Por Edmundo García
El sábado 28 de junio un llamado Foro de 
Promoción Democrática Continental celebró en Miami a una reunión 
titulada “Opciones y Acciones para empoderar la Sociedad Civil Cubana”. 
Tuvo lugar en el Aula Magna de la Escuela de Derecho de la Universidad 
Internacional de la Florida (FIU), con el declarado objetivo, en 
palabras de su comité gestor, de “crear las condiciones en busca de soluciones y todos juntos alcanzar la nueva Cuba que todos anhelamos”.
A diferencia
 de lo que suelen hacer, que es encerrarse en sus propias plataformas, 
esta vez los grupos anticubanos participantes decidieron dar una imagen 
“democrática” y se agruparon en lo que denominaron dos “opciones”; que 
en el fondo son lo mismo.
Una llamada “Opción I”, representada por Carlos Saladrigas
 y Marcelino Miyares; que se presenta como Presidente del Partido 
Demócrata Cristiano de Cuba pero que todo el mundo en Miami identifica 
como “el secretario” de Saladrigas.
Les recuerdo que Marcelino Miyares es 
miembro de la Brigada 2506, que invadió a Cuba por Playa Girón con apoyo
 norteamericano. Una verdad demostrable aunque ellos, para justificar la
 derrota, no se cansen de lloriquear diciendo que los norteamericanos 
los traicionaron.
A esta llamada “Opción I” se le “opuso” 
en el evento una denominada “Opción II”, representada por Jaime 
Suchlicki, Director del vergonzoso ICCAS de la Universidad de Miami; y 
Pedro Roig, también mercenario de Girón y ex Director de la mal llamada 
Radio Martí.
La idea de este evento fue dar la imagen 
de que hay una contrarrevolución “diversa”, con matices, tolerante con 
sus propias diferencias y unida. En Miami se ha filtrado que dar esa 
apariencia idílica se les ha hecho necesario ya que el gran poder 
político norteamericano está cansado de recibir delegaciones de 
contrarrevolucionarios cubanoamericanos en Washington DC donde no hacen 
más que hablar mal unos de los otros, para que les sea asignada la mayor
 parte del dinero de la subversión contra Cuba.
Unos van a la capital de Estados Unidos y
 les dicen a políticos y legisladores que no hay que darles el dinero a 
grupos que son muy “suaves” con el gobierno cubano, al que habría que 
derrocar por la fuerza. Otros pasan por los mismos sitios diciendo que 
al gobierno cubano hay que tumbarlo de forma más “inteligente”, 
“acercándose”, y que es mejor que les den el dinero a ellos que a los 
viejos trogloditas de Miami.
Todo un chanchullo sobre el cual, como 
les decía, parece que hay suficientes quejas en la capital como para que
 se estén preguntando si tiene realmente sentido seguir botando los 
millones de dólares que se destinan a la subversión contra Cuba.
Es en este contexto en que se les ocurre 
presentar una contrarrevolución miamense capaz de debatir “diferencias”,
 en ese evento del 28 de junio.
No voy a extenderme mucho en valoraciones
 pues necesito espacio para ofrecer elementos precisos acerca del 
montaje de esta jugada de la contrarrevolución miamense. Mi criterio 
sobre lo que estas personas significan, sobre su catadura política y 
moral, lo expuse este miércoles 2 de julio en el programa La Tarde se Mueve. Lo pueden escuchar en nuestra página web. 
Vamos entonces a algunos detalles del evento titulado “Opciones y Acciones para empoderar la Sociedad Civil Cubana”.
Abrió el programa el Reverendo Martín Añorga, quien pidió al Señor que bendijera el acto.
La oración del Reverendo puede considerarse sin dudas la primera intervención de carácter político del día. En ella dijo: “Señor…
 gracias por este grupo de hombres y mujeres que tienen inquietudes en 
el corazón por el bien y el futuro de la patria. Permite que los 
intercambios cordiales, respetuosos y amables conduzcan a conclusiones 
que sean positivas para el futuro de Cuba. Nuestra patria está en tus 
manos y por ella intercedemos…”.
