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sábado, 31 de julio de 2010

Muchas palabras para la mentira, ni una para hacer verdadera justicia.


El sensacionalismo politizado de la prensa capitalista se ha movido para condenar a Cuba, con el despliegue de una muy reciente feroz campaña propagandística, por la presunta violación de esenciales derechos humanos.

Entre otros, apoyan sus argumentos en el encarcelamiento de individuos por expresarse diferentes a la política del gobierno revolucionario y por ejercer el periodismo independiente. Justifican sus ataques a Cuba, por lo que llamaron maltrato discriminado y bestial sobre las angelicales “Damas de Blanco”. Además, se juzgó al gobierno de la Isla por la muerte de Orlando Zapata, que estuvo sujeto a una huelga de hambre y que le segó la vida; como por la huelga que sostuvo Guillermo Fariñas. Ambos, convertidos en héroes por el monopolio de la información, comandada por el gran capital.

Esta prensa, al referirse a los disidentes en prisión, no mencionan las probadas pruebas expuestas en los juicios contra estos individuos, que dieron servicios por pagos a gobiernos extranjeros (legalmente penado en cualquier país del mundo, incluyendo España, Estados Unidos, Francia, Italia, otros). Las pruebas no estaban en la manera de pensar o expresarse en contra de la Revolución; sino en que su actuación contratada expuso la seguridad del país en diferentes ángulos, elementos usados por el enemigo.

El pensar o hablar diferente no es un delito, pues los hay en Cuba que se expresan abiertamente con otra inclinación ideológica, o sostienen un blog radicalmente contrario a todo lo que indique Revolución (¿hay mejores ejemplos que Yoani o Marta Roque?),

Además, como se conoce de sobra, si por pensar o escribir diferente a la línea política del país fuera un delito ¿Por qué hay tantos disidentes que sostienen un blog o varios para blasfemar, tergiversar y engañar, sin que sean apresados por la justicia cubana?

También están los que viven de las remesas extranjeras para no trabajar ni aportar para todos, o ponen a todo volumen un CD o Long Play de Willie Chirino o Gloria Estefan (quienes han declarado y apoyado actividades contra la Revolución cubana y sus dirigentes); cantantes que sólo están excluidos de divulgación por los medios nacionales e institucionales de la Isla, y que por supuesto no se sanciona a nadie por escucharlos en su propia casa.

Las mal llamadas “Damas de Blanco” se han paseado por las calles de Cuba, vociferando a plena voz consignas contra el gobierno y ninguna ha sido encarcelada; amén de que Laura Pollán, cabecera de estas damas, confirmó públicamente que recibían dinero de personeros de embajadas extranjeras por montar los Show públicos que dan alimento a la prensa capitalista.

Con el caso de estas señoras, se dio por noticia segura la presunta brutalidad de la Policía Nacional Revolucionaria sobre ellas; pero ninguna de las “Damas de Blanco” recibió un porrazo, ni patadas, ni sustancia lacrimógena, ni un disparo con bala de goma, u otros métodos que acostumbran a usar los medios policiales de Estados Unidos, España, Inglaterra u Honduras. Simplemente, mujeres pertenecientes al Ministerio del Interior, cargaron a las damas de blanco hasta un autobús y con ello los medios montaron su circo propagandístico.

Sin embargo, ningún medio sopesó que sólo los criminales como Posada Carriles y la extremista de la derecha Iliana Ros-Lehtinen, fueron los padrinos que saltaron en defensa de las Damas de Blanco; estos dos personeros del terror han montado varios atentados y comparsas contra Cuba, hasta el punto de haber secuestrado a un niño (Elián González, en el año 2000) para promover sus políticas hostiles contra la Revolución cubana y que apoyaron abiertamente el ilegal golpe de estado de Honduras, dando total cobertura al golpista Roberto Micheletti.

Es para razonar en el refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

El feroz ataque desarrollado por la muerte de Orlando Zapata le proporcionó a la prensa capitalista la excusa perfecta para ensañarse con la Revolución, dejando a ver en sus artículos que Cuba dejaba morir a un ser humano por no atender a sus demandas.

Sin embargo, la prensa sensacionalista olvido exponer cuáles eran las demandas del reo: una cocina, un teléfono y un televisor; como si fuese un huésped ilustre que solicita un servicio a su habitación y el sistema penitenciario cubano se lo negaba, o como si existieran preferencias por otros reclusos y él quedara fuera de distinción.

Además, omitieron toda información de quién era y cómo llegó Orlando Zapata a esa condición de huelguista; así como la vil manipulación a la que fue sometido por disidentes internos de Cuba, los cuales eran a su vez títeres de embajadas foráneas y desde el exterior, empujando a que Orlando dejara su vida en esa huelga y ésta sirviera de festín contra la Revolución.

