Traducción: ¡Recuerda! que el Tío Sam necesita que inventes mentiras sobre la Revolución cubana. Yo pago |
Fulgencio Batista (y su cohorte) contó con el apoyo norteamericano durante sus dos mandatos y en el segundo período tal andamio le duró hasta poco antes de ser derrocado por los rebeldes y huir; “confianza” que le fue retirada cuando en diciembre de 1958 el embajador Earl Smith se lo comunica directamente.
El joven abogado Fidel Castro expuso resumidamente en su alegato “La Historia me Absolverá” los males imperantes en la sociedad cubana bajo las garras de Fulgencio Batista: “el problema de la tierra, el problema de la industrialización, el problema de la vivienda, el problema del desempleo, el problema de la educación y el problema de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos, junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política."
El triunfo de la Revolución cubana fue el principio de todo un proyecto de cambios en la sociedad cubana, cuyo objetivo principal no era simplemente lograr la soberanía nacional con la independencia del país de las garras yanquis, sino construir y poner en práctica un proceso de justicia social y solidaridad, y el Programa del Moncada, expuesto por Fidel Castro en su alegato de defensa “La Historia me Absolverá”, fue una guía de todas las transformaciones realizadas a partir de enero de 1959.
La fiebre del Macartismo fue una plaga visceral utilizada para satanizar de “comunismo” a todo lo que fuese contra los dictados del Tío Sam y Cuba no escapó de la propaganda yanqui contra la Revolución rebelde y popular. Las campañas imperialistas y anticubanas promovieron la precipitosa salida de gran parte de los pocos profesionales con que contaba el país; sin embargo, el nuevo gobierno se dedicó a darle cultura al pueblo y formar la amplia cantera competitiva con la cual también está brindando ayuda solidaria en muchos países del mundo desde 1963.
En la incipiente era de la nueva Cuba, las conquistas en materia de atención social, educación, salud, deporte, cultura y demás se vieron en los cientos de programas que se llevaron a cabo y que han generado otros tantos funcionales hoy en día.
EDUCACIÓN.
La Revolución se encontró en 1959 que un 11,6% de la población urbana y un 41,7% de la rural eran analfabetos. A partir de ese mismo año se convierten 69 cuarteles militares de la tiranía en escuelas. A partir del año 60 surgieron los Continentes de Maestros Voluntarios con el objetivo de alfabetizar a toda Cuba, incluyendo las zonas rurales intrincadas: Brigada de Maestros de Vanguardia "Frank País", Plan de Educación para Campesinas "Ana Betancourt" y sucesivamente la gigantesca Campaña de Alfabetización.
Para ampliar la enseñanza media surgió el Destacamento Pedagógico “Manuel Ascunce Domenech”, con profesores que acudieron a las nuevas escuelas secundarias básicas e institutos preuniversitarios, donde se combinaba la enseñanza con la labor productiva en el campo.
La enseñanza preuniversitaria en el 59 contaba con sólo 21 centros en todo el país y 50 años después alcanza los 371. Hoy en día, también se cuenta con centros preuniversitarios de Ciencias Pedagógicas, Institutos vocacionales de Ciencias Exactas y Escuelas de perfeccionamiento Atlético.
Con el surgimiento de los Círculos Infantiles (Guarderías), en 1961, la mujer cubana fue beneficiada, ya que la creación de los mismos le permitió al sector femenino de la población el incorporarse directamente a la labor económica y así establecer en temprana edad el vínculo de los niños al sistema de enseñanza. Más adelante, a partir de 1992, se pone en práctica el “Programa Educa a tu Hijo” para los niños que por diversos motivos no se encontraban vinculados a estos centros, asegurando que estos niños tuvieran atenciones por parte del Ministerio de Educación.
La Educación Técnica y Profesional también creció en prestaciones, de 40 centros en 1959 a 529 escuelas cinco décadas después, donde se forman técnicos y obreros cualificados; de igual manera responder a las demandas y necesidades territoriales en la preparación de oficios.
