Tomado de Correo del Orinoco
Texto: Héctor Escalante
Foto: Héctor Lozano-Cortesía Revista Punto Final
Mediante el odio social y el desabastecimiento de productos
Los medios y el empresariado apoyan este tipo de regímenes,
confirmaron sobrevivientes del pinochetismo. El sociólogo Miguel
Contreras asegura que se magnifica un problema real, como la inseguridad
o la falta de algunos rubros alimenticios.
Ante los 11 crímenes y las múltiples agresiones perpetradas por la
derecha luego de que Nicolás Maduro fuese electo para la Primera
Magistratura, la hipótesis del fascismo opositor cobra cada vez más
vigencia en Venezuela.
La denuncia inicial fue planteada por el comandante Hugo Chávez,
quien tomando como referente el caso chileno y basado en las luchas que
le tocó enfrentar como líder del proceso revolucionario, advirtió que un
sector de la oposición no cesaba en la búsqueda de un escenario de caos
político para derrocarlo, e incluso para asesinarlo.
Un inesperado cáncer terminó en apenas dos años con la vida de
Chávez, hecho que para algunos resulta sospechoso. Ahora Maduro, su
sucesor, enciende nuevamente las alarmas, pues en su opinión, la derecha
intenta establecer en Venezuela un régimen fascista similar al aplicado
en Chile para neutralizar a Salvador Allende, con el firme propósito de
frenar la continuidad de la Revolución Bolivariana.
Para conocer a profundidad la experiencia chilena, el Correo del
Orinoco contactó en la ciudad de Santiago a dos periodistas, militantes
de izquierda, que vivieron en carne propia el proceso de descomposición
social causado por esta ideología.
LA CONSPIRACIÓN FUE APOYADA POR EE.UU
Manuel Cabieses Donoso, director de la Revista Punto Final, explicó
que la dictadura militar en Chile fue la culminación de un largo proceso
que se inició con la misma elección de Allende en 1970.
Reveló que el gobierno estadounidense, a petición de Agustín Edwards,
dueño del periódico más importante de Chile y de otros negocios, dio
vía libre a la CIA y otras agencias para impedir que la victoria de
Allende fuese ratificada por el Congreso Pleno o que asumiera el
gobierno.
El apoyo financiero de Estados Unidos al golpismo en Chile, que
alcanzó a partidos, medios de comunicación y sectores militares, entre
otros grupos, está consignado en documentos oficiales como el Informe
Church del Senado norteamericano, detalló.
Según el testigo, “la labor de la CIA se apoyaba en sectores
militares, civiles y religiosos chilenos, y principalmente en los medios
de comunicación. Fracasadas las maniobras para impedir que Allende
fuese ratificado por el Congreso, se inició la conspiración para
derrocarlo”.
Dijo que en la conspiración y campaña de desestabilización
participaron todos los sectores opositores al proyecto socialista del
presidente Allende. Sin embargo, más adelante hubo sectores que se
arrepintieron de haber conspirado y facilitado la entronización de una
dictadura sumamente cruel.
“Tal es el caso de la democracia cristiana, que jugó un rol muy
importante en la conspiración y en la primera fase de la dictadura, a la
cual apoyó abiertamente”, apuntó.
Manuel Cabieses, director de la Revista Punto Final |
TRANSFORMACIÓN A SANGRE Y FUEGO
Cabieses, quien permaneció en varios campos de prisioneros y
posteriormente fue expulsado del país por sus ideas progresistas,
sostuvo que “la dictadura militar-empresarial transformó el país a
sangre y fuego”. Por esa razón se vio en la obligación de huir y luego
regresar a su tierra, viviendo en clandestinidad desde 1979 hasta 1989.
Afirmó que moldeado por el neoliberalismo, el país comenzó a poner
fin a las políticas de solidaridad social que lo habían caracterizado
durante su historia contemporánea. No obstante, asegura que pese a haber
superado la dictadura, “todavía en Chile se vive bajo ese modelo
económico, social, político y cultural, organizado en 1980 mediante una
Constitución que se mantiene vigente”.
ODIO DEMENCIAL
Un país que Cabieses conoce bien, además de su Chile natal, es
Venezuela, donde vivió por varios años y además vio nacer a uno de sus
hijos, lo que lo obliga a mantenerse en contacto permanente con su
realidad político-social.
Con pleno conocimiento de causa, el escritor compara a Chile con la
patria de Bolívar, estimando que los procesos históricos de ambas
naciones son diferentes, aunque encuentra un denominador común que en
cierta forma las vincula: “el odio demencial de los sectores que se
oponen al necesario cambio social”, el cual cree que “es capaz de
engendrar verdaderos monstruos sedientos de sangre, como lo demuestra la
experiencia chilena”.
