Desde hace ya algún tiempo atrás, leyendo artículos sobre Pablo Milanés y sus apacibles entrevistas concedidas a medios foráneos, comencé a denotar en sus palabras cierto brote de banal desprendimiento cuando hacía referencia a temas medulares sobre la Revolución cubana.
En estos días, el cantautor ha vuelto a ser instrumento fundamental (muy a pesar de él estar renuente a reconocerlo) de los medios noticiosos de Miami y otros ecos, aprovechando una gira programada por el artista a Estados Unidos. Nuevamente se enarboló con intriga esos temas movidos rebuscadamente con argucia, con apariencia de crítica, pero incentivando los puntos de contrastes (inadvertidos o directos, circunstanciales y exacerbados, simulados o manipulados, de exasperación y divisorios), que los monopolios informativos ponen al servicio de la política orientada en el caso particular de Cuba.
Sin embargo, Pablo ha abierto prestadas alas en su pausada y crisálida metamorfosis, en la cual no ha necesitado un coche de chapa HK para perderse en el camino del Morro (en alguna tarde de febrero), pero en la que ha elegido olvidar las lágrimas de quienes han llorado a sus muertos en estos siglos de lucha del pueblo cubano por lograr la independencia obtenida en enero de 1959 y ha preferido abogar por una sutil defensa hacia quienes, desde el exilio, patalean por el fin de la Revolución o apuestan por cualquier vía para destruir lo alcanzado hasta ahora, con el amparo y financiamiento de los gobiernos y organismos estatales de los Estados Unidos; incluyendo a grandes empresas norteamericanas que han hecho carrera disponiendo de fondos para los lobbies de agresión y subversión contra Cuba.
En su corto abanico de manifestaciones, hasta las de arrebato contra Edmundo García, Silvio Rodríguez y demás intelectuales de Cuba, hay cuestiones para detenerse a reflexionar.
Una de estas cuestiones radica en no tener “compromiso a muerte con los dirigentes de la Revolución”; lo cual es real como su existencia misma... ¡Nadie en Cuba lo tiene por obligación! ¡Compadre!, no es requisito imprescindible para formar parte de la sociedad que se construye; pero en su más interior, Pablo, sabe que los cubanos buenos sí aceptan dicho compromiso por cuestiones de principios, convicción política, moral; por creer en los ideales acogidos por la generación del centenario, quienes dieron el triunfo al pueblo cubano y pusieron en práctica ese necesario cambio político, económico y social del precario sufrido antes del 1959, para bogar en un camino de soberanía y autodeterminación.
_ ¡No, Pablo! No es tan importante hacerle una canción a Fidel, pero si es absolutamente denigrante sostener la voluntad de cantarle a las farisaicas “Damas de Blanco”, quienes siguen dispuestas a montar sus comparsas de provocaciones, por simplemente sentir el tintineo del dólar en sus bolsillos. “Damiselas” que se proyectaron a favor del golpe de estado en Honduras por Roberto Micheletti y el genocidio cometido contra ese pueblo hermano, y también se alegran de la confabulada libertad otorgada en El Paso al terrorista Posada Carriles.
_ ¿Cómo es posible, Pablo, te moleste más el abucheo de rechazo del pueblo sencillo y trabajador hacia estas señoras, que todo el espavientoso y ficticio drama que las mismas articulan por orden de la SINA, en su política de subversión establecida?
_ ¿Cómo es posible, Pablo, tu humillante conciliación con quienes han llevado medio siglo de ataques de todo tipo contra tu país y pueblo cubano, como si con ello insinuaras que por acto divino de la providencia todo el que ejecutó o alberga un acto de agresión contra Cuba (verbal o vandálico) se puede convertir en un santo si se le excomulga de un plumazo sus pecados criminales?
_ ¿Cómo es posible, Pablo, levantes tu narcisismo de iracunda rabia contra los compañeros que siguen con pie en tierra, defendiendo y fundando en Cuba y fuera de ella también, para aceptarle la hipócrita adulación a los Carlos Alberto Montaner, las Yoani Sánchez y demás de esta turba, porque simplemente tú has asumido una conducta y expresiones indignas?
_ Pablo, te alerto que para C. Alberto Montaner y su fardo de los monopolios informativos podrías llegar a ser “Duque de Otranto”, sólo y sólo si te conviertes en otro Joseph Fouché; ya que éstos (parafraseando a Rubén Blades y Willy Colón) “medios de plásticos”, desde “escenarios ubicados en edificios cancerosos” y usando “personal con rostros de poliéster” intentan adjudicarse peones que cuestionen sin razón de ser o apego a la verdad y vendan “por comodidad, su razón de ser y su libertad”. Lo cual es una verdad demostrable. Por lo tanto, gustosos llevarían a la práctica las líneas de Buena Fe: “Te atraparé por el cuello y te lo voy a apretar, más te exijo firmemente no te puedes quejar, porque me da jaqueca, me pone mal humorado"… pero como política imperial, a los lacayos les hacen llegar las migajas que se dejan de la piñata principal. Todos los tontos con alma de siervo y traidores terminan diciéndose a sí mismo: “si a fin de cuentas estar ahorcado no es tan malo…” ¿Qué quieres decir tú?
