miércoles, 29 de marzo de 2017

OEA pretende empujar a América Latina y el Caribe a los bordes del abismo

OEA pretende empujar a América Latina y el Caribe a los bordes del abismo
Tomado de PRESSENZA
Por Javier Tolcachier.

América Latina y el Caribe se encuentran a los bordes de un abismo. El abismo lleva por nombre guerra y armamentismo. El continuo ensañamiento del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra el gobierno bolivariano de Venezuela no es fortuito y obedece a un plan que puede arrojar a la región toda a un espiral de degradación social.

Es materia conocida la función histórica con la que ha cumplido esa organización desde su fundación en 1948, en términos de alineamiento con los intereses geopolíticos de los Estados Unidos de América. Basta recordar el aval dado al golpe de Estado en Guatemala (1954), al golpe que derrocó a Salvador Allende en Chile (1973), al golpe militar en Brasil contra Joao Goulart (1964), a la invasión de Panamá (1964), República Dominicana (1965) y Granada (1983) en la que fue asesinado el presidente socialista Maurice Bishop.

Sin embargo, no es ocioso y sí sumamente instructivo para entender situaciones presentes, repasar en detalle algunos documentos históricos desclasificados por el Departamento de Estado de los EEUU, como la  enviada el 18 de Febrero de 1954 (dos semanas antes del inicio de la X Conferencia Interamericana de la OEA y cuatro meses y nueve días antes del derrocamiento de presidente democrático Jacobo Arbenz) a “ciertas”oficinas diplomáticas. En ella, el Secretario de Estado Dulles explica que “el asunto del Comunismo en el hemisferio ofrece un caso testigo para mostrar si la relación (con las naciones latinoamericanas) es útil y efectiva. Obviamente si la OEA no asume una postura razonablemente fuerte en la cuestión, será necesario cuestionar la solvencia de las relaciones en la OEA.

Para John Foster Dulles, derrocar a Arbenz era una cuestión casi personal, ya que además de secretario de Estado era accionista y miembro del consejo directivo de la United Fruit Company, cuyos negocios el gobierno guatemalteco quería “arruinar” mediante la Reforma Agraria.

En la conferencia de la OEA días después se acusó de pro-comunista a Jacobo Arbenz y fue aprobada la “ de Solidaridad para la Preservación de la Integridad Política de los Estados Americanos contra la Intervención Comunista Internacional”. Con este antecedente formal, EEUU dio luz verde al general Castillo Armas, quien invadiendo desde Honduras en Junio de 1954 derrocó a Arbenz. Es remarcable que aquella conferencia fue realizada en la Caracas gobernada por el dictador Pérez Jiménez, a cuya caída siguió el excluyente Pacto del Punto Fijo (1958), que bajo la apariencia de gobernabilidad, habilitó que el duopolio de la social democracia (AD) y el socialcristianismo (COPEI) se repartieran el poder en los siguientes cuarenta años, excluyendo a toda fuerza de izquierda. De la cantera de esos partidos han surgido un importante número de cuadros que hoy, desde la Asamblea Nacional en desacato, reclaman desaforadamente una intervención extranjera en Venezuela.

El ex presidente dominicano Leonel Fernández en una conferencia en la misma sede de la OEA recordó cómo “en la Octava Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, que tuvo lugar en Punta del Este, Uruguay, en enero de 1962, se indicó que como consecuencia de la identificación de Cuba con la ideología marxista-leninista y el socialismo soviético, lo que se consideraba antagónico con la Carta de la Organización de Estados Americanos, se decidió excluir al gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano.” Más aún, se determinó que “la adherencia de cualquier miembro de la Organización de Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el sistema interamericano y el alineamiento de tal gobierno con el bloque comunista rompe la unidad y la solidaridad del hemisferio”.

En esa misma ocasión, Fernández puntualizó como la OEA fue utilizada con el propósito de legitimar la invasión norteamericana de la República Dominicana en1965, simulando una acción de carácter multilateral, para lo cual se constituyó por primera y única ocasión, un organismo político y militar conocido como Fuerza Interamericana de Paz. Aquella acción – ciertamente reñida con los principios declamados por la Carta de la Organización, tenía por objeto impedir que el presidente democráticamente electo Juan Bosch, pudiera retomar su cargo, luego de haber sido derrocado dos años antes.

En el caso del golpe perpetrado por Augusto Pinochet en 1973, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo de la OEA, según consta en su  anual de 1974,  recibió múltiples y reiteradas denuncias sobre asesinatos, privación ilegal de la libertad, tortura, vejaciones, desapariciones, expulsiones forzosas y censura de la libertad de expresión. Las demandas fueron cursadas al gobierno chileno y motivaron visitas de la CIDH a Chile, pero en ningún caso, la Organización de Estados Americanos solicitó la sanción o la expulsión de Chile del organismo, tal como había ocurrido antes con Cuba.

A los demás encubrimientos ya mencionados, se sumarían en los años 80 la inmovilidad de la OEA frente a la guerra financiada e instigada por los mismos EEUU contra el sandinismo triunfante en Nicaragua. Aquí la estratagema utilizada fue el desfinanciamiento intencional del organismo por parte de la administración Reagan.

