabeza para las autoridades, se había perdido el equilibrio, el control, los terroristas eran delincuentes comunes, que empleaban lo aprendido de la CIA, para extorsionar, asesinar adversarios, pugnar por espacios dentro de la mafia local, reinaba el caos dentro de los criminales anticubanos.

Se revisó minuciosamente la prensa contrarrevolucionaria posterior al comunicado de Poder Cubano-76 y no se había encontrado ningún tipo de desmentido por parte de esa organización. Es decir, a una banda terrorista no le importó que se le atribuyera el intento de asesinato de sesenta y dos personas y no lo negara.

Llegó en junio de 1976 la creación de la mencionada organización terrorista CORU, que fue la sombrilla debajo de la cual se puso en marcha un extenso plan agresivo contra Cuba y otros países. El Caribe se convirtió en la principal plaza terrorista de los anticubanos. A esta oleada de terror, Bosch, lo calificó como:“Ataques revolucionarios a los intereses y representaciones castristas y sus cómplices en Costa Rica, Panamá, Jamaica, México y otros países.”. [1]

El fracaso de hacer estallar al avión de Bahamas Air, lo frustró, pero a la vez lo impulsó a pretender nuevos intentos. Bosch le había confiado este tipo de plan al terrorista Gaspar Jiménez Escobado, y le expresó, que volar a un avión cubano sería el detonante que impediría silenciar su lucha para derrocar al Gobierno Revolucionario, haría temblar, según él, sus estructuras y acapararía la atención pública mundial. Igualmente anularía, o por lo menos frenaría, cualquiera aproximación o entendimiento entre los gobiernos de los Estados Unidos y Cuba.

El terrorista sustentaba, que un hecho de tal magnitud aterrorizaría a las autoridades de los países de América Latina, que como resultado del acuerdo de la OEA, adoptado en junio de 1975, podrían estar en libertad de decidir unilateralmente el restablecer o no las relaciones con La Habana, había que mantener el aislamiento del régimen cubano, estimaba él.

Era la mente genocida de un terrorista en expansión, quien había expresado que los norteamericanos querían tumbar a Fidel Castro con la llamada guerra frontal, aniquiladora de los rojos, añadiendo que si la mitad de las bombas que los Estados Unidos lanzó en Vietnam se las hubiera tirado a Cuba, ya estaría resuelto el problema. Era sólo un avance de lo que haría.

[1]Véase del propio autor en el libro Los Años del Terror, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006. pp. 112-115


A mediados de junio de 1976, un grupo de terroristas anticubanos radicados dentro y fuera de los Estados Unidos se reunió en una hacienda de la región de Bonao, República Dominicana, para diseñar y ejecutar la proclamada “guerra por los caminos del mundo”,  ofensiva de agresiones contra Cuba y otros países. Uno de los pretextos para esta escalada agresiva era la presencia internacionalista legítima en solidaridad con el agredido pueblo de Angola.

Asistieron además, según diversas fuentes, representantes de la DISIP de Venezuela, de la DINA de Chile, y la CIA, el objetivo era organizar una extensa campaña terrorista contra intereses y personal de Cuba y contra aquellos países de varios continentes que mantenían relaciones con la Isla. Se ha establecido, que se efectuaron dos reuniones, una de los principales organizadores del encuentro para encauzar los esfuerzos criminales y otra de los operadores, es decir de los hombres que participarían directamente en la ejecución de los actos de terror.

El general fascista chileno Manuel Contreras Sepúlveda aseguró el 19 de julio de 2004, que participaron Luís Posada Carriles, quien había sido alto jefe de la DISIP de Venezuela y Michael Townley, agente de la CIA radicado en Chile y uno de los terroristas más activo de la Operación Cóndor, al servicio de la DINA.

También el terrorista Aldo Vera Serafín, quien había ya colocado bombas contra representaciones cubanas en Europa, particularmente en la embajada de Cuba en Francia y participado en el atentado contra el Embajador de Cuba en Buenos Aires, Argentina en agosto de 1975.

Como medida para confundir los terroristas dijeron que la reunión se había efectuado en San José de Costa Rica, lo cual parece imposible ya que el principal mentor de este encuentro fue Orlando Bosch, quien precisamente entre enero y marzo de ese año había sido detenido en ese país por intentar asesinar al opositor al golpe militar y  líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, de Chile, Andrés Pascal Allende y a su esposa.