Quiero recordar que este señor, 
aparentemente tan pacifista y tan cristiano, es una de las personas que 
abogó porque salieran en libertad los terroristas Luis Clemente Posada Carriles,
 Pedro Remón, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol, que 
planificaron un atentado contra Fidel en el paraninfo de la Universidad 
de Panamá, donde morirían centenares de personas si hubiera tenido 
lugar.
La oración del Reverendo Martín Añorga es
 parcial y pide por una sola cosa: Por la implosión de la Revolución 
Cubana y por el infortunio de aquellos que la apoyamos.
Como no podía ser de otra manera dado su 
afán de protagonismo, el principal orador en nombre de la llamada 
“Opción I”, fue el señor Carlos Saladrigas. Como siempre, Saladrigas fue
 manipulador y en lugar de hablar claro dijo imprecisamente que deseaba 
para Cuba “lo que todos anhelamos y lo que todos queremos”. ¿Todos? Yo creo, como he dicho otras veces, que la Cuba que Saladrigas quiere es aquella de antes 1959 donde unos pocos vivían a su antojo y con impunidad.
Para lograrlo Saladrigas se dedica a 
conspirar; en este evento se acerca a personas que le han criticado 
duramente por viajar a Cuba, como Frank Calzón. Y cuando viaja a Cuba 
conspira también con la contrarrevolución interna; por eso representantes
 del gobierno ni la propia Iglesia Católica, una institución que lo 
acogía con satisfacción, ni siquiera quieren verlo. No es leal, no es sincero; como dijo Fidel en una Reflexión donde lo retrató, Saladrigas cree que a los cubanos se les puede comprar con un poco de dinero.
Lo reconoce claramente en ese evento 
cuando dice que lo que le diferencia a él de derechistas como Frank 
Calzón y Orlando Gutiérrez Boronat “no son ideas que nos dividen en principio ni en objetivos”. Contra la revolución cubana lo que los separa son cosas superables, minucias. Lo fundamental es estar contra ella.
Según el propio Saladrigas, su agenda parte de que Cuba es “un país totalitario” que debe moverse hacia la democracia. Entre una red de aparentes buenas intenciones, dice que defiende “el cambio sobre el continuismo en Cuba”.
Y “continuismo” es, lo sabemos todos, una
 forma despectiva de llamar a la continuidad del legado histórico de la 
Revolución Cubana y sus líderes; que ahora Saladrigas pretende 
interrumpir con el desarrollo de la llamada “sociedad civil cubana”.
Saladrigas quiere cambios en Cuba, cambios en Miami y cambios en la política norteamericana hacia Cuba.
Pero, ¿por qué Saladrigas desea “facilitar” cambios en Cuba? Él mismo lo confiesa:“Facilitar
 los cambios, porque el cambio engendra cambios, que son incontrolables e
 indetenibles… La apertura, los cambios y la fluidez facilitan que 
ocurran cisnes negros”. ¿Y qué son los cisnes negros? Dejemos que sea nuevamente el propio Saladrigas quien lo aclare:“Cisnes
 negros son aquellos eventos históricos que son absoluta y totalmente 
impredecibles y que nadie los puede anticipar, nadie los puede ver… y 
que quizás son los que más impacto han tenido en el curso de la 
historia…”.
“Democracia liberal en el sentido tradicional Occidental”, dice textualmente Saladrigas que es lo que desea para Cuba.
Luego dice que confía en que las malas decisiones de “gobiernos ineptos” pueden ser útiles para las transiciones: “Lo hemos visto en muchos lugares, como en Túnez e Indonesia”. Piensa en Cuba a través de otros países: Corea del Sur, Filipinas, Chile, España…
 Lo único que no analiza Saladrigas son los cambios en Cuba a través del
 conocimiento de la realidad de la propia Cuba. Esta es siempre la causa
 fundamental de su fracaso.
La ingenuidad política de Saladrigas es 
doble. Primero, porque cree que en Cuba no se dan cuenta de sus 
verdaderas intenciones. Segundo, porque el propio Saladrigas, por 
autosuficiencia, confiesa sus verdaderas intenciones.
El principal orador de la llamada “Opción II” fue Jaime Suchlicki. Como ya dije, se supone que esta sea la posición más “dura”.
