viernes, 28 de febrero de 2014

Carta abierta a Rubén Blades




Por: José Gregorio Bracho Reyes

Señor Cantautor:

Comenzaré por decirle que ésta es la segunda vez que le escribo. La primera vez que lo hice, era casi un niño, admirado por aquél trabajo (LP) que, junto a Willy Colón, sacó usted al mercado con el título de “Canciones del solar de los aburridos”. Obra maestra donde las halla y el cual ya es considerado un “Clásico del Caribe”. En aquella ocasión le escribí para agradecer la labor de concienciación que estaba usted llevando a cabo, desde aquél “Siembra”, para la formación de todos los adolescentes que en ese momento estábamos ansiosos por configurar una Identidad.

Aunque parezca raro, le diré que, junto con los de mi hermano mayor, fueron sus mensajes, y los de Alí Primera, los que más me ayudaron a aclarar el panorama y me alentaron a tratar de entender, de forma densa, nuestra triste historia latinoamericana y caribeña, descifrando tantas “verdades que eran mentiras”. Con “Pablo Pueblo”, “Plantación adentro”, “Tiburón” y tantas otras piezas, poco a poco, entre pregón y pregón, entre baile y baile, fueron apareciendo en escena “cosas de este mundo” que no me dejaron indiferente ante nuestra realidad política, social y cultural. Luego se sucedió en mí, y en mis panas de aquella época, una sed insaciable de lecturas. Sus canciones fueron como una llama y esa llama hoy día, quiero que lo sepa, no ha cesado. Puedo decir y digo que, me considero una persona de izquierdas (no dogmático) y Chavista, en gran parte gracias a su obra, que sirvió para “abrirme los sentidos”. Gracias Cantautor, gracias Rubén.

Muchas veces quise volver a escribirle, porque he seguido siendo fiel a su obra, la cual me parece monumental y digna de considerarse como “Patrimonio Cultural” de Nuestro Caribe, de Nuestra América.

Qué triste que en esta ocasión tenga que escribirle, desde el respeto y la admiración que aún genera en mi todo su trabajo, pero esta vez para disentir y responder, como venezolano plenamente identificado y comprometido con un Proceso Político Revolucionario que, llegado de la mano de nuestro Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, ha venido a dignificar nuestro nombre, no sólo como venezolanos, sino como latinoamericanos, como caribeños. Porque si un caraqueño hizo mucho por toda Nuestra América, no poca cosa hizo un llanero de Barinas por completar la obra de aquél, articulando los mecanismos efectivos para la tan ansiada “Patria Unida… la que Bolívar soñó”. Hoy decimos Latinoamericano y nos sentimos gigantes. Y eso, le guste o no, se lo debemos en gran parte a Hugo Rafael Chávez Frías.

Señor Rubén Blades, debería usted saber que si hoy día Venezuela es Territorio Libre de Analfabetismo (Declarado por UNESCO en 2005), el quinto país en el mundo con mayor matrícula escolar (85%), y el país que, según la FAO, más esfuerzos hace para acabar con el hambre en toda la región, que si tenemos uno de los más alentadores coeficientes GINI de todo el Continente, entre otras cosas de una larguísima lista que no cabrían en esta carta, es gracias al compromiso y la acción de la Revolución Bolivariana, liderada hoy día por Nicolás Maduro Moros, por voluntad del Comandante Chávez y de la mayoría del pueblo venezolano, quien en elecciones abiertas y limpias, lo llevaron a la Presidencia. No sólo con el voto de abril, sino también el de diciembre pasado.

Rubén, Rubencito, el Presidente Chávez no está “extinto”, se sembró en las conciencias de todos y cada uno de los hombres y mujeres de Nuestro Continente, y le digo más, allende nuestras fronteras también quedó sembrada la obra y el grito valiente de Hugo Chávez Frías. Le guste o no a sus amigos y colegas caraqueños (me refiero a los César Miguel Rondón y sus secuaces), esto se lo digo con conocimiento de causa, porque vivo, por razones laborales, en un remoto rincón de Asia, yo soy testigo del entusiasmo y el cariño que suele dibujarse en miles de rostros cuando se les habla de la Revolución Bolivariana y de Chávez.

Usted dice que “Venezuela no es una Nación unida” y es “un país cuya población está polarizada políticamente”, “una sociedad sumida en contradicciones obvias, con un gobierno electo por un estrecho margen”. Y yo le pregunto:

¿Conoce usted algún país cuya sociedad sea monolítica, cultural o políticamente hablando? ¿Conoce alguna sociedad donde no existan contradicciones, conflictos, “ruidos” y roces de tipo político?

¿Le parece que un 20% de abstención es mucha abstención en un país donde el voto es un derecho y no una obligación? ¿Conoce usted las cifras de abstención en Chile? ¿Según usted, con cuál margen debe ganar un candidato para merecer dirigir un proyecto de país? ¿Con qué margen ganaron Francois Hollande, Mariano Rajoy o Ángela Merkel? ¿Cuentan ellos con el apoyo total y absoluto de sus ciudadanos? ¿Están legitimados para imponer sus programas y proyectos de destrucción del Estado de Bienestar en Europa?

