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jueves, 11 de junio de 2020

Los médicos cubanos en el mundo ante la COVID-19


Por Mario Antonio Padilla Torres.

La COVID-19 ha demostrado al mundo el sacrificio de los galenos cubanos, en medio del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que durante 60 años ha mantenido contra nuestro pueblo el gobierno de los Estados Unidos.   

Resumen

Este artículo tiene como objetivo acercar al lector a la historia del papel del personal de la salud de Cuba en el combate contra la COVID-19 en la arena internacional. Estos son tiempos convulsos, donde además de la pandemia, el nivel de fake news y desinformación que circula por los medios para nada es ingenuo o aleatorio, sino más bien intencionado. Tras ese escenario se esconden determinados intereses que buscan deslegitimar la Revolución Cubana a partir de una de las más nobles profesiones que ha fomentado: las ciencias de la salud y el espíritu humanista de sus profesionales.

Introducción

El bloqueo económico comercial y financiero es una herida que el pueblo cubano ha sufrido por más de 60 años. Su influencia no solo se ha concentrado en la economía, sino que todas las esferas de nuestra sociedad presentan una marca de hierro candente, pero lo más doloroso se ha manifestado en la esfera de la salud.

La lucha internacional contra el nuevo coronavirus ha sido un combate doble para la medicina cubana: la primera contra la COVID-19 y la segunda contra la hipocresía, las calumnias y prepotencia del imperio norteamericano. Ningún país pequeño en desarrollo ha podido realizar semejante hazaña en términos de formación de capital humano altamente especializado y capacitado para enfrentar esta letal pandemia, así como muchas otras batallas libradas en la arena internacional por nuestros profesionales de la salud, durante todos estos años de Revolución.

De los más de 485 mil trabajadores del Sistema Nacional de Salud (SNS), unos 234 mil son profesionales de las diferentes ramas de las ciencias médicas que laboran en más de 13 mil instituciones sanitarias del país. De estos profesionales más de 1300 cumplen misiones en la lucha contra la COVID-19.

La respuesta de nuestros médicos y enfermeros ante la calumniosa actitud, ha sido el amor, la dignidad y el trabajo incansable ante la pandemia. La COVID-19 ha demostrado al mundo el sacrificio de los galenos cubanos, en medio del recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero que durante 60 años ha mantenido contra nuestro pueblo el gobierno de los Estados Unidos.

El fruto de la Revolución Cubana en la salud pública

Antes de 1959 existían 6 mil 250 médicos en Cuba, de estos se fueron del país alrededor de la mitad, además más del 63,2 por ciento de todos, radicaban en La Habana, donde los hospitales públicos, las clínicas y centros de salud privados eran accesibles solo para quienes pudieran pagar y no para todo el que lo necesitara.

A los tres macizos montañosos de Cuba, apenas llegaba la asistencia médica. No estaba organizada la medicina rural, tarea que se convirtió en prioridad para el Estado cubano después del triunfo de la Revolución. La salud pública desde entonces se convirtió en derecho del pueblo ofreciendo todos los servicios de forma gratuita

Desde el primer día del triunfo revolucionario en 1959, se comenzó a combatir las enfermedades, destinándose por el Gobierno Revolucionario un presupuesto de 22 millones 670 mil 965 pesos para financiar la salud de la población. Para el año 2019 se destinaron 10,662 200 000 millones de pesos   y para el 2020 12,740 000 000 (530 millones de dólares), esto representa el 28% y junto con el destinado a la educación significa más del 50 % del presupuesto total.

El financiamiento de este año permitirá la prestación de más de 200 millones de consultas médicas, servirá además para garantizar los servicios médicos que se prestan en los hospitales e institutos, así como la atención primaria de la salud. A esto se le suma que se brindará una cobertura financiera a 1,4 millones de ingresos hospitalarios, que en estos incluye el consumo de los medicamentos que necesita el paciente.

Durante el año 2019  se graduaron 8 mil 98 nuevos profesionales de las diferentes carreras de las Ciencias Médicas por lo que Cuba posee más de 100 mil médicos activos, con lo cual alcanza la cifra más alta de la historia y con ello un indicador de los primeros en el mundo, con la proporción de 9,0 médicos por mil habitantes, cerca de 20,000 estomatólogo, más de 80 mil enfermeras, 150 hospitales  450 policlínicos,  casi  11,000 consultorios, 13 universidades médicas,  cerca de 90 mil estudiantes y 30 mil especialistas en formación. Así también se han graduado más de 35 mil estudiantes extranjeros de 141 países en universidades cubanas.

