| Giustino Di Celmo, padre del joven italiano Fabio Di Celmo que perdió la vida victima del terrorismo contra Cuba. | 
"Ningún dolor puede ser más grande que la muerte de un hijo."
Tomado de Santa Mambisa.
Por
En horas del mediodía del 4 de septiembre de 1997, el mercenario de 
origen salvadoreño, Ernesto Cruz León, escondido en un baño del hotel 
Copacabana, activaba una potente bomba, de acuerdo con el plan trazado 
por el connotado terrorista Luis Posada Carriles, quien tiempo después 
confesaría a un periodista: “Raúl (sic) Cruz León fue contratado por una
 persona que trabaja para mí, nunca tuve contacto con él, cumplió su 
acometido por dinero”.
| Fabio Di Celmo | 
Fabio Di Celmo, un joven turista 
italiano, acababa de llegar al Copacabana, donde se había citado con 
Enrico y Francesca, dos amigos de infancia que concluían su estancia en 
Cuba y regresaban a Europa. Los huéspedes comenzaban a invadir los 
salones del hotel, en el lobby bar se oía un pequeño pero creciente 
murmullo. Cruz León deslizó el mecanismo criminal dentro de uno de los 
ceniceros.
Tras abandonar el Copacabana, el 
terrorista prosiguió su macabra misión. Hizo escala en el 
Chateau-Miramar, donde repitió la operación. En el Neptuno-Tritón, se 
sentó en uno de los sofás del vestíbulo. Frente a él un adolescente y 
una niña se acomodaban en unos asientos. Cruz León deslizó la bomba en 
el piso, detrás del espaldar, pero al incorporarse, percibió la mirada 
escrutadora del suspicaz adolescente. Abandonó el hotel con mal 
disimulada prisa, abordó un taxi y pidió que lo llevaran al restaurante 
Floridita.
SU NOMBRE ES MUERTE
Luis Faustino Posada Carriles nació en 
Cienfuegos, el 15 de febrero de 1928. Entre 1960 y 1961, se involucró 
en actividades contrarrevolucionarias. Tal vez en esos días contacta con
 la CIA. Abandonó el país el 25 de febrero de 1961. Aunque ingresó en 
la Brigada 2506 que en menos de 66 horas fue hecha jirones en Girón, no
 desembarcó con ella. De 1967 a 1973, en Venezuela, torturó y asesinó a 
ciudadanos de ese país como oficial de contrainsurgencia con el apodo de
 Comisario Basilio.
En octubre de 1976, organizó junto con su
 compinche Orlando Bosch la voladura del avión cubano en Barbados con 73
 pasajeros a bordo, entre ellos un grupo de jóvenes esgrimistas. “El 
golpe más efectivo que se haya realizado contra Castro”, le calificó 
Posada, sonriente y satisfecho, ante un periodista. Encausado por este
 hecho en Venezuela, se fugó de una cárcel de máxima seguridad, con la 
complicidad de funcionarios del desgobierno de turno, el 18 de agosto de
 1985. Desde entonces es un prófugo de la justicia venezolana, que le 
reclama además por otros crímenes. Estados Unidos se niega a su 
extradición.
DUERMO COMO UN BEBÉ
Desde el taxi Cruz León oyó el estallido 
de las tres bombas. Cuando el chofer, para supuestamente tranquilizarlo,
 especulaba: “Están dinamitando unas rocas por ahí cerca para construir 
otro hotel”, sonrió.
En el Neptuno-Tritón, el adolescente 
suspicaz comunicó sus sospechas a los empleados del hotel. Se dio la 
alarma y desalojaron el local. Minutos después estalló la carga 
explosiva. Solo se reportaron pérdidas materiales, pero la descripción 
minuciosa del adolescente y la niña permitieron hacer el retrato hablado
 del terrorista, lo que luego facilitó su detención.
En las otras dos instalaciones turísticas se reportan once heridos, algunos de gravedad, y un fallecido: Fabio Di Celmo.
A resguardo de la justicia, protegido por
 la CIA y sectores influyentes en Wahington, Posada ofrecía entrevistas a
 periódicos y canales televisivos. “Cualquier hecho dentro del 
territorio cubano en contra del régimen de La Habana, me responsabilizo
 totalmente”, declaró. Al The New York Times dijo: “Es triste de que 
alguien haya muerto, ese italiano estaba en el lugar equivocado en el 
momento equivocado”. Confesó no tener remordimientos por tantas víctimas
 sobre su conciencia: “Duermo como un bebé”.

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