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jueves, 18 de abril de 2019

Cuba: Yacimiento de esperanza y de resistencia.


Tomado de Las Torres de Marcos
Por Marcos Torres

Para los asalariados del imperialismo en el redituable negocio de la propaganda contra Cuba, los tiempos que corren juegan un papel sumamente importante en su afán por obtener ganancias personales y reconocimiento social, toda vez que luego de las anunciadas medidas contra nuestro país, como lo son la aplicación total de la ilegal e ilegítima Ley Helms- Burton y las renovadas amenazas recién sacaditas del congelador de la “Guerra Fría” por la administración Trump, los mencionados “obreros” han dado curso a su inventiva para transmitir sus pingües ideas en cuanto sector propagandístico exista.

La propaganda, en términos generales puede ser entendida, según la Ecured.cu, como una forma intencional y sistemática de persuasión con fines ideológicos, políticos o comerciales, con el intento de influir en las emociones, actitudes, opiniones y acciones de los grupos de destinatarios específicos a través de la transmisión controlada de información parcial (que puede o no basarse en hechos) a través de los medios de comunicación masiva y directa.
Es en este contexto dónde este fenómeno adquiere un matiz manipulativo específico, si tenemos en cuenta los objetivos que se persiguen con la sistemática transmisión de informaciones falsas a la que se ha sometido durante siglos a los procesos sociales ideológicamente contrarios (entiéndase antagónicos) a los centros de poder internacional. No por Gusto Karl Marx y Federico Engels abordan el tema con claridad meridiana en el “Manifiesto Comunista”.
En este sentido todas las áreas de influencia informativa devienen en sendos teatros de operaciones donde el “juego” con la mente humana se convierte en centro de atención de las acciones concretas, entre los que destacan la TV, los medios de prensa (en todos los formatos), las redes sociales y la literatura.
A este último espacio de confrontación quiero referirme en el día de hoy a partir de haber encontrado un artículo en “El País” (periódico español de derechas conocido por su obcecada manía de publicar artículos contra la Revolución cubana) donde se realiza una entrevista a un escritor de origen cubano nombrado Enrique del Risco a propósito de su presentación en ese país de su novela “Turcos en la niebla” y de la que se dice “radiografía la realidad psicológica de los exiliados cubanos”.
El contenido de la obra literaria realmente no me interesa pero lo venenoso del hecho lo encontramos en las valoraciones que se esgrimen por el autor de la obra y por el autor del artículo, intentando presentar el artículo bajo la “tierna y cándida mirada” de un “exiliado” que “huyó” de la “Cuba Castrista” en 1995 y que renunció a una “fe de la que fue militante” para rimbombantemente anunciar que la novela en cuestión resultó ganadora de un ¿¡premio!?.
Otra vez en la entrevista se presenta a Cuba como un “régimen totalitario”, “como una “tierra maligna”, se hace alusión al Ché de forma trastocada (como es costumbre) y a un proceso de “orientalización” de nuestra sociedad. Más de lo mismo, teniendo en cuenta que las valoraciones favorecen siempre al César y nunca a los galos…
La cuestión literaria, repito, no me interesa mucho y no dudo de la capacidad como escritor del mencionado Del Risco (quién además es hasta Doctor en Literatura Latinoamericana de la Universidad de Nueva York), o si se traicionó a sí mismo en los 90, o sí sus ideas políticas coinciden o no con las mías. El asunto está en que este novelista tiene un blog personal donde se hace eco de las publicaciones anticubanas de orden y entre los principales vínculos se encuentran sitios tales como “14 y Medio” de la archiconocida Yoanis “Mentira-con-patas-cortas” Sánchez. Es por eso que me surge la duda de si este premio no será un pago enmascarado por los servicios prestados a una potencia extranjera. En fin que entre cielo y tierra…
En su blog parece como si esta novela le hubiera subido los humos a la cabeza a Del Risco, ya que prácticamente no habla de otra cosa, reseñando las entrevistas que le han hecho por su novela, artículos periodísticos y hasta los agradecimientos del propio libro. Nah… que la “psicología” de este “exiliado” en particular necesita ser reconocida por alguien más que no sea el mismo y sus acólitos.
De todas formas puede remitirse a la Ecured.cu y buscar su nombre: allí se le reseña (¡miren lo buenos que somos!). Algo que no podemos decir de Wikipedia.com que al parecer ni lo conoce ni le interesa.
Entre los “mínimos” detalles que a Del Risco se le olvida mencionar en su entrevista es que ciertamente han sido más de 60 años de vicisitudes y de “un problema tras otro”, pero ¿y las causas? ¿y de la capacidad de nuestro pueblo para resistir las agresiones? ¿y los que están fuera de Cuba por cuestiones netamente económicas?
Sería más que ético que el autor reconociera los siguientes elementos:
  • Primero: Que traicionó su fe militante en 1995 y después renunció a ella.
  • Segundo: Que no todos los que se encuentran fuera de Cuba son “exiliados políticos” como pretende hacerse ver en la entrevista y creo que en la propia novela también: hay muchos que añoran regresar a su patria y continuar haciendo Revolución.
  • Tercero: Que Cuba no es un yacimiento de silencio, es un yacimiento de esperanza y de resistencia. Olvidar esto es olvidar la historia de su pueblo, a sus héroes y mártires, y a los que estamos acá luchando “a-brazo-partido” por salir adelante.
Lástima que Del Risco no haya podido estar aquí para observar por si mismo las transformaciones necesarias para bien en nuestra sociedad y le lleguen las noticias de su tierra bajo el velo del engaño, las que el mismo se encarga, como buen peón, de trasladar.

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