| Esperanza Aguirre y Berta Soler (a la derecha) dando sus comentarios a la prensa | 
Tomado de CubaInformacion.
Por José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.
“El 
Gobierno cubano tuvo que ver sobre (sic) la muerte de Laura Pollán, Oswaldo Payá 
y Harold Cepero. Y si no es así, que demuestre lo contrario” (1). Berta Soler, 
representante de las llamadas Damas de Blanco, explicaba a Televisión Española, 
de esta manera tan gráfica, el concepto de justicia que propone para Cuba: una 
justicia donde no es necesario demostrar la culpabilidad del acusado, ya que es 
éste quien debe demostrar su inocencia.
 
Pero no es el único concepto político del que han 
hecho demostración práctica las representantes de la llamada “disidencia” cubana 
durante la gira que les está llevando a varios países del mundo. Otro es el de 
la libertad de expresión.
Este martes 12 de marzo, en un acto en Madrid de la 
citada organización Damas de Blanco, se le negaba la palabra al público 
asistente, impidiendo las preguntas, por ejemplo, del portavoz de las 
asociaciones de cubanos y cubanas en España, Luis Pérez, representante de la 
emigración cubana favorable a la Revolución (2). Esperanza Aguirre, presidenta 
del Partido Popular de Madrid, argumentaba que era un enviado de la Embajada de 
Cuba (3). El acto, finalmente, acababa con el desalojo a golpes de varias 
personas del Movimiento de Solidaridad con Cuba, a los que tampoco se les dio la 
palabra, y que los medios sentenciaron –a pesar de ser quienes sufrieron la 
violencia física- como “boicoteadores” (4) o “energúmenos” (5). ¿Se imaginan el 
tratamiento informativo a esta misma escena, si hubiera ocurrido en Cuba? 
Días antes, la bloguera cubana también “disidente” 
Yoani Sánchez cerraba en Burgos un evento llamado “Redes sociales para la 
libertad”, patrocinado –curiosamente- por varias multinacionales y bancos. Al 
acto se impidió el acceso a la periodista cubana Heidi Sánchez (6), a pesar de 
estar debidamente acreditada, y quien días antes había sido golpeada por la 
policía en Madrid al cubrir las recientes protestas contra la política del 
Partido Popular (7). Los organizadores del evento de Burgos, además, a pesar de 
haber anunciado que conducirían a la ponente las preguntas de los internautas, 
filtraron solo las más amables (8). La prensa española, por supuesto, no informó 
ni de este acto de censura ni de la protesta de miles de personas en Twitter 
contra la visita de Yoani Sánchez, que llegó a ser Trending Topic en la 
citada red social (9).
Días después, en México, Yoani Sánchez participó en 
la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la patronal de los 
grandes medios de comunicación de toda América, para la que trabaja desde Cuba 
con un salario mensual de 6.000 dólares (10). Allí, a dos reporteras 
independientes, activistas del movimiento mexicano  #YoSoy132, les fue prohibida también la 
entrada al acto (11). Organizaciones de periodistas denunciaron que la bloguera 
cubana se negó a reunirse con familiares de periodistas asesinados en México, 13 
en los últimos 12 meses, y consideraron una burla su supuesta defensa de la 
libertad de prensa en Cuba, cuando representa a los grandes dueños de los 
monopolios mediáticos del continente, según sus palabras “los principales 
violadores de los derechos laborales y libertades informativas de los reporteros 
de América Latina” (12).
La
gira mundial de la “disidencia” cubana dará sin duda para nuevas demostraciones
prácticas de lo que estas personas, financiadas por el Gobierno de EEUU y otras
potencias y amparadas por los medios, entienden por libertad de expresión o
derecho a la información. Y aprenderemos otros muchos conceptos de raíz
ideológica, como el de “presos políticos”. Recordemos que la mencionada Berta
Soler, meses atrás, aseguraba que estaba demostrada la existencia de este tipo
de presos en Cuba, porque –según sus palabras- preso político es aquella
persona que, por ejemplo, “roba un barco para salir del país, porque le está
robando algo al Gobierno (cubano)” (13).
 
Y comprobaremos, también, qué entienden estas 
personas por derecho a la paz o a la autodeterminación, cuando les escuchemos 
solicitar al Gobierno de  EEUU y a 
la Unión Europea –tal como hacía en Madrid Berta Soler- el endurecimiento del 
bloqueo y las sanciones económicas contra su propio pueblo (14). Son lecciones 
que, sin duda, no olvidaremos. 
(1) http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/presidenta-damas-blanco-preside-acto-madrid/1717150/
  
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