¿Recibió Obama el apoyo absoluto del pueblo norteamericano? Obama hoy día no representa, ni siquiera a las comunidades afroamericanas, que manifiestan abiertamente un total desencanto por su gestión. Pregúntele usted a la legendaria Ángela Davis, por ponerle un caso, su opinión sobre Obama.

Rubén, usted (y yo también) es un profesional universitario y sabes de qué le hablo. No haga demagogia. No se convierta en un “intelectual orgánico” al servicio de los imperios.

Claro que en Venezuela existe una parte de la ciudadanía que no apoya este Proyecto de País, y que aborrecen nuestro “Plan de la Patria”. Claro que hay un porcentaje importante de la población que opta por un modelo neoliberal y están en su derecho de disentir. Pero en nuestro país, como nunca antes, existen canales democráticos a través de los cuales pueden expresar su disconformidad. Tenemos el Sistema Electoral más diáfano, moderno y confiable del mundo, según James Carter. No sé si eso le dice algo. Además, nuestros procesos electorales han sido acompañados por representantes de organismos como la OEA, la UE y el “Centro Carter”. Por cierto, en los últimos tres lustros se han llevado a cabo 19 procesos electorales, de los cuales, el Proyecto Revolucionario Bolivariano ha salido vencedor en 18 ocasiones. Por otra parte, nuestra Constitución (la primera refrendada por el pueblo en la historia de América), contempla la posibilidad de convocar a un Referendo Revocatorio (RR) para cualquier cargo de elección popular. Ha de saber que la oposición ya convocó un RR en 2004 contra el Proyecto Bolivariano, el cual ganamos ampliamente.

Así que, hermano, no tenemos porqué tolerar que grupúsculos de ultra derecha, fascistas, que no representan sino a una minoría dentro de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática), se empeñen en sembrar el caos, como parte de una estrategia de “Golpe Suave”, sirviendo con ello a los intereses del Imperio.

Rubén, “no se deje confundir, busque el fondo y su razón”.

Los Chavistas, no sólo nos autodefinimos como socialistas sino que, actuamos en consecuencia. Nuestro Gobierno Socialista aumentó la Inversión Social (lea usted bien, no hablamos de “Gasto Social”) en más de un 60% respecto a los gobiernos de la IV República. Gracias a lo cual hemos logrado reducir la desnutrición, de un 21 % a menos de un 3%, en poco más de una década. ¿Puede usted decir lo mismo de Panamá? Usted, que formó parte de uno de los gobiernos recientes del hermano país. Un país, Panamá, que nos duele tanto como el nuestro, al cual vemos como poco a poco lo van arrastrando por senderos oscuros, empeñados en convertirlo en refugio de capitales de dudosa procedencia.

Nosotros no sólo hemos leído a Lenin, sino también a otros autores como Pierre Bourdieu, de los cuales hemos aprendido, por ejemplo, a desmontar las trampas de las corporaciones mediáticas al servicio de los intereses neo-coloniales y neoliberales. Por cierto ¿Ha leído usted “Sur la Télévision”? Nosotros sí, porque en Venezuela ya no existe analfabetismo.

Claro que hemos leído a Lenin, y como lo hemos leído, sabemos lo que es el “do ut des”, razón por la cual mantenemos el intercambio comercial con los Estados Unidos. Usted mismo da respuesta a la pregunta que formula. Comprendemos que existen determinaciones históricas que obligan a tomar decisiones y mantener ciertos vínculos, aunque resulten ideológicamente incómodos. Para hacerlo corto: sabemos que todo tiene su momento. Pero no por ello vamos a comprometer nuestra soberanía. Hoy, como nunca antes, tenemos criterio propio y defendemos nuestro derecho a autodeterminación.

En Venezuela no existen presos políticos, ni se reprime a estudiantes. Hoy día permanecen detenidos unos señores que han alterado el orden público y pretenden derrocar por la fuerza un gobierno legítimo. Nadie ha sido encarcelado por manifestarse, sino por causar daños terribles al patrimonio público, por incitación a la violencia y por causar pérdidas humanas. Al hablar de “represión y censura”, creo que usted se confunde de país. Colombianos y chilenos han creado una etiqueta para twitter que le invito a ojear (#noesvenezuelaescolombia y #noesvenezuelaeschile). Venezuela es territorio de Paz, donde la censura está prohibida por ley. Pero la Paz necesita de órganos y mecanismos legales que la defiendan y protejan de facciosos.

Por cierto, ¿sabía usted que nuestra hermana República de Colombia lleva más de cincuenta años en guerra? Sin embargo, nunca se ha negado usted a ofrecer conciertos o visitar al vecino país. Hoy día en México, en Michoacán concretamente, el pueblo se ha armado pues se siente desvalido ante la impunidad de los narcotraficantes. ¿Visitaría usted México si le invita Peña Nieto? ¿Ha visto usted como reprimen al pueblo Mapuche en el hermano país austral, un país en el que los estudiantes son apaleados cuando reclaman su derecho a educación gratuita? ¿Rechazaría hacer un conciertito en Viña del Mar?

El Presidente Nicolás Maduro, como lo hizo Chávez en su momento y ningún otro anterior a él, ha llamado al diálogo, desde que asumió el poder. Pero dialogar no quiere decir ceder ante las imposiciones del capital extranjero, ni ante los intereses de la burguesía parasitaria local. Tenemos un Proyecto de País, un Plan de la Patria, independiente, soberano, y no vamos a ceder “ni un tantito así”.

