Por Randy Alonso Falcón
La Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos 
registrará hoy un nuevo show antivenezolano con la discusión en esa 
instancia de un proyecto de ley que pretende sancionar a dirigentes 
gubernamentales y militares de la Revolución Bolivariana y legalizar la 
millonaria suma que en los últimos años Washington ha destinado a 
proyectos injerencistas en la nación sudamericana.
La principal orquestadora de la llamada The Venezuela Human Rights 
and Democracy Protection Act (Ley 4587) es la representante floridana 
Ileana Ross-Lethinen, feroz opositora a cualquier intento de relación 
decente entre EE.UU y Cuba, promotora del secuestro del niño Elián 
González, patrocinadora de la campaña de recaudación de fondos para la 
defensa del terrorista Luis Posada Carriles, adalid de la permanencia en
 suelo norteamericano del también terrorista Orlando Bosch (ya 
fallecido) y ferviente vocera de los intereses sionistas en el Congreso 
de la Unión.
Junto a ella, encabezan la lista de patrocinadores del engendro 
legislativo otros congresistas de origen cubano como Mario Díaz Balart 
(R-Fl), Joe García (D-Fl) y Albio Sires (D-NJ). El senador anticubano 
Marco Rubio es uno de los principales impulsores del proyecto en la 
Cámara Alta.
La propuesta fue aprobada mayoritariamente, días atrás, en el Comité 
de Relaciones Exteriores de la Cámara. Tras la votación, Ross-Lethinnen 
consideró que estaban enviando “un fuerte mensaje a Maduro de que el 
Congreso de EE.UU. está bien al tanto de los abusos perpetrados por su 
régimen, y que ellos no quedarán impunes”.
Por su parte, Rubio, en un grandilocuente discurso en igual Comité 
del Senado, se encamaleonó de demócrata a guapetón: “El futuro de 
Venezuela  depende del pueblo de Venezuela. Ellos deben determinar la 
dirección que siga el país, y qué tipo de sistema económico y de 
gobierno ellos quieren. Pero lo que nosotros también queremos hacerles 
entender es que Estados Unidos no desistirá de ninguna manera y vigilará
 estrechamente cómo los derechos de los pueblos, con los que compartimos
 este hemisferio, son sistemáticamente violados por un gobierno 
antinorteamericano -el mayor de todos-, y se ignoran sus reclamos” (sic)
MAZO AL HOMBRO
La propuesta que hoy se discute en la Cámara (después irá un texto 
similar al Senado) establece la imposición de sanciones a individuos 
venezolanos supuestamente responsables de “abusos de derechos humanos 
contra los ciudadanos de Venezuela”.
Con base en reportes del Departamento de Estados y la archiconocida 
Freedom House, se anatemiza al Gobierno bolivariano como el responsable 
de las más de 40 muertes ocurridas durante la manifestación organizada 
por sectores reaccionarios el pasado 12 de febrero y toda la violencia 
posterior ocurrida en el país al aliento de esas fuerzas golpistas y con
 mentores y apoyos desde el exterior.
Se propone negar o revocar visados, congelar cuentas, impedir 
transacciones financieras o comerciales de esas personas, impedir el 
acceso a tecnologías y otras posibles sanciones.
Marco Rubio, con sus ínfulas presidenciales, ya anda por los pasillos
 del Congreso con una lista de casi 30 nombres, la cual incluye al 
Ministro y Viceministros del Interior, altos jefes militares,  los 
responsables de los órganos de seguridad y varios gobernadores 
chavistas. Más claro ni el agua. Se trata de infundir miedo en la fuerza
 dirigente venezolana y torpedear la unión cívico-militar.
OEA, YES. UNASUR, NO
El proyecto antivenezolano se plantea a la OEA como un escenario para
 la agresión diplomática. el texto refiere que el Secretario de Estado 
debe ordenar al prepresentante permanente de EE.UU. ante la OEA usar su 
voz, voto e influencia en ese foro para defender y proteger la cacareada
 Carta Democrática y lograr “avanzar en la protección de los derechos 
humanos en el Hemisferio Occidental, especialmente en Venezuela”.
Lo más cínico del hecho, que ya sabemos para qué sirve la OEA, es que
 Ross-Lethinen había encabezado el pasado año una cruzada para retirar 
el financiamiento norteamericano de la  OEA, por no satisfacer esa 
organización los intereses de dominación norteamericana  y estar bajo la
 influencia de los gobiernos de izquierda en la región.
Por  el contrario, el documento que hoy se debate en el Capitolio 
apunta contra la gestión de paz de UNASUR. En su discurso ante la 
Comisión de Exteriores de laCámara, Ross-Lethinen bramó: “El equipo de 
UNASUR no es un intermediario honesto y ellos están en los bolsillos de 
Maduro. Y hasta la fecha, después de varias rondas de las llamadas 
negociaciones, no han habido resultados…”
DE NUEVO LA USAID
Cual reiterada actriz principal de los esfuerzos injerencistas de 
EE.UU. por el mundo, la USAID tiene también espacio en este plan 
impulsado por la ralea anticubana del Congreso.
La propuesta prevée entregarle no menos de 5 millones a esta tapadera
 de la CIA para ejecutar proyectos en Venezuela. Algo que se venía 
haciendo de antaño por debajo de la mesa. ¿Qué le pregunten a Maria 
Corina Machado?
El propósito de la millonaria suma será dicen asistir al pueblo de 
Venzuela para producir, acceder e intercambiar información libremente a 
través de la Internet, incrementar las capacidades y habilidades para la
 comunicación por móviles y otras vías, proveer recursos y entrenamiento
 sobre el mundo digital para los medios y organizaciones de la llamada 
sociedad civil, crear plataformas público-privadas que den acceso a 
información usando todos los medios de comunicación existentes, asistir y
 entrenar a activistas de derechos humanos, la sociedad civil y 
activistas de la democracia en Venezuela.
¿No les parecen formulas conocidas?
La mafia anticubana enquistada en el Congreso y los círculos 
extremistas de poder en los EE.UU. comparten su odio visceral por Cuba 
ahora también con Venezuela. La osadía del proceso social bolivariano y 
la riqueza petrolera están a la vista del águila.
PLANTANDO BANDERA
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha plantado bandera frente a 
la injerencia “Solo los imperios coloniales pueden practicar las leyes 
extraterritoriales, cualquier ley que se apruebe en el Congreso de 
Estados Unidos para sancionar a Venezuela es espuria, no la reconocemos,
 la rechazamos y la enfrentaremos en todos los escenarios mundiales”.
También ha señalado los nexos indisolubles de este proyecto de ley 
con la política anticubana: “El camino de las sanciones es un camino 
fracasado, de antemano fracasado, como ha sido fracasado el camino del 
bloqueo y de la persecución contra el pueblo cubano”.
La ofensiva imperial está planteada. La decidida respuesta bolivariana también.
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