En ocasión de la Guerra de Malvinas, la OEA sacó una resolución el 29 de mayo de 1982 condenando el “injustificado y desproporcionado ataque del Reino Unido”, haciendo un llamamiento a los Estados parte a apoyar a Argentina y pidiendo a los Estados Unidos abstenerse de apoyar a Gran Bretaña en el conflicto. Luego de que la potencia norteamericana obrase en contra de tal declaración de manera unilateral, no hubo condena ni pedido de expulsión alguna.

Tampoco se levantó la OEA contra las matanzas llevadas a cabo por el ejército fascista en Guatemala y El Salvador en el marco de su guerra contra las guerrillas sublevadas y los esfuerzos de paz finalmente eficaces provinieron del Grupo de Contadora, lanzado inicialmente por México, Colombia, Panamá y Venezuela, con el explícito rechazo de los Estados Unidos.

En 1989, los marines invadieron Panamá, para apresar a Noriega. El representante permanente de los EEUU ante la OEA, Luigi Einaudi, expresó dos días después del desembarco ante el Consejo Permanente de la organización que “invocar el principio de intervención en este caso, pondría a la OEA del lado de los dictadores y tiranos de este mundo, en vías de extinción”.

Tampoco entonces ningún secretario general del ministerio de las Colonias levantó la voz invocando “carta democrática” alguna.

Y no podría asegurarse que las cosas hoy fueran distintas, si se observa quién es el principal financista de la organización. Según datos propios, el de un total de 83,48 Millones u$ (2016) es cubierto en casi un 60% por los Estados Unidos. Otro 30% corre a cargo de sus socios menores Canadá, Brasil y México, aportando los restantes 30 miembros un 10% del presupuesto total.  Y es sabido que el que paga el baile, pone la música.

En vista de estos antecedentes inequívocos, queda claro que el plan actual de ataque contra la República Bolivariana de Venezuela apunta, una vez más, a eliminar todo foco de soberanía política o postura anticapitalista y a aumentar la gobernanza ilegítima del pretendido imperio norteamericano sobre la región, en detrimento de toda posible relación sur-sur, de toda integración regional autónoma o de alianzas económicas y geopolíticas globales multilaterales, que pudieran socavar el unilateralismo.

Más allá del estricto interés geopolítico, en el marco de la necesidad estadounidense de no perder más terreno en la competencia económica con China y otras naciones emergentes, el diseño de la actual ofensiva pareciera además cuadrarse con los requerimientos del complejo militar industrial norteamericano y en particular con las necesidades de su industria armamentista, una de sus principales fortalezas productivas.

El negocio está difícil, la competencia aumenta

En razón del abultado déficit de la administración norteamericana, las empresas proveedoras de armas e insumos para las distintas secciones de las fuerzas armadas de ese país, debieron compensar en años anteriores los disminuidos contratos federales con clientes externos.

Sin embargo, la caída de los precios del petróleo y la retracción económica mundial, si bien no hicieron disminuir el volumen total del gasto militar, lograron retraer en algo su crecimiento. A pesar de los severos conflictos armados en el mundo, el gasto total militar mundial aumentó “solamente” un 1% en 2015. Las expensas desmedidas en el Asia equilibraron la cuenta.

Pese a ello, las cifras del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) señalan que las ventas totales de las diez principales compañías armamentistas – 8 de ellas norteamericanas – cayeron entre 2010 y 2015 en un 22% (de 245 mil a 201 mil millones de dólares).

Los mismos EEUU, por lejos el mayor consumidor de armamento del mundo, con un presupuesto de unos 600 mil millones de dólares anuales, ha reducido entre 2011 y 2015 su gasto en un 16.5%. Algo similar ocurre con Europa Central. También África y América Latina han disminuido sus compras de armamento. Además han surgido fuertes competidores en el mercado, Rusia (25% de la venta total de armas), China, durante varios años comprador de primera, ya se ha convertido en el tercer mayor exportador con un 6% de la torta, superando en las ventas a Francia, Alemania y el Reino Unido. También India, Brasil y Polonia compiten, algo más retrasados, en esta liga del terror.

Todo lo cual sitúa a la industria armamentística norteamericana ante el reto de contrarrestar su relativo retroceso.

El Viejo “New Deal”

Luego del derrumbe bursátil de 1929, la economía norteamericana quedó pulverizada. La difícil tarea de recuperación sería encomendada a Franklin Delano Roosevelt, el cual acudió a las fórmulas del keynesianismo para inyectar liquidez y trabajo a los alicaídos ciudadanos norteamericanos.

Pero el gran negocio apareció con la II guerra mundial, ya no era el New Deal, era el Big Deal. Todas las fuerzas productivas posibles fueron movilizadas para el abastecimiento de la destrucción a escala planetaria. La industria automovilística fue obligada a fabricar aviones bajo reticencia de los empresarios y fuerte presión de los sindicatos. La producción de aviones se multiplicó 28 veces entre 1939 y 1945. Los alicaídos astilleros cobraron nueva vida, llegando la producción de naves a ser 17 veces mayor al finalizar la guerra que en sus comienzos. La guerra significó para el Águila no sólo la posibilidad de producir para destruir a otros, sino también de producir para abastecer a las sociedades destruidas.

El PBI estadounidense creció entre 1940 y 1945 de 101 a 173 mil millones gracias a la producción militar y a un abultado gasto federal, cuyas partidas para defensa llegaron a ser del 90% del presupuesto total en el último año de la guerra.

