La des-información de los monopolios y fariseos (incluyo los contratados por la Oficina de Intereses de EUA y otras embajadas europeas, en La Habana) también se desean adueñar del tema “acceso de Cuba a internet y la telefonía” y propagan dudas con espantosas argucias.
Con toda intención culpan al gobierno de la Isla de establecer prohibiciones de conexión a la población, cuando en realidad el aparato gubernamental sólo intenta coordinar las prioridades del país (instituciones científicas, entidades gubernamentales, centros educativos, turismo, etc.) con el uso responsable de la estrecha banda de internet permitida a Cuba.
Hay que tener presente, que los pilares técnicos de internet están controlados por entidades estadounidenses, las cuales dictan sus normas y el gobierno norteamericano incide directamente en la política de uso de la misma. De esta manera le han dejado a Cuba un permiso de contratación de 124Mb/seg. en bajada y 65Mb/seg. de subida, un ancho de banda del mismo tamaño que un hotel en la Florida (EUA). Además, el bloqueo económico, financiero y comercial estadounidense obliga a la Isla a una conexión vía satelital, siendo cuatro veces más costosa y más lenta que la conexión al cable submarino. Algunos de éstos pasan a pocos kilómetros de la Isla. Es una manera de provocarle al pueblo cubano mayores costes en este servicio, saturar las conexiones y obligar al gobierno cubano a mantener un control de servicios: una manera muy indirecta por parte del enemigo de conllevar el disgusto a la población; pero eficaz si no hay claridad al respecto.
Pero la política de desprestigio a la Revolución, también incluye el propiciar acceso a la red y uso de alta tecnología a quienes dentro de la Isla “colaboren” con los intereses imperialistas. Ejemplo está en el intento de introducir antenas como si fueran tablas de surf para la conexión de la disidencia y los llamados “periodistas independientes” con la propia SINA y el exterior de manera ilegal. No es un secreto que una de las tácticas usadas por Estados Unidos es la creación de redes invisibles que posibiliten minar a gobiernos incómodos que no responden a sus intereses imperiales.
Otro ilustradísimo ejemplo es el apoyo tecnológico que se le brinda a la archi-“sui-generis” de Joani Sánchez, cuyo blog “Generación Y” utiliza el sistema Joomla con portal alojado en un servidor de la empresa Cronos AG Regensburg (sucursal de Strato, Alemania) y su dominio se realizó a través de GoDaddy, la compañía preferida para registrar los sitios que el Pentágono utiliza para la ciberguerra.
Aunque, Cuba no está muy lejos de la realidad palpable de muchos países industrializados; sólo bastaría echar un vistazo al mundo para conocer que hasta ellos no son santos de brindar libremente las posibilidades de acceso; no sólo por cuestiones de prohibiciones, sino también por cuestiones económicas de muchas familias radicadas en esta parte del mundo. Si en el llamado “Primer Mundo” hay miles de miles de familias perdiendo sus casas por no alcanzar a pagar sus hipotecas, qué quedaría la conexión a internet o mantener una línea telefónica.
El tema “Cuba-Internet” ha sido un acápite de manipulaciones, desdibujando intencionalmente la preocupación de cualquier cubano en una “rebeldía” contra lo que desean afanosamente llamar de “régimen” a la Revolución cubana. Se debe rememorar el caso Eliécer Ávila, quien aún siendo estudiante de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), y en un encuentro con Ricardo Alarcón, el Presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), le solicitó respuestas a sus inquietudes. No faltaron medios internacionales capitalistas que dieron como certera noticia el encarcelamiento del joven, cuando era totalmente incierto, y poco después el propio Eliécer lo desmintió públicamente.
Sin embargo, frente a este “incidente” también habría que rememorar el caso de Andrew Meyer, de la Universidad de La Florida en EEUU, a quien le vino la policía encima pegándole shocks eléctricos tan sólo por cuestionar al candidato John Kerry, queriendo conocer el por qué el Congreso norteamericano no iniciaba un juicio político contra el presidente George W. Bush.
Eliécer Ávila tuvo la suerte que le faltó a Andrew Meyer; de seguro que fue por vivir en Cuba y no en los Estados Unidos.
Las especulativas críticas propinadas contra el gobierno socialista de Cuba sobre este tema en cuestión, van dirigidas en el intento de calzar la política de desprestigio orientada por el gobierno de los Estados Unidos en su actuar hostil. Por eso Cuba lleva un tratamiento diferente a la realidad existente en el resto del mundo. ¿Dónde están las noticias las miles de familias que están quedando desamparadas, sin hogar, y por tanto sin posibilidades de telefonía o internet? Mencionando el caso, en España hay más de 30 mil personas sin hogar. ¿Por qué no preocuparse más por los 1,6 millones de niños que hay sin hogar en los Estados Unidos, de ellos el 42% son menores de seis años? ¿Por qué no preocuparse en alfabetizar a los más de 500 millones de personas que no saben leer ni escribir; por tanto sin posibilidades de acceder a las altas tecnologías?
