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viernes, 30 de septiembre de 2011

Primavera árabe y paramilitares en Cuba: nuevos inventos para viejas intenciones.

Tomado de Cubainformacion.tv:

Por José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.
 
El pasado 24 de septiembre, la agencia oficial EFE, controlada por el Gobierno español, publicaba varias noticias sobre violencia de estado: en Wall Street (New York), la policía detenía de forma violenta a casi un centenar de manifestantes en contra del poder de la banca (1); en Bilbao (País Vasco), la policía golpeaba y detenía a decenas de activistas contra el derribo especulativo de un local cultural ocupado (2); en Nablús (Palestina), el ejército israelí asesinaba de un disparo en la cabeza a un manifestante palestino (3). En ninguno de los cables, EFE empleó el término peyorativo “régimen” para asociarlo con la citada brutalidad policial (4).

El mismo día, la agencia EFE cubría la concentración de centenares de estudiantes cubanos que protestaban frente a las conocidas Damas de blanco, a las que acusaban -con sus gritos- de estar pagadas por el Gobierno de EEUU (5). En el incidente, la mayor cota de violencia fueron varios forcejeos y empujones, y la policía solo intervino para separar a las partes. Sin embargo, la agencia EFE –cuya nota fue reproducida por numerosos medios de prensa- mencionó hasta en tres ocasiones al “régimen cubano” como instigador de los hechos, al calificar a los citados estudiantes como “grupo de afines al régimen cubano”, “seguidores del régimen” u “oficialistas”.

Otro medio, también controlado por el Gobierno de España, Televisión española, llegaba al insulto directo, calificando al Gobierno cubano –al clásico estilo de los canales de Miami- como “dictadura comunista”: “Han sido varios centenares de personas que coreaban consignas revolucionarias en apoyo a la dictadura comunista cubana” –decía la presentadora del Informativo 24 horas- (6).

Al informar sobre esta protesta estudiantil contra las Damas de Blanco, Televisión Española, la agencia EFE y el resto de grandes medios eliminaron intencionadamente de sus notas algunos elementos imprescindibles para entender el malestar de los estudiantes y, por tanto, para comprender la noticia. Ninguno mencionó, por ejemplo, las recientes pruebas –aportadas por Wikileaks- de los pagos del Gobierno de EEUU a las Damas de Blanco (7). Tampoco mencionaron la presencia en la zona de dos representantes de la oficina diplomática de EEUU en La Habana, que acudieron a apoyarlas (8).

Pero la desproporción y el dislate lo puso, en esta ocasión, un medio digital de la derecha cubana en Madrid, “Diario de Cuba” que –curiosamente- está sostenido también por el Gobierno español, mediante una subvención anual de la Agencia Española de Cooperación Internacional (9). Este medio calificaba a los estudiantes enfrentados a las Damas de Blanco como “paramilitares” (10). El principal testimonio en la noticia era el de Orlando Luis Pardo Lazo, el mismo bloguero “disidente” que, hace unos días, anunciaba una violenta intervención policial en una iglesia de La Habana que, finalmente, se reveló como un completo invento (11).

Foto expuesta por el blog de la disidencia "Diario de Cuba", en la cual se pone al pie de la foto: Turbas paramilitares frente a la casa de Laura Pollán. En primera línea, agentes de la Seguridad del Estado. (OLPL)
Cabe preguntarse: ¿Dónde están los citados paramilitares, cuando lo único que se observa son civiles portando banderas cubanas? ¿Ahora a los estudiantes universitarios se les llama paramilitares?
¡Vaya farsa la de estos fariseos vendidos al imperialismo yanqui!
Curiosamente, según Amnistía Internacional, tras la excarcelación de los últimos 126 presos, en Cuba no existe ya ningún “preso de conciencia”, argumento principal –recordemos- de la actuación de las llamadas Damas de Blanco (12). La agencia Europa Press reconocía que ahora sus acciones se dirigen a “la liberación de cerca de 50 prisioneros acusados de violentos crímenes” (13).

Eliminado el argumento de los supuestos “presos de conciencia”, para entender la nueva línea de actuación de las Damas de Blanco, debemos enmarcarla en la estrategia –presentada públicamente en Washington el pasado 21 de septiembre”- de crear en la Isla una suerte de “primavera árabe” (14).