Solo en el año 2019 se desarrollaron más de 89 millones de consulta en el nivel primario, un millón 199 mil cirugías. En el 2019 se garantizó   una cobertura de vacunación por encima del 98%, lo que permitió proteger a la población infantil contra 13 enfermedades, y se mantienen eliminadas 14 enfermedades infecciosas. Otras nueve no constituyen problemas de salud por presentar tasas inferiores de 0,1 x 100 mil habitantes. Se redujo la mortalidad prematura, así como en la población menor de 60 años por enfermedades del corazón, cerebro-vasculares y diabetes mellitus. Existen en el país 37 unidades de ciencia, tecnología e innovación, 1500 proyectos de investigación, 153 ensayos clínicos y se han producido 8 vacunas de producción nacional.

Nuestro personal de la salud son portadores de una elevada preparación científico-técnica y una formación humanística que los hace cualitativamente mejores, garantes de la salud de la población cubana y la de otras muchas partes del mundo

Como se puede apreciar a lo largo de más de 60 años, la Revolución Cubana priorizó el desarrollo de la salud en nuestro país, la formación de profesionales, las investigaciones científicas, la elaboración de vacunas y la erradicación de enfermedades que eran endémicas antes de 1959, esto posibilitó que desde muy temprano Cuba pudo estar en condiciones de ayudar a otros pueblos del mundo, no solo por la cantidad de médicos, sino por su vocación solidaria.

La verdad sobre los médicos cubanos en el mundo

El 23 de mayo de 1963, partieron para Argelia 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la salud, Se iniciaba así la primera misión médica solidaria cubana en la historia de la Revolución Cubana, que durante 57 años ha prestado sus servicios desinteresadamente a los más necesitados en África, América Latina,  Asia y Europa.

La colaboración médica cubana ha transitado por varias etapas. Desde la misión en Argelia, compuesta por 55 colaboradores, hasta la actualidad, más de 600,000 colaboradores del personal de la salud han prestado servicios en 164 países.

El Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve fue creado por Fidel Castro en 2005, con la intención de asistir justamente a los damnificados del huracán Katrina en Estados Unidos. La ayuda médica cubana nunca llegó a este destino pues el presidente George W. Bush no lo permitió. La tragedia dejó más de 1 800 muertos. Un año después Bush declaró: “Mi Gobierno no estuvo a la altura de su responsabilidad”.[1]

Desde entonces, el Contingente Henry Reeve[2] ha acudido en casos de terremotos (Paquistán, 2005; Indonesia, 2006; Perú, 2007, China, 2008; Haití, 2010; Chile, 2010; Nepal, 2015; Ecuador, 2016), lluvias intensas (Guatemala, 2005; Bolivia, 2006; México, 2007; El Salvador, 2009; Chile, 2015; Venezuela, 2015), emergencias médicas (cólera en Haití, 2010; ébola en Sierra Leona, Guinea Conakri, Liberia, 2014) y huracanes (Dominicana, 2015; Islas Fiji, 2016; Haití, 2016).[3]

El 18 de marzo salió de Cuba, la primera de las 22 brigadas médicas que prestan servicios de atención contra la COVID-19, en el mundo. Hoy más de 1300 profesionales cubanos están en 28 países para enfrentar la pandemia. Es de destacar que más de 45 países han solicitado la ayuda de los galenos cubanos. La mayor cantidad de brigadas médicas cubanas está en América Latina y el Caribe.

Por primera vez el Contingente Henry Reeve va hacia Europa; además de las brigadas, dos médicos llegaron a Beijing a inicios de marzo para reforzar la atención sanitaria a los ciudadanos de Cuba en China. “El equipo brinda consultas a sus compatriotas, da seguimiento a la situación epidemiológica del gigante asiático y además apoya las labores preventivas que la misión diplomática adopta a fin de ser más efectiva en la orientación y protección de los cubanos.”[4] También cinco especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y el Dr. Luis Herrera, director fundador del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, fueron en la avanzada a Venezuela.

La historia de la cooperación médica cubana es muy amplia y excede el trabajo del Contingente Henry Reeve. Por ejemplo, en febrero de 2020 había más de 28 700 colaboradores cubanos en 59 países. Entre ellos, los doctores Landy Rodríguez y Assel Herrera, quienes prestaban servicio en Kenia y desde hace un año permanecen secuestrados por miembros del grupo islámico Al Shabab.

Entre las décadas de los 60 y los 80 se entendía esta ayuda como una “misión internacionalista” basada en el principio de solidaridad, y abarcaba otras áreas científicas y profesionales. No se trataba estrictamente de una exportación de servicios, puesto que ni el país ni los médicos recibían ingresos por ello. Este tipo de ayuda, en países del llamado Tercer Mundo, se consideraba una contribución cubana a la liberación y desarrollo de los pueblos.

La década de los años 90 estuvo marcada por eventos externos que afectaron sobremanera la economía cubana, dentro de ellos, la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la desaparición del campo socialista, principal mercado cubano, el inicio del Periodo Especial y el recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos hacia Cuba.