Por cierto, ninguna de estas familias ni ninguno de estos niños son cubanos. Incluso, Cuba exporta cultura, ayudando a otros pueblos a alfabetizarse con el programa “Yo sí puedo”. ¡Ah!, claro, olvidaba que es más importante para el capitalismo la propaganda subversiva contra Cuba que implementar medidas gubernamentales para asegurar a las familias o estos niños una casa y darle cultura a los pueblos.
La Revolución triunfante en 1959 no significó solamente el derrocamiento Fulgencio Batista y su camarilla (una dictadura amparada por EUA y cercana a Franco); sino todo un proceso de cambios estructurales y gubernamentales que posibilitó a Cuba hacerse dueña de sus propios recursos. Entre éstos se encontraba la Cuban Telephone Company y su filial Equipos Telefónicos Standard de Cuba, S.A, pasando posteriormente a formar parte del Ministerio de Comunicaciones dentro del Gobierno revolucionario. Con la nacionalización se logró modificar el tarifario existente para hacerlo más accesible al pueblo.
La respuesta del imperialismo no se hizo esperar y en los mediados de los años 60 el Departamento del Tesoro ordenó la congelación de los fondos cubanos por concepto de servicio telefónico entre ambos países (hasta llegar a unos 200 millones de dólares) en entidades bancarias, los cuales se concentraron en el Mahanttan Bank. Además, Cuba tiene prohibido el acceso a equipos de cualquier compañía o subsidiaria estadounidense, siendo la adquisición de éstos por terceros países y con un coste de un 30% superior al mercado directo. También amenazan a las empresas extranjeras que intentan comercializar con Cuba la venta de equipamientos o la contratación de mantenimiento de la técnica.
Muy a pesar de los déficits económicos por la acción del bloqueo, la Revolución puso su empeño en transformar los servicios de comunicaciones y depuso recursos en el sector, los cuales comenzaron a dar un vuelco positivo a partir de 1994 con la digitalización de las comunicaciones.
En 1996 comenzó a operar la empresa de capital cubano MOVITEL S.A. para prestar los servicios de comunicaciones móviles troncalizadas (trunking) y radio mensajes (paging) en la banda de 800 Mhz. En octubre de 2001, comenzó sus operaciones la Empresa de Telecomunicaciones Celulares del Caribe S.A., C-COM S.A., que introdujo la telefonía móvil con la norma GSM en la banda de 900 MHZ.
Dentro de los datos de los resultados alcanzados, se puede observar que la telefonía fija es subsidiada por el Estado, en una cifra cercana a los mil millones de pesos (780 millones de dólares / 650 millones de euros, para los que tienen que pensar en otras monedas). El 92% de los usuarios pagan en moneda nacional y por debajo del coste original de las operaciones.
Poco después que se dispuso por ley la apertura de ventas de móviles, ya en el país operaban 331 mil 270 usuarios, número que se elevó en breves años a 838 mil 370. El servicio de telefonía en el 2011 llegó a los 2,4 millones de números de líneas (de ellas la mitad con tecnología móvil). ETECSA (Empresa de Comunicaciones de Cuba) superó su plan en el 2011 en un 131,4%.
Las zonas rurales no están exentas de comunicarse, ya que se han instalado teléfonos fijos alternativos que permiten un tiempo de llamadas de 400 minutos al mes, con infraestructura celular y pagando solamente 6,25 pesos nacionales (CUP).
Todos estos resultados son omitidos por la turba de los mass-media y lacayos al servicio imperial.
Y vuelvo a repetir un párrafo de la entrada anterior:
Pero lo más evidente es que hay un dato que se ha querido subvalorar por todo el fardo mencionado en el primer párrafo, en un intento “inadvertido”, pero el cual resuena en el zócalo imperialista y no es reparado, desafortunadamente por o-misión, por muchos ceñidos a la propaganda anticubana:
¡SON 53 AÑOS DE REVOLUCIÓN!
Cinco décadas construyendo un sistema que responde al pueblo y no a intereses extranjeros. El sistema cubano no es perfecto y nunca lo será, como obra humana que es, pero aplicando un genocida bloqueo contra la Isla es muy fácil achacarle deficiencias de gestión al gobierno revolucionario. Sin embargo, esto lo que más demuestra es un signo de debilidad del enemigo por miedo a que la Revolución muestre, mucho más de lo que ya ha logrado, la irrefutable valía de su sistema socialista, con el cual da su más apreciado aporte a que un mundo mejor sí es posible.
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