Hermano, todas estas escenas de caos y muerte, no son más que un capítulo del guión que desarrollan quienes pretenden hacer de Venezuela otra Siria, no caiga usted en su macabro juego. Ya lo intentaron en abril de 2002 y fracasaron. Los derrotó un pueblo arrecho. Por cierto, nunca supe de una carta suya dirigida a Uribe o a Piñera, en la que condenase la represión a las comunidades afrocolombianas, a las torturas y el destierro al que han sido sometidos millones de campesinos colombianos por parte de los paramilitares (bajo la complicidad del estado) y que “cruzan la frontera pa’ salvarse en Venezuela”, o la represión a los estudiantes que exigen su derecho a educación pública en Santiago o a los mapuches que reclaman sus derechos ancestrales sobre la tierra.

Le expreso mis opiniones, mi respetado Cantautor, sin rencores ni ironías, con el único objeto de dejarle claro que Venezuela, el Proyecto Revolucionario Bolivariano y Nuestro Presidente Nicolás Maduro cuentan con millones de dolientes, dentro y fuera de nuestro país.

Rubén, quiero decirle que, a pesar de este penoso capítulo que lamentable y tristemente ha querido usted protagonizar, seguiré disfrutando de su valiosa e insuperable obra, tal y como disfruto del trabajo de autores que, como Borges o Vargas Llosa, decidieron en un momento alistarse en “el otro bando”, llegando a apoyar incluso las más sangrientas dictaduras de las que quizás se haya tenido noticia. Su obra, como la de aquellos autores, está muy por encima de usted. Ya no le pertenece, aunque siga usted cobrando, con mucha razón, los derechos autorales.

Usted, como yo y como todos nuestros prójimos, próximos y lejanos, así como todos los cuerpos sociales conocidos, está pleno de contradicciones. Ya sabemos que en nada humano existe la pureza. Yo le juro que seguiré respetando su persona, porque para eso me formé con una conciencia de izquierda, valga decir, en la defensa activa de la dignidad del ser humano, pero quería que supiese que “el que se mete con mi barrio… me cae mal”.

Sin mucho más que decirle, por ahora, me despido.

Atentamente,
Desde un rincón de Anatolia, febrero de 2014.

Cuba, los Derechos Humanos, la contrarrevolución interna y la derecha española.

La derecha española se quiere vestir de obeja.... ¿A quién con ese cuento?

El triunfo de la Revolución cubana en 1959 fue un duro revés para el imperialismo yanqui, el cual no pensó y no concebía que frente a sus propias narices se erigiera un gobierno que no siguiera las pautas que hasta el momento dictaba para el resto del continente.

Enmarcándose en la teoría del fatalismo geográfico_ basada en la Doctrina Monroe, el Destino Manifiesto y sus consecuentes_ la Revolución cubana ponía en duda la invencibilidad de la hegemonía imperial. Esto trajo consigo que el gobierno de los Estados Unidos y su aparato de inteligencia hiciesen una reevaluación de sus estrategias, para sentar otras nuevas que condujeran al derrocamiento de la nueva ideología y cultura de lucha implementada por los cubanos. La diplomacia norteamericana basó su política exterior hacia Cuba en lineamientos hincados en operaciones encubiertas de la CIA y en la preparación, financiación y asesoramiento de organizaciones contrarrevolucionarias fuera y dentro de Cuba. El objetivo es un solo: destruir el socialismo cubano y contribuir a restablecer en Cuba un gobierno favorable a los Estados Unidos.

miércoles, 26 de febrero de 2014

RESOLUCIÓN SOBRE VENEZUELA

Foto: Angeles Salazar

El pasado sábado 22 de febrero de este año, la Plataforma Defensem Cuba se reunió en el nuevo local de la Casa del ALBA (centro de varias organizaciones solidarias con los países del ALBA en Barcelona), donde se realizó su Segunda Jornada de Reflexión.

En la misma se realizó un balance del trabajo en el año anterior y se propusieron nuevos planes para el año 2014, dirigidos en los puntos esenciales de la Plataforma.

En esta jornada, las comisiones analizaron y debatieron los puntos referentes a:
  • Contra el bloqueo imperialista contra Cuba.
  • Contra la Posición Común de la Unión Europea.
  • Por la libertad de los héroes cubanos prisioneros injustamente en cárceles de Estados Unidos.
Pero además, también se adoptó una Resolución de condena a la oleada de violencia que se lleva a cabo en Venezuela por parte de la oposición al gobierno bolivariano y la actitud injerencista de Estados Unidos al financiar estos grupúsculos vandálicos.

Resolución sobre Venezuela (En castellano).