Igualmente ha pasado con Guillermo Fariñas, todo un campeón en la carrera de ayunos y con un historial con agresiones que dejó desagradables huellas en una mujer y en un anciano y sustanciales entrevistas a medios foráneos. Un filibustero con tantos meses de huelga y ni tan siquiera perdía el aliento para explayarse hablando a través de la prensa extranjera. ¿Cómo podía aguantar tanto?

¿Se mencionó en algún medio capitalista todo el esfuerzo y recursos depuestos para salvarles la vida a ambos huelguistas? Naturalmente que no. No se mencionó sobre los grupos de especialistas que los atendieron, ni de los medios médicos que se dispusieron para, aun cuando pronunciándose ambos en contra del proceso socialista, Cuba pagaba algunos de los medicamentos a altos precios y ninguno de los huelguistas ni sus familiares les fue cobrado. ¿Qué pasaría si esto ocurre en un país capitalista? De seguro que les cobrarían con altas cuotas, como le cobraron a muchos de los voluntarios que participaron en el rescate de cuerpos del 11 de septiembre de 2001, por el atentado de las torres gemelas de Manhattan (New York), y que muchos quedaron sin atenciones médicas correspondientes porque no tenían seguros que les cubriera los tratamientos. En Cuba no pasa eso.

La libertad de expresión es otro manejo pérfido que se encuentra dentro de los argumentos infundados de los monopolios capitalistas de información, farfullando sobre la prohibición de acceso de la población cubana a Internet.

Sin embargo, no dedican una línea para exponer que los servicios técnicos de este servicio está en manos de empresas norteamericanas, regidas por las leyes ilegales y extraterritoriales del gobierno de ese país, y que sólo le permiten a Cuba conectarse vía satélite (lo cual es más caro) y con bandas muy reducidas, tanto para la subida como la bajada de información; lo cual ha obligado al país a establecer medidas de prioridad del uso del servicio (dentro de los priorizados están los sectores científico, educacional, sanitario, turístico y otros). Pero también se han ido creando locales con posibilidades de conexión (reducida), pero abierto a todo el pueblo.

Además, a propuesta de Fidel Castro se crearon los Joven Club de Información que prestan servicios de enseñanza de informática de manera gratuita para ampliar la cultura de la población en esta área.

A todo lo anterior se suma la incidencia sobre las condiciones económicas del país, trastocando intencionalmente en cada escrito del tema la palabra “Bloqueo” por “Embargo”, para que suene más sutilmente grácil (aunque su aplicación es de carácter genocida y de carácter ilegal extraterritorialmente).

Es más fácil hablar de las medidas de distensión dadas a conocer por el presidente Obama sobre los viajes a Cuba por familiares de cubanos y el envío de remesas; pero silencian que hay otros carriles del bloqueo que se hacen más férreos, como las sanciones a empresas que comercien con Cuba, a Entidades Bancarias que tengan cuentas cubanas (además de congelar y robar dichos fondos). También obligan a Cuba a pagarle a las empresas norteamericanas al contado, con altos intereses, cualquier producto que se apruebe por el gobierno con destino a la Isla.

Igualmente sabotean contratos de Cuba con empresas extranjeras, condicionando o presionando a estas entidades para que cancelen cualquier acuerdo que beneficie a la Isla.

Y para colmo, dentro de sus ridículas leyes, no reconocen ni respetan marcas de productos cubanos, lo cual ha puesto a Cuba en litigios de reclamos contra robos de marcas de sus productos.

Cualquier excusa siempre es buena para plantear cualquier difamación que desinforme al mundo de la realidad cubana, como de su resistente lucha por mantener su soberanía e independencia. El manejo pueril del caso de cinco cubanos que se encuentran prisioneros injustamente en cárceles de Estados Unidos ha sido para servir sólo intereses políticos de partidos y sectores extremistas del Congreso norteamericano y grupúsculos terroristas y anticubanos de Miami.

Cinco jóvenes, cual único delito fue filtrarse en las líneas de estos grupos terroristas anticubanos para evitar que se cometieran actos vandálicos contra la Isla, sus recursos económicos y el pueblo cubano. Ellos no robaron ni filtraron información alguna que tuviera que ver con la seguridad nacional de los Estados Unidos; pero como no se les prueba culpabilidad alguna, manocean los procesos judiciales con manejos procesales y demoras, con la tergiversación de la información y campañas que realcen en la opinión pública un rechazo hacia Ramón, Fernando, Antonio, René y Gerardo.

Nunca mencionaron las constantes violaciones del espacio aéreo cubano, de las confabulaciones de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los EUA) con estos grupos paramilitares y mafia anticubanos para llevar a cabo actos de terrorismo contra Cuba.

Para el caso de Cuba, como también se ha visto con Venezuela, Irán, Bolivia y demás pueblos que buscan trazar sus propios caminos, los cuales no sigan las reglas del capitalismo salvaje, los monopolios de la información crean muchas palabras para la mentira, ni una para hacer verdadera justicia.

http://www.youtube.com/watch?v=qRAVqc4rcZQ
http://www.youtube.com/watch?v=E6TpYXj-Ez4

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