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jueves, 12 de septiembre de 2019

La Revolución Cubana: símbolo de juventud y valentía


Tomado de Revista Cuba Socialista
Por Guenadi Ziuganov

Hace exactamente 60 años, en enero de 1959, triunfó la Revolución Cubana. Anteriormente la isla dependía totalmente de los Estados Unidos. Después del triunfo revolucionario fue Cuba precisamente el primer país del hemisferio occidental en iniciar la construcción del socialismo. Los logros que ha alcanzado en esa dirección han sido reconocidos por todo el mundo. La Isla de la libertad continúa materializando ideas progresistas, provoca la furia de los círculos imperiales y despierta la admiración de millones de personas sencillas de nuestro planeta.
Las islas del Caribe generalmente son calificadas como “el paraíso en la Tierra”. Algunos ciudadanos de Rusia pudieran imaginarse que la fastuosa naturaleza y el clima templado hacen que la vida aquí sea fácil y despreocupada. Sin embargo, las islas caribeñas, incluida la mayor de ellas, Cuba, han experimentado muchas adversidades y sufrimientos. Los viajes de Cristóbal Colón dieron inicio a la colonización española. La población autóctona fue explotada despiadadamente y aniquilada.

Los aborígenes, que a finales del siglo XV eran como mínimo doscientos mil, en el 1537 no superaban las cinco mil. Entonces se comenzó a traer esclavos de África, los cuales, despojados de todo derecho, creaban riquezas para un puñado de terratenientes latifundistas.

En el siglo XIX, bajo la influencia de la guerra por la independencia de las colonias españolas, comienza la lucha por transformaciones económicas y políticas. En 1868 se inicia la Guerra de los Diez Años encabezada por Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, como lo llaman respetuosamente los cubanos. Las acciones de los campesinos, esclavos, artesanos y de la burguesía de sentimientos patrióticos condujeron a que se aprobara la Constitución y sentaron las bases para la liberación de los esclavos. Sin embargo, la cúpula de los insurrectos ocupó una posición conformista. La isla quedó bajo la dominación española y no se solucionaron las principales contradicciones. Las fuerzas patrióticas se aglutinaron en el Partido Revolucionario Cubano organizado por José Martí, líder del movimiento de liberación. En 1895 estalló una nueva insurrección, y aunque Martí ya había caído, el ejército insurreccional liberó la mayor parte de la isla.
Entonces surge para Cuba un nuevo enemigo, que al inicio llevaba la máscara de aliado. Después del inicio de la guerra hispano-americana, las tropas norteamericanas desembarcaron en la isla y con la ayuda del Ejército de Liberación derrotaron las guarniciones españolas. Pero los huéspedes no deseados no tenían la intención de retirarse de Cuba. Cuba pasó a ser controlada totalmente por Washington. La proclamación formal de la independencia en 1902 no trajo para Cuba la verdadera libertad. Una serie de tratados desiguales incrementó su vasallaje al capital norteamericano y fue aprobada la presencia de las tropas estadounidenses en Cuba. Así surgió la tristemente célebre base de Guantánamo. Esto constituyó una fuerte lección para los patriotas cubanos. Tomaron conciencia de la esencia depredadora del imperialismo.
La isla se convirtió en un apéndice de materia prima del vecino del Norte. El 90% del azúcar y el tabaco que se producía iba a parar a los Estados Unidos. Los monopolios norteamericanos se adueñaron totalmente de la economía de Cuba, conservando a toda conciencia su carácter subdesarrollado. En vísperas del triunfo revolucionario más de doscientas mil familias campesinas no poseían tierras y el desempleo alcanzaba el 40%. Sin embargo, los ricachones norteamericanos y la mafia vivían la vida a sus anchas aquí. Tenían a su servicio casinos y prostíbulos. Las palabras de Fidel Castro de que el capitalismo es aborrecible podían repetirla todos los cubanos simples que sufrían en su carne las humillaciones, la falta de derechos y la pobreza que imponía la dependencia semicolonial de los Estados Unidos.
