Era un escritor austríaco nacionalizado norteamericano, que con su obra más destacada, Propaganda,
 contribuyó con la manipulación de las masas a través del consumo y la 
idea de felicidad ficticia y de la fabricación del consentimiento. 
Política que sin lugar a dudas continúa siendo aplicada por gobiernos 
sutil y solapadamente opresores y/o demagogos y aquellos donde las 
grandes corporaciones necesitan del consentimiento de las masas para 
continuar erigiendo sus imperios y poder seguir manejando los títeres 
que juegan el papel de conductores de un país. El aporte de Edward 
Bernays es inestimable para los dueños de ese control. La manipulación 
del inconciente de las masas se ha logrado gracias a los pérfidos 
estudios que Bernays, eufemísticamente, llamó Relaciones Públicas. Estos
 estudios fueron realizados con la ayuda de su tío, el psicoanalista 
Sigmund Freud.
Los deseos más recónditos del ser humano podían ser satisfechos si la propaganda los manipulaba e incitaba. Así el consumo masivo podía dispararse a alturas insospechadas. Y Bernays lo logró. El blanco de esta manipulación sería el Yo. Lo que en otras palabras se describe como la parte individualista, egoísta que existe en todo ser humano y que viene aflorando en cada generación que recibe estas enseñanzas desde la cuna, facilitando así su aprehensión ante la acción constante de los agentes manipuladores. En buena medida a él se le deben las políticas que desde hace décadas viene aplicando Estados Unidos en materia de guerras al intentar fabricar el consentimiento y lograr el apoyo de las masas en cada uno de sus asaltos genocidas, enmascarándolos de campañas humanitarias o de restauración o fortalecimiento de las democracias en el mundo, cuando en realidad solo sirven a los intereses de las mismas corporaciones que empujan y azuzan para conseguir sus cometidos ulteriores que siempre están íntimamente ligados a intereses económicos, como ser ventas de armas que son utilizadas en las contiendas bélicas que ellos mismos azuzaron o la consecución de beneficios económicos, como ser el petróleo.
Como ejemplo cabal tenemos a Bush junior, quien inició su campaña para invadir Irak erigiendo la bandera de la democracia y defendiendo la integridad cristiana de occidente contra los ‘enemigos de turbantes’ que fueron convertidos en verdaderos demonios que ‘atentan’ contra la moral democrática. Pronto se sabría la verdad: el petróleo era su meta. Pero una buena parte de este lado del mundo había dado su consentimiento a la invasión.
Las teorías de Bernays aplicadas desde hace décadas por el sistema capitalista, empezando por Estados Unidos y siguiendo por el resto del mundo, son un engranaje fundamental de la maquinaria que representa. Las técnicas de Control de masas y la fabricación del consentimiento encontraron en el inconciente humano la solución para perpetuarse: el individualismo. Elemento inherente al ser humano por su calidad de ser racional pero principalmente individual, paradójicamente un ser pensante por cuenta propia pero fácilmente manipulable.
Gracias a su misántropo aporte (porque una persona que crea este tipo de herramientas no puede sentir amor por nada más que por el dinero), su amado billete corre debajo del puente del sistema, al que apuntala con mayor facilidad de asimilación por parte de los seres humanos apelando, a través de la manipulación psicológica, al individualismo que le es tan propio y hasta ciertamente conciente una vez que se manifiesta.
Sinópsis del libro "Propaganda", de Edward Bernays, en sus propias palabras.
“La
 manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones 
organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad 
democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad 
constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que 
rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras
 mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en 
gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar.” [Información 
cedida por la editorial Melusina]
“En
 consecuencia, se intenta sin descanso y con todo el ahínco capturar 
nuestras mentes en beneficio de alguna política, artículo o idea”.
“La propaganda es el brazo ejecutor del gobierno invisible”.
“Soy
 conciente de que la palabra ‘propaganda’ puede despertar connotaciones 
desagradables en muchos oídos. Y sin embargo, que la propaganda sea 
buena o mala dependerá en cualquier caso del mérito de la causa que se 
alienta y de la exactitud de la información publicada”
“La
 propaganda moderna es el intento consecuente y duradero de crear o dar 
forma a los acontecimientos con el objetivo de influir sobre las 
relaciones del público con una empresa, idea o grupo”.
“La
 nueva propaganda no sólo se ocupa del individuo o de la mente 
colectiva, sino también y especialmente de la anatomía de la sociedad, 
con sus formaciones y lealtades de grupos entrelazadas”.
“Si
 consideramos la constitución de la sociedad como un todo, más a menudo 
de lo que se pueda pensar, la nueva propaganda sirve para focalizar y 
satisfacer los deseos de las masas”.
“Las
 industrias, las empresas de servicios públicos, los movimientos 
educativos, en efecto, cualquier grupo que represente una idea o u 
producto sólo logra sus propósitos si cuenta con la aprobación de la 
opinión pública”.
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