Por José Manzaneda, Coordinador de CubaInformación.
Analicemos
algunas de las claves informativas de la cobertura realizada por los grandes
medios españoles en el funeral de Nelson Mandela.
1. Ocultar el porqué de la destacada presencia de Cuba en el acto.
La mayoría de medios ha tratado de descalificar la presencia
destacada del Gobierno de Cuba en el acto. El diario “El Mundo”, en su
editorial, sentenciaba que fue “un error de las autoridades sudafricanas situar
a Raúl Castro a la altura de Obama” (1). Y la corresponsal de la Cadena Ser
llegó a afirmar que “la dictadura cubana se aprovechó del funeral” de Mandela
(2).
Para sostener este mensaje, los medios han necesitado ocultar la
razón por la que Cuba fue uno de los 6 únicos países cuyo presidente intervino
en el acto –ninguno, por cierto, de Europa- (3). Ningún gran medio español citó
las palabras de Bapela Mbete, del Congreso Nacional Africano, que presentó a
Cuba como el “país que contribuyó a liberar Sudáfrica; el país vencedor en la
batalla de Cuito Cuanavale, que tanto impacto tuvo para la lucha contra el
apartheid” (4). Recordemos que el propio Nelson Mandela explicaba, en 1991, el
papel crucial de Cuba en el fin del apartheid: “¡Sin la derrota infligida (al
ejército sudafricano por las tropas de Cuba y Angola) en Cuito Cuanavale
nuestras organizaciones no habrían sido legalizadas! (...) Alteró la
correlación de fuerzas en la región y (...) fue crucial para hacer entender a(l
régimen de) Pretoria que tenía que sentarse a la mesa de negociaciones” (5).
Pero
los medios han usurpado al público la explicación de por qué las autoridades
sudafricanas otorgaron al presidente Raúl Castro un papel tan destacado en el
funeral de Mandela, por qué fue recibido con una enorme ovación (6), y por qué
Nelson Mandela apoyó siempre al Gobierno y a la Revolución cubana (7).
2.
Vasallaje informativo hacia Obama y silencio del apoyo de EEUU al apartheid.
Los
medios españoles, además, han hecho una ramplona apología del mensaje, en dicho
acto, del presidente de EEUU Barack Obama.
El
diario español El País decía que las personas asistentes “solo vibraron cuando
Obama dio en el clavo con un discurso lleno de inteligencia y emoción”,
mientras “el resto de intervenciones fueron de un tedio previsible” (8). Ni una
palabra, eso sí, acerca de que el Gobierno de EEUU –junto a Reino Unido- fue,
durante décadas, el sostén económico y militar del régimen del apartheid (9);
que impidió cualquier sanción de Naciones Unidas gracias a su derecho a veto en
el Consejo de Seguridad (10); que la CIA ayudó a los servicios secretos
sudafricanos a capturar a Mandela en 1962 y a encarcelarlo durante 27 años
(11); y que Washington le mantuvo hasta 2008 en su lista de terroristas
internacionales (12). De ninguno de estos hechos ha hecho autocrítica o reconocimiento
histórico, formal o informal, el actual presidente de EEUU. Y de ninguno de
ellos ha dicho ni una palabra la gran prensa española.
El
vasallaje informativo hacia Obama fue tónica general en el conjunto de los
medios españoles. El especialista en temas africanos para los 13 diarios
locales del grupo español Vocento, Gerardo Elorriaga, sentenciaba que “Barack
Obama impartió una lección” porque “denunció a dirigentes que se dicen
solidarios pero no toleran la oposición de su propio pueblo” (13). Un mensaje
que ha sido repetido en medios de todo el mundo. El diario “El Mundo”, por
ejemplo, titulaba en portada “Obama saluda a Castro pero le recrimina que no
tolere la disidencia” (14). Pero ni la menor alusión a los casos de disidentes
perseguidos o encarcelados por el Gobierno de EEUU, como Bradley Manning (15),
Edward Snowden (16) o Julian Assange (17), por haber publicado pruebas de los
asesinatos de civiles en operaciones militares norteamericanas (18).
La
corresponsal en Washington de Vocento, Mercedes Gallego, reforzaba el mensaje
propagandístico hacia la Casa Blanca. Afirmaba que el saludo a Raúl Casto debía
ahora ser correspondido –según “los analistas”, decía sin mencionar qué
analistas- con la liberación del agente norteamericano preso en Cuba Alan Gross
(19). Es llamativo que esta periodista no diga una palabra sobre los cuatro
cubanos presos desde hace 15 años en EEUU (20), cuyo hipotético canje por Alan
Gross ha sido propuesto por “analistas” –estos sí con nombre propio- como los
actores Sean Penn y Danny Glover (21).
La
cobertura de Vocento acababa con una nota de su corresponsal en La Habana, que
contenía una mentira gruesa. Afirmaba que “los principales medios de la isla
(...) no se hicieron eco” del saludo de Obama a Raúl (22). Podemos comprobar la
falsedad de esta afirmación viendo la portada, del mismo día, de otro diario,
el vasco Deia, que mostraba la fotografía de un ciudadano cubano viendo la
imagen de dicho saludo en el Noticiero de la Televisión cubana (23).
3.
Olvidar el boicot a Mandela en el Miami de la “disidencia” cubana
El
saludo de Obama a Raúl Castro levantó las airadas protestas del llamado
“exilio” cubano de Miami. Las palabras de la congresista Ileana Ros-Lehtinen,
que afirmó que “cuando el líder del mundo libre aprieta la mano ensangrentada
de un dictador como Raúl Castro, se transforma en un golpe de propaganda para
el tirano" (24), tuvieron espacio en casi todos los grandes medios
españoles (25).
A
ninguno de ellos le pareció adecuado, sin embargo, recordar cómo, en junio de
1990, esta congresista lideró, junto al entonces Alcalde de Miami Xavier
Suárez, un boicot oficial a la visita de Nelson Mandela a dicha ciudad (26).
El
fracaso de dicho boicot fue total. Mientras un avión con un mensaje de
propaganda contra Fidel Castro y Nelson Mandela sobrevolaba el mitin de más de
6000 personas, apenas 30 protestaban en el exterior en su contra (27). Y al
final, los boicoteadores fueron boicoteados: la comunidad negra de la ciudad de
Opa Locka lanzó un boicot al turismo a Miami que provocó a esta ciudad pérdidas
millonarias.
¿Será
que hay una epidemia de amnesia histórica en los consejos de redacción de los
medios españoles?
(8) El
País, 11 de diciembre de 2013, edición impresa, portada.
(13) El Correo, 11 de diciembre
de 2013, edición impresa, pag. 36.
(14) El Mundo, 11 de diciembre de 2013, edición impresa, portada.
(19) El
Correo, 11 de diciembre de 2013, edición impresa, pag. 39.
(22) El Correo, 11 de diciembre de 2013, edición impresa, pag. 39.
(23) Deia, 11 de diciembre de
2013, edición impresa, portada.
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