Por:
Adys Cupull y Froilán
González
Fuente: CUBARTE
La llevaba sobre su trajecito de niño elegante. Cuando vimos la
fotografía pensamos que no podía ser otra que la estrella de José Martí. Pronto
entró en su pecho, y, a los veintisiete años, hecho hombre, unido a sus
compañeros, despertó a su pueblo. Entonces la lució en el frente parado sobre el
yugo para hacer revivir las ideas del Maestro en el Año de su
Centenario.
Lo hemos visto realzarla en miles de batallas sorprendentes:
convirtiendo los reveses en victorias, enfrentando al invasor, a fuerzas
mercenarias armadas por Estados Unidos, luchar contra el terrorismo y otras
agresiones. Contra vientos, huracanes, traiciones, infamias; desvelarse por los
que padecen en agonía en cualquier parte del mundo, alertar de los peligros que
acechan a la humanidad: el armamentismo, la guerra nuclear, los cambios
climáticos, las crisis sociales, económicas, políticas. Convocando a la paz con
justicia social para todos los hombres de la tierra, hablar como un padre
preocupado por la salud, la cultura y educación de los humildes; avizorar la
integración de América Latina y señalar optimista el camino para vencer
obstáculos y triunfar con las nobles ideas martianas y marxistas. Él ha enseñado
a los pueblos a interpretar la alta aspiración de alcanzar la dignidad plena del
hombre y a tener fe en el mejoramiento de la humanidad.
Su nombre, su vida, ha sido y es inspiración en los sentimientos de
filósofos, poetas, escritores, músicos, pintores y revolucionarios del mundo.
Ardiente profeta de la aurora, le llamó Ernesto Guevara de la Serna. Retoño
martiano y Titán de la hazaña, lo estimó Jesús Orta Ruiz. Carilda Oliver Labra
afirmó: voy a nombrar toda Cuba, voy a nombrar a Fidel. El es América Negra,
América hispana, América Andina, significó Arturo Corcuera. Y Juan Gelman dice
que prefiere recordarlo en el rincón del día en que miró su tierra y dijo soy la
tierra, en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo y solo contra el mundo
levantó en una estaca su propio corazón. Gabriel García Márquez afirmó que es
lector habitual de temas económicos e históricos y que su visión de América en
el porvenir, es la misma de Bolívar y Martí. Es vencedor de
batallas.
¡Enseñó a su pueblo a vencer! “Este es un pueblo valiente” afirmó el
pasado 3 de febrero de 2013, al referirse al pueblo cubano. Y continuó: “No
tenemos que probarlo. Cincuenta años de bloqueo y no han podido derrotarnos…
Solo decirle que el pueblo lo es todo, sin el pueblo no somos nada, sin el
pueblo no habría Revolución.” (1)
¿De qué otra manera puede ser el pueblo de Fidel? El pueblo de José
Martí, Antonio Maceo, Julio Antonio Mella, José Antonio Echeverría, del Che,
Camilo y Almeida. De Mariana, Haydée, Celia, Vilma, de los cientos de miles de
héroes y heroínas, si el aire que respiramos se ha nutrido de
ellos.
Del aire que respiramos habló José Martí en el discurso de elogio a
Santo Domingo, dijo: “…el aire de los pueblos se nutre, como del aroma de las
flores, de las almas de los que en ellos batallan y padecen y con amor de padre
vagan luego en la atmósfera, descendiendo y filtrándose en sus hijos con los
rayos del sol que los despiertan al trabajo o con la lluvia benéfica que se lo
remunera.” (2)
Fidel tiene coronada su cabeza, luce la cabellera blanca. Su barba
querida y respetada, es también blanca, son símbolos de los duros tiempos
librando batallas diversas, él será joven siempre, porque los héroes no tienen
edad, tienen historia, hacen historia, son la historia dice Arturo Corcuera en
su poema El perfil de Fidel. Y acerca de los años José Martí explica: “…Los años
santifican: los años embellecen; los años, como aliento poderoso, soplan sobre
el espíritu, y le dejan limpio, y libre de esas pasioncillas gusanosas que nos
lo envenenan y nos lo roen en lo mejor de nuestra vida…Ama más el hombre viejo.
Y se ama más. Si erró se le perdona. El hombre tiene necesidad de venerar. Goza
en olvidar lo impuro…” (3)
Ese día 3 de febrero, Fidel expresó que está convencido de que los
periodistas son una fortaleza para el país y para la Revolución y les aconsejó
que cada vez estudien más para informar mejor, no lo decía como crítica, porque
respeta mucho el trabajo de la prensa, aclaró. Y a los jóvenes envió un mensaje:
les tengo envidia, afirmó.
Atentos han de estar los jóvenes, porque Cuba, es la fruta que no cayó,
explicado por Fidel en su reflexión homónima del miércoles 25 de enero del 2012.
Y cuando un héroe como él dice que envidia a los jóvenes, hay que pensar en las
batallas que él libró, y las que deben librarse en lo adelante para la
perdurabilidad y continuidad de la obra victoriosa, cuya existencia los pueblos
agradecen, así lo manifiesta Pablo Neruda en estos versos de su poema: Fidel
Castro.
Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen palabras en acción y hechos que
cantan, por eso desde lejos te he traído una copa del vino de mi patria: (…)
Está llena de tantas esperanzas que al beberla sabrás que tu victoria es como el
viejo vino de mi patria: no lo hace un hombre sino muchos hombres. Y no una uva
sino muchas plantas: no es gota sino muchos ríos: no un capitán sino muchas
batallas. Y están contigo porque representas todo el honor de nuestra lucha
larga y si cayera Cuba caeríamos, y vendríamos para levantarla, y si florece con
todas sus flores florecerá con nuestra propia savia. Y si se atreven a tocar la
frente de Cuba por tus manos libertada encontrarán los puños de los pueblos,
sacaremos las armas enterradas: la sangre y el orgullo acudirán a defender a
Cuba bien amada. (4)
Notas:
(1) Prensa Nacional. Lunes 4 del 2013.
(2) José Martí, discurso en elogio de Santo Domingo, T. 7, p.
309.
(3) José Martí, T 14, pp. 395 y 396.
(4) Cantar de Alejandro, Colección Sur, UNEAC, p.
19.
Temática:
Cultura General
No hay comentarios:
Publicar un comentario