Por Jean Guy Allard
Fíjese usted en estas tres 
crápulas: el coronel venezolano Julio “El Sabañón” Rodríguez Salas, 
represor asesino del golpe anti-Chávez de 2002; Ramón “Ramoncito” Saúl 
Sánchez, ex miembro de Omega 7, grupo terrorista responsable de una 
cadena de atentados en EEUU y Canadá en los años 60-70; y Carlos Alberto
 Montaner cuya pandilla contrarrevolucionaria se dedicaba a colocar 
bombas en tiendas y cines de La Habana en los primeros años de la 
revolución cubana.
Al observar a estos tres personajes “estrellas” de la Cumbre 
anti-Celac de Miami, uno se sorprende que los “servicios especiales” del
 Departamento de Estado que se dedica a organizar “eventos” en cualquier
 parte del mundo – de Kiev al Cairo - para darle un “empujón” a las 
causas que privilegia, no haya encontrado otras figuras con un mínimo de
 credibilidad para encabezar la reunión que organizaron este sábado en 
la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
Tampoco se fijaron que sus “líderes” cubano-venezolanos 
desenmascaraban el mecanismo detrás de sus maniobras de 
desestabilización en Cuba, Venezuela y demás países latinoamericanos 
progresistas.
“El Sabañón”, “Ramoncito” y el dinosauro Montaner son solo tres de 
los ejemplares que apestaban a CIA en el Díaz-Balart Hall de la FIU.
La FIU está haciendo el trabajo de la CIA con las universidades de 
América Latina. Fueron contratados por la Marina EEUU, la Quinta Flota, 
como asesor para una eventual invasión de Venezuela, nos señala un 
experto.
El traidor Huber Matos, cuyos lazos con el narco ya no son un 
secreto; la ex magistrada venezolana corrupta Gisela Parra, vinculada a 
Henrique Capriles y reclamada en Caracas por extraer ilegalmente 
expedientes; y el ex ministro boliviano Carlos Sánchez Berzain, prófugo 
de la justicia boliviana, son otros de los que se seleccionaron como 
representantes de América Latina.
Para detallar las hazañas que caracterizan a unos de estos cabecillas
 de la mafia golpista que se expresó en Miami, hay que precisar lo 
siguiente.
EL SABAÑON DA LA ORDEN DE DISPARAR
“El Sabañón” es un coronel venezolano que dirigió con un núcleo de 
militares traidores, las maniobras asesinas del efímero golpe de estado 
de 2002 en Venezuela. El hecho fue revelado nada menos que por el jefe 
de la conspiración, Pedro Carmona, en su libro “Mi testimonio ante la 
historia” donde lo nombra como uno de los asesores para la redacción del
 infame Decreto instituyendo el régimen fascista.
Aquel 11 de abril de 2002, cuando la Policía Metropolitana atada a la
 oligarquía vende patria, dirigida por Lázaro Forero, Henry Vivas e Iván
 Simonovic disparó a mansalva, contra el pueblo, “El Sabañón” tronaba en
 el centro de operaciones de los uniformados conjurados.
Los archivos revelan que Ramón Sánchez, más conocido como 
"Ramoncito", entre 1970 y 1982, integró sucesivamente el llamado Frente 
de Liberación Cubano, la organización Abdala, Alpha 66 y Jóvenes de la 
Estrella. Lo localizan también en la llamada Organización para la 
Liberación de Cuba, en Cuba Independiente y Democrática del propio 
narco-simpatizante Hubert Matos, además de Omega 7.
Perteneció luego a la CORU, la organización que ordena la destrucción
 en pleno vuelo de un DC-10 de Cubana de Aviación. Terrorista y asesino,
 fue inculpado y encarcelado con la matrícula carcelaria número 
05059-054, aunque liberado el 24 de noviembre de 1986, gracias a 
decisiones complacientes de los tribunales, inspiradas por sus 
controladores de la Inteligencia que hoy lo mantienen activo.
En cuanto a Carlos Alberto Montaner, arrestado en La Habana en 
diciembre de 1960 con material explosivo, fugado gracias a su mamá y a 
la complicidad de una embajada, y reciclado por la CIA en intelectual 
madrileño-miamense, predicador de la “democracia” versión gringa, no se 
jacta de sus amistades con golpistas hondureños, ecuatorianos y 
paraguayos, y de su apoyo al carmonazo de 2002.
UNA JUNGLA DE MALHECHORES QUE ASESORAN LA CASA BLANCA
De la mafia cubanoamericana de Miami, liderada por grupos asociados a
 la CIA desde su creación, se conoce de su historial de medio siglo de 
acciones criminales contra Cuba. Solo recordar que los bonzos de la 
Fundación Nacional Cubano Americana financiaron a Luis Posada Carriles y
 subsidiaron la compra de “drones” para bombardear la Plaza de la 
Revolución en La Habana en el medio de una millonaria concentración del 
pueblo.
Por otro lado, hace falta repetir que en Miami radica una importante 
“comunidad” de asesinos, terroristas, estafadores de toda América Latina
 reunidos en estructuras “legitimadas” por los políticos 
cubanoamericanos presentes en Washington y asesoradas por los propios 
órganos de inteligencia estadounidenses.
Además de El Sabañón, la pandilla venezolana opositora reúne 
personeros tales como: el exteniente José Antonio Colina, el vice 
almirante Carlos Molina Tamayo, José Antonio Colina Pulido, Eligio 
Cedeño, Nixon Moreno, Raúl Díaz, Nelson Mezerhane, Patricia Poleo, Johan
 Peña, estos últimos todos vinculados al asesinato del fiscal Danilo 
Anderson.
La mediocridad de la selección de quienes se pretenden portavoces de 
la democracia en el continente, ilustra perfectamente el desprecio de 
Washington hacia América Latina y su incapacidad crasa de entender la 
voluntad de soberanía de los latinoamericanos y caribeños frente al 
dominio imperial.
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