Por Edmundo García.
Quiero hablar hoy sobre una información singular, ni secreta ni 
pública. Una información pasada como memorando a un grupo de personas 
con notas aclaratorias de Gus Machado, el vendedor de autos de Hialeah y
 Mauricio Claver-Carone, un activista empleado por los millonarios de 
Miami.
Los dos personajes hablan a nombre del comité político denominado 
US-Cuba Democracy PAC, muy unido al Consejo por la Libertad de Cuba 
(CLC). Cual de los dos personajes más anticubano, cual de los dos con 
más odio y resentimiento contra la nación, el pueblo y la revolución 
cubana. Ambos mantienen una postura anticubana proactiva, basada en la 
cadena de derrotas de sus experiencias personales o las de sus 
antepasados.
Los responsables del memorando obedecen políticamente a personas como
 Remedios Díaz-Oliver, la verdadera jefa y proveedora del US-Cuba 
Democracy PAC; o a Ninoska Pérez Castellón, vocera de la derecha en 
Radio Mambí, entrenada por Jorge Mas Canosa en la Fundación Nacional 
Cubano Americana y por Diego Suárez en el llamado Consejo por la 
Libertad de Cuba (CLC). Estas organizaciones se sostienen en el odio 
contra el pueblo y contra los cubanos que vivimos en Estados Unidos. 
Esta gente se la pasa empujando y financiando leyes que atentan contra 
la soberanía de Cuba, contra los intereses de la nación cubana, contra 
los emigrados cubanos. Son ellos mismos quienes le pidieron al ex 
congresista David Rivera y al todavía congresista Mario Díaz-Balart que 
intentaran pasar en el Capitolio de Washington DC restricciones de 
viajes y de envío de remesas a Cuba que retrotrajeran la situación de 
las relaciones familiares entre cubanos hasta la oscura época de George 
W. Bush.
Es empezando semana que consigo la información del memorando de Gus 
Machado y Mauricio Claver-Carone, que afirma que han reclutado a un 
grupo de jóvenes para que continúen la política de intolerancia y asedio
 contra el pueblo de Cuba en la que ellos han fracasado.
Se trata del llamado “Young Leaders Group” (Grupo de Jóvenes 
Líderes), que tiene un “Founding Board of Directors” o Junta Directiva 
formada por 7 pupilos de menos de 35 años. Esa llamada junta no es solo 
una “promesa”: en esos 7 jóvenes ya hay una inversión y un trabajo 
adelantado; no son inocentes novatos en el activismo contra Cuba y en 
sus biografías hay patrones reveladores.
Sus nombres son: Keith Fernández, Anthony Cruz, Carlos M. Gutiérrez 
Jr., Gregory Hernández, Marco Leyte-Vidal, Vanessa López y Rudy Mayor. 
De ellos dijo Gus Machado en el referido memorando que “La pasión y el 
entusiasmo de estos jóvenes líderes no sólo es inspirador para mí, pero 
demuestra que estamos pasando la antorcha con una llama más fuerte que 
nunca”. Y Mauricio Claver-Carone no se quedó atrás en cursilería con que
 “Espero poder trabajar con estos jóvenes líderes para que los derechos 
humanos y la democracia se mantengan en la vanguardia de la política de 
Estados Unidos hacia Cuba”.
Algunos de estos aparentes tiernos muchachitos exhiben un historial 
de “méritos” en el trabajo contra el país de sus padres, contra la 
patria de sus ancestros. Keith Fernández ya ha sido asesor de campaña de
 la representante Ileana Ros-Lehtinen, la congresista amiga de 
terroristas y policía rastreadora de la visita de cualquier cubano a los
 Estados Unidos (con la ayuda “desinteresada” del activista 
anticastrista Wilfredo Cancio Isla). Keith Fernández también ha estado 
involucrado en las campañas de políticos locales y estatales. Para nada 
bueno cuando se refiere a Cuba. Dice su resumen de vida que es co-autor 
de aquella petición que se atrevió a exigir a Benedicto XVI que se 
reuniera con Berta Soler y otros llamados opositores durante su visita a
 Cuba.
Otro de los pichones políticos del US-Cuba Democracy PAC, Carlos 
Gutiérrez Jr., el hijo varón del ex Secretario de Comercio de George W. 
Bush, se desempeñó como asesor del Congresista Mario Díaz-Balart. 
