Frei Betto,
Premio José Martí de la UNESCO:
Reconocido con el Premio
Internacional José Martí,
otorgado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO), el teólogo brasileño Frei Betto es uno de los
participantes en la III Conferencia Internacional “Por el Equilibrio del
Mundo”. Amigo entrañable de Cuba, su entrevista con el líder de la Revolución
cubana publicada con el título de Fidel y la religión, ha sido uno de
los libros de mayor demanda desde su publicación en 1985. Fraile dominico y uno
de los mayores exponentes de la Teología de la Revolución, Frei Betto tiene
publicado casi 20 títulos entre los que alternan textos de ensayo, cartas
cruzadas, ficción, novelas y dos libros de memorias.
En una de
las sesiones del evento que se realizó del 28 al 31 de enero en el Palacio de
las Convenciones de La Habana,
Frei Betto ofreció una
conferencia magistral sobre “José Martí y el
equilibrio del mundo”. Luego, en exclusiva para La Jiribilla,
comentaba por qué este hombre del siglo XXI seguía convocando a personas de
todo el mundo para pensar el siglo XXI.
“Martí es
llamado aquí el Apóstol, y es verdad. Más que un apóstol, Martí es un profeta.
Cuando uno lee sus textos, impresiona la capacidad de previsión que tuvo de la
coyuntura actual, sobre todo la agresión del imperialismo, de los EE.UU. a América Latina y el
Caribe. Martí es un hombre de la esperanza, de la utopía, y quien lee a Martí
tiene la sensación de que está vivo, de que acaba de enterarse de los
acontecimientos en el noticiero de ayer y, ahora, ha escrito un texto para
alertar sobre las implicaciones que tiene esa noticia. Es impresionante la
genialidad de ese hombre. Es como la Biblia —no quiero sacralizar a
Martí—, la Biblia es una literatura perenne porque cada uno puede sacar
siempre lecciones de ella. Sucede lo mismo con El Quijote. Martí tiene
esta capacidad; cada nueva generación saca provecho de él. Esa es la fuerza de
la literatura. Por eso, Dios ha escogido revelarse por la literatura y no por
la televisión.”
Al
reflexionar sobre el rol de agrupaciones de intelectuales como la Red de redes
En Defensa de la humanidad, el autor de un texto como La obra del artista.
Una visión holística del universo, recordaba al Papa Juan Pablo II, quien
decía que “no hay globalización”, en su lugar, a juicio de Frei Betto, “lo que
existe es una globocolonización. El Papa Juan Pablo II proponía
crear una globalización de la solidaridad, y esto solo es posible con redes
como En Defensa de la Humanidad. Cuanto más redes de solidaridad creemos, en
función de las buenas causas como la autodeterminación de nuestros países,
contra el bloqueo estadounidense contra Cuba, a favor de la liberación de los
Cinco Cubanos presos en cárceles norteamericanas, tanto mejor. Esos son los
pasos significativos y consecuentes para esta globalización de la solidaridad.
“Cuanta más
gente, intelectuales, obreros, campesinos, esté al lado de los Cinco, mejor. En
algún momento vamos a ver moverse a la montaña, y en la montaña solo quedará un
granito que se moverá fácilmente. Entonces, cada vez más, tenemos que hablar de
los Cinco, crear una red de solidaridad para su liberación y llamar la atención
sobre qué significan ellos como ejemplo de vida, como decisión, como lucha
contra el terrorismo.”
Coincidiendo
con la Conferencia “Por el equilibrio del mundo” de La Habana se celebró en Chile
la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). “La CELAC es uno de los pocos
organismos continentales que no tiene la nefasta presencia de Canadá y EE.UU. Ese ya es un punto
fantástico —asegura este teólogo de la liberación—. Además, que en estos
momentos sea presidida por Cuba es algo muy significativo, porque Cuba, desde
hace muchas décadas, ha sufrido discriminación por imposición de los EE.UU. y ahora no. Cuba es
respetada, los gobiernos más reaccionarios del continente apoyan su
autodeterminación, y están en contra del bloqueo norteamericano. Por eso, esta
cumbre tiene una gran significación”.
Al decir de Frei Betto países como Venezuela, Ecuador, Bolivia… están desempeñando
un rol determinante en la reconfiguración de América Latina. “En
estos países los gobiernos son elegidos por sus pueblos. Durante los últimos 50
años tuvimos tres grandes ciclos políticos en América Latina: las
dictaduras militares rechazadas por las luchas de nuestros pueblos; los
gobiernos neoliberales mesiánicos, como Collor en Brasil, Menem en Argentina,
Fujimori en Perú, Rafael Caldera en Venezuela y otros tantos
también rechazados; y, ahora, la gente elige a gobiernos identificados con las
aspiraciones populares. Esto representa un avance y tengo mucha esperanza en el
futuro mejor de América
Latina”.
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