¡Un principio justo, desde el fondo de
una cueva, puede más que un ejército! Estas palabras del apóstol cubano, José Martí, se hicieron
realidad el primero de enero de 1959, cuando finalmente el pueblo cubano logró
su independencia; aquella por la cual se llevaba luchando por cerca de un siglo
entero, desde el primer alzamiento armado, en La Demajagua, en 1868.
Era justo que
Cuba se desprendiera de los grillos coloniales y neocoloniales; los primeros
puestos por la metrópolis española y los segundos, enmascarados en una política
de buen vecino, impuestos por ese “norte brutal”, que se ha convertido en el
mayor enemigo de los pueblos del mundo: el imperialismo yanqui.
Sin embargo, la
vanidad y la prepotencia imperial sólo dejó abierta sus puertas a los esbirros
y familiares de la tiranía batistiana; quienes, apoyados por los diferentes
gobiernos norteamericanos, se han agrupado en diversas organizaciones
terroristas, cuales siguen reclamando sin moral y derecho alguno las riquezas
que robaron al pueblo cubano por años, bajo el paraguas de dictaduras marcadas
por intereses foráneos y bañadas en persecuciones
a dirigentes políticos y sindicales, encarcelaciones arbitrarias, torturas,
asesinatos y desapariciones.
Cuba, muy a pesar de trazarse un
camino de paz, bajo principios de respeto, incluso hacia su enemigo, ha estado
expuesta durante estos 54 años a graves agresiones de todo tipo; desde
económicas, políticas y diplomáticas, hasta las de tipos vandálicas que han
costado más de 3000 vidas humanas y más de 2700 quedaron con discapacidades.
José Martí sentenció: “Mientras
la justicia no está conseguida, se pelea” (fin de la cita). Al mismo
tiempo que Cuba construye su propio camino de desarrollo social, político y
económico, va de amiga por el mundo ofreciendo solidaridad humanitaria y
cooperación con las potencialidades alcanzadas en diversas áreas (muy
reconocidas por organismos internacionales); pero aún hoy en día continúa
siendo agredida por el imperialismo y sus lacayos basificados en los propios
Estados Unidos, quienes han operado desde allí u otros países, amparados por el
visto bueno del Tío Sam.
Aun
Cuba llora a todos aquellos campesinos asesinados por las bandas de infiltrados
desde Estados Unidos, a los muertos a causa de la invasión de Girón y a los fallecidos en el atentado a cubana de
aviación, en Barbados, entre otros tantos cubanos. Cuba llora hasta la muerte
de un turista italiano, quien falleció en 1997 por causa de una de las tantas
bombas puestas en instalaciones turísticas de La Habana.
Cuba
se ha enfrentado a un bloqueo económico genocida, a sabotajes sobre sus
instalaciones económicas, a agresiones bacteriológicas, a centenares de
violaciones de su espacio aéreo y marítimo y a presiones que esta mafia ejerce
sobre otros gobiernos, y el propio de los Estados Unidos, para aislar en todos
los sentidos a la Isla y derrocar la Revolución estrangulando al pueblo cubano.
No se puede olvidar que a cuenta de esta política de belicosidad, es que el
compañero Fidel Castro consta con un involuntario record guiness en números de
atentados para acabar con su vida: 638 intentos de asesinatos se han
cuantificados. ¿Cuántos otros no se han contabilizado porque no se han conocido,
todavía? El colmo de tal política plena de aversión es la impunidad con la que
goza la congresista del gobierno de Estados Unidos_ Ileana Ros-Lehtinen_ quien
una vez dijo descaradamente aprobar “la posibilidad de ver a alguien asesinar”
al líder cubano.
José Martí sentenció: “Cesen
los soberbios y cesará la necesidad de levantar a los humildes”.
Una
de las vías más efectivas, que Cuba se ha visto obligada a llevar a cabo para
defender su independencia y soberanía, ha sido la penetración de estas
organizaciones terroristas ancladas en Miami.
Hombres
de honor, dignos defensores de su patria se infiltraron dentro de las filas de
esta mafia de la ultraderecha cubano-americana, para poder
informar a Cuba, y las propias autoridades estadounidenses, de las actividades
que se complotaban y así anticiparse para evitar, en la mayoría de los casos,
que se llevaran a cabo dichas agresiones.
Antonio
Guerrero Rodríguez, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Fernando González Llort y René González Sehwerert fueron víctimas
de la soberbia imperial y de la corruptela terrorista miamense. Se han cumplido
ya 14 años de injusticias, 14 años de estarle robando la vida a estos hombres y
sus familiares, 14 años de estarse violando sus elementales derechos y los del
pueblo cubano.
Por
defender a todo un pueblo y combatir a los verdaderos terroristas, los cinco
cubanos fueron injustamente detenidos,
condenados, sometidos a confinamientos en celdas de castigo y negados, incluso,
el derecho de visita de sus familiares, amigos y, en ocasiones, abogados.
La
soberbia del sistema judicial de Estados Unidos cerró todos los pasos legales
que posibilitaban la liberación de estos cinco hombres que se han convertido en
verdaderos héroes. El extremismo de la injusticia obligó a René González, recientemente liberado, a
renunciar a su nacionalidad para permitirle salir de los Estados Unidos y estar
junto a su familia en Cuba.
Muy a pesar de la manipulación
mediática a que se ha sometido este caso, por culpa de un mercenarismo
periodístico, donde se ha tergiversado la realidad, intentado exponerlos como
“espías”, se ha comprobado fehacientemente que las acciones de
los cinco héroes cubanos nunca estuvieron dirigidas a violar la seguridad
nacional de los Estados Unidos. Una cuestión más que reconocida, muy a pesar
del amañado proceso judicial al que ellos fueron sometidos y la maquinaria de propaganda anticubana.
Las
palabras del apóstol José Martí se ponen una vez más de manifiesto: “La honra puede ser mancillada. La
justicia puede ser vendida. Todo puede ser desgarrado. Pero la noción del bien
flota sobre todo, y no naufraga jamás.”
Aunque
para Antonio, Gerardo, Ramón y Fernando se tienen todas las vías legales
agotadas, queda la acción conjunta y contundente de la solidaridad para
demandar que se haga justicia.
Muchas
organizaciones políticas y de masas e importantes personalidades de diferentes
sectores, incluyendo premios nobeles de la paz, se han sumado para llevar la
verdad del caso de los cinco héroes cubanos a todo el mundo y brindar su
solidaridad con la causa
Nosotros,
desde este podio, nos sumamos a la exigencia de liberación inmediata de
Antonio, Gerardo, Ramón y Fernando.
Por
lo cual firmamos este manifiesto:
Asociación de Cubanos en Cataluña José Martí
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