Pero de todo lo dicho por Pablo, sí hay algo que me gustaría valorar con radical agudeza, porque, amén de todas las dificultades obvias que presenta el proceso social socialista cubano (ya que no es una sociedad perfecta y muy bien cantada por el cantautor, también), no creo que exista alguna otra sociedad creada hasta el momento que lleve su hacer cotidiano con mayor crítica de sus propios errores como la cubana, como ninguna otra sociedad ha llegado a tener líderes que desde los inicios del proceso quienes hayan criticado y sentenciado las chapucerías, la burocracia, el mimetismo, la corrupción y la tendencia al conformismo. Fidel no convidó al pueblo a creer, sino a leer y así se pudiera preparar para crear; pero también para fundar consciencia revolucionaria en la autocrítica y la combatividad contra tendencias negativas. La Revolución le dio cultura gratis al pueblo para que pudiera pensar por sí mismo y se proyectara el futuro, pero sin concesiones ni traiciones.
_ Pablo, con tus palabras no sólo irrespeta al periodista Edmundo García, quien se encuentra entre lobos denunciando las barbaridades del lobby miamense contra Cuba, sino a todos los pobres de este planeta que hicieron tus canciones las banderas de lucha y esperanza, como también a todos los intelectuales y dirigentes cubanos que han entregado sus mayores esfuerzos (incluso la vida) por mantener y desarrollar el proceso erigido con la Revolución; que de hecho no han sido pocos, sino muchísimos.
¿Habrá que recordarle a Pablo, entre otros tantos de similar estilo realizados en estos 52 años de Revolución, el Proceso de Ratificación, Rectificación de Errores y Tendencias Negativas realizado en Cuba en la segunda mitad de los años 80s?
_ ¿Pablo, tan ciego te has vuelto como para no ver a Cuba actualizándose a diario, según necesidades y tiempos que corren, con la participación del pueblo en vínculo directo con la dirección nacional del partido y gobierno, en debates y análisis para conocer directamente de los cubanos opiniones, alternativas, ideas y propuestas concretas y factibles para seguir desarrollando la economía, la cultura, la política y la ideología socialista; como se pudo apreciar en los lineamientos discutidos, analizados, renovados y aprobados por el pueblo en el presente año 2011?
_ ¿Pablo, te has desentendido tanto de la prensa nacional para no ver los diferentes espacios radiales, televisivos y de imprenta donde se refleja la dura crítica de los profesionales cubanos, exponiendo certeramente las dificultades a superar y errores a rectificar en el andar cotidiano del país y mejorar el futuro?
Ejemplos de trabajos críticos puedo poner más que miles; sin embargo, primero citaré un trabajo realizado por Felipe de J. Pérez Cruz (Licenciado en Educación en la especialidad de Historia y Ciencias Sociales, profesor e investigador) en el 2009, titulado “Ratificaciones, Rectificaciones y Cambios: La Revolución Cubana en el siglo XXI”, en el cual expone una clara fotografía de la situación cubana en su vida interna y las repercusiones de las influencias del exterior. _ ¿Te lo has leído e interiorizado, Pablo?
De todas maneras, de dicho trabajo cito: “La praxis revolucionaria cubana, aún necesitada de estudios y fertilizaciones desde el pensamiento científico social y cultural, nos ha conducido a afrontar una compleja lógica de logros y reveses, avances y estancación, rectificaciones y cambios; pero la tendencia prevaleciente, marcada por el liderazgo de Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y Raúl Castro, ha sido la inconformidad, la autocrítica y la búsqueda constante de nuevos espacios de realización revolucionaria. Desde mediados de la década del ochenta, nos percatamos – antes que la dirección soviética hablara de perestroika- de la necesidad de rectificar el modelo socialista en curso. Y en tal criterio se inicia el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas en los debates del III Congreso del PCC en 1986.”
El proceso de rectificación de errores y tendencias negativas fue una revolución conceptual profunda y abarcadora, que tuvo por centro la autocrítica y reflexión colectiva, y el reencuentro con los fundamentos más genuinos de la ideología revolucionaria cubana.”
_ Ideología que ha entrado en crisis en ti mismo Pablo, por el deterioro y desviaciones que al parecer has sostenido siempre; sólo que ahora lo pones al descubierto.