Manuel Salazar, periodista y escritor chileno |
ASCENSO POPULAR IMPULSÓ EL FASCISMO
La toma de conciencia y el ascenso político organizado de la clase
obrera, así como de campesinos y estudiantes que empezaron a aumentar
sus demandas, provocando primero la inquietud y, luego el temor de la
oligarquía que vio amenazada su situación de privilegio, impulsaron en
cierta medida la instalación del régimen fascista en Chile, expresó
Manuel Salazar Salvo, escritor y columnista de la revista Punto Final.
Indicó que la oligarquía organizó su resistencia a través de los
gremios profesionales, el empresariado, el comercio y el transporte.
Además, dispuso de una gran cantidad de medios de comunicación y de
ingentes recursos económicos para financiar paros y protestas.
Entre las principales acciones desestabilizadoras, destacó que “un
pequeño grupo denominado Patria y Libertad, en connivencia con algunos
miembros de las Fuerzas Armadas, realizó pequeñas operaciones de
sabotaje para incrementar la sensación de caos y desorden” que
finalmente provocaron el derrocamiento de Allende.
DESAPARICIÓN DEL TEJIDO SOCIAL
A juicio del periodista chileno, la dictadura militar y sus
colaboradores civiles de la oligarquía modificaron completamente la
estructura política e institucional del país para imponer un nuevo
modelo de desarrollo inspirado en las doctrinas neoliberales.
“Instalaron una nueva Constitución y decretaron cientos de leyes que
cambiaron la educación, la salud, la previsión social, las leyes
laborales, los colegios profesionales, los sindicatos, los códigos de
agua, de minería y toda la estructura productiva. Privatizaron, además,
la enorme mayoría de las empresas que estaban en manos del Estado”,
describió.
Salazar relató que los primeros años de la dictadura de Augusto
Pinochet fueron de “terror, opresión, impotencia, desconfianza, abusos y
explotación”. Más tarde provocaron la desaparición del tejido social
que había costado décadas construir.
Narró que todos los partidos y movimientos de izquierda fueron
reprimidos violentamente. Primero los militares trataron de exterminar
físicamente a los miembros del Dispositivo de Seguridad Presidencial
(DSP), mejor conocido como GAP (Grupo de Amigos de Allende), que estaba
integrado por miembros del aparato militar del Partido Socialista,
quienes a su vez formaron parte del Ejército de Liberación Nacional
(ELN) que trató de combatir junto al Che Guevara en Bolivia.
“Muchos de ellos fueron detenidos, asesinados y hechos desaparecer.
Luego la represión se dirigió en contra del Movimiento de Izquierda
Revolucionario (MIR), de origen castrista. Le siguieron el Partido
Socialista, el Movimiento Reacción Popular Unitario (MAPU) y, finalmente
el Partido Comunista. Luego, entre 1973 y 1976 se eliminaron
físicamente a los mejores cuadros de la izquierda chilena”, aseveró.
Por si fuera poco, a ese listado también habría que añadir las
decenas, o quizás cientos de miles de personas que fueron detenidas
entre 1973 y 1990, primero en la represión directa y luego en la
represión selectiva y/o masiva para impedir la disidencia, precisó el
comunicador.
CLASE MEDIA MOLESTA
Para el escritor, resulta verdaderamente inquietante “el poder que
nuevamente ha acumulado la oligarquía y los grupos dominantes de la
sociedad chilena, que se niegan a todos los cambios sociales en
beneficio de las mayorías”.
Acentuó que de los años 80 en adelante “ha habido una creciente
desigualdad, donde los ricos son cada vez más ricos y la enorme mayoría
de la población sigue viviendo como lo hacía a mediados de 1970”.
Para que Venezuela no pase por una situación similar, Salazar sugiere
al gobierno de Maduro proteger los canales de abastecimiento de la
población, resguardar los servicios básicos, impedir a como dé lugar el
mercado negro y cuidar el transporte público y de productos básicos.
Recordó que como parte de la campaña fascista, en Chile la oligarquía
acaparó los alimentos, disminuyó la producción de pollo, leche,
cigarrillos, harina, aceite, bebidas e incluso productos como el jabón,
las toallas sanitarias y los dentífricos, entre otros.
“Ahí se inició la molestia de la clase media que durante la Unidad
Popular vio crecer sus ingresos, pero que ahora no podía adquirir los
productos que demandaba. Por ahí pasa, inicialmente, el riesgo de la
estabilidad venezolana”, puntualizó.
