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sábado, 7 de agosto de 2010

La contradicción del mentiroso.

Por una año más, el gobierno de los Estados Unidos vuelve a incluir a Cuba en la lista de países promotores del terrorismo.

En dicho informe, que se presenta anualmente por el Departamento de Estado al Congreso norteamericano, al referirse a la Isla mencionan que "Cuba ya no apoya la lucha armada en América Latina y otras partes del mundo". La excusa de Washington es que "proporciona refugio físico y apoyo ideológico" a grupos designados como terroristas por Estados Unidos.

La afirmación anterior, expresada en el documento, enfoca aristas contradictorias que son dignas de mencionar en análisis.

“Cuba proporciona refugio físico”, pero; ¿Estados Unidos no refugia a connotados asesinos y terroristas, formados por la CIA, dándoles cobijo y libertad para seguir deshaciendo a sus anchas y que hasta se jactan públicamente de sus crímenes?

Por sólo mencionar a un par de ellos podemos poner de ejemplos a Posada Carriles y Orlando Bosch, quienes han perpetrado atentados por casi toda la América Latina contra diplomáticos cubanos y otras nacionalidades, volaron en pleno vuelo un avión de cubana en el que asesinaron a 76 pasajeros a bordo. Igualmente, ambos han planificado e intentado llevar a cabo atentados contra el ex-dirigente cubano Fidel Castro, todo bajo auspicio de la Agencia Central de Inteligencia.

Sin embargo, ambos terroristas se encuentran en Estados Unidos y con el amparo de congresistas y el gobierno de ese país; entonces, ¡el gobierno de Estados Unidos es terrorista!

“Cuba brinda apoyo ideológico” ¿Y Estados Unidos no brinda apoyo político, material y financiero a gobiernos corruptos, dictaduras con vasta documentación de crímenes cometidos, a grupúsculos encargados de lograr desestabilización en gobiernos constitucionales, a organizaciones que cometen actos vandálicos y genocidas contra otros pueblos?

Tanto la USAID como la NED, instituciones estadounidenses, financian y asesoran a través de sus empresas tapaderas a grupúsculos para crear conflictos internos en países que deciden tomar un rumbo propio, sin dejarse pisotear por los dictados del imperio. ¿Y a esto cómo podremos llamarlo, sino algo mucha más que apoyo ideológico para sostener el sistema capitalista y hegemónico imperial?

Hace pocos días, por varios medios salió a la luz pública la confirmación del Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental del gobierno de Estados Unidos, Roger Noriega, en entrevista concedida al programa radial WQBA 1140AM, sobre el envío de James Cason, como embajador norteamericano acreditado en la USINA, en La Habana, para provocar al gobierno de Cuba y apoyar a la disidencia interna de la Isla. El apoyo de Estados Unidos a la disidencia se realizó, no sólo ideológicamente, sino que también fue financiero y con planes precisos contra el gobierno revolucionario y dirigidos para ser llevados a cabo por la disidencia.

Pero además de lo anterior, si Estados Unidos apoya de manera ideológica el golpe de estado en Honduras (como en otras ocasiones en otras naciones) y los crímenes del sionismo israelita; entonces, ¡el gobierno de Estados Unidos es terrorista!

Si cada cual sostiene sus razones para adherirse a una ideología y defenderla; ¿Por qué precisamente el gobierno norteamericano desea atacar la ideología del cambio, de la transformación, de abrirse un propio y nuevo camino por parte de los pueblos, como el de Cuba, Venezuela, Bolivia y demás? ¿Hay libertad de expresión si se defiende la ideología del imperio y no para quien defienda otra diferente?

¿Es terrorismo la ideología de la solidaridad y de la ayuda desinteresada que lleva a cabo Cuba? ¿Es terrorismo mandar médicos, asesores culturales y deportivos y maestros a prestar ayuda a otros pueblos; curando, enalteciendo la cultura territorial y regional, creando atletas amateurs y no profesionales que se venden como mercancía o alfabetizando para borrar la ignorancia? Cuba no deja caer bombas sobre otras naciones o sobre otros pueblos indefensos; eso lo hace Estados Unidos con sus guerras de invasión, mientras esgrime hipócritamente excusas de defender derechos humanos, la instauración de la democracia y el establecimiento de paz mundial; pero por detrás, escondidos, están los verdaderos intereses: el dominio geopolítico territoriales y los recursos naturales.

