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| Calle 13 cantando en La Habana. El dúo tuvo el recibimiento de una gran oleada de jóvenes cubanos. | 
Por Ramón Bernal Godoy.
Mi sobrino, de solo 16 años de edad pero
 muy conocedor de la “farándula” y el circuito musical mundial, me 
preguntaba porque artistas internacionales tan difundidos en nuestra 
radio no incluían la capital cubana entre uno de los puntos de sus giras
 promocionales, o simplemente porque no hacían un megaconcierto que de 
seguro no tendría nada que envidiar en acogida popular a las 
presentaciones que hacen en otros lugares del mundo.
“Si artistas latinos reconocidos como 
Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony, Víctor Manuelle, Ricardo Arjona, Maná
 se muestran tan conocedores de la música cubana, si enriquecen tanto su
 obra musical -y sus bolsillos- con composiciones y arreglos surgidos 
del talento de este verde caimán, si incluso algunos viajan de “turismo 
oculto” hasta la isla, resulta ilógico que no deseen palpar con sus 
propias manos la alegría de un pueblo que masiva y alegremente les 
recibiría”, fue la esencia de lo que me trasmitió el muchacho, aunque no
 literalmente sino en su simpática jerga adolescente.
El hecho es bien conocido, varias 
generaciones de cubanos han vivido –y vivimos-  la decepción de ver como
 por más de medio siglo los artistas internacionales evitan Cuba entre 
las plazas de sus presentaciones -para no adentrarnos en el irrespeto 
que constituye el que no pocos de ellos sin conocer nuestras 
“interioridades” se alistan a repetir lo que por años han escuchado 
decir a nuestros enemigos- , y aquí sin quererlo, solo reflexionando, he
 llegado al núcleo central de la respuesta que debo mañana dar a mi 
sobrino, la subordinación consciente o inconsciente a los círculos de 
poder.
Los enemigos de Cuba, es decir, del 
proceso de transformaciones revolucionarias que en 1959 inició toda una 
nación que a lo largo de los años se enfrentó –y enfrenta- a las más 
crueles y burdas de las agresiones, radican a solo 90 millas de las 
costas cubanas, en el Sur de la Florida, EE.UU, casualmente justo donde 
se basifica la mayor parte de la industria del entretenimiento que 
vincula al sector artístico de origen Latino.
Un artista Latino requiere 
necesariamente de muchos “apoyos” para triunfar con su arte, el talento y
 la buena intención no alcanza. Si usted quiere triunfar necesita 
cantar, promocionarse en los medios de comunicación, producir, vender y 
así sucesivamente. Para ello requiere recursos, relaciones y todo 
aquello que solo los magnates y empresarios adueñados de ese “submundo” 
poseen. Por ejemplo, el autodenominado “empresario y productor 
cubano-americano” Emilio Estefan es el que mueve los hilos musicales del
 mercado floridano, si le agradas y te subordinas puedes convertirte en 
una estrella, incluso sin talento, como es el caso de su esposa, la 
recalcitrante Gloria Esteffan.
Aquel artista que desee viajar a Cuba, 
cantar en Cuba, expresarse a favor de los logros del sistema cubano, 
mostrar determinada simpatía o simplemente negarse a realizar una 
declaración o asumir determinada posición cuando esta es “requerida” 
puede ganarse la ira de los Estefan, entiéndase el odio, el chantaje, 
las presiones financieras y el fin de su carrera artística, incluso en 
el supuesto que no esté asociado a una de sus disqueras pues el 
empresario –probadamente vinculado al sector terrorista de la 
ultraderecha cubana- es quien decide quien se promueve en la radio, la 
TV y hasta quien canta en los clubes nocturnos miamenses.
Así de sencillo funciona todo, le diré a
 mi sobrino, querer a Cuba no solo requiere ser una persona objetiva y 
superar la barrera de desinformación que fijan los medios de prensa y el
 monopolio capitalista de la información –cual ya es bastante- sino 
tener el “valor suicida” de resistir “ciclones de ofensas” que pueden 
llegar desde los pasillos del Congreso hasta la amenaza pública a manos 
del viejo y desacreditado “exilio” anticubano, ese cuyo pasado 
batistiano y terrateniente no logra extraerse de su sangre.