También se estructuró y organizó científicamente la atención a los discapacitados, pasando de 15 centros hasta 1 962, y una matrícula de 843 alumnos, dejando desatendido un amplio sector de la población con limitaciones, a 407 escuelas en el 2009, con una matrícula de 42 mil alumnos.
La educación superior no quedó exenta de cambios positivos en tres momentos dentro del proceso revolucionario: en un primer momento fue en los mediados de los 70 alcanzando a ser 28 centros, una segunda etapa en los 80 a 42 centros y la tercera entre el curso 2008-2009 donde alcanza la cifra de 68 centros.
Sin embargo, amén de las diversas y difíciles adversidades enfrentadas por el Ministerio de Educación en estos años de Revolución, en alto grado por los efectos del genocida bloqueo económico, financiero y comercial impuesto, implementado por parte del gobierno de los EE. UU contra Cuba, las transformaciones para el desarrollo cultural de la población continuaron. Surgieron la Facultad Obrero Campesina, la Universidad del Adulto Mayor y se motivó el desarrollo de la Preparación Profesional y Académica con la actividad científico-investigativa que estimuló la obtención de superiores niveles académicos, tales como: postgrados, diplomaturas, maestrías y doctorados, muchos de ellos adquiridos en el extranjero y/o avalados por universidades extranjeras.
Independientemente de los altos costes en los presupuestos del Estado, Cuba ha logrado incorporar tecnología a los diferentes niveles de enseñanza con el uso de canales educativos de televisión (con más de 30 programas semanales) y la introducción de la informática.
En Cuba todos los niños tienen posibilidades de asistir a un aula y de contar con un maestro, incluyendo las zonas más intrincadas del país. En las zonas rurales de la Isla existen 6 mil 688 escuelas, de ellas 201 tienen un solo alumnos, 294, dos; 313 tres; 315, cuatro y 272, cinco.
• Portal cubano de educación: http://www.cubaeduca.cu/
SALUD
Los resultados que dejaba el gobierno batistiano en el sector de la salud estaba plagado de miserias. En el país había solamente 393 centros de asistencia, de los cuales el 38% respondía a instituciones estatales; es decir que 322 eran del sector privado y distante de las posibilidades económicas reales del pueblo. En toda la zona rural de Cuba existía un solo hospital, donde el 18% de la población tenía acceso a las atenciones médicas. Solamente existían 6 286 médicos (1 cada 1 076 habitantes, promedio para un poco más de 6 millones de habitantes en la Isla) y 1 279 técnicos en otras especialidades como estomatología, enfermería, farmacéuticos, etc. La mortalidad infantil era de 60 niños por mil nacidos vivos y el 31% de la población rural padecía de paludismo.
Cuba a partir del triunfo revolucionario cambió ese panorama desolador de la era de neocolonia yanqui y tanto la construcción de instituciones de la salud como la preparación técnico profesional del personal de éstos fue una prioridad en la toma de conquistas sociales.
Cincuenta años se dispone de una asistencia médica gratuita y con la presencia de 74 880 galenos, el 45,7% (34 261) médicos de familia. Esto nos lleva a un promedio de 1 médico por cada 156 habitantes, en una población que prácticamente se había duplicado desde 1959 hasta alcanzar algo más de 11 millones de habitantes. Pero además, también se cuenta con más de 2 millones de especialistas en otras actividades, tales como: estomatología, farmacéutica, enfermería, etc.
También se ha llevado a cabo la expansión de las instituciones sanitarias a todos los rincones del país para proporcionarle facilidades de acceso y atenciones a la población cubana. Además, se han construido cuatro Institutos Superiores de Medicina, 23 facultades y la Escuela latinoamericana de Medicina (CELAM).
La constitución del programa de salud no está solamente dirigida a la curación de enfermedades, sino a la prevención de las mismas, y para esto cuenta con dos ramas fundamentales de trabajo: la medicina comunitaria y la medicina familiar.
