Por Arthur González.
A pesar de los críticos problemas que 
afectan hoy a la población mundial, los medios de prensa solo publican 
aquellos que son de conveniencia política de los grandes medios y de 
algunos gobiernos, el resto se omiten o se ocultan.
Ese es el caso de Estados Unidos, lugar 
donde existe una gama de situaciones, en muchas ocasiones más complejas 
que las de otros países atacados y condenados por ese Gobierno. Drogadicción,
 prostitución infantil, tráfico de personas, trabajo forzado incluido el
 de menores de edad, asesinatos en masa por el uso indiscriminado de 
armas de fuego, desempleo, racismo, actos terroristas, analfabetismo, 
personas sin hogares, corrupción de cuello blanco, y otros más de los 
que la gran prensa estadounidense no menciona; cuando lo hace es de 
forma breve sin conformar campañas que afecten la imagen del imperio
Todo lo contrario hace esa misma prensa cuando se trata de países que tienen gobiernos no aceptables para la Casa Blanca.
Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba, Irán, 
Rusia y Venezuela, son vivos ejemplos. Cualquier situación que ocurra en
 ellos es amplificada y divulgada hasta la saciedad.

Recientemente se colocó un artículo en el
 sitio Diario de las Américas, que retrata pálidamente la situación real
 que sufren los pobladores de la ciudad de Miami, los cuales provienen 
de todos los países de América Latina y el Caribe, e incluso de Europa, 
Asia y África, conformando un guiso con múltiples ingredientes.
La información aportada clasifica a Miami como “la ciudad con peor calidad de vida de todo los Estados Unidos”, específicamente en factores como la cobertura médica, la renta, el nivel de pobreza y la conciliación laboral y familiar.
Para darle solidez a tales aseveraciones tomaron como base un estudio ejecutado por Nerdwalle, sitio especializado en evaluar las ciudades con mejor calidad de vida, el cual llegó a las siguientes conclusiones:
En cuanto a los ingresos, asequibilidad y
 los beneficios en la salud, Miami obtuvo solo un 35,86%, pero no 
especifican que los latinoamericanos no cubanos son los que más carecen 
de seguros médicos, y el nivel de pobreza entre los negros es mucho más 
elevado que entre la población de raza blanca y además tienen menos 
oportunidades de trabajo por la discriminación racial.
Respecto al estado de la economía local, 
llegaron a la conclusión de que en cuanto al porciento de personas con 
ingresos por debajo del nivel de la pobreza y de desempleo que afecta a 
los ciudadanos, Miami ocupa el cuarto lugar en todas las ciudades 
norteamericanas, con más del 30% de la población en situación de 
necesidad, sólo por detrás de Detroit (42,30%), Cleveland (36,10%) y 
Cincinnati (34,10%).
Sobre el desempleo, Miami posee un 6,3 % de personas que no tienen trabajo.
Referente a la conciliación de la vida 
laboral, el sitio Nerdwallet llegó a la conclusión de que en Miami la 
inmensa mayoría de las personas no disponen de tiempo para disfrutar las
 bondades del clima en actividades recreativas, ya que para sobrevivir 
en esa sociedad hay que dedicarle una gran parte de las 24 horas del día
 a trabajar, incluso en más de un centro, a lo que se le suma el consumo
 de tiempo en trasladarse de la casa al trabajo y viceversa, debido a 
las grandes distancias que debe recorrerse diariamente.
El resultado obtenido es que en Miami el 
promedio de trabajo es de 38 horas y media, a lo que se le deben sumar 
unos 30 minutos como mínimo, empleados en el trayecto.
Al final del análisis de esas pocas variables, Miami queda situada en el último lugar entre las 100 ciudades estudiadas.
Estos elementos, que no estudian en 
profundidad los problemas de cada Condado del Estado, donde en algunos 
la pobreza extrema es semejante a la de un país del tercer mundo, quizás
 le servirían a la escritora y poetiza cubana Reina María Rodríguez, 
recientemente galardonada en Chile con el premio Iberoamericano de 
Poesía Pablo Neruda 2014, para escribir una crónica mucho más profunda 
que la titulada “No la oigo, muchacha, no la oigo”, en la cual 
dibuja una escena patética de un parque en la capital cubana, donde se 
recrea en varios personajes, según ella, acosados por la indefensión, 
los derrumbes y el olvido; publicado en el sitio anticubano Café fuerte.
Sin embargo, Reina María no aclara que a 
esos mismos ancianos no les falta la asistencia médica gratuita, o el 
ingreso en un hospital en caso de necesidad y que muchos han sido 
abandonados por sus familiares que emigraron en busca de fortuna en la 
Ciudad del Sol, a solo 90 millas de las costas de Cuba.
Algunos de esos hijos y nietos que se 
marcharon, ahora no pueden ocuparse de ellos debido a la difícil 
situación económica que enfrentan, el salario no les alcanza para cubrir
 la renta de un sencillo apartamento, la electricidad, la gasolina del 
auto que pagan a plazos para poder desplazarse en esa urbe donde el 
transporte público es casual, el costo abusivo de simple un tratamiento 
odontológico y donde la rutina diaria no les permite disfrutar de un 
espectáculo de teatro o asistir a una discoteca.
Y al final esos mismo residentes en Miami se preguntan a diario ¿Es esto la vida?

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