Ante los graves y violentos hechos acaecidos en la República Bolivariana de Venezuela , provocados por sectores de la oposición, financiados y promovidos por los Estados Unidos en su campaña permanente de hostigamiento al Gobierno Bolivariano ,elegido democráticamente en abril del 2013 , los activistas presentes representantes de las organizaciones y colectivos de Solidaridad  con Cuba en Catalunya, miembros  de la plataforma  Catalana contra el Bloqueo, DEFENSEM CUBA.
Manifestamos:
1.-Nuestra más enérgica condena de los actos de sabotajes y violencia realizados por los sectores oligárquicos.
2.-Nuestra denuncia al papel instigador que los medios de comunicación privados, hacen de la violencia y manipulación informativa, de la que se hacen  eco  los medios internacionales de los países occidentales, con el objetivo de desestabilizar la democracia en Venezuela.
3.-Nuestra oposición a las injerencias de los Estados Unidos , la Unión Europea y sus aliados, verdaderos promotores del  “golpe de estado blando” que pretende el derrocamiento del Gobierno Venezolano
4.- Nuestra solidaridad con el pueblo Venezolano en la defensa de su legítimo Gobierno democrático presidido por Nicolás Maduro y apoyado por los sectores populares afines a la Revolución Bolivariana.
5.-Llamamos  a la movilización y denuncia de estos hechos en la sociedad catalana, donde el derecho a decidir de los pueblos  su propio futuro y el respeto a la plena soberanía e independencia nacional frente a las injerencias exteriores , es asumido de forma muy  mayoritaria.
Barcelona , 22 de febrero de 2014
Resolució sobre Venecuela (En catalán)
Davant els greus i violents fets esdevinguts a la República Bolivariana de Veneçuela , provocats per sectors de l'oposició, finançats i promoguts pels Estats Units  en la seva campanya permanent d'assetjament al Govern Bolivariano , elegit democràticament l'abril del 2013, els activistes presents representants de les organitzacions i col · lectius de Solidaritat amb Cuba a Catalunya , membres de la plataforma Catalana contra el Bloqueig , DEFENSEM CUBA .
Manifestem :
1. -La nostra més enèrgica condemna dels actes de sabotatges i violència realitzats pels sectors oligàrquics .
2. -La nostra denúncia al paper instigador que els mitjans de comunicació privats , fan de la violència i manipulació informativa , de la qual es fan ressò els mitjans internacionals dels països occidentals , amb l'objectiu de desestabilitzar la democràcia a Veneçuela .
3. -La nostra oposició a les ingerències dels Estats Units , la Unió Europea i els seus aliats , veritables promotors del "cop d'estat tou " que pretén l'enderrocament del Govern Veneçolà
4 . - La nostra solidaritat amb el poble Veneçolà en la defensa del seu legítim Govern democràtic presidit per Nicolás Maduro i recolzat pels sectors populars afins a la Revolució Bolivariana .
5. - Cridem a la mobilització i denúncia d'aquests fets en la societat catalana , on el dret a decidir dels pobles  el seu futur i el respecte a la plena sobirania i independència nacional front  les ingerències exteriors ,  és assumit de manera molt majoritària .
Barcelona, ​​22 de  febrer  de 2014

Leopoldo López se entregó cuando supo de plan para matarlo

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Tomado de ContraIngerencia.

El líder de la oposición venezolana Leopoldo López se entregó a la Policía al enterarse de un atentado en su contra, afirman varios analistas.

Según el experto Nil Nikándrov en el portal de la Fundación de la Cultura Estratégica, el dirigente de la formación opositora Voluntad Popular decidió “cambiar sus planes” y entregarse a las fuerzas del orden público después de que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) publicara una conversación telefónica entre dos representantes de una organización ultraderechista de Miami que discutían planes para la ‘eliminación física’ de Leopoldo López con el fin de acusar de su muerte al gobierno de Maduro para crear una crisis política y llevar al país a una guerra civil, destaca la cadena de televisión de noticias Russia Today (RT).

El experto señala que los conspiradores externos enviaron varios grupos de terroristas a Venezuela y que, además, tenían cómplices en el entorno de López.

Los agentes de la Agencia de Inteligencia estadounidense (CIA) en Caracas sabían las intenciones de los terroristas, pero no tomaron medidas para garantizar su seguridad. Nikándrov destaca que el líder de la oposición “fue condenado a un asesinato a sangre fría en interés de Estados Unidos”.

“Los conspiradores esperaban que este ‘mártir’ desencadenara procesos de desestabilización en el país”, opina el analista y añade que el asesinato también habría permitido fortalecer las posiciones del otro líder opositor, Henrique Capriles, viejo rival de López.

A pesar de la tensión que existe en Venezuela y de los múltiples problemas que López creó al gobierno, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, contactó personalmente con la familia del opositor y advirtió de la amenaza que se cernía sobre él.

Por su parte, la esposa de López, Lilian Tintori, confirmó a medios estadounidenses que la veracidad de la grabación nunca estuvo cuestionada, ya que conocían a la gente que planeaba el asesinato, manifiesta Nikándrov.

Ex presidente colombiano Álvaro Uribe dictaba órdenes al Ejército para cometer asesinatos

Tomado de Libre Red

El capitán del Ejército colombiano Adolfo Enrique Guevara Cantillo -ex jefe de inteligencia de un grupo élite militar en el año 2004- reveló este domingo que el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010) “dictaba ordenes para cometer asesinatos”, gracias a un estrecho vínculo entre las entonces fuerzas del Estado y ciertos grupos criminales.

Guevara, alias “101”, fue hasta 2004 jefe de inteligencia del GAULA (grupo élite del Ejército Nacional contra la extorsión y el secuestro) en el departamento de Magdalena (norte) y, al mismo tiempo, desde 1998 tuvo la doble función de lugarteniente principal del paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alías “Jorge 40”.

