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viernes, 31 de mayo de 2019

Imperialismo y la prensa capitalista: Oriente Medio (Parte II).



Por Gustavo de la Torre Morales


Trump no solamente ha mentido sobre cuestiones internas de su propio país, engañando vilmente a su ciudadanía; sino que ha contado con el apoyo de la prensa para también mentir, descaradamente, en cuestiones de política internacional. De estas últimas, les exponemos algunos ejemplos:


Durante su campaña presidencial, Trump dijo que retiraría las tropas de Afganistán, Irak y Siria, pero lo que parecía tener previsión de fecha, ha quedado en la inconclusión para facilitar el compromiso de la OTAN de enviar nuevas misiones a la región y la participación de empresas contratistas que velen por los intereses imperialistas sobre los recursos naturales de la región (como el control sobre la producción, distribución y precio internacional del petróleo, entre otras).

Mientras tanto, los grandes medios todavía sostienen el guión de “lucha contra el terrorismo” en Afganistán, cuando Al Qaeda fue creación de la CIA y hoy sigue dando financiación y apoyo logístico a ésta y otras organizaciones derivadas que se mueven por la región, creando la inestabilidad que propicie las operaciones militares, muy lucrativas para la industria militar.

No se puede olvidar, tampoco, la famosa propagación de “tenencia de armas de destrucción masiva” por el gobierno de Irak, aunque nunca se encontraron. Libia, fue otro de los países estratégicos, donde el llamado fue derrocar al “terrible dictador” Gadaffi, cuando su mayor crimen fue enfrentar los intereses occidentales. Sin embargo, en ninguno de estos tres países ha llegado la afamada y prometida democracia, sino la destrucción total de sus infraestructuras, un caos social con fuertes enfrentamientos internos y el resultado de graves problemas económicos que han favorecido, casualmente, la participación de trasnacionales europeas y estadounidenses, así como la creciente presencia militar de este último en la región.

Irán también es víctima del manejo propagandístico. La noticia que Irán  tiene “intención de construir armas nucleares”, sigue dando la vuelta al mundo, cuando las inspecciones de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirman que Irán no tiene armas atómicas y que cumple con lo acordado en el Consejo de Seguridad de la ONU en 2015 (llamado Acuerdo 5+1 o JCPOA). Sin embargo, tomando en cuenta que la Unión Europea se distancia del empecinamiento yanqui de mantener la oleada propagandística contra el país persa, el 30 de abril de 2018, el primer Ministro israelí, Benyamin Netanyahu, dijo disponer de archivos robados a Irán que según él demuestran “programas secretos nucleares”, dando la excusa para la salida de EEUU del acuerdo de la ONU. Toda una estrategia para producir nuevas tensiones, que se agravan hoy día con la inclusión de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI) en la lista de organizaciones terroristas y el envío de destructores al Golfo Pérsico. Estratagemas de campañas mediáticas, sanciones económicas y amenazas dirigidas únicamente a derrocar al molesto gobierno iraní y de esa manera darle primacía de poder a Israel (quien sí posee armas nucleares).

El conflicto palestino-israelí data de más de 70 años. Comenzó después de acuerdos europeos (fundamentalmente el Reino Unido) de establecer un Estado israelí en territorios de Palestina para contentar a inversores sionistas; entonces, llegó la Nakba (catástrofe, en árabe): la invasión de los territorios. En 1948 se produjeron fuertes enfrentamientos, donde fuerzas israelíes expulsó a la fuerza a más de 750 000 palestinos de sus hogares y asesinó cerca de 13 000 para apropiarse de sus tierras. Desde entonces la represión contra Palestina y el expolio de sus territorios no ha cesado, sino que se incrementó con la llamada Intifada II, que comenzó a partir del año 2000.

Sin embargo la prensa al servicio del gran capital y los gobiernos de EEUU siempre han justificado el comportamiento genocida de Israel con el dolor sufrido por el pueblo judío; sin reparar que el holocausto no fue obra árabe, sino de los nazis (curiosamente, muchos de ellos fueron contratados y refugiados por EEUU).

Chomsky expresó, en una ocasión que “cuando Israel está tranquila, más de dos niños palestinos son asesinados cada semana”. El 17 de julio de 2014, una lancha de la armada de Israel descargó ráfagas hacia una playa de la Franja de Gaza, donde varios niños entre 5 y 8 años jugaban al fútbol, ocasionando la muerte de algunos de ellos. Pero, cuando el ejército israelí cercenaba los sueños y juegos de esos niños, el Senado estadounidense aprobaba 622 millones de dólares para las fuerzas militares sionistas. Israel no había sido atacado, pero sus soldados no vacilaron en acribillar territorio palestino, como hacen otras tantas veces. En el presente siglo XXI, son varias las operaciones que se han llevado a cabo y que le han costado la vida a miles de palestinos: “Días de Penitencia” (2004), "Lluvias de Verano", "Columnas de Sansón" y "Nubes de Otoño" (2006), “Invierno Caliente” (2008), “Plomo Fundido” (2009), “Pilar Defensivo” (2012) y “Margen Protector” (2014) son algunas de ellas.

Salvo raras ocasiones, y casi siempre bajo determinados matices de complacencia, la prensa apoya la versión de demonizar el Movimiento de Resistencia palestino (HAMAS), sin reseñar que la verdad que envuelve el dolor del pueblo palestino y que su lucha se debe a tantos años de ocupación, de exterminio étnico, de humillación irracional, de bloqueo férreo (incluso a servicios de agua potable y electricidad). Esa prensa que apoya el sadismo del imperialismo estadounidense (hoy reflejado en las políticas de Trump y sus compinches) y enmudece mayoritariamente frente a la barbarie sionista, no es capaz de mostrar un ápice de solidaridad con el dolor sufrido por el pueblo palestino durante tantos años de vejámenes y represión de Israel.

Muy a pesar del dolor y el sufrimiento de Palestina, por la muerte de sus hijas e hijos, por el abuso constante que reciben los niños palestinos de manos de las fuerzas israelíes, el gobierno de Donald Trump, en 2018, aprobó una ayuda financiera de 38 mil millones de dólares al gobierno de Israel y recientemente pronunció su famoso “Acuerdo del Siglo” (aunque aún no se sabe su contenido, pero que seguro y lamentablemente no será apoyar el derecho del pueblo de Palestina).

Para colmo de la desfachatez, Europa abrazó la idea y llevó en mayo de este 2019 la celebración de su evento cultural más importante, EuroVisión, en Tel Aviv (capital de Israel), levantando una cortina de lentejuelas, para lavar y edulcorar con música, el genocidio que a diario comete el gobierno de Israel.

Pero lo más sádico de todo lo descrito anteriormente es que la prensa… sí, esa prensa al servicio del capital… llama como “Dictaduras” a los gobiernos que las élites de EE.UU. y Europa llaman “molestos”, mientras llama como “Gobiernos” a las administraciones de Israel, EEUU y países de la Unión Europea, que son los que realmente imponen políticas de recortes y desigualdad en sus propios países, y llevan la guerra de expolio contra otros pueblos del mundo.

¿Irónico, verdad?

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