El Ministerio cubano de Salud hace inminentes esfuerzos por seguir desarrollando el sector, aun cuando la política de estrangulación norteamericana (a través del Bloqueo) está dirigida a frenar la economía y servicios del país. Muy a pesar que las leyes norteamericanas provocan severos sobregastos en los presupuestos del Estado destinados al sector por razones de adquisición de medicamentos, materias primas, materiales tecnológicos, accesorios y otros, por terceros o cuartos países, la Revolución ha logrado distinguidos resultados en la Biotecnología.
Cuba suministra a la población de manera gratuita todas las vacunas necesarias para el desarrollo físico y mental; así como el sostenimiento de la salud en los primeros y posteriores años de vida, frente a diversas patologías. El programa de vacunaciones protege a todos los niños del país contra 13 biotipos de enfermedades. Las vacunas que se suministran y de manera gratuita son: Antipoliomielítica, Antituberculosa, Triple bacteriana (Difteria, Tosferina, Tétano), Duple (DT), Toxoide tetánico (TT), Antitifóidica (AT), Triple viral (Papera, Rubeola, Sarampión), Hepatitis B (HBV), Haemophilus Influenzae (HIB) y Antimeningococica (Tipo B). De las 10 vacunas que se aplican, siete de éstas son producidas en Cuba.
Los resultados de la Revolución, en este campo, son de referentes y ejemplos a seguir, incluyendo a esos del llamado “Primer Mundo” y que evitan informar sobre los reconocimientos otorgados por otros países e, inclusive, organizaciones internacionales.
• “Hay mucho que aprender de Cuba”. Artículo original en: Science 30 April 2010: Vol. 328 no. 5978 pp. 572-573. DOI: 10.1126/science.1189680.
• JERRY M. SPIEGEL and ANNALEE YASSI: Lessons from the margins of globalization: appreciating the Cuban health paradox. Journal of public health policy. Vol. 25, no. 1. Descargar en PDF artículo.
CONSTRUCCIÓN.
La situación previa al triunfo revolucionario era de un déficit habitacional desesperante para la población de media y baja adquisiciones económica. Los alquileres consumían entre un tercio y un quinto de los ingresos, además de que 2 millones de habitantes de la zona rural carecían de servicio eléctrico (un 33% de la población total en esas fechas) y el desalojo forzoso estaba en un promedio de los 70 mil.
La política habitacional se sustentaba en la actividad privada de la construcción de viviendas y libre contratación de los arriendos. Esto conllevaba a que los inversionistas imponían como objetivo principal la mayor posible adquisición de beneficios; por lo tanto, las construcciones se disponían mayoritariamente de casas y apartamentos lujosos para el sector acaudalado, creándose zonas residenciales o la construcción en zonas céntricas para las clases medias.
Los sectores de menos ingresos tenían que recurrir a la adquisición de una renta en los cascos más viejos de las capitales, en las casas coloniales sobre divididas en su interior para pequeños núcleos familiares (conocidos popularmente como solares_ en el caso de La Habana). Otro tanto de este sector se veía obligado a la única solución posible a sus condiciones económicas: la construcción de chozas improvisadas con materiales de desperdicio.
Sin embargo, lo inversionistas del monopolio eléctrico (propiedad norteamericana) funcionaban de igual manera, promoviendo la extensión de líneas mientras percibieran jugosas utilidades, donde las tarifas del servicio no daban margen de acceso a los servicios a una parte de la población cubana.
El triunfo de la Revolución dio como fruto en breve tiempo a la promulgación de nuevas leyes que frenaban toda la ignominia en la que estaba sumido el pueblo.
La Ley Nº 26 (enero, 1959) cesaba el desalojo y el desahucio, la Ley Nº 153 (marzo, 1959) impuso la reducción de los alquileres hasta un 50% de los inmuebles urbanos y las leyes Nº 218, Nº 691 y Nº 892 (de abril, diciembre de 1959 y octubre de 1960, respectivamente) donde se regulaban los precios máximos de venta de los inmuebles y la venta forzosa de terrenos urbanos edificables.
