
Por Pedro Pablo Gómez
El próximo día 10 de diciembre se conmemora a nivel internacional, por resolución de la ONU, el día de los Derechos Humanos, de acuerdo con ello en la mayoría de los países se celebran actividades apropiadas a estos efectos.
En Cuba también. A pesar de que los enemigos de la Revolución Cubana y los anexionistas de siempre
 continúan con su política de agredir a nuestro proceso revolucionario y
 tratan de  presentarnos como violadores de los principios que emanan de
 la Declaración hecha por el organismo internacional y mostrarnos con 
una imagen tergiversada y plagada de mentiras.
Por lo general aquellos que son nuestros 
principales acusadores y se atribuyen el papel de jueces a nivel 
internacional, en realidad son los mayores violadores de lo que dicen 
defender. Así vemos que los Estados Unidos de América y sus fieles 
seguidores en otras partes del mundo ejecutan o son cómplices de la 
muerte en gran escala de cientos de miles de civiles con sus acciones 
guerreristas, tratando de imponer gobiernos afines a sus intereses. Así 
ha sido en Guatemala, Nicaragua, Santo Domingo, Chile hasta Irak, 
Afganistán, Libia, Pakistán, etc. Allí el principal derecho humano, ese 
de respetar la vida de nuestros semejantes, ha sido simplemente 
pisoteado.
Además de lo anterior están sus 
millonarias cifras de personas abandonadas, sin trabajo, educación, ni 
atención médica y sin las mínimas condiciones para sobrevivir en la 
sociedad capitalista. A otros, como Puerto Rico, les han robado su independencia en violación de las resoluciones de la ONU sobre descolonización.
En la mayoría de los países   que 
conforman el mundo capitalista prevalecen este tipo de problemas, que 
son ocultados por sus medios de comunicación en manos de grandes 
magnates, generalmente  militantes de los grupos más reacios a todo lo 
que sea igualdad social, económica y política.
En cambio, nuestro pequeño país garantiza
 a todos los cubanos el derecho a la vida,  la sobrevida en los 
nacimientos de niños es menor de 5 muertos por cada 1000 nacidos vivos, 
así como la esperanza de vida de hombres y mujeres cubanos sobrepasa los
 78 años. Todos los ciudadanos de nuestro país tienen el derecho 
gratuito de la salud pública y a la educación. También a disfrutar de la
 práctica y espectáculos deportivos  y  poseer un trabajo acorde a sus 
conocimientos.
Nuestra prensa no es la mejor 
representada, pero tiene el aval de no publicar  noticias falsas y en 
Cuba se desconocen la tortura, la ejecución extrajudicial y las 
desapariciones. El cubano no necesita un centavo para elegir y ser 
elegido en nuestro sistema político.
Nuestros niños son nuestra mayor 
preocupación para que tengan  la educación garantizada hasta la 
secundaria básica como mínimo y un desarrollo normal. Como  bien se ha 
dicho, ningún niño cubano muere de hambre, ningún niño cubano es 
pordiosero, ningún niño cubano es abandonado, todo ello porque nuestros 
principios solidarios empiezan por nuestras casas.
En el orden internacional, la solidaridad
 de Cuba con los pueblos del Sur está mas que demostrada. Desde ofrecer 
nuestra propia sangre, hasta repartir no lo que nos sobra, sino parte de
 lo que tenemos, entre ellos los conocimientos trasladados en la 
distintas esferas de la salud, la educación y también en la 
construcción. A nivel mundial se conoce ampliamente nuestro permanente 
apoyo a las causas justas, sin tener en cuenta el tamaño de quien nos 
pide ayuda.
A los jueces  occidentales que nos 
acusan, les podemos preguntar si pueden decir lo mismo. Ellos carecen en
 absoluto de moral, argumentos y decencia para condenarnos.
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