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| Foto: Roberto Chile | 
No tardó nuestro país un minuto en dar respuesta a los organismos 
internacionales ante la solicitud de apoyo para la lucha contra la 
brutal epidemia desatada en África Occidental.
Es lo que siempre ha hecho nuestro país sin excluir a nadie. Ya el 
Gobierno había impartido las instrucciones pertinentes para movilizar 
con urgencia y reforzar al personal médico que prestaba sus servicios en
 esa región del continente africano. A la demanda de Naciones Unidas se 
dio igualmente respuesta rápida, como se ha hecho siempre ante una 
solicitud de cooperación.
Cualquier persona consciente sabe que las decisiones políticas que 
entrañan riesgos para el personal, altamente calificado, implican un 
alto nivel de responsabilidad por parte de quienes los exhortan a 
cumplir una peligrosa tarea. Es incluso más duro todavía que la de 
enviar soldados a combatir e incluso morir por una causa política justa,
 quienes también lo hicieron siempre como un deber.
El personal médico que marcha a cualquier punto para salvar vidas, 
aun a riesgo de perder la suya, es el mayor ejemplo de solidaridad que 
puede ofrecer el ser humano, sobre todo cuando no está movido por 
interés material alguno. Sus familiares más allegados también aportan a 
tal misión una parte de lo más querido y admirado por ellos. Un país 
curtido por largos años de heroica lucha puede comprender bien lo que 
aquí se expresa.
Todos comprendemos que al cumplir esta tarea con el máximo de 
preparación y eficiencia, se estará protegiendo a nuestro pueblo y a los
 pueblos hermanos del Caribe y América Latina, y evitando que se 
expanda, ya que lamentablemente se ha introducido y podría extenderse en
 Estados Unidos, que tantos vínculos personales e intercambios mantiene 
con el resto del mundo. Gustosamente cooperaremos con el personal 
norteamericano en esa tarea, y no en búsqueda de la paz entre los dos 
Estados que han sido adversarios durante tantos años, sino en cualquier 
caso, por la Paz para el Mundo, un objetivo que puede y debe intentarse.
El lunes 20 de octubre, a solicitud de varios países del área, tendrá
 lugar una reunión en La Habana con la participación de importantes 
autoridades de los mismos que han expresado la necesidad de dar los 
pasos pertinentes para impedir la extensión de la epidemia y combatirla 
de forma rápida y eficiente.
Los caribeños y latinoamericanos estaremos enviando también un mensaje de aliento y de lucha a los demás pueblos del mundo.
Ha llegado la hora del deber.
Octubre 17 de 2014
9 y 23 p.m.

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