En dicha rueda de prensa, representantes del llamado “exilio cubano” aseguraron que existe en Cuba una "sublevación del pueblo”: “vemos explosiones sociales en todas las provincias. Está el pueblo saliendo a las calles, está apoyando a las Damas de Blanco” –decía la “Dama de blanco en el exilio” Josefina López Peña-. Excuchando esto, alguien podría pensar en miles –o al menos centenares- de personas en las calles del país. Sin embargo, si nos remitimos a las únicas imágenes que los medios de Miami han repetido una y otra vez en las últimas semanas, la conclusión es bien distante al de una situación de “explosión social”.

En una de ellas, vemos a cuatro mujeres tras una pancarta en el Capitolio de La Habana. Son retiradas sin apenas violencia por la policía cubana (15). Mientras, la misma persona que graba con su cámara el incidente, insulta a los agentes. Los canales de Miami convierten a este participante de un evidente montaje en “el pueblo”. “En los últimos días, en Cuba se han venido suscitanto distintos tipos de protestas contra el régimen pidiendo libertad. (Por ejemplo), en la escalinata del Capitolio, el pueblo les gritó a los policías” –narraba el presentador de T51 (Telemundo)- (16). En otro video, dos mujeres protestan con una cacerora en el céntrico mercado habanero de Cuatro Caminos, ante la indiferencia absoluta de los viandantes. Los medios de Miami convierten la escena en una nueva “protesta popular”. A finales de agosto, estos mismos canales anunciaban que, por vez primera, la policía revolucionaria cubana había empleado gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos. “Y esta noche, Vds. serán testigos de este brutal ataque con estos gases lacrimógicos, que gracias a los teléfonos celulares que estaban allí pudieron captar los hechos” –decía el conductor del mismo informativo-. Curiosamente, en las imágenes que ofrecen como prueba no se aprecia nada parecido a una carga policial con gases, algo –por otro lado- absolutamente habitual en tantos lugares del mundo.

El escenario final de toda esta estrategia de “primavera árabe” para Cuba –a partir de pequeños incidentes inflados por los medios- lo ponía la presidenta del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de EEUU, la ultraderechista de origen cubano Ileana Ros-Lethinen, que reclamaba a Barack Obama una intervención en Cuba, como en Libia: “En el caso de Libia, ahí estaba le presidente Obama siendo el líder número uno (sic), diciendo que necesitamos estas sanciones, y vamos a formar este grupo con la OTAN, y vamos a las Naciones Unidas. ¿Por qué Cuba va a ser la excepción?” (17)

En toda esta estrategia, las Damas de blanco juegan un papel más que evidente. Su portavoz, Laura Pollán, lo resumía al presentarse como “la llamita” para una rebelión en la Isla: “En muchos pueblos (de Cuba), sobre todo de Oriente, se están haciendo las manifestaciones sociales que han comenzado como una manifestación y ha llegado al derrumbe del poder. Las Damas de blanco pueden ser la llamita que prenda la fogata” (18). Pero, a pesar de su probado papel en la estrategia de intervención de EEUU contra su propio país, los medios –como la agencia oficial EFE- siguen definiendo a las Damas de Blanco como un “colectivo pacifista”, que “aboga (...) por el respeto a los derechos humanos” (19). Los mismos derechos humanos –imaginamos- de las centenares de víctimas causadas por los bombardeos de la OTAN en Libia, con el mismo objetivo de instaurar un gobierno acorde a los intereses norteamericanos y occidentales (20).

En este sentido, recordemos cuál es el modelo político a seguir por Cuba, según las Damas de Blanco. Con este ardor defendía su portavoz al golpista hondureño Roberto Micheletti: “Ver un hombre que fue capaz de sostener ese poder allí en Honduras, realmente es muy emocionante saber que él nos apoya, saber que él pide todos los días a Dios porque en Cuba se restablezca la democracia, porque no haya muertos” –decía Laura Pollán a una radio hondureña- (21).

Y es que –aunque los medios se empeñen en censurarlo- detrás de la escasa, artificial e impopular actividad de las Damas de Blanco, se encuentran los más de 20 millones de dólares aprobados para el presente ejercicio fiscal por la Administración Obama, con destino a la llamada “disidencia” cubana (22). Muchísimo dinero a cambio del cual el Gobierno de EEUU –en estos tiempos de crisis- está exigiendo a sus mercenarios en La Habana resultados palpables, en forma de incidentes con cobertura de prensa que puedan servir como argumento para un aumento de la presión internacional contra la Revolución cubana.

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