“Irónicamente, yo asesiné personas fue como militar, no como paramilitar”, afirmó Guevara, explicando que no era un infiltrado en los grupos criminales, sino que trabajaba abiertamente para ambos bandos armados, el legal y el ilegal, siendo protegido por altos mandos como el general Mario Montoya, excomandante del Ejército durante el Gobierno de Uribe.

Guevara señaló que él coordinaba en el norte del país la colaboración criminal entre el bando armado estatal y el ilícito paramilitar. Asimismo, resaltó que recibió órdenes directas de Uribe para cometer asesinatos.

En ese sentido, explicó que, por intermedio del general Montoya, recibió del entonces presidente Uribe “órdenes de cometer asesinatos”, al tiempo que describe una “íntima, impune y eficiente relación criminal entre las fuerzas armadas del Estado y los ejércitos del crimen organizado de extrema derecha”.

En otras palabras, Guevara detalló que el general Montoya y Uribe solicitaban los falsos positivos, el entonces mayor Édgar Iván Quiñones Cárdenas (hoy coronel) se encargaba de la logística y su legalización, y era él quien cometía los asesinatos.

Aunque la entrevista a Guevara Cantillo data de septiembre de 2013, en la cárcel Nacional Modelo de Barranquilla (norte), es revelada ahora, tras múltiples comprobaciones y consultas con fuentes militares, judiciales, diplomáticas, civiles y criminales.

Las ejecuciones extrajudiciales que confiesa Guevara forman parte de las estadísticas de los “triunfos” en la guerra de Uribe contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que el propio exmandatario sigue reclamando en su campaña electoral actual.

Uribe intenta hoy día llegar al Senado al frente de una organización política de extrema derecha, de la que es ideólogo principal José Obdulio Gaviria, primo-hermano del fallecido capo de la droga Pablo Escobar Gaviria.

El jefe paramilitar de Guevara Cantillo, “Jorge 40”, actualmente se encuentra preso en Estados Unidos, donde purga una pena por narcotráfico y se encuentra próximo a regresar a Colombia. Al llegar será puesto a disposición de la justicia nacional, que lo reclama.

La Guerra Secreta. Proyecto Cuba


Tomado de Caliban. Revista Cubana de Pensamiento e Historia.
Por Andrés Zaldívar Diéguez


Ocupando un lugar importante en la obra publicada de Fabián Escalante Font —aparecida en conjunto bajo el rubro de La guerra secreta, de la que ya han visto la luz 11 títulos— los aspectos referidos a las acciones del gobierno de Estados Unidos contra la Revolución cubana con posterioridad a la invasión por Playa Girón, al calor de la denominada Operación Mangosta, han sido objeto de particular atención. Esta nueva entrega de La guerra secreta. Proyecto Cuba (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2008) así lo confirma.

Cronista y actor histórico participante en los hechos que narra, en las primeras páginas del libro que comentamos se explicita su tránsito por los órganos de la Seguridad cubanos, hasta ocupar la jefatura de los mismos y, posteriormente, de la Dirección Política Central del MININT, lo que de forma indudable le confiere una autoridad particular sobre los temas que aborda y nos recuerda —para el caso particular del enfrentamiento a la actividad subversiva del gobierno de Estados Unidos contra la Revolución— el reclamo realizado años atrás por el Segundo Secretario del PCC, y entonces ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General de Ejército Raúl Castro, a los participantes en la lucha contra la dictadura batistiana, en el sentido de que quienes habían hecho aquella historia se involucrasen igualmente en escribirla. 

Tras un primer acercamiento al tema en los capítulos finales de CUBA: La guerra secreta de la CIA (Editorial Capitán San Luis, La Habana, 1993), su tratamiento en extenso fue publicado originalmente en 2002 como La guerra secreta. Operación Mangosta (oportunidad en que recibió el Premio de la Crítica). Esta nueva edición del 2008, —corregida y aumentada— mantiene su estructura inicial, compuesta por prólogo, introducción, 11 capítulos, epílogo, una cronología de hechos subversivos contra Cuba durante 1962, y bibliografía. 

El prólogo de Carlos Lechuga —cuya sensible pérdida acaeció pocas semanas atrás— con breves trazos incita a la lectura. Le asiste la razón al comparar el texto con “los filmes bélicos o en los de temas policíacos (…) con sus villanos y sus víctimas, sus acciones aventureras y sus elementos de misterio e incertidumbre”, con la salvedad de que “el libro no tiene componentes de ficción, aunque a veces lo parezca”. En 1962, año en que fundamentalmente se desarrollan las acciones descritas en la obra, Lechuga había sido testigo excepcional de que el gobierno norteamericano había apelado a todas armas, desde las operaciones subversivas hasta, según sus palabras, “las maniobras diplomáticas y políticas para aislar a Cuba y facilitar una agresión militar”.A él le cupo en suerte ser el último embajador de Cuba ante la OEA, en uno de los momentos culminantes de aquellas maniobras diplomáticas: la expulsión de Cuba de aquel organismo en enero de 1962, durante la Octava Reunión de Consulta de Cancilleres de países miembros, lo que sería entonces tomado como pretexto (aunque los defensores de la OEA traten de olvidar esta grosera manipulación de esa organización por Estados Unidos en la actividad anticubana) por el gobierno norteamericano —según se explica en la medida No. 11 de la Operación Mangosta— para el establecimiento del bloqueo económico de Cuba. 

