| El autoproclamado califa Ibrahim | 
Mientras la prensa occidental se extasía ante la formación de una 
coalición internacional contra el Emirato Islámico, este último prosigue
 su avance en Irak. Después de haber explicado cómo esa organización 
terrorista fue creada por Washington, Thierry Meyssan precisa que 
no cree que la tan cacareada coalición llegue a concretar una acción 
decisiva contra el Emirato Islámico sino que tratará más bien de 
incrustarlo en el noreste de Siria para desestabilizar así todo el mundo
 árabe.
Tomado de Voltaire.org
Por Thierry Meyssan.
En su alocución televisiva del 10 de septiembre de 
2014, el presidente Obama anunció la continuación de la estrategia 
impuesta en Estados Unidos por los golpistas del 11 de septiembre de 
2001, estrategia que consiste en el rediseño del «Medio Oriente ampliado» [1].
Ese proyecto, que muchos creían abandonado desde que la Resistencia 
libanesa derrotó a las fuerzas armadas israelíes en 2006, no sólo 
consiste en dividir los grandes Estados de la región en una multitud de 
pequeños Estados incapaces de sobrevivir por sí solos sino también en 
hacerlos étnicamente homogéneos, lo cual implicaría enormes 
desplazamientos forzosos de poblaciones.
En un sorprendente artículo redactado el 13 de septiembre de 2001 para la revista de las fuerzas terrestres estadounidenses Parameters [2],
 el coronel Ralph Peters observaba que Washington no tiene 
fundamentalmente nada que temer del terrorismo y que no debe vacilar en 
utilizarlo. También señalaba, al referirse al proyecto de rediseño del «Medio Oriente ampliado»
 (que incluso delimitó en mapas entregados a la Comisión 
Baker-Hamilton), que Washington no debe temer el caos generalizado en el
 mundo árabe ya que, en definitiva, cuando estén divididos en 
micro-Estados, los árabes no tendrán más opción que recurrir a 
Estados Unidos para defenderse de la voracidad de Israel.
Primera parte: 
expulsión de la población de Gaza
La primera parte del actual plan se desarrolló este verano en Gaza y 
terminó en fracaso. En momentos en que los israelíes habían convertido 
en expedición destinada a «arrancar de raíz» el Hamas lo que 
habían iniciado como una operación de búsqueda de 3 adolescentes 
secuestrados, Tel Aviv recibió del Pentágono la orden de proceder por la
 fuerza al desplazamiento de la población del norte de Gaza hacia 
Egipto.
Ese proyecto, así como la instalación de una base militar 
estadounidense en la frontera sudanesa, era una actualización de la 
proposición ya presentada a Egipto en 2005. Aquella proposición incluía 
una remuneración para Egipto, pero había sido rechazada por el entonces 
presidente de ese país Hosni Mubarak. Así que Washington lo obligó a 
dimitir y puso la Hermandad Musulmana en el poder en El Cairo mediante 
la operación de la llamada «primavera árabe». Al convertirse 
en presidente de Egipto, Mohamed Morsi, miembro de la Hermandad 
Musulmana y ciudadano estadounidense, se comprometió a concretar 
el proyecto que Mubarak había rechazado. Pero fue derrocado por el 
ejército egipcio y hoy está siendo juzgado por alta traición.
Con el pretexto de destruir los túneles que pasaban por debajo de su 
frontera, Israel bombardeó la franja de Gaza durante los meses de julio y
 agosto de 2014, reduciendo a ruinas ciudades enteras. De esa manera 
desplazó una parte de la población y «liberó» el 44% del 
territorio de Gaza. Sin embargo, Tel Aviv y Washington no lograron 
convencer a Egipto para que abriera su frontera y provocara así la fuga 
masiva de la población de Gaza.
Segunda parte: 
limpieza étnica en Irak
La segunda parte de la operación, en Irak, está casi completamente 
cumplida. Al Emirato Islámico (ex EIIL) se le asignó la misión de 
garantizar la limpieza étnica en la zona mayoritariamente sunnita del 
país. Cristianos y yazidíes huyeron de esas regiones mientras que otras 
minorías, como los chabaquíes, eran prácticamente exterminadas. 
Mientras tanto, Washington y sus aliados declaran que no tienen nada que
 ver con ese crimen y hasta se dan el lujo de condenarlo públicamente.
La coordinación previa de la limpieza étnica de la zona sunnita de 
Irak tuvo lugar durante una reunión preparatoria organizada en Amman, la
 capital de Jordania, reunión en la que participaron no sólo el Emirato 
Islámico y los kurdos proisraelíes que gobiernan el Kurdistán iraquí 
sino también oficiales miembros del antiguo partido Baas iraquí 
separados del poder en 2003 por el procónsul estadounidense Paul Bremer y
 marginados desde aquel entonces [3].