Suchlicki se fue por la parte del 
análisis general a partir de la política exterior y dijo que Estados 
Unidos no podía tolerar una “dictadura militar” como Cuba, que en su 
criterio apoya el terrorismo, trafica con personas y viola los derechos 
humanos. Suchlicki pide que Estados Unidos trate a Cuba como trató a los
 países de la ex Europa del Este: como un país comunista que ha sido 
también una amenaza nuclear.
Suchlicki define a Cuba como un país 
aliado de Irán, Siria, Corea del Norte, Rusia y Venezuela. A partir de 
esto, su apoyo al bloqueo queda definido así: “La idea de que el embargo o el bloqueo es la causa de los problemas de Cuba es una falacia…” 
Suchlicki defiende el bloqueo contra 
Cuba, se opone a la apertura de viajes (aunque reconoció en ese evento 
que visitó la ex URSS como turista), y cree que los empresarios que 
intentan negociar con Cuba lo que desean es una perpetuación del 
“comunismo”. El director del ICCAS de la Universidad de Miami terminó su
 intervención de forma lamentable: “Yo sé que hemos esperado 56 
años. Yo llevo 56 años en esta cosa. Yo también estoy cansado, pero hay 
que esperar. Los rusos esperaron 70 años para que el comunismo acabara… 
los judíos esperaron 2,000 años para tener un estado libre y 
democrático. Yo no creo que haya que ponerse nervioso y decir que hay 
que cambiar. Los cambios lo que pueden producir es la perpetuación del 
sistema militar en Cuba.”
No hay que hacer muchos esfuerzos para 
ver los “matices” que hay entre la llamada “Opción I” defendida por 
Saladrigas y la “Opción II” presentada por Suchlicki. Frente al 
extremismo de este, por momentos Saladrigas puede parecer hasta un amigo
 de la Revolución Cubana. Pero cuidado: Lo dijo Mons. Añorga al inicio y
 lo reconoció Saladrigas en su propia intervención: Todos quieren lo 
mismo. Todos buscan el fin de la Revolución Cubana y su legado.
Cada una de estas “opciones” tuvo sus defensores de segunda y tercera línea en ese evento del sábado 28 de junio en FIU.
Junto a Suchlicki o cerca de él, por la llamada “Opción II”, también se puede citar a Frank Calzón, Orlando Gutiérrez Boronat, y por supuesto a Pedro Roig.
En la llamada “Opción I” con Carlos Saladrigas pueden escuchar en el link correspondiente a Marcelino Miyares y a Rick Herrero.
Sobre Rick Herrero quisiera añadir unas 
breves palabras. Como él mismo dice en su intervención, es el director 
de una recién fundada organización llamada “Cuba Now”. Su objetivo es 
pedirle al presidente Obama más aperturas hacia Cuba y pedirle a Cuba 
que haga “cambios democráticos” en el sentido en que los pide Yoani Sánchez,
 que ha sido la imagen de su campaña promocional en Washington DC. Pero 
“Cuba Now” más que una organización es una sucursal del Cuba Study Group
 de Carlos Saladrigas, de quien Herrero ha sido directivo. Personalmente
 he estado al habla con Herrero para realizarle una entrevista en La Tarde se Mueve.
 Luego de un intercambio inicial, este ha dejado incluso de responder 
mensajes probablemente por exigencia del propio Saladrigas.
Cito el incidente para que se compruebe 
la hipocresía de estas personas que dicen querer llevar la democracia a 
Cuba, que critican a la prensa cubana, y sin embargo son ellos los 
primeros censores y “secretistas” cuando les reclama un medio 
alternativo que no se les somete a guión pactado, como hace la prensa 
complaciente de Miami; o como esos nidos de preguntas y respuestas que 
les suelen acomodar tras sus consabidas presentaciones.
La contrarrevolución cubana, en ninguna 
de sus variantes “dura” o “suave”, tiene lugar en los cambios que el 
pueblo y la dirección del país están llevando a cabo en la isla. Muchas 
generaciones vendrán y seguirán el legado revolucionario codificado en 
la vida y la obra de Fidel. Como nación, ese es nuestro único destino.

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