En respuesta a las protestas de los cubanos, el capital norteamericano y sus marionetas empezaron las persecuciones. Las tropas de los Estados Unidos intervinieron en más de una ocasión para “restablecer el orden”, pero la lucha no se detuvo. En 1925 se fundó el Partido Comunista de Cuba, que en 1944 adoptó el nombre de Partido Socialista Popular. El campesinado, las masas obreras, la juventud y los estudiantes exigían que se realizara la reforma agraria, que se llevaran a cabo transformaciones democráticas y que se librara al país de la subyugación de Washington. Temerosa de que se iniciara una revolución, la burguesía compradora optó por la vía del terror. En 1952 el general Fulgencio Batista dio un Golpe de Estado. Fue abolida la Constitución, se suprimieron las libertades y los derechos democráticos y se eliminaron los adversarios políticos. El régimen de la dictadura contaba con el respaldo total de los Estados Unidos. Los negocios norteamericanos tenían derechos exclusivos en Cuba. Se rompieron las relaciones diplomáticas con la URSS, que habían sido establecidas en 1942.
En medio de esta situación, un grupo de jóvenes revolucionarios encabezados por Fidel Castro decidió iniciar la lucha armada contra la dictadura. El 26 de julio de 1953 se produjo el asalto al cuartel Moncada en la ciudad de Santiago de Cuba. El asalto fue rechazado y Fidel y muchos de sus compañeros fueron encerrados en los calabozos.“No temo la cárcel, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, la historia me absolverá”, dijo Fidel en el juicio, y sus palabras resultaron proféticas.
Después de veintidós meses de encarcelamiento, Fidel fue liberado por amnistía y junto con su hermano Raúl emigraron a México, donde formaron un destacamento revolucionario y se prepararon para desembarcar en Cuba y organizar la insurrección. Los empujaban a realizar eso los acontecimientos que tenían lugar en la Isla. En Cuba se desarrollaba un movimiento huelguístico pujante, se había realizado una huelga general, eran continuas las manifestaciones estudiantiles. Los que estaban descontentos con el régimen militar se aglutinaron en el Partido Socialista Popular y el Movimiento 26 de Julio.
El 2 de diciembre de 1956 el destacamento de Castro desembarca con el yate Granma en la provincia de Oriente. Los primeros reveses y bajas no doblegaron la voluntad de los revolucionarios, que se consolidaron en las montañas de la Sierra Maestra y desplegaron una exitosa guerra de guerrillas. Los líderes de la insurgencia, los hermanos Fidel y Raúl Castro, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos pusieron de manifiesto su valentía personal y talento de jefes militares. El Ejército Rebelde fue creciendo junto con el apoyo del pueblo. Las tropas gubernamentales sufrían una derrota tras otra y a finales de 1958 las tropas guerrilleras pasaron a una ofensiva decisiva. La toma de las ciudades de Santiago de Cuba y de Santa Clara significó la derrota del adversario. En la madrugada del 1ro. de enero de 1959 Batista huyó a la República Dominicana, llevándose consigo las reservas de oro del Banco Central de Cuba. ¡La Revolución había triunfado!
Pero por delante quedaban pruebas no menos difíciles. Los nuevos dirigentes heredaban una empobrecida población, una estructura económica deformada y la dependencia total de los Estados Unidos. El capital norteamericano no pretendía resignarse a perder su influencia en Cuba. Desde los primeros meses comenzaron a prepararse las conspiraciones contrarrevolucionarias. Más tarde Fidel Castro declararía: “No nos pueden perdonar que hayamos hecho una revolución, una revolución socialista, aquí, bajo las mismas narices de los Estados Unidos”.