Mientras los medios de prensa internacionales reportaban el avance 
del Emirato Islámico en Irak, los peshmergas del clan Barzani –que 
gobierna el Kurdistán iraquí– extendían en un 40% el territorio bajo su 
propio control. A lo largo de ese proceso, los peshmergas y los 
yihadistas ni siquiera llegaron a cruzarse y, por consiguiente, 
no lucharon entre sí. Simplemente se repartieron una enorme porción del 
territorio de Irak siguiendo el plan ya trazado en 2001… por el estado 
mayor estadounidense. Fueron los kurdos turcos y sirios del PKK quienes 
penetraron en el territorio sunnita de Irak y se enfrentaron a los 
yihadistas del Emirato Islámico para salvar a los sobrevivientes 
yazidíes.
Al igual que el rápido avance de los peshmergas, la caída de la zona 
sunnita en manos del Emirato Islámico no es resultado de supuestos 
hechos de armas. En ambos casos los oficiales del ejército iraquí sólo 
cedieron el terreno a los invasores. Y el único que puede haber 
preparado por adelantado esa maniobra es el mismo que organizó el actual
 ejército iraquí, o sea… Estados Unidos. Todo se organizó de la misma 
manera que la toma de Bagdad en 2003. En aquel entonces unos 
40 generales, previamente comprados por la CIA, simplemente abandonaron 
sus puestos y huyeron a Estados Unidos entregando así la capital a los 
invasores.
Los crímenes del Emirato Islámico, por muy crueles que puedan 
parecer, constituyen una necesidad para provocar la huida de las 
poblaciones no sunnitas. El Emirato Islámico no se ha vuelto en contra 
de quienes lo crearon sino que está aplicando al pie de la letra la 
política de sus creadores, haciendo lo que las tropas regulares de 
Estados Unidos no pudieron hacer por temor a verse acusadas de «crímenes contra la humanidad».
Tercera parte: 
creación de un Estado pirata en el noreste de Siria
La tercera parte de la operación es la que concierne el noreste de 
Siria. Mientras Israel utilizaba prácticamente todo su poder de fuego 
contra Gaza, Turquía desecaba el noreste de Siria desviando las aguas 
del Éufrates y, desde la base turca de Incirlik, la aviación de la OTAN 
rociaba esa región con un tipo de pesticida utilizable desde gran 
altitud. Utilizado en el desierto para acabar con las plagas de 
langosta, ese producto químico esteriliza la tierra. El antiguo granero 
de Siria, que garantizaba la producción de trigo de ese país, es ahora 
una región prácticamente inutilizable para las tareas agrícolas.
Resulta sorprendente que Estados Unidos, que hoy se presenta como el 
líder de la lucha contra las armas químicas, recurra a la guerra química
 contra Siria mientras acusa a ese país de hacer lo mismo.
Al mismo tiempo, la OTAN ha introducido en el noreste de Siria 
familias musulmanas de la etnia uigur traídas desde China. Esas familias
 uigures, que hablan turco, recibirán allí entrenamiento con vista a la 
posterior desestabilización de China, en una maniobra similar a lo que 
ya se hiz con los combatientes de Osama ben Laden –inicialmente reunidos
 en Afganistán contra el gobierno comunista afgano y posteriormente 
utilizados contra Rusia en Chechenia y contra China en la región de 
Xinjiang–, hasta que acaben chocando con la Organización de Cooperación 
de Shanghai. Como señalara el politólogo mexicano Alfredo Jalife, 
el Emirato Islámico fue creado en el Levante y su misión consistirá en 
desestabilizar el «Medio Oriente ampliado» durante los próximos 4 años, pero su objetivo final es proseguir la tarea ya iniciada [4].
El único problema de este programa es que mientras que Irán 
se incorporó a la Organización de Cooperación de Shanghai, la India ha 
preferido mantenerse en su actual estatus de observador. Nueva Delhi 
estima que la división del mundo en dos bloques solamente puede conducir
 a la guerra. Al mismo tiempo, y a pesar de que el nuevo primer ministro
 indio Narendra Modi es un nacionalista y no un miembro del Partido del 
Congreso, la India ha optado por la política de  «no alineamiento» de Jawaharlal Nehru. Ante esa decisión de la India, es posible que se posponga la creación de «al-Qaeda en Guerra Santa en el Subcontinente Indio», anunciada el 3 de septiembre por Ayman al-Zawahiri.
