Nota personal:
El crimen tiene muchas caras. Algunos se hacen públicos para que sirvan de ejemplo; pero otros se deslizan en la polvareda del desconocimiento público, evitando que el horror de su acometimiento levante el furor de indignación de las masas.
Si el crimen alcanza la luz, pues entran en función los medios de comunicación al servicio, los cuales se encargarán de crear una cortina desinformativa que tergiverse y tuerza la realidad, aportando viles excusas para seguir cometiendo ignominias.
El proceso judicial de los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por el sucio manejo de la justicia norteamericana, es también un crimen que lacera la vida de estos cinco hombres y apuñala el corazón de la nación cubana, sólo por la inquebrantable postura de independencia sostenida frente al imperialismo yanqui.
Los hilos de intereses políticos halan desde el extremo de la mafia anticubana en Miami hasta quienes, bajo una toga que representa la “justicia”, se venden o sucumben a las presiones, ponen en praxis sanciones, con falta de humanismo, sinceridad y dignidad, sobre inocentes.
Gerardo Hernández Nordelo ha sido castigado a estar en el “Hueco”, y no es la primera vez que es llevado allí. De seguro, como otras veces, por un período de tiempo superior al establecido por la ley.
Es paradójico ver como la Ley de Estados Unidos, que exige y sanciona internacionalmente por el incumplimiento de derechos humanos, cae en la fragante y descarada ilegalidad de la violación de los mismos con insolente cinismo.
Frente a toda barbarie siempre está la dignidad y coraje de hombres de gran talla como la de Gerardo, Ramón, Fernando, René y Antonio.
La fortaleza de espíritu de Gerardo frente a sus torturadores radica en su elevadísimo sentido de responsabilidad con su pueblo y el mundo entero. La traición y la rendición no son vocablos de su lenguaje.
Su lucha por la humanidad debe ser la lucha de todo ser humano con decoro sobre la tierra.
Sumo mi voz junto a la Declaración de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba (Libre y Socialista) para exigir la liberación de Gerardo de esa celda de castigo llamada “Hueco” y de su total e injusta encarcelación.
DECLARACIÓN DE LA ASAMBLEA NACIONAL DEL PODER POPULAR DE CUBAEl crimen tiene muchas caras. Algunos se hacen públicos para que sirvan de ejemplo; pero otros se deslizan en la polvareda del desconocimiento público, evitando que el horror de su acometimiento levante el furor de indignación de las masas.
Si el crimen alcanza la luz, pues entran en función los medios de comunicación al servicio, los cuales se encargarán de crear una cortina desinformativa que tergiverse y tuerza la realidad, aportando viles excusas para seguir cometiendo ignominias.
El proceso judicial de los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos por el sucio manejo de la justicia norteamericana, es también un crimen que lacera la vida de estos cinco hombres y apuñala el corazón de la nación cubana, sólo por la inquebrantable postura de independencia sostenida frente al imperialismo yanqui.
Los hilos de intereses políticos halan desde el extremo de la mafia anticubana en Miami hasta quienes, bajo una toga que representa la “justicia”, se venden o sucumben a las presiones, ponen en praxis sanciones, con falta de humanismo, sinceridad y dignidad, sobre inocentes.
Gerardo Hernández Nordelo ha sido castigado a estar en el “Hueco”, y no es la primera vez que es llevado allí. De seguro, como otras veces, por un período de tiempo superior al establecido por la ley.
Es paradójico ver como la Ley de Estados Unidos, que exige y sanciona internacionalmente por el incumplimiento de derechos humanos, cae en la fragante y descarada ilegalidad de la violación de los mismos con insolente cinismo.
Frente a toda barbarie siempre está la dignidad y coraje de hombres de gran talla como la de Gerardo, Ramón, Fernando, René y Antonio.
La fortaleza de espíritu de Gerardo frente a sus torturadores radica en su elevadísimo sentido de responsabilidad con su pueblo y el mundo entero. La traición y la rendición no son vocablos de su lenguaje.
Su lucha por la humanidad debe ser la lucha de todo ser humano con decoro sobre la tierra.
Sumo mi voz junto a la Declaración de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba (Libre y Socialista) para exigir la liberación de Gerardo de esa celda de castigo llamada “Hueco” y de su total e injusta encarcelación.
Salvemos a Gerardo Hernández
Desde el miércoles 21 de julio Gerardo Hernández Nordelo está, otra vez, en el “hueco”. En esta ocasión en condiciones particularmente duras que atentan gravemente contra su salud y su integridad física.
Encerrado en una celda de castigo, un espacio mínimo que comparte con otro prisionero, carente de ventilación, soportando temperaturas superiores a los 35 grados centígrados y sin contacto con el mundo exterior.
En esta acción contra nuestro compatriota intervinieron oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) quienes dejaron claro que Gerardo está confinado por una decisión de esta Agencia.
A lo largo del prolongado proceso contra los Cinco las autoridades federales han empleado procedimientos semejantes para impedir su defensa y obstruir la justicia. En vísperas de cada decisión importante nuestros compañeros fueron aislados en el “hueco” para hacer imposible toda comunicación con sus abogados defensores. La historia se repite ahora cuando Gerardo ha presentado una demanda de habeas corpus, último recurso legal que le queda en el sistema norteamericano que lo condenó injustamente y le impuso la bárbara sentencia de dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión. Durante los doce años transcurridos desde su arresto las autoridades norteamericanas han prohibido que lo visite su esposa, Adriana Pérez Oconor.
Gerardo mantiene su indomable resistencia, su voluntad irreductible, su optimismo y convicción en la victoria. Es un joven que acaba de cumplir 45 años de edad pero doce años de encierro en condiciones de extrema crueldad han comenzado a quebrantar su salud. Sufre varias dolencias que no son atendidas y causan profunda preocupación.
Alcemos nuestras voces, todas y todos, para salvar a Gerardo, un héroe admirable, un inocente que merece vivir en libertad.
Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de CubaLa Habana, Agosto 1ro de 2010
Gustavo, no sé si publicaste este trabajo en ByCR, ahora te leo. Lo replico
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