Y este antecedente histórico es el que preside el horizonte estratégico de desarrollo económico en los EEUU: la maquinaria armamentista permite activar el mercado interno, destruir competidores e infraestructura y participar de la reconstrucción de lo destruido, haciéndose además de los recursos de los países doblegados. Eso ha sido así en todas las presidencias anteriores y mucho menos cambiará con Trump, cuyo gabinete está cargado de estrategas violentos, militares duros y hombres de las finanzas y de las corporaciones.

Es tal la sinergia entre el Estado norteamericano y los fabricantes de armas que existe un mecanismo llamado Ventas Militares al Extranjero (FMS por sus siglas en inglés), por el cual el Estado mismo se ocupa de actuar como intermediario, gestionando ventas de las empresas a compradores extranjeros, sobre todo, en los casos donde los volúmenes son menores o hay falta de experiencia en el manejo de transacciones o de determinados materiales bélicos.

A escasos días de iniciado su período presidencial Trump anunció que pretende aumentar las expensas militares en US$ 54 mil millones, llevando el presupuesto de “Defensa” a un total de US$ 658,5 mil millones.

El peligro del armamentismo se cierne sobre América Latina y el Caribe

Aún si no se llegara a desatar una guerra total – más allá de la guerra mediática, económica y financiera con la que hoy se ataca a Venezuela – existe el peligro cierto de que la retórica y las acciones diplomáticas conduzcan a una escalada armamentista en la región.

Una invasión unilateral norteamericana parece improbable. Sin embargo, cualquier escaramuza podría ser el chispazo en el polvorín, suscitando una clara y justificada reacción gubernamental, la cual sería seguida por una inmediata reacción mediático-diplomática condenatoria y la amenaza de constituir fuerzas de ocupación multinacionales “apoyadas” por países satélites, favorables a la conspiración internacional de derecha, como Argentina, Paraguay, Perú y otros.

Colateralmente, el nuevo clima político (y operadores a cargo) azuzan a los distintos gobiernos de derecha de la región a prepararse para eventuales escenarios de confrontación. O fomentan, con distintas modalidades y argumentos, la opción armamentista recreando conflictos fronterizos preexistentes y las necesidades crecientes de seguridad interior, ya sea contra la delincuencia organizada o en represión de levantamientos sociales producidos por sus mismas políticas.

Así, estas maniobras, mientras tratan de obtener nuevamente el dominio económico y político sobre la región neocolonizada, abren el surco para que sus compañías de armamento recuperen la delantera, frenando la expansión china y la provisión rusa, alimentando la supuesta recuperación económica del poder central.

Como muestra de todo esto, en la reciente reunión del presidente peruano Kuczinski con Trump en Washington, el anfitrión insistió en confirmar la compra de vehículos fabricados por General Dynamics para el ejército del Perú con un costo estimado de 668 millones de dólares. O la venta de sistemas de misiles, aprobada ya en 2016 por el Departamento de Estado al gobierno chileno y valuada en 140 millones de la misma moneda. 

En la misma línea, el sitio web El destape, dio a conocer en una nota fechada el 26/3 la lista de armamento que Argentina solicitó a Estados Unidos a mediados del año pasado. El paquete incluye aviones caza, tanques de guerra, misiles de mediano y largo alcance y helicópteros similares a los utilizados en la Guerra de las Islas Malvinas, por un total de más de dos mil millones de dólares.

A todo esto se suma la tendencia militarista de Brasil, en donde el 4 de Abril comenzará la feria de armamento Laad, que según información propia contará con más de 600 marcas expositoras y la asistencia de 195 delegaciones oficiales.

Todas estas señales indican que los Estados de América Latina y el Caribe, verán crecer una vez más los presupuestos militares. Como contraste, en los últimos seis años, la región había logrado reducirlos en un 3%, representando en la actualidad un 1.28% de su PBI total.

El desquicio social al que conduce el armamentismo es harto conocido. La reasignación presupuestaria, el nuevo endeudamiento y el posterior servicio de deuda implican ineludibles dificultades para atender las necesidades básicas de las poblaciones, en especial, de los sectores más vulnerables. Y hacen aún más remota la posibilidad de revertir la galopante desigualdad. Una vez más, salud, educación, vivienda y cultura quedan postergadas por las apetencias del capital y la connivencia o debilidad de gobiernos de derecha.

Ése el final de la tragedia que comienza si prospera la mentira de Almagro en la OEA, impulsada por EEUU y secundada por gobernantes cómplices, que sin duda, como malos parroquianos, se irán sin pagar la cuenta.

Notas

 Conferencia del Dr. Leonel Fernández, ex presidente de la República Domicana en la sede de la OEA, Washington, 13/11/2014, rescatado de 

 The interamerican system snarls in Falkland War. J.N.Moore, American Journal of International Law, vol. 76 no. 4 p. 830-831


 Extracto de “La Caída del Dragón y del Águila”, J. Tolcachier, Virtual Ediciones, Santiago de Chile, 2011.

 The American Economy during World War II. Tassava, Christopher.



Cronología de la conspiración de Luis Almagro contra Venezuela

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Luis Almagro, Secretario General de la OEA, posando alegremente junto a Henrique Capriles, opositor venezolano, ambos al servicio de los intereses del gobierno de EEUU y su Agencia de inteligencia, la CIA.
Tomado de Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores
Por Yeniree Daza

El 18 de marzo del 2015 fue electo el nuevo secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, con 33 votos a favor y una abstención. Venezuela estuvo entre los países que apoyó la elección del funcionario.