_ Pero para evitar te alces con aparente ego victorioso sobre la limitación de acceso a internet de los cubanos, ya que expongo un enlace a internet y tú conoces bien (como las omites) las jugarretas del gobierno norteamericano sobre este tema contra Cuba; también, desde hace ya muchos años, en el Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, existe una sección denominada “Cartas a la Dirección” donde le han dado espacio a todos los cubanos para exponer sus criterios, como para recibir respuesta de los dirigentes y responsables del gobierno y empresas a diferentes niveles, así de otros cubanos que desean ser partícipes de explicar procesos, situaciones o brindar experiencias propias en la búsqueda de soluciones diversas.
_ Solamente hay que poner proa por nuestros medios y encontrarás muchos otros dados por el gobierno y sus ministerios, como otros espacios abiertos por personas e instituciones a títulos personales y con suficiente autoridad de criterio y alta dignidad, donde polemizan, critican, debaten, sancionan y brindan vías solubles a los problemas existentes dentro de la sociedad y la economía cubanas.
_ Pablo, por la tormentosa situación que has creado, estimo que si no eres víctima de albergar alguna fase de enajenación por Alzeimer debido a la edad (que no es tanta en tu caso) o algún fármaco te esté trastornando involuntariamente todo su ser, entonces has sido toda tu vida un inmenso hipócrita que ahora va perdiendo la vergüenza y ya no le importa servir de instrumento a esa maquinaria feroz que se ha alojado en Miami con el apoyo y amparo de los gobiernos norteamericanos para atacar a tu país y pueblo, que tanto te ha cantado y aplaudido.
Todos estamos muy conscientes que Pablo Milanés no necesita autorización de nadie ni de entidad cubana alguna para verter sus opiniones personales, es simplemente un derecho que le asiste llevarlo a cabo, pero si es una responsabilidad suya ser consecuente con esos principios que flamean en sus canciones, los cuales han sido banderas de combate para Cuba y otros pueblos del mundo.
_ Pablo, a la hora de los hornos, te has quedado enquistado con cada palabra pronunciada por tus labios… realmente no te haces más libre, sino más cómplice; ya que con tu actitud vas pactando in-"directa"-mente, con un único enemigo, dando todo el alimento que necesita para engrosar mucho más la estampida propagandística de aniquilación contra Cuba.
Las respuestas emitidas por muchos intelectuales cubanos, y otras personas en el mundo, han ido en la búsqueda del resquicio consciente y responsable que pueda quedar en el Pablo Milanés fundador de la Nueva Trova cubana, movilizador de masas populares para cantarle a la vida y la libertad e incentivador de juventudes en el apego a las más profundas raíces de nuestra historia de luchas y vasta práctica solidaria.
Con la conducta de Pablo Milanés siento, dentro de mi incontenible rabia, un gran asombro por sus desafueros (me dejaron atónito en un principio), que desmerengó de un plumazo la confianza depositada en él y, además, una vergüenza inmensa al ver, que el enemigo pudo más y nos arrebató al hombre, al poeta, al músico, al compañero, al revolucionario: quien era, sin conocerlo personalmente, considerado un amigo.
Por tanto, situaciones como la vista sólo me conlleva a reafirmar mi opinión personal, de preferir convivir con los errores de la Revolución y en su lucha por hacer un mundo mejor, que vender mi alma al diablo. Como sentenció Silvio Rodríguez y es parte del refranero cubano: “que cada cual asuma las consecuencias de sus actos.”
Tan sólo, por respeto al proceso que le brindó convertirse en toda una figura cultural de referencia para Cuba y los pueblos del mundo, debería meditar sobre su conducta y hacer el proceso de autocrítica que tanto le exige a Cuba. Porque quien peca de principios, pecará en cualquier cosa. Hay principios esenciales que no se pueden ni perder ni apartar por "intereses momentáneos", ya que eso, a la corta o a la larga conlleva a la traición de uno mismo y de los que nos rodean en la causa común, y el enemigo reirá mientras se frota las manos.
PD:
De Sabina no emborronaré muchas líneas; sólo expresar que este personaje no alcance a ver que el M15 que pide para la Isla grande del Caribe, verdaderamente surgió con el M-26-7 y el pueblo lleva haciendo Revolución desde enero de 1959. ¡Nada! Se evidencia que su analfabetismo por las nuevas tecnologías le ha hecho metástasis en la vista y cerebro para las cuestiones de Cuba.
Carlos Alberto Montaner y Yoani Sánchez escriben sobre y para Pablo Milanés.
Descargar en PDF: Ratificaciones, rectificaciones y cambios: Revolución cubana en el siglo XXI:
Caliban: Revista Cubana de Pensamiento e Historia: http://www.revistacaliban.cu/articulo.php?article_id=37&numero=3
Otras declaraciones sobre la conducta de Pablo Milanés.
Ha sido genial este artículo tuyo amigo, el mío se queda sólo a unos escasos milímetros del suelo en comparación este suyo amigo. saludos y le reitero su grandeza. Le admira Marcos Torres
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