Haber formado parte de las delegaciones de Cuba a las reuniones tripartitas iniciadas en La Habana en 1992 y continuadas luego en Moscú y en Aruba, con la participación de académicos y actores históricos norteamericanos, soviéticos y cubanos, en que se profundizó en “las causas, repercusiones y lecciones de la Crisis del Caribe de 1962” confiere a Escalante autoridad adicional para, desde la Introducción, puntualizar una idea que será leiv motiv de toda la obra que comentamos: la Crisis de Octubre (como es conocida en Cuba)
se precipitó al descubrirse por los Estados Unidos la presencia en Cuba de misiles intercontinentales soviéticos”, pero en la generalidad de los análisis se “obvian, o lo que es peor, escamotean, los antecedentes de la guerra no declarada por los Estados Unidos contra Cuba, que ese año, según documentos oficiales norteamericanos, desclasificados en años recientes, preveía derrocar militarmente a su gobierno” (El subrayado es nuestro).
A “Demostrar las dimensiones de esa guerra” dedica Escalante Font los once capítulos de la obra, puntualizando sus antecedentes y rindiendo culto a los combatientes de los incipientes órganos de la seguridad que “al mando de los legendarios comandantes guerrilleros Ramiro Valdés, Manuel Piñeiro y Abelardo Colomé” enfrentaron y vencieron aquellas agresiones. 

Al abordar la gestación de la Operación Mangosta como intento de revancha por parte de la administración Kennedy, en respuesta a la derrota sufrida en ocasión de la invasión por Playa Girón en abril de 1961, Escalante puntualiza que a través de esta el gobierno norteamericano “jerarquizaba el «caso cubano» por primera vez en la historia de nuestras relaciones a prioridad nacional en materia de política de seguridad” así como que no se trataba de una operación más de las que ocupaban la agenda de la CIA, sino que “Fue una acción de toda la administración” y, citando documentos oficiales norteamericanos, puntualiza la idea central de que “el éxito final, requerirá de una intervención militar decisiva de los Estados Unidos” aunque reiterando que todo ello se había planificado “en momentos en que aún nadie había pensado o conversado sobre la posibilidad de dislocar misiles soviéticos en Cuba”
 