El canciller de la República de Ecuador, Guillaume Long y la canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Rodríguez, expresaron que con la llegada del nuevo Secretario General de la OEA tenían la esperanza de que el organismo multilateral "renovara su espíritu basándose en la unidad".

Lejos de ello, Luis Almagro se convirtió en uno de los principales aliados de la oposición venezolana y del Gobierno estadounidense para atacar de manera reiterada a la Revolución Bolivariana y al presidente de la República, Nicolás Maduro Moros.

En el mes de julio, del año 2015, el opositor venezolano Henrique Capriles Radonski sostuvo una reunión con el representante de la OEA, donde le solicitó el envío de una comisión de ese organismo para que realizara acompañamiento electoral durante las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Capriles fue uno de los principales conspiradores contra el presidente Hugo Chávez, en el golpe de Estado del año 2002 y durante toda su gestión como mandatario.

Dicho encuentro demostraba las reales intenciones de Almagro como parte de la conspiración imperialista contra el Gobierno Bolivariano.

Acelera la conspiración

El 10 de noviembre del 2015, Almagro escribe una carta de 18 páginas dirigida al Consejo Nacional Electoral de Venezuela en la que expresa "sus dudas sobre las garantías del proceso de las elecciones legislativas", inmediatamente el Gobierno Bolivariano rechazó contundentemente la injerencia por parte del funcionario de la OEA.

El 7 de diciembre de 2015, Luis Almagro desea un "futuro de paz" para Venezuela tras el triunfo opositor en las elecciones parlamentarias, obviando que representantes de dicha oposición en el año 2014 protagonizaron "las guarimbas"; violentas protestas que buscaban derrocar al Presidente Constitucional, Nicolás Maduro, y que dejaron un saldo de 43 fallecidos y más de 800 heridos.

Asamblea Nacional en desacato

El 11 de enero de 2016 la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), declaró procedente la denuncia de desacato de la directiva de la Asamblea Nacional (AN), encabezada por los diputados Henry Ramos Allup, Enrique Márquez y José Simón Calzadilla, así como los ciudadanos Julio Haron Ygarza, Nirma Guarulla y Romel Guzamana, quienes se juramentaron ilegalmente como diputados y sentenció como nulos absolutamente todos los actos de la AN que se hayan dictado o se dictaren, mientras se mantenga la presencia de estas tres personas impugnadas por compra de votos.

Ante la decisión soberana que dictaminó el TSJ, 12 de enero de 2016, Almagro arremetió nuevamente contra la autodeterminación de los Poderes Públicos del país y envió una irrespetuosa carta abierta al Presidente venezolano, Nicolás Maduro, con el fin de juzgar la decisión de la institución venezolana.

El 5 de abril de 2016, Almagro pide al Presidente Maduro que firme "inmediatamente" una ilegal Ley de Amnistía elaborada por el Parlamento, que continuaba en abierto desacato a las decisiones del Poder Judicial. Dicha legislación pretendían garantizar la impunidad a ciudadanos procesados por delitos de gravedad.

Continuando con la agenda de desestabilización, el 28 de abril de 2016, Almagro recibe a una delegación de la oposición venezolana en la OEA y anuncia que estudiará la aplicación de la Carta Democrática a nuestro país.

A petición de Venezuela, el 5 de mayo de 2016, se realiza una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA. La Canciller Delcy Rodríguez, rechazó las intenciones del Secretario General para intervenir a Venezuela a través de la aplicación de la Carta Democrática.

Asimismo, la ministra Rodríguez señaló que con las acciones de Almagro se violentan los estatutos de la OEA, que establecen la igualdad e independencia de los pueblos.

El 31 de mayo Luis Almagro solicita la activación del procedimiento para abrir la Carta Democrática contra Venezuela. En un hecho inédito contraviene la normativa interna de la organización hemisférica al solicitar implementar ese mecanismo contra nuestro país. Una acción que solo pueden solicitar la Nación.

La aplicación de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos, contra Venezuela, sería el primer paso para justificar una intervención militar extranjera y propiciar el apoyo a grupos terroristas en el país suramericano para derrocar al Gobierno.

El titular de la OEA sustentó su informe en denuncias de prensa de la Asamblea Nacional (AN) venezolana, de mayoría opositora, evidenciando la parcialidad del mismo.

En este contexto, el presidente Nicolás Maduro acusó a la AN de "usurpar las funciones del Presidente" y de conspirar en conjunto con la derecha internacional para lograr la intervención extranjera de Venezuela.

Luis Almagro fue derrotado, el 2 de junio de 2016. La resolución de la Organización de Estados Americanos, aprobada por 34 países miembros, expresó su apoyo al proceso de diálogo entre el Gobierno y la oposición.

El documento a favor del diálogo reconoció la plena soberanía de Venezuela, sin sanciones, ni amenazas de ningún tipo.

Líderes y movimientos sociales en el mundo expresaron su rechazo ante el injerencismo de Luis Almagro contra la Patria de Bolívar.

El 1 de agosto de 2016, Luis exigió la realización del revocatorio y la liberación de Leopoldo López. El dirigente del partido político Voluntad Popular se encuentra preso tras las protestas de febrero de 2014, denominadas "La Salida", las cuales pretendieron derrocar al Gobierno Constitucional de Nicolás Maduro.

