Por Arthur Gónzalez.
La bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez Cordero, ahijada del agente CIA, Carlos Alberto Montaner, de regreso a Madrid visitó la sede del diario El País,
 del cual asegura ser su corresponsal en la Habana, situación bien 
difícil para la dirección del diario y para la propia multi premiada, ya
 que producto de la grave crisis económica por la que atraviesa España, 
los directivos del grupo Prisa, se vieron obligados a despedir a más de 
medio centenar de trabajadores, muchos de ellos con una larga historia 
junto al propio diario.
¿Cómo
 le habrán explicado a los despedidos y parados, por demás ciudadanos 
españoles, que por cuestiones eminentemente políticas contrataron por 
casi 25 mil euros
 anuales a esta extranjera que sirve incondicionalmente a los 
norteamericanos y forma parte de sus planes subversivos contra la Isla 
de Cuba?  
Desconozco
 los argumento, pero es casi seguro que en España pocos conocen el 
salario asignado a esta señora, del que no paga ni un duro de impuesto 
sobre su salario y mucho menos un peso al fisco cubano.
¿Cómo es posible que los incorruptibles funcionarios españoles no le han pedido cuentas a Yoani por evadir impuestos, cuando años atrás a doña Lola Flores
 la obligaron a pagar hasta el último céntimo que les debía y ante la 
falta de fondos La Faraona amenazó con pararse en la mismísima Puerta 
del Sol a pedirle a su pueblo que la ayudaran a recaudar la suma 
exigida, y a Isabel Pantoja, quien además de otras causas está acusada de evasión fiscal?
De
 eso “la gladiadora” no dice ni media palabra, pero las sumas de lo que 
está ingresando por concepto de “premios” y corresponsalías es muy 
elevada,  algo más de medio millón de euros,
 por lo debería ir pensando en su próxima declaración de impuestos a su 
regreso a la Habana, a partir de la puesta en vigor de  la nueva Ley 
Tributaria cubana. 
No es justo que personalidades de la cultura universal como el afamado pianista y compositor Chucho Valdés,
 ganador de 8 Grammy,  esté obligado a cumplir cabalmente con sus 
tributos, mientras esta señora al servicio de la CIA y otras agencias 
federales norteamericanas, se embolsa toda su plata sin cumplir con las 
obligaciones que le tocan por Ley. 
Qué
 dirán los nuevos trabajadores privados cubanos que pagan mensualmente 
su cuota y a la diplobloguera nadie le exige que page por lo que debe. 
De
 estos temas ella no habla, pero quizás los propios norteamericanos le 
recuerden la historia del tristemente célebre italo-norteamericano Alfonso Capone,
 al que nunca le pudieron detener por sus miles de crímenes por falta de
 pruebas y sin embargo pudo ser juzgado y sancionado por evasión de 
impuestos, pasando sus días finales en la famosa cárcel de Alcatraz. 
Esperemos
 a ver qué medidas tomarán las autoridades cubanas, porque la ley es 
pareja para todos los ciudadanos y ella no puede ser la excepción.
Quizás un día miraremos atrás y veremos que ella está en el lugar que merece por tantas violaciones de la ley.
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