La mayor parte de la obra profundiza en las diferentes acciones norteamericanas encaminadas a estimular “una sublevación «desde dentro»” (pp. 37), que posibilitara aquella intervención militar externa, en una sucesión de hechos que, como vimos antes, evocó en Carlos Lechuga escenas de filmes bélicos o de temas policíacos, además de elementos de misterio e incertidumbre. Y precisamente una de las virtudes a destacar es que, sin dejar de puntualizar la esencia criminal de las acciones anticubanas realizadas al calor de aquella operación, el autor lo logra con un lenguaje sencillo y ameno, matizado a veces con anécdotas que humanizan el relato y nos hablan del principio de ofensiva propio en la labor de los héroes epónimos de aquella lucha. Refiriéndose al proyecto “Cuba en llamas”, con el que la CIA pretendía revitalizar las acciones terroristas al interior del país inmediatamente después del fracaso en Girón, Escalante nos dice (pp. 22):
Pujals Mederos, el cabecilla, había sido capturado casi desde el principio por un jovencísimo oficial, Alberto Santana, que investigando a una persona no relacionada con el caso, efectuaba unas indagaciones en un edificio de apartamentos capitalino, y se percató del nerviosismo de una señora que había atendido a unas preguntas que le realizara como “inspector de salud pública”. Preocupado por aquella actitud, se subió a un tejado colindante y observó, a través de una ventana del apartamento en cuestión, a un sujeto que tenía una pistola al cinto. Rápidamente, regresó de nuevo, tocó la puerta y al abrir la señora penetró abruptamente y detuvo al sujeto, que resultó ser este importantísimo agente enemigo. Ya con la punta del ovillo, la madeja comenzó a desenredarse.
Refiriéndose a la derrota propinada a los intentos de la CIA de unificar a la contrarrevolución interna en el primer semestre de 1962, a través de su agente Manuel Guillot Castellanos, y a una reunión sostenida por este en Varadero con ese fin, calificando al hecho como una “ironía del destino” nos dice:
La reunión de Varadero estuvo todo el tiempo controlada por las fuerzas de Seguridad. Por cierto, una anécdota interesante la constituye el hecho de que en ese momento aún no se tenía identificado a Guillot, razón por la que no se actuó contra los reunidos. Los oficiales de la Seguridad que habían acudido también a ello, a su regreso a La Habana, se encontraron con un auto en la carretera que les solicitaba ayuda, la cual brindaron, no sin antes, sacar “por si acaso” una foto secreta del grupo. Más tarde en La Habana, al revelar el rollo fotográfico, otro compañero que no había participado del operativo identificó a Guillot en la foto. Ironías del destino. Varios días más tarde, dos oficiales que merendaban en la cafetería del Ten Cent de La Copa, en Miramar, se encontraron a Guillot en iguales menesteres y allí sí fue capturado.
Los aspectos de la guerra psicológica contra Cuba, iniciados a través de la propaganda radial y otros mecanismos desestabilizadores al calor de la operación concluida en Playa Girón, se analizan en su continuidad durante 1962, en el capítulo VI, destacando en particular la Operación Peter Pan a través de la que alrededor de 15 mil niños fueron sacados del país sin la custodia de sus padres —uno de los pasos más macabros para desunir a la familia cubana, responsabilidad plena del gobierno de Estados Unidos y las instituciones que con él colaboraron con tal fin—; así como la labor de la Agencia de Información de Estados Unidos, que ya desde entonces acariciaba la intención de emitir programaciones televisivas subversivas contra Cuba —materializadas años después a través de la mal llamada TV Martí—, lo que no deja de ser aprovechado por el autor para dar una connotación de actualidad a su reseña de la actividad subversiva de aquellos años. De esta forma enuncia:
Hoy para la Revolución, inmersa en plena batalla de ideas contra la guerra ideológica, el bloqueo informativo y las agresiones de todo tipo ideadas por los Estados Unidos contra Cuba, las lecciones emanadas de la Crisis de Octubre están cada día más presentes: en los combates ideológicos de estos tiempos contra la ley asesina de Ajuste Cubano; en la batalla que se libró por la devolución del niño Elián González; en la que se lleva a cabo por la liberación de los cinco patriotas prisioneros del Imperio, y en la denuncia constante de los asesinatos que se cometen en las aguas del Golfo de México contra personas inocentes, engañadas por las loas del American Way of Life.
Otro aspecto del cual Escalante extrae una interesante evaluación para el presente lo aborda en su capítulo VIII, dedicado a la valoración de la base operativa de la CIA en Miami, denominada en clave JM/WAVE, que aunque existía desde antaño fue a partir de las acciones anticubanas de la Operación Mangosta de 1962 que se convirtió en la más grande estación subversiva contra país alguno jamás existente. La actuación durante años de JM/WAVE es descrita prolijamente:
Aproximadamente 400 organizaciones de exiliados estaban diseminadas en los Estados Unidos y otros países, cada cual con nombre y tarjeta de presentación, muchas de estas encargadas de tareas específicas dadas por los jefes locales de la CIA que respondían a la JM/WAVE, de la que recibían una “ayuda” económica y de inteligencia, para dirigir sus esfuerzos en la dirección deseada. En total, fueron creadas 55 corporaciones y compañías de “tapaderas” o cubiertas para actuar: agencias de viajes, talleres para reparaciones de embarcaciones, corredores de bienes raíces, almacenes, armerías, estaciones de radio y todo lo que se pueda imaginar, con el fin de asegurar logística y operativamente tamaña empresa.
Un presupuesto fue establecido para estas corporaciones y compañías que no tenían que rendir cuenta a nadie y en las que muchos de sus operativos top secret resultaron ser negocios lucrativos como nadie había sido capaz de imaginar ¿Cómo controlar que ese dinero fuera utilizado para los fines aprobados? ¿Quién controlaba los viajes marítimos y aéreos en el Caribe o a Centro y Sudamérica, que bajo la cubierta de operaciones subversivas eran realizados sin control alguno? ¿A dónde iban a parar las ganancias legales de determinada empresa que servía de “tapadera”? ¿Quiénes eran los suministradores de las armas, los pertrechos militares y otras necesidades operativas? ¿Quién se encargaba de controlar que, por terceras manos, los propios participantes no aprovecharan los negocios que realizaban?
Para culminar con un comentario lapidario, de suma importancia para la evaluación de una de las fuentes principales de acumulación originaria del capital y del poderío de la extrema derecha de origen cubano radicada en el sur de la Florida:
Fue así que creció ese engendro que ha sido denominado “el mecanismo cubanoamericano de la CIA y la Mafia”, que tuvo como antecedente a Bahía de Cochinos y se engendró al compás de Mangosta.
Otro tanto acaece con el análisis que realiza el autor acerca de la denominada Operación 40,
ideado inicialmente como aparato de contrainteligencia para prevenir las infiltraciones cubanas y preservar el proyecto de Bahía de Cochinos”, que “fue derivando en un aparato represivo y mafioso que cobró vida propia y devino instrumento de la nueva clase política surgida a consecuencia de los negocios y la guerra contra Cuba” .
En un sugerente análisis, que por su importancia para comprender las acciones subversivas de los años 80 y 90 hasta la actualidad incita a una profundización mayor, expresa:
En 1973 la Operación 40 se desactivó “oficialmente” y un años más tarde moría Joaquín Sanjenís, en condiciones misteriosas, aún no esclarecidas Por esas fechas también desaparecieron varios de sus miembros connotados, entre ellos Rolando Masferrer y el ex presidente Carlos Prío, ambos asesinados misteriosamente. Es también en la década de los años setenta cuando la opinión pública norteamericana se estremece con las investigaciones realizadas por su Congreso y encabezadas por el senador Frank Church acerca de los planes de la CIA para asesinar a líderes extranjeros por el solo hecho de disentir con la política norteamericana. Nombres como Frank Sturgis (o Frank Fiorini), Rolando González, Howard Hunt, Patrick Gerry Hemmings, y otros, salen a la luz pública vinculados a penetraciones ilegales de establecimientos públicos o proyectos de asesinatos políticos. Fue en esos años cuando el negocio de contrabando de cocaína procedente de Sudamérica adquirió proporciones astronómicas y fueron fundadas nuevas alianzas entre los carteles principales de la droga. Pareciera entonces que la Operación 40 había cumplido su cometido y debía desaparecer junto con sus líderes principales, reencarnando, por un acto de magia del mecanismo cubanoamericano de la CIA y la Mafia, en otro ser, la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), que recogió en su regazo a todos sus mercenarios, los protegió e incluso, como en el caso del terrorista Jorge Más Canosa, devino su dirigente principal (el subrayado es del autor de este comentario).
Uno de los aspectos más deleznables de la Operación Mangosta, los planes e intentos de asesinato del jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro, son desarrollados en el capítulo IX, en que se enfatiza que:
Estos comenzaron desde los primeros días del triunfo revolucionario y en enero de 1961 alcanzaron su nivel máximo de institucionalización con la creación dentro de la CIA de la Operación ZR/Rifle, cuya misión única y exclusiva era «crear capacidades ejecutivas para la eliminación de líderes políticos extranjeros hostiles a los Estados Unidos»
aunque puntualizando que fue al calor de aquella operación que se realizaron las acciones más agudas, ampliando —en una narración con respecto a la cuál ya Carlos Lechuga nos había anunciado que recordaba determinados géneros cinematográficos— con respecto a la participación de la Mafia y contrarrevolucionarios en el país para lograr la desaparición de Fidel Castro a través del “caso de las pastillas envenenadas” a través de dobles atentados, a través de los cuales de asesinaría a algún dirigente revolucionario para luego atentar contra el Jefe de la Revolución en las exequias de aquel; o a través de otros medios con respecto a los cuales tanto la CIA como la Mafia resultaban expertas. Este capítulo es aprovechado por Escalante para rendir tributo al grupo de combatientes de la Seguridad que enfrentaron y vencieron por años esta modalidad subversiva, “encabezados por un internacionalista cubano, veterano de la guerra civil española: Mario Morales Mesa, el querido Miguel, maestro de una generación de oficiales de la Seguridad cubana”. Sobre este tema Escalante abunda en La guerra secreta. Acción Ejecutiva (Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003) y en su versión ampliada La guerra secreta. Operación ZR/Rifle (Editorial de Ciencia Sociales, La Habana, 2006), así como en La guerra secreta. Cronología del crimen 1959-2000, Editorial Imágenes, La Habana, 2005).