"Las Guarimbas" lideradas por López dejaron 43 muertos y más de 800 heridos. A ese ciudadano se le imputan los delitos de terrorismo, incitación a delinquir, daños a la propiedad y homicidio.

No aprendió de su derrota

Almagro insistió en sus agresiones y pidió a la comunidad internacional actuar ante la "crisis en Venezuela", el 27 de enero de 2017, continuando el ciclo de injerencia, desestabilización y ataques contra Venezuela.

El Secretario General de la OEA se reunió, el 10 de febrero de 2017, con una delegación de la ilegítima AN para continuar las presiones contra la democracia venezolana, a través de la Carta Democrática.

Como parte de su agenda de conspiración, el 20 de marzo de 2017, Luis Almagro convocó a una rueda de prensa con militantes del partido político opositor Voluntad Popular, utilizando las instalaciones de la OEA con fines proselitistas, violentando la normativa de dicha organización.

Ante este hecho, la Misión Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos rechazó enfáticamente a través de un comunicado, las nuevas acciones del Secretario General de este organismo, Luis Almagro.

"Están violando los principios de la no intervención en los asuntos internos de Estado y las normativas internas de la organización que señala que los espacios del órgano internacional no deben ser usados con fines políticos", destaca el comunicado.

Asimismo, solicitaron al presidente del Consejo Permanente, Patrick Andrews, velar por el respeto de las normas que regulan el funcionamiento de la secretaria general de la OEA.

martes, 28 de marzo de 2017

Ramonet: “Ahora tengo ojos cubanos”. #Cuba

Tomado de Mi Cuba por Siempre

Por Patricio Montesinos
Los presidentes  Fidel Castro y Hugo Chávez  dieron a la humanidad uno de los más grandes  regalos, la “Operación Milagro”, que le ha devuelto la visión y atendido a más de tres millones de ciudadanos  en el mundo, aseguró el prestigioso escritor e intelectual Ignacio Ramonet.
En una entrevista al conocido programa “Mesa Redonda”, de la Televisión Cubana,  Ramonet  resaltó  el humanismo de los  líderes históricos de las revoluciones de Cuba, y bolivariana de Venezuela, creadores de ese proyecto médico dirigido especialmente a los más desposeídos de Nuestra América, y de otras regiones del planeta tierra.
El  autor de “Cien horas con Fidel” rememoró varias anécdotas de cuando  le realizó las entrevistas a su interlocutor  para su afamado y excelente libro, publicado y reeditado en numerosos países, y en diversos idiomas.
Recordó que entonces él (Ramonet) usaba gafas (espejuelos) porque era miope, y fue el Comandante en Jefe de la Revolución de la mayor de las Antillas quien lo convenció para que se operara en La Habana.
El además sociólogo, periodista y analista político de origen español radicado en Francia contó seguidamente que tomó en serio el consejo de Fidel, y se sometió a una intervención quirúrgica en el reconocido hospital Ramón Pando Ferrer, donde le hicieron recuperar la visión y quitarse definitivamente los lentes.
A partir de ese momento, dijo, “tengo ojos cubanos”, como muchos hombres, mujeres, ancianos y niños de la Patria Grande y del mundo,  y ello gracias a ese enorme regalo solidario de Fidel y Chávez, y por supuesto de los pueblos de Cuba y Venezuela.
Ramonet tuvo palabras de elogios para la medicina de la nación caribeña, para sus galenos y muy particularmente para el Instituto Oftalmológico  habanero Ramón Pando Ferrer, en el que diariamente sus doctores y personal asistencial hacen una colosal labor humana, aseguró.
El autor de relevantes libros, entre ellos “Mi primera vida” sobre Chávez   “, recordó con especial admiración al líder bolivariano y a Fidel, quienes se convirtieron en dos de sus mejores amigos.
Pero, al menos a mi juicio, lo que más sobresalió de las afirmaciones  del intelectual español  fue que las hizo como si ambos aún nos acompañaran  físicamente, en presente, igual que lo hacen, claro,  millones de agradecidos que reconocen la obra y la valentía de esos gigantes de Nuestra América.
Y ciertamente, es que Fidel y Chávez nacieron para vivir eternamente… ¡Chapó! para Ramonet. 

La dignidad de un pueblo en la voz de Delcy Rodríguez Vs la marioneta de Almagro


La Canciller venezolana Delcy Rodríguez se dirige a los miembros de la OEA (Organización de Estados Americanos_ instrumento desde sus inicios de los intereses imperialistas de los gobiernos de EEUU) para denunciar las sucias maniobras que se están desarrollando desde esa organización contra la soberanía del pueblo venezolano... maniobras injerencistas llevadas a cabo por el propio Secretario General Luis Almagro, quien en mayo del año pasado solicitó, rompiendo toda normativa, la activación del procedimiento para abrir la Carta Democrática de esa organización contra La República Bolivariana de Venezuela.

La actitud de Almagro sólo constata el carácter servil de este instrumento y condicionalidad a los intereses del imperialismo yanqui.


La Unidad de la Izquierda y la Integración Latinoamericana

Tomado de Pensando Américas
Por  Basilio A. Gutiérrez

Intervención en el Seminario Teórico Internacional “Los partidos y una nueva sociedad”. México 23, 24,25 de marzo de 2017

“A un plan obedece nuestro enemigo: de enconarnos, dispersarnos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan”. José Martí

viernes, 24 de marzo de 2017

Desmontando el informe Almagro

Tomado de Misión Verdad

Un documento plagado de inconsistencias, datos manipulados, medias verdades y silencios sobre los actores implicados en la guerra contra Venezuela.