El argumento de que Cuba no apoya la lucha armada en América Latina es ya obsoleto; aunque antes era de tramoyista, ya que el gobierno de los Estados Unidos ha desarrollado una carrera armamentista de inalcanzable nivel, en la cual incluye la proliferación de implantar bases navales por doquier. ¿Si deseas la paz, para qué son las bases militares?

El deseo de implementar un nuevo orden mundial de absoluto dominio por parte de un gobierno, es de carácter totalitario (la implementación de la dictadura de la supremacía económica y militar) y esa intensión sólo es del gobierno de los Estados Unidos.

Además, si después de terminada la segunda guerra mundial se creó un organismo internacional, como la ONU (octubre de 1945), ¿Por qué Estados Unidos se empeña en dictar lo que es bien o lo que es mal para el mundo? ¿Quién o quiénes le han concedido tal potestad al gobierno norteamericano para acusar a otros de terroristas cuando en realidad éste es el promotor y guardián del terrorismo?

Cuba, sólo una vez, envió tropas a otras tierras (al África) con el objetivo de derrocar el Apartheid y liberar a pueblos de esa dominación racista. El gobierno de Estados Unidos apoyó al ejército de Pretoria en su avance de dominación. Sin embargo, ahora, de manera impúdica y farsante, quiso brindarle un tributo a Nelsón Mandela (quien se lo merece con creces) y haciéndose ver que fue su aliado y obnubilando el verdadero papel de Cuba en esa victoria sobre el Apartheid, la cual fue reconocida por el líder africano.

La Cuba revolucionaria nunca ha apoyado a un régimen explotador y racista, como lo hace Estados Unidos con Israel, hoy. Cuba siempre ha apoyado la libertad, independencia y soberanía de los pueblos y la ideología de la Revolución es el principio de respeto a la decisión de los pueblos a trazar su propio camino y destino, sin interferencias, actitudes injerencistas ni condicionamientos hegemónicos como los practicados por el imperialismo.

¿Si lo que Cuba hace es terrorismo, cómo llamar lo que practica Estados Unidos? Es la actitud contradictoria del mentiroso: “Todo embustero cree que los demás son de su misma condición” y pone sus culpas sobre otros con embustes.

Por eso, además del rechazo lanzado desde La Habana a tamaña infamia de aparecer en esa lista de terroristas, es también muy digna la protesta de Evo Morales sobre exigir su exclusión.

Tanto la Bolivia de los indígenas como Evo, como la bolivariana Venezuela de Hugo Chávez, son enemigos que hay que agredir con mentiras, además que con amenazas de invasión. Ni Bolivia ni Venezuela son títeres del imperialismo como la Colombia de Uribe y Santos o como la Honduras de Michelletti o Porfirio Lobo. Por eso aparecen en la lista.

Es muy evidente que derrocar a los gobiernos de estos países significa darle muerte al ALBA y a toda la labor solidaria que se ha logrado en la América, para con esto imponer nuevamente el ALCA y la subyugación económica de dichos pueblos al imperio norteamericano.

Ni Cuba, ni Venezuela ni Bolivia patrocinan ni amparan a grupos terroristas que deseen derrocar al gobierno norteamericano; pero el gobierno norteamericano si lo hace a la inversa contra nuestros pueblos; entonces ¿Quién debe ser el que se encuentre dentro de la lista como terrorista?

1 comentario:

  1. Felicitaciones Gustavo; por la Nota, pero creo que te quedaste corto en los adjetivos, te lo dice un"yorugua" que sufrió, y sufre todavía, las consecuencias de la política imperial de los EE.UU.
    Wáshington771@hotmail.com

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