Sociólogo venezolano Miguel Ángel Contreras |
EMOCIONALIDAD E IRRACIONALIDAD
Consultado por el Correo del Orinoco, el sociólogo venezolano, Miguel
Ángel Contreras, explicó que el fascismo fue una respuesta a la primera
gran guerra europea suscitada entre 1914-1919, que involucró a todos
los países de la región.
“Regularmente uno tiende a asociar el fascismo con Mussolini e
Italia, pero históricamente es un fenómeno que se da en toda Europa a
consecuencia de la disolución de los tres tipos de ideologías fundantes
de la modernidad, que son el conservadurismo, el socialismo y el
liberalismo”, manifestó.
Recordó que aunque en Latinoamérica el ejemplo emblemático del
fascismo lo representó Chile, también está la experiencia de Brasil,
Paraguay, Uruguay y Argentina. “En el caso de Chile, el régimen de
Pinochet yo lo caractericé como neoliberalismo disciplinario en una
sociedad profundamente autoritaria. En Argentina, la situación se dio a
través de Las Malvinas, donde hubo claramente un uso de la emocionalidad
para fines de legitimidad política”, ratificó.
Según Contreras, quien también se desempeña como catedrático en la
Universidad Central de Venezuela (UCV), “una sociedad fascista es
aquella donde se establecen relaciones muy claras entre la emocionalidad
y la irracionalidad”.
Enfatizó que el fascismo maneja una visión seudoemocional en una
realidad no objetiva, pero su característica central parte del
establecimiento de una relación jerárquica de poder.
“Los que hacen uso del fascismo no están interpretando una realidad
objetiva, sino que están partiendo de una realidad no objetiva
construida por ellos, que es una visión seudoemocional”, sentenció.
POLARIZACIÓN FALSA
Con respecto a Venezuela, el analista resaltó que la estrategia que
se está utilizando ahora busca minimizar las capacidades intelectuales
del presidente Nicolás Maduro y enaltecer intelectualmente la figura de
Henrique Capriles Radonski, en una polarización que funciona como un eje
entre lo bueno y lo malo.
“Se minimiza por un lado a Maduro y se enaltece por el otro a
Capriles y ese enaltecimiento pasa por atribuirle al excandidato
características que no tiene”, resaltó Contreras.
Alertó que mediante la estrategia fascista también se intenta
convertir al Gobierno y a sus dirigentes en la causa de todos los males,
tomando en cuenta problemáticas reales como la inseguridad y el
desabastecimiento de alimentos.
“Desde el punto de vista psicoanalítico se puede decir que hay una
descarga de deseos, de lo que la gente piensa en un momento determinado,
que es dirigida a una figura indeseable que, en este caso, es el
presidente Nicolás Maduro y, mientras aquí se construye una polaridad
sin luz, del otro lado se construye una con luz y se habla de las
soluciones a los problemas”, ejemplificó.
Manifestó que esta estrategia, que es progresiva y que puede ir
debilitando al gobierno, se hace desde distintos espacios como las redes
sociales en internet y la prensa nacional e internacional, “cambiando
el sentido del sentido común”.
Explicó, en ese sentido, que partiendo de un problema real, como es
el caso de la inseguridad o la falta de algunos productos, se hace una
magnificación del mismo y se crea una situación seudoemocional para
dirigir todos estos problemas hacia una figura definida negativamente.
LOS MEDIOS NO CREAN LA REALIDAD
Contreras señaló que inicialmente, esa campaña fue promovida por el
diario El Nacional contra el presidente Hugo Chávez, a través de varias
líneas argumentales como el editorial y los artículos de opinión,
mediante las cuales “se pretendía ofrecer una visión de pluralidad de
personas y figuras que se expresaban de una misma manera con respecto a
una realidad construida”.
Ahora se ha sumado a Maduro a la campaña de desprestigio y desde esa
óptica ambos son vistos bajo un denominador común, que es el
totalitarismo, por eso, “al intentar asociarlos con ese tema, se crea la
vinculación con el nazismo, que es un régimen negativo para todo el
mundo”, fustigó.
El sociólogo recordó que a lo largo de la historia ha habido una
campaña de socialización sobre la segunda guerra mundial que se ha visto
reforzada con la construcción hecha por Hollywood, la cual ha servido
de colofón al argumento fascista.
A su criterio, los medios no crean la realidad, sino que potencian
elementos que están dentro de ella. Entonces, cuando se analiza a fondo
el tema de la inseguridad, por ejemplo, nos encontramos con que hay un
índice de percepción y un indicativo real del problema.
“La percepción de la inseguridad tiene que ver con la cultura del
miedo creada por los medios. Se le asocia directamente con la oscuridad,
a la cual percibimos como algo peligroso porque hay una geografía
imaginaria creada sobre eso”, discriminó el investigador.
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