Entrando en materia

El informe de 75 páginas presentado por el secretario general de la OEA Luis Almagro el 14 de marzo, concentra las líneas discursivas y semánticas más acabadas que configuran el expediente por la intervención extranjera en Venezuela.

Esencialmente su cartografía intenta dibujar un "Estado fallido", donde el estatus de la cuestión venezolana supera (según el enfoque de Luis Almagro) cualquier límite nacional y político para su tratamiento, exigiendo su resolución por vías extrapolíticas y excepcionales, a través de medidas de fuerza y asedio, tanto en lo diplomático, político y financiero. El vértigo impuesto a la necesidad de buscar una salida conflictiva a la coyuntura venezolana se hace más que evidente, argumentando que no existe otra opción que no sea la de romper las reglas del juego político, desconocer la Constitución y el Estado de derecho.
Justamente lo que ponen en relieve las trágicas guerras recientes en Medio Oriente (Siria y Libia), es que todo proceso de intervención (directa o indirecta, diplomática y financiera primero, luego bélica) requiere de una semántica y un marco narrativo elaborado que la justifique, un expediente para criminalizar a los países víctimas de asedio.

El informe de Luis Almagro, más allá de que su presentación por sí misma no conlleve automáticamente a un respaldo indondicional de la OEA contra Venezuela en esos términos, es el punto clímax de lo que Venezuela tiene años denunciando (y que ha sido ridiculizado por los sectores antichavistas): el país es víctima de una agenda extranjera que busca una transición política por fuera de la Constitución, a favor de los aliados locales de los poderes fácticos y corporativos que gobiernan los Estados Unidos.

El informe en cuanto táctica diplomática no es el objetivo fundamental de este análisis. Sin embargo es menester recalcar que tan latente está la amenaza de la intervención, que los poderes que operan detrás de esta agenda internacional lo llevaron hasta el límite de su preparación discursiva, colocando todos los dispositivos y detonadores en la trama política internacional. Sea como se desarrolle la arena internacional a partir de ahora, debe tenerse en cuenta como elemento central ese punto de no retorno violentado y la declaración de los verdaderos intereses contra Venezuela.

Hay significados y expresiones que configuran la columna vertebral del documento y que equilibran lo que por la vía de las medias verdades y las inconsistencias estadísticas, le hacen perder credibilidad. Este ataca directamente el aspecto de la memoria colectiva al construir una falsa frontera entre el presente y el pasado: el informe de Luis Almagro propone "restaurar" la democracia representativa en Venezuela.

El documento, visto desde la óptica del márketing y la publicidad, es un acto de venta de ese futuro construido con base a las desgracias del pasado.

Desmonte de las principales inconsistencias y medias verdades del informe

En el desarrollo del informe algunas inconsistencias y mentiras resaltan más que otras, no tanto por sus exageraciones sino por el ahínco colocado en darle verosimilitud. A continuación desmontamos los elementos que configuran la narrativa central del informe.

-"El gobierno saboteó la mesa de diálogo instalada en Venezuela".

Luis Almagro fue el operador internacional más agresivo en contra de Venezuela durante todo 2016. Asumió posiciones que quedaron totalmente descolocadas de la realidad ante la instalación de una mesa de diálogo entre el Gobierno venezolano y la MUD que, como lo reconocieron los principales analistas del antichavismo, gozaba del respaldo de la comunidad internacional. Aunque presionado por las circunstancias a tener una postura cercana a la neutralidad, nunca evitó mostrar su descontento contra la Mesa de Diálogo y contra la participación de sectores antichavistas en ella.

Luis Almagro no menciona, por ejemplo, que el retiro del diálogo por parte de la MUD fue un ejercicio de control de daños, de contención de un acelerado desplome de su base de apoyo político frente al aluvión de críticas generadas, ante la imposibilidad de llevar a cabo sus promesas: referendo revocatorio, elecciones generales y enjuiciamiento político a Maduro. El ataque al diálogo en el informe es una excusa para negarlo como posibilidad y sustituirlo por un escenario de conflicto prolongado, sin solución política y constitucional.
-"El gobierno saboteó y terminó con el Referéndum Revocatorio".

En esta sección del informe, Almagro se hace eco de la versión de la MUD con respecto al referéndum revocatorio para exigir "elecciones generales inmediatas" en Venezuela, método electoral inexistente en la legislación venezolana. La MUD cometió ilícitos electorales que fueron debidamente demostrados en su momento ante el país, cuando, como parte de los requisitos primarios a la solicitud de un referéndum revocatorio contra el presidente Maduro, introdujo un conjunto de firmas plagadas de irregularidades durante la recolección de firmas del 1% del padrón electoral para inscribir la intención de revocar a Maduro.