Estas leyes, junto con la Ley de Reforma Urbana (14 de octubre, 1960), posibilitaron el resguardo y protección de la población a mantener una vivienda y a la adquisición de aquellas que ya habían sido pagadas en las varias mensualidades saldadas. Además, los antiguos propietarios afectados fueron indemnizados correspondientemente por el Estado.
En sólo 4 años el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV) construyó 7 859 viviendas, creando o reconstruyendo conjuntos urbanos, tales como: Reparto Hermanos Cruz (Pinar del Rio), Microdistrito Central Plaza de la Revolución, Habana del Este (1959-1961) con edificaciones de 4 y 12 pisos, Conjunto Alamar, Edificios Apartamentos en Altahabana, San Rafael (Matanzas), Los Olivos (Sancti Espíritus), Reparto Lenin (Holguín), Nuevo Manzanillo, Distrito Urbano José Martí (Sgto. de Cuba) y Reparto Caribe (Guantánamo). Además, se construyeron más de 100 pueblos con unas 12 mil viviendas rurales. Para 1980 se había alcanzado construir 295 mil viviendas en el campo (205 veces más que las existentes en 1959).
Cuba, en su constante búsqueda de alternativas a sus reales necesidades, ha ido conformando nuevas resoluciones que han ido renovando la Ley, dando flexibilidades e incentivando la adquisición de licencias en el proceso de construcción de viviendas (en un primer momento) y en la compra-venta de inmuebles entre particulares (recientemente discutido y aprobado en los Lineamientos de la vida Política y Económica del país).
Sin embargo, la construcción de viviendas también ha sido un eslabón afectado dentro de la economía cubana, por varias causas, entre ellas se encuentran como más notorias la acción directa de los fenómenos meteorológicos que chocan con el archipiélago y crea daños desbastadores, y el perenne obstáculo que representa el bloqueo estadounidense, el cual frena toda posibilidad de adquisición de materiales constructivos, accesorios y materias primas para este sector.
El gobierno de la Isla está consciente de las necesidades existentes en la población y encamina toda acción (hasta las colegiadas) en buscar variantes con los recursos con los que cuentas el propio país y la inteligencia del pueblo en aportar soluciones. Mientras Cuba se enfrenta al genocida e ilegal bloqueo y busca alternativos a las carencias que se viven, ¿Cómo es posible que nadie le pida cuentas al gobierno de los Estados Unidos por las ayudas que no le llegan a los afectados de ese país por los huracanes Rita y Katrina? ¿Por qué los monopolios de la información no se dedican a denunciar el desfalco producido en los fondos (casi 4 mil millones de dólares-3 184 millones de euros) destinados a las indemnizaciones, que la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) no ha sabido aclarar? Una parte de los fondos destinados a la construcción de viviendas fueron entregados a compañías privadas, las cuales levantaron inmuebles que la mayoría de la población no tiene opciones para pagar y otro por ciento fue objeto de desfalcos en fraudulentos pagares.
Estados Unidos no enfrenta ningún bloqueo de otro país, entonces por qué no responde con seriedad a las necesidades que plantea su población de New Orleans, Misisipi y Luisiana, donde hubo 1,1 millón de desplazados y que gran parte de esa población no ha podido regresar. La respuesta es evidente frente al caso cubano.
La diferencia del actuar de Cuba está demostrada en sus 53 años de Revolución, donde independientemente de las dificultades a enfrentar el hombre sigue siendo el eslabón más importante del sistema socialista que allí se construye.
Inundaciones provocadas por el huracán Katrina en New Orleans, Estados Unidos |
Foto Wikipedia: Pancarta donde se menciona el huracán como una de las fallas de la administración de George W. Bush. A banner compares George Bush, Dick Cheney, the war in Iraq, and Hurricane Katrina, as proof that "Intelligent Design" is a fallacy. From the September 24, 2005 anti-war protest in Washington DC. Source: http://www.schuminweb.com/ |
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