Esta situación potencia el surgimiento de una nueva modalidad de cooperación: la Asistencia Técnica Compensada o Contrato Directo, cuya esencia consiste en que se establece un acuerdo, por el cual el médico contratado percibía una remuneración por los servicios prestados y por este concepto entraba al Sistema Nacional de Salud un aporte que permitía mantener al resto de la colaboración médica, que debido a la situación económica que existía, el país no lo podía asumir.

“Al final de los 90 se producen eventos naturales en el área de Centroamérica y el Caribe (huracanes George y Mitch) que modificaron todo lo que se realizaba hasta estos momentos, disminuye la modalidad de Misión Internacionalista, la Asistencia Técnica Compensada se reduce de forma paulatina y aparece el Programa Integral de Salud (PIS), el 3 de noviembre de 1998, inicialmente en Centroamérica y el Caribe y posteriormente se extiende hacia África y el Pacífico, así como la creación en este periodo de la Escuela Latinoamericana de Medicina, como elemento básico de continuidad y sostenibilidad de este Programa. La esencia del PIS es el envío de Brigadas Médicas hacia lugares remotos, de difícil acceso, donde no había presencia de médicos nacionales y a los que solo se les proporciona un dinero de bolsillo para las necesidades básicas”.[5]

En la actualidad, existen tres modalidades de cooperación que también se utilizan frente a la pandemia de COVID-19: una, Cuba asume los gastos cuando se trata de naciones muy pobres; dos, los gastos se comparten con el país receptor de la colaboración; tres, la Isla recibe ingresos.[6]

Por otra parte tenemos otro ejemplo, el Dr. Carlos Pérez Díaz, al frente de la brigada cubana en Lombardía, dijo a la prensa local: “No hemos discutido ningún tipo de pago. Estamos aquí para colaborar, el gobierno italiano nos ha asegurado alojamiento y comida. Nuestra acción en esta región es puramente solidaria”.

La vida continúa y se encarga de demostrar, dolorosamente, que aquellos médicos a los que se les llamó cualquier cosa, desde espías, incompetentes, hasta activistas políticos, eran médicos de verdad y buenos y salvaron muchas vidas.

Conclusiones

La verdad se impone ante la avalancha de las fakenews y la infodemia sobre la verdadera historia diaria de los médicos cubanos en el mundo. No hace falta hablar, los propios habitantes de cada país donde hay un profesional de la salud cubana felicitan su actitud humana y su comportamiento profesional. Es difícil hoy en día negar esta realidad en cualquier rincón del planeta.

Los que han conocido el proceder de cada médico, enfermero, especialista cubano o el sacrificio de nuestros científicos en búsquedas de vacunas o medicamentos preventivos, saben que verdaderamente merecen el premio Nobel de la Paz que más de 40 organizaciones sociales, políticas y sindicales de Europa han reclamado para las Brigadas médicas cubanas “Henry Reeve que enfrentan la COVID- 19.”

Ante la avalancha de mentiras y comportamientos cínicos y arrogantes del imperio norteamericano, hay que preguntarles a los enfermos que fueron atendidos por nuestros profesionales de la salud cual es la realidad. Ahí está la verdad, los pueblos pueden estar engañados, confundidos, pero cuando sienten el decoro y el humanismo de quienes los atienden como seres humanos, entonces no olvidan nunca.

Bibliografía

Mario Antonio Padilla Torres es Dr. en Ciencias Filosóficas, Universidad de la Habana, Máster en Ciencias Históricas, R está Diplomado en Cultura, Licenciado en Ciencias Políticas, es Profesor e Investigador Titular. Se desempeña como Secretario Académico y Jefe del Proyecto sobre el Terrorismo internacional del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de la República de Cuba. Es especialistas en temas globales y de teoría de las relaciones internacionales, actualmente es colaborador de comunicación política. Imparte docencia en diferentes universidades del país, en cursos de Maestría, Diplomados y estudios socioculturales. Es miembro permanente del Tribunal de Filosofía de la República de Cuba.

E-mail:

padilla@cipi.cu        marioapt1959@gmail.com    Marite.ortiz@infomed.sld.cu .

                                               


[1] Ver  intervención de Marcía Cobas, viceministra de Salud Pública, en el programa Mesa Redonda, marzo.2020.

[2] Henry Reeve patriota cubano de nacionalidad norteamericana, combatió junto a los cubanos en la lucha por la independencia de España en el siglo XIX, hombre aguerrido,  temerario y querido por su tropa.

[3] Ver  intervención de Marcía Cobas, viceministra de Salud Pública, en el programa Mesa Redonda, marzo.2020

[4] Explicación de la Dra. Yamira Palacios a Prensa Latina. Marzo 2020

[5] Ver trabajo “Evolución de la colaboración médica cubana en 100 años del Ministerio de Salud Pública”los doctores Néstor Marimón y Evelyn Martínez,

[6] Ver  intervención de Marcía Cobas, viceministra de Salud Pública, en el programa Mesa Redonda, marzo.2020.


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