Por Patricio Montesinos
Releyendo el conocido libro "El arte de la
inteligencia", escrito por uno de los más sádicos exdirectores de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA), Allan Dulles, se confirma que Estados
Unidos repite en la actualidad, una vez más, sus inescrupulosos y agresivos
planes contra el mundo y particularmente hacia Latinoamérica y el Caribe para
ejercer su dominio en la región que siempre ha considerado su patio trasero.
Los métodos subversivos de Dulles, el quinto jefe en la
historia macabra de la CIA, aplicados en la década del 50 y principios de
los años 60 de la centuria pasada, son los mismos que Washington se empeña hoy
en ejecutar a fondo en Nuestra América.
Detengámonos solo en algunas de las ideas maquiavélicas
expuestas por ese "personaje", las cuales no merecen comentario
alguno porque se explican por sí solas, y las vemos además materializadas
día a día, en este siglo XXI, desde el sur del Río Bravo hasta la Patagonia.
Dulles escribió en su libro que en la dirección de los
Estados crearemos el caos y la confusión. "De manera imperceptible pero
activa y constante propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno,
la corrupción y la falta de principios", apuntó.
Subrayó que "la honradez y la honestidad
serán ridiculizadas como innecesarias y convertidas en vestigios del
pasado", mientras al mismo tiempo la CIA y Washington fomentarán el
descaro, la insolencia, el engaño, la mentira, el alcoholismo, la drogadicción
y el miedo irracional entre semejantes.
Remarcó que Estados Unidos apoyará y encumbrará por todos
los medios a los denominados artistas para que siembren e inculquen en la
conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo y la traición.
El exjefe de la CIA resaltó abiertamente en su texto que
"nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos,
desmoralizaremos y pervertiremos."
Pero fue más lejos aún cuando señaló que "debemos
lograr que los agredidos nos reciban con los brazos abiertos... Antes que los
portaviones y los misiles deben llegar los símbolos, los que venderemos como
universales, glamorosos, modernos, heraldos de la eterna juventud y felicidad
ilimitada."
El objetivo final, según Dulles, es derrotar en el
terreno de las ideas las alternativas al dominio de Estados Unidos, mediante el
deslumbramiento, la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación
del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y
libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las victimas
lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos.
Pregunto ahora: ¿No son esas ideas las bases de los
planes sediciosos que Washington ejecuta hoy contra América Latina y el Caribe,
utilizando además las poderosas nuevas tecnologías?
La respuesta a esa interrogante "se cae de la
mata", como reza un refrán popular. Solo hay que observar el panorama
invasivo y tenebroso al que se enfrentan actualmente los pueblos y las fuerzas
progresistas de la Patria Grande.
Pero no olvidemos algo. Dulles fue obligado a renunciar
como director de la CIA en septiembre de 1961, tras el revés que sufrió Estados
Unidos en su frustrada invasión a Cuba por Bahía de Cochinos, en abril de ese
mismo año, considerada la primera gran derrota del imperialismo en Nuestra
América.
El otrora jefe del principal servicio secreto norteamericano,
quien participó también en la preparación de planes de atentados contra el
líder histórico de la Revolución cubana, no pudo acabar con la vida de Fidel
Castro, lo que precipitó la dimisión de su cargo.
Cuba demostró entonces
y lo ha hecho a lo largo de los últimos 60 años que ni Dulles, ni la CIA, ni
Washington y ni inquilino alguno de la Casa Blanca son invencibles. La Patria
Grande tiene y puede hacer lo mismo frente a la nueva ofensiva que desata hoy
el decadente imperio del Norte en nuestra región. (Pensando Américas)
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