Otro elemento revelador es que fuentes de la policía de Miami, en audiencias de varios comités de Inteligencia del Congreso de Estados Unidos, efectuadas el 8 de mayo de 1976, aseguraron que sus fuentes radicadas en Sudamérica habían informado que Bosch atentaría también contra Henry Kissinger, cuando visitara a ese país centroamericano.

El plan contra el también sobrino del ex presidente de Chile, Salvador Allende, había sido ordenado por la DINA. El terrorista de origen cubano Rolando Otero Hernández, quien se decía llamar “Cóndor”, había recibido un plan  similar. Otero Hernández, era solicitado por las autoridades norteamericanas, por haber colocado siete bombas contra sus intereses en la Florida en diciembre de 1975. Posteriormente fue deportado de Chile, a donde ingresó desde Venezuela, allí había sido reclutado por Luis Posada Carriles.

La primera acción de la CORU, fue el 1ro de julio de ese año, cuando estalló una bomba en el Centro Cultural Costa Rica-Cuba en San José, acto que muchos atribuyen a la autoría de Luís Posada Carriles.

Cuando se oficializó la alianza terrorista que da lugar a la llamada Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas, CORU, como colofón de la reunión de Bonao ya estaba estructurado y en curso  un vasto plan, con grandes recursos financieros, logísticos, con aseguramiento en documentación, armas y explosivos, estudios realizados de los blancos a atacar y una coordinación cohesionada para actuar. Estallar aviones civiles en pleno vuelo, eran parte del plan.

Inmediatamente se comenzaron a producir actos de terror en varios países a la vez, en América Latina y Europa, con comandos que se pudieron desplazar con todos los recursos necesarios para sus fines agresivos.

Los planes de explotar en pleno vuelo aviones cubanos y de líneas aéreas de otros países se incrementaron con relación a similares intentos en los años previos. El seguimiento pasivo de las autoridades especializadas norteamericanas sobre las actividades de los terroristas, se incrementó, pero con total complacencia, solo citaremos, que en el informe resumen secreto desclasificado del  FBI, sobre la CORU, presenta la participación de ocho de sus fuentes, que reportaron diariamente sobre el quehacer terrorista de los criminales.

No solo el FBI, daba seguimiento a los delincuentes, también la Agencia Central de Inteligencia estaba al tanto al menos en los tiempos en que era su Director George H. W.  Bush, así lo acredita el informe secreto DB-315/06286-76, distribuido el 22 de junio de 1976 y desclasificado  en 1997.

El texto advierte, que fue hecho por fuentes y métodos de inteligencia sensibles y no se le debía dar acceso a extranjeros. Los países afectados por su contenido eran Cuba-Panamá-República Dominicana y había sido producido el 21 de junio de 1976. El título llama al estremecimiento: Posible plan de los exiliados cubanos extremistas para volar un avión cubano.

La fuente, reveladora de esta información fue identificada como un hombre de negocios con relaciones cercanas a la comunidad de exiliados cubanos.

El informe alertaba que: “Un grupo de exiliados cubanos extremistas, del cual Orlando Bosch, es el líder, planea colocar una bomba en un avión de Cubana de Aviación, que viaja entre Panamá y La Habana. El plan original de esta operación consistía en colocar dos bombas el 21 de junio de 1976 en el vuelo 467, que tiene un itinerario que sale de Panamá a las 11:15 antes meridiano, hora local. “

Un elemento que confirma las intenciones de los terroristas fue que cuando se dispone la detención de Luis Posada Carriles en Venezuela por estar involucrado en el sabotaje al avión civil cubano en Barbados, se practicaron registros en varios apartamentos y en uno de ellos las autoridades venezolanas encontraron los movimientos de todas las rutas de Cubana de Aviación, sobre todo en el Caribe, así como pruebas que indicaban que el terrorista estaba implicado en las bombas colocadas en la región contra intereses relacionados con Cuba en ese año 1976.

En otra parte del informe el FBI señaló que Bosch, residía entonces en República Dominicana, donde como mencionamos anteriormente se había producido la reunión de Bonao y algo que ratifica lo expresado: La fuente comentó, que Bosch había sido arrestado en Costa Rica en febrero de ese año 1976.

Otro apartado del documento oficial norteamericano reiteró que se había trasladado la información al Departamento de Estado, a la Dirección de Inteligencia del Ejército, a la Marina, a la Aviación, al FBI y a otras agencias.