La coalición opositora introdujo 1 millón 957 mil 779 registros, de las cuales 605 mil 727 (30,9%) presentaron irregularidades, entre ellas más de 10 mil firmas de ciudadanos fallecidos, 9 mil 333 números de cédula inexistentes, más de 3 mil cédulas de ciudadanos menores de edad y 1 mil 335 privados de libertad. De esas firmas invalidadas, 307 mil 747 no cumplieron con uno o más criterios y 97 mil 158 planillas sólo contenían datos en un campo: 86 mil 337 sólo tenían el nombre y el apellido, 80 mil 105 sólo la huella del elector, 18 mil 338 sólo el ciudadano a revocar, 7 mil 823 sólo el cargo a revocar, 1 mil 805 sólo la firma y 396 sólo la cédula del elector. La verdadera razón por las que fueron suspendidas las fases del proceso por las autoridades venezolanas.

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-"Niveles actuales de pobreza son superiores a los de finales de los años noventa".

Al igual que en el informe pasado, esta falacia se basa en la Encuesta de Condiciones de Vida de 2016 de la Universidad Católica Andrés Bello, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Simón Bolívar, que afirma que existe actualmente un nivel de pobreza del 81% en la actualidad, mucho mayor al 58% registrado durante la época neoliberal del Caracazo. En ninguna parte del informe clarifica a qué se refiere con "pobreza", dejando el tema a la interpretación subjetiva. Las estimaciones estadísticas constituyen una vaguedad con respecto a la situación económica real de Venezuela.
Luis Almagro expone estas cifras sin apego a mínimos parámetros internacionales, pero al mismo tiempo oculta el papel del empresariado privado venezolano en los efectos sensibles de la situación económica actual. El sector privado controla más de la mitad de la oferta de productos del país y la utiliza, en el caso de Empresas Polar, como un arma económica de acuerdo a la coyuntura política.

Pero dos datos (omitidos por Almagro) sirven para contrastar cómo, aún en medio de estas dificultades innegables, el Gobierno venezolano ha logrado contener los efectos de la guerra económica: la FAO/ONU en 2016 reconoció al Estado venezolano por "crear el mejor sistema de distribución de alimentos", logrando disminuir los niveles de inseguridad alimentaria de la población. Hace tan sólo cinco días la encuestadora Hinterlaces publicó una encuesta que refleja cómo el 53% de los venezolanos se han beneficiado de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), una política alimentaria para distribuir directamente rubros esenciales a la población.
-"Maduro restringe la libertad de expresión y ataca a los medios de comunicación independientes".

Para hablar sobre los supuestos atropellos a la libertad de expresión por parte del Gobierno venezolano, Almagro cita algunos casos recientes que poco tienen que ver con libertad de expresión y mucho con propaganda de guerra. Trata las sanciones a CNN en Español como un ataque a la libertad de expresión, el caso más reseñado dentro de esta parte del informe.

Pero Almagro no dice, por ejemplo, que el "reportaje" sobre la venta de pasaportes venezolanos en el Líbano es usado como argumento para inferir que Hezbolá y Venezuela planean un ataque terrorista en los EEUU, con Marco Rubio de protagonista, con lo cual queda reflejo del interés político de la agresión mediática. Almagro igualmente invisibiliza a Misael López, el ex funcionario diplomático utilizado para el reportaje de CNN. Reseña una nota de Telesur que "Misael López mantiene una relación personal con Ana Argotti, quien es la actual abogada de Lilian Tintori", lo cual infiere su relación con el partido Voluntad Popular. Este ex diplomático fue despedido en 2015 y las pruebas mostradas por la cancillería venezolana deja en evidencia que forjó su pasaporte. Estas irregularidades y las graves acusaciones realizadas por López, posibilitaron las sanciones contra CNN por parte del Estado venezolano.
-"La crisis humanitaria".

Luis Almagro en este apartado comenta que Venezuela está viviendo una "crisis humanitaria" por la existencia de altos precios en bienes esenciales y escasez selectiva de algunos rubros de la canasta básica, omitiendo los efectos que ha tenido el uso del dólar paralelo como arma económica y el fraude importador de la empresa privada en este proceso, ampliamente registrado por Misión Verdad. Con base en esto Luis Almagro intenta presionar por la apertura de un canal humanitario que tenga como principal gestor a la OEA. El concepto de "crisis humanitaria" es erróneamente utilizado en el informe ya que sólo es aplicable, según la ONU, a desastres naturales y conflictos bélicos de mediana y alta intensidad, que dejan a la población en una situación de vulnerabilidad que pone en riesgo su vida.

La experta opositora en el tema, Susana Raffalli, entrevistada recientemente por Prodavinci comenta que la resolución de la crisis económica a base de “ayuda humanitaria” es un mito, ya que en Venezuela, con sus innegables dificultades, no está ni cerca de crisis humanitarias verdaderas en otras regiones del planeta. A su criterio, sólo existe esta situación cuando la población está en extremo alejada de establecimientos que dispensen comida, producto de guerras o desastres naturales. Al no aplicarse esta condición, no existe crisis humanitaria en Venezuela y por ende cualquier rescate es sólo una excusa para intervenir paulatinamente a Venezuela.
-"El servicio de la deuda parece insostenible".

Con base a datos emitidos por el Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, dirigido por el sicario financiero, Ricardo Hausmann, el Banco Mundial y el Foro Económico de Davos, Luis Almagro afirma que Pdvsa (la principal industria nacional) no puede sostener sus pagos de deuda, intentando imprimirle una imagen negativa a la economía venezolana y un ataque a la credibilidad del sistema financiero nacional. Luis Almagro omite que Pdvsa y el país han honrado todos sus compromisos internacionales de deuda. Hasta enero de 2016 el país pagó 27 mil millones de dólares (deuda de 2014 y principios de 2015), sumando un total de 40 mil millones de dólares hasta finales del año pasado. A principios de 2017 todos los compromisos de deuda han sido cancelados.