Al país se le impuso el bloqueo más cruel. Los Estados Unidos se negaron a seguir comprando el azúcar cubano, suspendieron el suministro de petróleo y sus subproductos. En 1961 le llegó el turno a la intervención abierta. La aviación norteamericana bombardeó la isla, en la zona de Playa Girón desembarcó un grupo contrarrevolucionario, pero las fuerzas enemigas fueron derrotadas. Esto se logró con la ayuda de la Unión Soviética y el apoyo de las fuerzas progresistas de todo el mundo.
La URSS fue uno de los primeros países en reconocer al Gobierno Revolucionario. En consonancia con el convenio firmado en 1960 se le concedió un crédito a Cuba. Nuestro país comenzó a suministrarle a la Isla petróleo, alimentos, equipos industriales y a comprarle el azúcar. Los especialistas soviéticos ayudaron a La Habana a crear un ejército fuerte, capaz de enfrentar a los agresores. En toda la Unión Soviética se cantaba entonces la canción “Cuba, mi amor”, escrita por Alexandra Pajmutova y Nikolai Dobronravovi. Precisamente con esta canción hizo su primera aparición en la televisión nacional el Artista del Pueblo de la URSS Iosif Kobzon. Millones de personas en el país soviético repetían la ardiente letra de esta canción:
Patria o Muerte, es un juramento de valentía.
El ardiente sol de la libertad ilumina a Cuba.
Patria o Muerte.

El mérito fundamental del triunfo de la revolución popular pertenece, por supuesto, al propio pueblo cubano. En 1959 Fidel Castro expresó que el futuro no sería un paseo fácil. Y agregó: “Nuestra victoria no significa la solución inmediata de todos los problemas de Cuba. Hemos conquistado solo el derecho a comenzar”.
Los revolucionarios cubanos fueron los pioneros en muchos aspectos. Tuvieron que hacer las transformaciones no en un país industrializado, con un proletariado vanguardia, sino en una sociedad primordialmente campesina, con una economía monoproductora y totalmente dependiente de los Estados Unidos. Sin embargo, el entusiasmo de las masas trabajadoras y la valentía de los dirigentes de la Revolución obraron verdaderos milagros. En 1959 se dio inicio a la reforma agraria que acabó con el latifundio. Cien mil campesinos sin tierra recibieron tierras. Se creó el sector estatal en la agricultura. Al año siguiente se nacionalizaron las propiedades de las compañías norteamericanas y de la burguesía compradora local. Estos pasos y otros condujeron al progreso de la economía. En Cuba surgieron ramas de la economía totalmente nuevas: la construcción de maquinarias, la metalurgia, la industria química y la industria de productos del petróleo. Los países socialistas ayudaron al pueblo cubano a lograr esto.
Al inicio las transformaciones se realizaron bajo consignas democrático-revolucionarias. Posteriormente las transformaciones comenzaron a tener un carácter socialista. “Compañeros obreros y campesinos, esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes”, dijo Fidel Castro en abril de 1961. Las organizaciones revolucionarias “Movimiento 26 de Julio”, el Partido Socialista Popular y otras se aglutinaron en el Partido Unido de la Revolución Socialista con una plataforma marxista-leninista, que a partir de 1965 se nombra Partido Comunista de Cuba. Fidel Castro encabeza el gobierno. El líder de la Revolución Cubana siempre subrayó sus vínculos con el movimiento comunista mundial. “La Revolución Cubana fue posible porque mucho antes hubo una Revolución Rusa en 1917”, expresó Fidel.
El triunfo de la Revolución en Cuba tuvo un enorme significado para el destino de América Latina y de todo el Tercer Mundo. Inspirados en el ejemplo de la Isla de la libertad, los pueblos del mundo se alzaron a luchar por la liberación social y política, se sacudieron el yugo del neocolonialismo. Tuvieron gran importancia la victoria de Salvador Allende en Chile, la Revolución sandinista en Nicaragua y los logros de los comunistas en Salvador. La experiencia acumulada ha continuado desarrollándose bajo la bandera del socialismo en Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Todos estos resultados se alcanzaron en gran medida gracias a la heroica hazaña de los revolucionarios cubanos. Nunca cedieron ni siquiera en el período más difícil para la Revolución, que se inició a finales de 1980 y se llamó Período Especial. El gobierno de Mijaíl Gorbachov y el derrumbe de la Unión Soviética dejaron a Cuba, de hecho, a solas con el enemigo más poderoso, los Estados Unidos. Muchos fueron los expertos que vaticinaron entonces la caída inminente del gobierno socialista. Pero Cuba no solo resistió, sino que también alcanzó importantes resultados en medio de esa presión a la que lleva sometida ya 60 años.