Mi sobrino podría decirme: “tío eso es 
muela, aterriza”. Entonces tendré que aclararle que la lista de ejemplos
 sería interminable y que por ello me concentraré en algunos artistas 
que él pudiera conocer… le haré la historia del megaconcierto por la paz
 organizado por Juanes, Olga Tañón y otros artistas, las amenazas de 
muerte que recibieron, las presiones para que abandonaran sus planes, y 
el costo que tuvo para sus carreras el haberse mantenido firme en sus 
propósitos, de cómo los artistas cubanos que arriban a Miami deben hacer
 sendas declaraciones políticas contra el gobierno cubano si allí 
quieren radicarse y hacer carrera artística, como si se salen de ese 
guión y denuncian parte del estado de cosas que sucede en esa “oscura” 
ciudad son sentenciados a la “indiferencia musical” cual acaba de 
suceder al cantante de música popular Manolín, conocido como el Médico 
de la Salsa o si simplemente van de paso y no dicen lo que se espera que
 digan son boicoteados, amenazados y casi expulsados del territorio 
estadounidense y quien lo dude que recuerde los casos de Compay Segundo,
 Ibrahim Ferrer o pregunte a los populares Juan Formell y Paulo FG .
Incluso artistas del más alto nivel mundial pueden sufrir la “pataleta anticubana” con alcance hasta el despacho oval[1],
 tal y como le sucedió a Beyoncé y Jay-Z cuando regresaron de unas 
vacaciones turísticas en nuestra capital. ¿Cree alguien que con estos 
truenos podremos disfrutar de conciertos en vivo de figuras 
internacionales? La mayoría de los artistas que nos visitan y nos 
brindan su arte ya están en los últimos años de su carrera o -para que 
suene mejor- ya tienen una carrera hecha, por ejemplo Cheo Feliciano, 
Air Suplay, Álvaro Torres, entre otros cuya generosidad no deja de 
constituir un tremendo mérito para nuestro pueblo. Obviamente también 
–aunque pocos- existen de esos “valientes suicidas” que
 van contra cualquier ley de mercado y posible chantaje, ejemplo Andy 
Montañez y Calle 13.
Precisamente tomaré de ejemplo para mi 
sobrino ese grupo de rap llamado Calle 13, muy conocido en Cuba, le 
ejemplificaré con algunas de las letras en las que la agrupación hace 
hincapié en estas concesiones “entendibles” pero inmorales que la 
mayoría de los  artistas hacen a sus “dueños”, o mejor dicho, a los 
dueños de sus “carreras”, por ejemplo, le citaré este fragmento de una 
de ellas:
…..
Sería muy fácil para mí escribir un bolero
O hacer un video rapeando encima de un velero
Con mujeres en pelotas acariciándome los huevos
Sacrificar mis ideales pa’ venderte un disco nuevo
Si es así mejor me quedo
No se puede escribir sobre el dolor
Cuando se escribe con miedo (Oye!)
Conformarse y dejar de insistir
Es como ver a alguien ahogándose y dejarlo morir
No importa si me escucha una sola persona por esta vez
Cuando conecto a uno conecto a diez
Que importa si no sueno en la radio de mi país
Tengo el mundo dando vueltas con las letras que escribí
Me censuraron por razonas obvias
Porque fui más honesto con ustedes
Que lo que fui con mi ex-novia
……
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| Calle 13 junto a Kelvin Ochoa levantan camisetas alegóricas a ambos países: Cuba y Puerto Rico. | 
En fin, esta noche tendré una charla 
“político musical” con mi sobri, en definitiva será un placer invertir 
mi tiempo en demostrarle lo qué hay “detrás de la fachada”, incluso 
dejaré algo para mañana si le interesa, le propondré comentarle como 
esto no sucede solo con Cuba sino con toda nación que huela a 
autodeterminación, por ejemplo Venezuela.
[1]
 El Despacho Oval (The Oval Office, en inglés) es la oficina oficial del
 Presidente de los Estados Unidos de América. Situada en el Ala Oeste de
 la Casa Blanca.
Tomado del Blog Miradas Encontradas

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