Pero Luis Almagro silencia factores mucho más peligrosos: los bancos Citibank y JP Morgan, y las calificadoras de riesgo estadounidenses Standard and Poor's y Moody's, sabotearon las operaciones de pago de deuda de Pdvsa y su plan de canje de bonos el año pasado, levantando alarmas de default, cerrando las cuentas de corresponsalía de la estatal petrolera, alterando el riesgo-país y elevando las calificaciones negativas. Una operación orquestada para bloquear los pagos de Venezuela y afectar sensiblemente su sistema financiero. Quien le sirve de fuente primaria, el sicario Ricardo Hausmann, ha sido uno de los gerentes del bloqueo financiero contra Venezuela.
-"La congelación de activos impide al Vicepresidente tener acceso a una fortuna estimada en 3 mil millones de dólares".

Este quizás es el punto donde el informe de Luis Almagro pierde la poca credibilidad que le había quedado el año pasado. Apoyando las sanciones del Departamento del Tesoro contra el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, el secretario general de la OEA resalta que el funcionario venezolano no podrá tener acceso a 3 mil millones de dólares.

Luis Almagro no incluye en el informe las declaraciones de Tareck El Aissami, donde afirma que no tiene propiedades o activos financieros en los Estados Unidos, lo cual hubiera podido ayudarle para construir una imagen de pluralismo y neutralidad. Pero no. Da como cierto lo que es una estimación de la agencia Bloomberg y de la OFAC, luego replicada por el Miami Herald (medio utilizado como fuente) sin hacer énfasis en que esas pruebas son inexistentes y una mera especulación para legitimar las sanciones. La misma OFAC, que viene diciendo desde 2015 que persigue sanciones contra funcionarios venezolanos, nunca ha revelado que esté investigando ese supuesto capital.

Recursos y métodos de la propaganda de guerra utilizados en el informe.

Señala el investigador Greg Simons, en un texto sobre la guerra información contra Siria, que recursos como el falso dilema y las generalidades brillantes (entre otros), han sido utilizados para legitimar a los mercenarios y terroristas apoyados por los Estados Unidos y la OTAN. Salvando las obvias distancias entre ambos conflictos, el informe de Luis Almagro también puede ser analizado a la luz de estos dos recursos de la propaganda de guerra, en la actualidad absorbidos por la academia en forma de publicidad y comunicación política.

En este sentido, ambos recursos son usados para plantearle al objetivo-audiencia un conjunto de vagas generalidades (las generalidades brillantes de las que habla Simons), para confundirla y forzarlo a aceptar argumentos falaces, imprecisos y manipulados, como los que expone Luis Almagro en su informe.
De igual forma se posiciona en el informe el recurso propagandístico del falso dilema, proyectando la apariencia de estar eligiendo entre dos opciones, cuando realmente se propone un solo extremo: el de apoyar una salida no constitucional a la coyuntura venezolana. Todo lo contrario a esa decisión, será entonces interpretado como un apoyo a "la dictadura" venezolana.

Forzar el golpe, estimular la narrativa del paraestado.

En la parte final del informe, como también en su desarrollo, se emiten “recomendaciones”, entre las cuales destacan la realización de elecciones generales a la mayor brevedad posible, la apertura de un canal humanitario y la renovación de todos los poderes públicos, entre otras exigencias repetitivas como retirar el desacato que pesa sobre la Asamblea Nacional y la liberación de políticos presos por actividades criminales de distinta índole. Todas exigencias que contravienen las leyes de Venezuela y estimulan la generación de condiciones para un golpe de Estado.

Pero a medida que se delinea un escenario de intervención por delegación a través de la OEA de toda la institucionalidad venezolana, también se prefigura una narrativa de suplantación del Estado venezolano.

Ese proceso colocaría, según sugiere entre líneas el informe, como único nexo entre las gestiones (financieras, humanitarias y políticas) de la OEA y la "soberanía venezolana" a la Asamblea Nacional, configurando así un paraestado que desplace a las autoridades legítimas del país, en franca violación de la legislación internacional y el principio de autodeterminación de los pueblos de la ONU. Este es el punto clímax del choque institucional y el golpe continuado (en su esferas económicas e institucionales) que ha generado el antichavismo desde principios de 2016, cuando precisamente comenzó a buscar en el ámbito internacional ser reconocido como el único interlocutor válido para aproximarse a la cuestión venezolana.

El mismo formato aplicado contra Siria y Libia, cuando las instituciones multilaterales globales y de esas regiones reconocieron a mercenarios y terroristas financiados por los Estados Unidos como la única representación política válida de esas poblaciones, y por ende, el único vínculo con la comunidad internacional. El único canal de comunicación con el mundo, el comercio, las finanzas, lo más sensible que constituye al Estado moderno dentro del concierto de naciones. El informe dispone de una narrativa para que, efectivamente, eso deje de ser reconocido en beneficio de los gestores locales de la intervención.

Los ejemplos y las tragedias sobran en la historia reciente cuando se habla de informes presentados por operadores de los Estados Unidos contra países soberanos. De nuestra parte queda entender estos mecanismos y recursos aplicados con anterioridad para desarmarlos a tiempo.

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