La prioridad fundamental del gobierno cubano son los intereses de los trabajadores. Por eso los gastos del país en la educación constituyen el 10% y los de la salud el 8% del PIB. Esto es casi el doble de lo que se gasta en los países más desarrollados. La UNESCO reconoció que el sistema de educación en Cuba es uno de los mejores del mundo. En el país se ha alcanzado el 100% de alfabetización. En los países vecinos de Cuba este indicador es mucho más bajo: en Jamaica y Honduras 88%, y en Haití el 49%. ¡En los EE.UU. sabe leer solo el 86% de los ciudadanos adultos! Además, es muy importante que en Cuba el maestro tiene la obligación no solo de transmitir conocimientos a los alumnos. Todo el sistema educacional está estrechamente vinculado con las tareas educativas. El maestro es literalmente un miembro de la familia. Además, la educación en todos los niveles es totalmente gratuita. Para los ciudadanos de la ex Unión Soviética estas conquistas tienen especial importancia. Recordamos como era el sistema de educación en nuestro país en el período de la construcción del socialismo, y recordamos muy bien cuánto hemos perdido hoy.
Son asombrosos los éxitos alcanzados en Cuba en la esfera de la salud. Desde los primeros años del triunfo de la Revolución, en la isla se ha reducido considerablemente la mortalidad causada por la difteria y la tuberculosis y fue erradicada la malaria, que constituye un azote para los países tropicales, el número de médicos ha crecido en cinco veces. Cuba es hoy uno de los recordistas del mundo por el estado de salud de su población. El promedio de vida es de 80 años. A modo de ejemplo citamos que en Haití este indicador es de 63, en Rusia de 72, en México de 77 y en los Estados Unidos de 79. A finales de la década de los cincuenta la mortalidad infantil en Cuba alcanzaba la cifra de 81 niños por mil nacidos vivos. En la actualidad se ha reducido hasta 4,4. Este indicador de mortalidad en Estados Unidos es de 5,8; en Rusia de 6,8 y en Haití de 47.
En la Isla de la libertad se han confeccionado vacunas únicas contra la hepatitis, la difteria, el tétanos y la tosferina. Cuba le ha garantizado asistencia médica de alta calidad y gratuita no solo a su población, sino que también brinda ayuda a una inmensa cantidad de personas en otros países. Miles de médicos cubanos realizan su labor en el extranjero. Solo en el marco del programa “Misión Milagro” se han realizado más de dos millones de operaciones para restablecer la visión. También se pudiera recordar cómo después del accidente en la CEN de Chernobil Cuba recibió y les brindó asistencia médica a 24 000 niños ucranianos y a miles de niños de Rusia y Bielorrusia. Y por cierto, todo esto fue gratuito. ¡Y además se realizó en años muy difíciles para el país!
En el país se le dedica gran atención al deporte. No es de extrañar que en el conteo de medallas alcanzadas en los Juegos Olímpicos de Verano, la Cuba de once millones de habitantes se encuentre invariablemente entre los primeros veinte países. Sus deportistas regresan a casa con más medallas que la mayoría de los países de América Latina, incluido México con sus 130 millones de habitantes y Argentina con 55 millones.
Con la llegada de Donald Trump al poder, se intensificó la presión sobre La Habana. En noviembre del año pasado John Bolton, asesor de seguridad nacional de Trump, declaró en Miami que Cuba, Venezuela y Nicaragua forman la “troika de la tiranía” y el “triángulo del terror”. Los políticos agresivos de Washington dicen abiertamente que los motivos de su descontento son las aspiraciones socialistas de los líderes de estos tres países.