Es decir, varias agencias norteamericanas conocieron que los terroristas de Orlando Bosch harían estallar un avión en pleno vuelo, con tiempo de anticipación, con detalles y no hicieron nada absolutamente por evitarlo, ni alertaron a las autoridades cubanas.

La decisión de explotar un avión cubano en pleno vuelo estaba tomada por los terroristas como acto priorizado y prepararon varias posibilidades. Quince días después de esta tentativa, el 9 de julio de 1976, los criminales probarían nuevamente alcanzar su objetivo, cuando casualmente, como veremos, una bomba que sería colocada a bordo de un avión civil cubano en el aeropuerto de Jamaica, estalló en la pista.

El terrorista Pablo Gustavo Castillo Díaz, preparó esa bomba. En su pasaporte norteamericano E 418511, en las páginas 12 y 13, aparece que este entró a Jamaica el 6 de julio de 1976, lo cual lo colocó en la escena del crimen.

Este hecho tuvo varios intentos anteriores. El 23 de noviembre de 1972, un comando de la organización Gobierno Secreto Cubano, nueva versión dada por Orlando Bosch a su banda, se adjudicó una amenaza de haber colocado una bomba contra un avión civil cubano en Kingston, Jamaica.

El 10 de enero de 1975, nuevamente un avión cubano en Kingston, Jamaica, fue objeto de un acto terrorista, esta vez se lo adjudicó el grupo Frente de Liberación Nacional Cubano, FLNC, colocaron una bomba, estalló y ocasionó daños considerables.

El 9 de julio de 1976, la bomba estalló dentro de una maleta que iba a ser colocada en un avión de la línea aérea Cubana de Aviación en Kingston, Jamaica, que debía haber partido 40 minutos antes con rumbo a La Habana. En el momento de la explosión, por itinerario, ya el avión tenía que estar volando sobre el mar cerca de la ciudad de Montego Bay, en la costa norte de Jamaica, para enrumbarse hacia Cuba. A bordo iban 29 pasajeros de nacionalidad cubana, jamaicana, dominicana, británica, argentina y norteamericana. Se trataba de un itinerario regular que dos veces por semana recorría Jamaica, Barbados, Trinidad & Tobago, y Guyana y después regresaba a La Habana. La nave  era  piloteada  por Pedro  Chacón  Alfonso  portador de  la  Licencia  1341. La organización CORU, se adjudicó el acto terrorista el día 10 de julio por medio de un comunicado difundido por medios de prensa en Miami.

Ese mismo día una bomba explotó en la oficina de Cubana de Aviación en Barbados y el 11, a un mes de creada la CORU, esa banda criminal colocó una bomba que estalló en las oficinas de la línea aérea Air Panamá en la capital colombiana, que causó considerables daños materiales.

Un cable de la agencia norteamericana AP publicado el 14 de julio de 1976 en el periódico The Virgin Island reportó la declaración del Embajador cubano en Jamaica Ramón Pez Ferro quien condenó la explosión "este viernes de una bomba escondida en una maleta con destino a La Habana," calificó el hecho como la obra de "un monstruo". La explosión se produjo una hora después de la llegada de una aeronave cubana al aeropuerto Norman Manley de Kingston.

La policía local precisó que la explosión se produjo segundos después de que el chofer del vehículo de transporte de los equipajes se bajó de su asiento. La bomba pulverizó muchos equipajes y causó daños por miles de dólares. Nadie fue herido pero un trabajador del aeropuerto contó que un humo espeso rodeó el avión dando la impresión que se había caído al suelo.

El aparato debía tomar más pasajeros en Kingston y seguir hacia La Habana media hora más tarde. Estaba retrasado en su horario de salida, en espera de otros pasajeros que llegarían en otros vuelos y tomarían el de Cubana de Aviación, para seguir su destino, no imaginaron que tal vez sería hacia la muerte.

El cable precisaba, que la CORU se había reivindicado el atentado e indicó que Orlando Bosch lideraba ese grupo. La agencia añadió que Bosch había estado preso en los EE.UU. por haber cometido actos  terroristas en su territorio.

Como expresó el terrorista anticubano Ricardo Morales Navarrete, un avión de Cubana de Aviación había sido sentenciado, sólo faltaba cuándo se ejecutaría el acto de terror, esta vez, por suerte,  habían fallado los asesinos. 


Continuará…

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