El capítulo final de esta obra, al hacer referencia a la nueva operación subversiva aprobada en junio de 1963 por la administración Kennedy en sustitución de Mangosta, también ofrece argumentos válidos para evaluaciones actuales de la continuadamente agresiva política norteamericana hacia Cuba. Al referirse a los fracasos obtenidos por Estados Unidos en el operativo concluido en Playa Girón y al calor de Mangosta, expresa el autor:
Ambos intentos habían fracasado, y fueron causas directas de la Crisis de los Misiles. Por tanto, era necesario diseñar una variante que, buscando los mismos fines de destruir a la Revolución, transitara por caminos diferentes, sacando a la CIA y sus aliados de la Mafia del monopolio de la política cubana, y ése fue uno de los objetivos que se propuso el programa presidencial en los inicios de 1963.
Nada de hacer las paces con los insubordinados “isleños”; había que buscar una vía que, bordeando la confrontación militar, posibilitara a mediano plazo desaparecer la Revolución desde adentro. Nacía así la denominada estrategia de “corrosión progresiva”, conocida también como “destrucción desde dentro”, donde la erosión de los valores ideológicos, políticos, éticos y morales iba a ser privilegiada con fines subversivos, dentro de un nuevo tipo de guerra (el subrayado es nuestro).
Quien redacta estas líneas abriga la esperanza de haber estimulado a la lectura de esta obra, en particular a los más jóvenes del patio y a quienes, allende nuestras fronteras, deseen un acercamiento objetivo a las realidades de la política norteamericana hacia Cuba, continuados de manera similar durante el último medio siglo. Ampliando lo anterior, sería conveniente expresar una idea: >lo que para los cubanos es una verdad que no es necesario demostrar, porque fue vivida por todos, no ocurre exactamente igual para los interesados en el tema de otros países. 

En sintonía con las alusiones a la cinematografía realizadas por Carlos Lechuga al prologar la obra que comentamos, podemos también nosotros concluir citando el filme 13 días, del destacado actor y director norteamericano Kevin Costner, relacionado con la Crisis de Octubre (Crisis de los Misiles; Crisis del Caribe) y seguramente visto por millones de espectadores en todo el mundo. Según pudo escuchar quien esto escribe de uno de los más conocidos críticos cinematográficos del país, Rolando Pérez Betancourt —refiriéndose a 13 días— además de los elogiosos comentarios acerca de su factura, una referencia acerca de sus insuficiencias: adolecía del mismo mal que la mayor parte de la producción teórica foránea sobre aquella crisis: obvia >por completo el agresivo telón de fondo anticubano llevado a vías de hecho por el gobierno norteamericano a través de la Operación Mangosta, que debía concluir con la intervención militar norteamericana en el país. En 13 Días, Cuba es solo el escenario tropical en que hubo un enfrentamiento entre las dos superpotencias. Recomiendo encarecidamente a los amantes del cine de todo el mundo —en particular de la vasta filmografía de Kevin Costner—, lectores de Calíban, que complementen 13 Días con la lectura del libro La guerra secreta. Proyecto Cuba, de Fabián Escalante Font.

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