A pesar del bloqueo económico y de las presiones políticas, Cuba no renuncia a la vía de desarrollo elegida. La obra de Fidel Castro la continúan sus compañeros. La sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular ya aprobó el proyecto de la nueva Constitución. El 24 de febrero se realizará un referendo donde el pueblo cubano manifestará su posición al respecto. En la Ley Fundamental se mantienen las cláusulas referentes a la propiedad estatal sobre los medios básicos de producción y el carácter planificado de la economía y se estipulan diferentes medidas de control estatal y social para no permitir la concentración de bienes en una sola persona. Además, en la nueva Constitución se conservan los importantes puntos de principio sobre el papel dirigente del Partido Comunista y el carácter socialista del Estado.
La firmeza de Cuba y sus éxitos suscita admiración en todo el mundo. No es extraño que todos los años la inmensa mayoría de los países del mundo vote a favor de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de levantar el bloqueo de la isla. En noviembre de 2018 solamente los Estados Unidos e Israel votaron por mantener la presión sobre La Habana.
Cuba participa activamente en los procesos integracionistas de América Latina. Fue uno de los promotores de la iniciativa de crear la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC).
En su actividad creadora Cuba tiene el derecho de contar con la ayuda de otros países del mundo, incluida Rusia. Después de 1991, las relaciones ruso-cubanas tuvieron tiempos difíciles. La dirección Yeltsin-Kozyrev en Moscú deterioró constantemente nuestras relaciones. El Partido Comunista de la Federación de Rusia se opuso activamente a esta política, insistió en mantener las relaciones de aliados y el desarrollo de la colaboración multilateral.
En los últimos años se observan cambios positivos. En 2014 el presidente V. Putin arribó a Cuba para cumplir una visita estatal. En noviembre del año pasado estuvo de visita en Moscú el presidente del Consejo de Estado de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Después de haberse reducido notablemente el intercambio comercial entre nuestros países en 2015, en la actualidad ha aumentado más de dos veces.
Desde los primeros días posteriores a su reconstitución, el Partido Comunista de la Federación de Rusia ha apoyado la justa lucha de la Isla de la libertad contra los depredadores imperialistas y se ha pronunciado por profundizar las relaciones entre Rusia y Cuba. Durante la visita de Miguel Díaz-Canel Bermúdez a nuestro país tuvimos una entrevista muy interesante y profunda. Se realizan con regularidad consultas de los representantes del Partido Comunista de la Federación de Rusia con los funcionarios de la Embajada de Cuba en Rusia. A iniciativa de nuestro partido, la Duma Estatal de la Federación de Rusia aprueba todos los años una declaración oficial en respaldo al levantamiento del bloqueo anticubano.
En los días de festejo por el glorioso aniversario de la Revolución, los comunistas de Rusia expresan su absoluta solidaridad con el heroico pueblo de la Isla. Sesenta años es para el socialismo una buena arrancada. La Revolución Cubana continúa siendo un símbolo de la juventud y la valentía.
Hoy, en medio de una nueva ofensiva de las fuerzas imperialistas, Cuba se encuentra en las primeras filas de la lucha contra la injusticia, la explotación y las agresiones. Recordamos bien las palabras de Fidel Castro: “El imperialismo y sus aliados…han desplegado una fuerte ofensiva contra el principio de soberanía. O triunfan las ideas de la justicia o habrá una catástrofe”. En realidad el caduco sistema del capitalismo sume al mundo en una crisis cada vez más profunda y amenaza nuestro planeta con una nueva guerra mundial y el caos. Cuba desafía con valentía a los promotores del globalismo y muestra el camino para salir del atolladero. Defiende con firmeza las ideas más claras y mantiene en alto el estandarte de lucha por la justicia, el humanismo y la liberación de la humanidad.

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