Vanessa López, otra de esas nuevas estrellas, fue investigadora del 
centro de propaganda anticubana de Miami llamado ICCAS, dirigido por 
Jaime Suchlicki. Además de Vanessa López, por el ICCAS han pasado 
personajes como el terrorista Orlando Bosch y el adivino Carlos Alberto 
Montaner. Y por si todo esto fuera poco, a otro miembro de la junta 
juvenil del anticubano PAC, Rudy Mayor, le promueven como un admirador 
del esquizofrénico político Oscar Elías Biscet, quien propuso a un grupo
 de congresistas norteamericanos que aplicaran a Cuba la fórmula 
militarista empleada en Kosovo, confesando además que soñaba con una 
Cuba incorporada a la OTAN.
Gus Machado, que muy cínicamente mantiene su negocio en el área más 
poblada de cubanos en Estados Unidos que es Hialeah; y sobre todo de 
cubanos recién llegados con los cuales él se enriquece vendiéndole sus 
automóviles Ford, quiere usar a esos jóvenes cubanoamericanos contra los
 intereses de ese segmento demográfico al que pertenecen sus propios 
clientes. Porque Gus Machado quiere prohibir o limitar los viajes entre 
Estados Unidos y Cuba.
Personas como él y Maurico Claver-Carone lo que realmente desean es 
que los jóvenes cubanoamericanos hereden su odio y su resentimiento; que
 se compren la defensa de medidas hostiles y fuera de lugar en el siglo 
XXI como la Helms-Burton, como el mantenimiento del bloqueo, como que 
Cuba permanezca en la infame lista de países que promueven el 
terrorismo.
Esa fauna de dinosaurios abuelos, hijos y ahora nietos, ha fracasado.
 Son muy malos patriotas cubanos y son también malos patriotas 
norteamericanos porque actúan en contra de lo que se supone son los 
intereses nacionales de los Estados Unidos.
Tienen un destino triste estos jóvenes porque les quieren convertir 
en albaceas de la calumnia y la mediocridad. Los viejos camajanes de 
pellejo duro hasta le han asignado objetivos a esos jóvenes 
cubanoamericanos. El primero es que lleguen a la política. Reconozco que
 esa jugada está muy bien pensada. Pero también nosotros, los cubanos de
 nueva generación y nuevo arribo a los Estados Unidos, en la medida en 
que vamos siendo más, en la medida en que vamos teniendo una 
participación en la vida política norteamericana, también en unos años 
vamos a aspirar a la política. Y aunque no tengamos más dinero que 
ellos, vamos a ver quién pone más gente en la calle. Es cuestión de 
tiempo.
Los viejos anticubanos aspiran además a que su joven cantera tenga 
más influencia en la comunidad. Influencia de qué y entre quiénes: 
¿influencia interrumpiendo las visitas familiares, tratando de reducir 
las remesas, de obstruir los intercambios culturales y deportivos, 
odiando y difamando al pueblo de Cuba, tratando de rendir al pueblo 
cubano por hambre, y por necesidades? Nosotros, los nuevos cubanos, 
somos quienes vamos a triunfar en política en unos años, pero siendo 
herederos de la emigración cubana de Tampa y Cayo Hueso, de la 
emigración que apoyó la independencia de Cuba y a José Martí. De esos 
que eran el primer escudo de la defensa de la nación.
También el US-Cuba Democracy PAC tiene programado que estos jóvenes 
entren en los medios a debatir. Lo que pasa es que los medios en Miami 
no tienen valor y ninguno nos invita a debatir a sus contrincantes. Así 
que harán lo mismo de siempre: exponer su dogmatismo anticubano en 
soliloquios.
Hablan de transición a la democracia. ¿Qué democracia? ¿La de sus 
abuelos terratenientes, batistianos y corruptos? ¿La democracia que 
Ludgardo Martín Pérez le enseñó a Roberto? ¿La democracia que Rafael 
Díaz-Balart le enseñó a Lincoln y a Mario? ¿La democracia que Anselmo 
Alliegro le enseñó a Ana Alliegro? ¿Esa? Esa no va. Con esa se van a 
quedar en Miami. Para mal de Miami.
Por último hablan de enseñar a Cuba el papel de la ley, el rol de la 
ley. ¿Qué ley y qué respeto y qué rol? Si ellos actúan sin ley y fueron 
quienes primero la rompieron apoyando golpistas y pisoteando 
constituciones. Yo les adelanto que esta es otra inversión fallida. 
Serán derrotados como han sido derrotados sus padres y sus abuelos.
Ni les quiero decir cuántos miles y millones de jóvenes estarían 
listos para salirles al paso en esa labor anticubana que les quieren 
entregar.
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