El noreste de Siria es un territorio ideal para la implantación de un
 Estado pirata. La población que allí queda está organizada en tribus 
que a menudo se desplazan hacia Arabia Saudita a través del desierto. Y 
los únicos Estados que la OTAN ha logrado destruir hasta este momento 
son precisamente Afganistán, Irak, Libia y el noreste de Siria, o sea 
única y exclusivamente las sociedades tribales. Por el contrario, 
la OTAN ha fracasado en todos los demás Estados con sociedades 
eminentemente no tribales que ha tratado de destruir: Túnez, Egipto y 
–por supuesto– el resto de la República Árabe Siria. Washington espera 
que, recurriendo al soborno de jefes tribales, podrá imponer el control 
del Estado Islámico en el noreste de Siria, sin importar la voluntad de 
sus poblares.
Al-Qaeda y el Emirato Islámico
Hay que señalar de paso que la diferencia entre al-Qaeda y el Emirato
 Islámico parece realmente muy artificial. Mucho se ha escrito y hablado
 durante los últimos meses afirmando que los proyectos de ambas 
organizaciones yihadistas eran fundamentalmente diferentes. Según 
quienes sostienen tales argumentos, al-Qaeda predica la yihad mundial 
mientras que el Emirato Islámico prioriza la inmediata creación y 
consolidación del califato sólo en una parte del mundo.
Sin embargo, en su video del pasado 3 de septiembre, el emir de 
al-Qaeda Ayman al-Zawahiri, fija como objetivo la instauración de 
un califato en Birmania, Bangladesh y en ciertas regiones de la India. 
Pero no por ello es menos cierto que si bien el Emirato Islámico es 
resultado de una escisión de al-Qaeda, el ex EIIL se diferencia de su 
antecesora en su capacidad de reclutamiento y para administrar los 
territorios bajo su control. El Emirato Islámico se ha dotado, 
en efecto, de dos nuevos servicios: una oficina de relaciones públicas, 
que se encarga de publicar videos e informes de actividades al estilo de
 las transnacionales estadounidenses, y un servicio de administradores 
civiles, equivalente a los prefectos franceses [5].
 Observación: la única escuela militar del mundo que forma tanto 
especialistas en relaciones públicas como administradores es la que 
tienen en Fort Bragg las fuerzas terrestres de Estados Unidos.
La continuación del plan
En los próximos meses es muy probable que el Kurdistán actualmente 
iraquí exija y obtenga su independencia mientras que el Emirato Islámico
 será empujado hacia Siria por la coalición conformada por iniciativa de
 Estados Unidos. Lógicamente, los sunnitas iraquíes se negarán entonces a
 verse nuevamente bajo la autoridad de Bagdad y también exigirán 
su propia independencia.
Si la obtienen, Washington les impondrá una monarquía cuyo trono 
pondrá en manos de la familia reinante en Jordania. El príncipe Ali y su
 esposa, la princesa Rym (hija de Lakhdar Brahimi y ex presentadora de 
CNN), convertirían así en soberanos de esa parte del actual territorio 
de Irak.
A cambio de eso, Jordania adoptaría el proyecto de ley repetidamente 
rechazado en virtud del cual ese país concedería la nacionalidad jordana
 a los habitantes de Gaza. Al haberse integrado el reino hachemita al 
Consejo de Cooperación del Golfo, los pobladores de Gaza podrían 
entonces abandonar su país para irse a trabajar en Arabia Saudita o en 
los Emiratos Árabes Unidos –como jordanos, no como palestinos. De esa 
manera, la cuestión del desplazamiento de la población de Gaza 
se resolvería con el paso del tiempo.
Pero el factor Rusia podría interferir la aplicación de ese cínico 
plan. Moscú acaba de anunciar que, para empezar a luchar contra el 
Emirato Islámico, no tiene por qué esperar a que tenga lugar la reunión 
del Consejo de Seguridad sobre ese tema.
[1] Al igual que las nociones de Middle East y de «Proche Orient»
 (la expresión francesa traducida al español indistintamente como 
“Cercano Oriente”, “Oriente Medio” o “Medio Oriente”), la noción de «Medio Oriente ampliado»
 no corresponde a ninguna realidad geográfica y no pasa de ser una 
simple apelación colonial más. Las regiones geográficas verdaderas son 
el Magreb, el Levante (o Machreq), el Golfo y el subcontinente indio, 
que tienen cada una su propia cultura.
[2] “Stability, America’s Ennemy”, por Ralph Peters, Parameters, invierno de 2001-02, pp. 5-20.
[3] «Revelaciones del PKK sobre la ofensiva del EIIL y la creación del “Kurdistán”, Red Voltaire, 8 de julio de 2014.»
[4] «¿Yihad mundial contra los BRICS? », por Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada (México), Red Voltaire, 18 de julio de 2014.
[5]
 Los prefectos franceses son representantes directos del gobierno 
central en las regiones bajo su jurisdicción. Nombrados directamente por
 el gobierno central de Francia, los prefectos garantizan el orden 
público y la seguridad con prerrogativas superiores a las de los 
alcaldes y autoridades municipales. Nota de la Red Voltaire.
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