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Por Hedelberto López Blanch
A pesar del enorme y feroz bloqueo económico-financiero que mantiene Estados Unidos contra Cuba desde hace 60 años y que se ha reforzado al extremo desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, el Gobierno de la Isla ha hecho un enorme esfuerzo y un gasto económico inmenso para darle atención a toda la población, sin excepción, desde que se detectó la entrada de la Covid-19 en el territorio.
Durante la 73ra. Asamblea Mundial de la
Salud, el ministro cubano del ramo, doctor José Ángel Portal Miranda, explicó
que cuando se diagnosticaron los primeros casos, el pasado 11 de marzo, ya se
aplicaban medidas del Plan Nacional elaborado en consonancia con los protocolos
y buenas prácticas de la OMS y su seguimiento diario permitió reforzar la
vigilancia epidemiológica, garantizar el diagnóstico temprano y el tratamiento
oportuno de la enfermedad.
De entonces a la fecha, en Cuba se han
atendido, hospitalizados o aislados en centros especializados a todos los
pacientes que han contraído o son sospechosos de haber tenido contacto con
personas que portaran el virus.
A la par, se han hecho numerosas pruebas
dentro de las poblaciones donde algún ciudadano ha dado positivo a la Covid-19
para tratar de contener la proliferación del virus.
Toda esa operación, que reclaman enormes
recursos financieros y de atención médica, farmacéutica y alimenticia, las ha
asumido el Estado en su totalidad y se le ha brindado al pueblo completamente
gratis.
Darle atención especializada de salud,
administración de ultra novedosos medicamentos y alimentación en hospitales y
centros de aislamientos requieren de un costo económico astronómico que Cuba lo
ha hecho con la satisfacción de salvar vidas por encima de cualquier razón económica.
En el mundo sobran ejemplos de la
desatención que han tenido ciudadanos de algunos países a los que no se le
hacen pruebas de diagnóstico si no pagan una abultada suma de dinero, y si son hospitalizados
el costo puede alcanzar los 30 000 dólares. Si fallecen sus cuerpos pueden
permanecer largo tiempo en las casas o en carros refrigerados para
posteriormente ir a parar a fosas comunes.
La implementación puesta en marcha en
Cuba, como explicó el doctor Portal Miranda, se apoya en un sistema de Salud
gratuito y resiliente, con un indicador de nueve médicos por cada mil
habitantes que permite una cobertura al ciento por ciento de la población; y
también en una industria medico-farmacéutica y biotecnológica, con productos
novedosos para el tratamiento de la enfermedad como el interferón alfa 2B, los
anticuerpos monoclonales, el péptico CIGB 258 y el surfacén.
Gracias a ello, se ha logrado que el
país esté actualmente en un escenario favorable en el enfrentamiento a la
pandemia y que esta no se haya extendido.
Dentro de la política social, premisa
fundamental de la Revolución, el Gobierno no dejó desamparado a los
trabajadores y jubilados y se implementaron 36 medidas de carácter laboral,
salarial y de seguridad social para protegerlos.
Una de las más destacadas es que en los
primeros meses recibieran sueldos completos los empleados que debieron ir para
sus casas debido al cierre de empresas y prestaciones de servicios por la Covid
y después reciben el 60 % hasta que dure la situación.
Se fomentó el trabajo a distancia, el
teletrabajo y la reubicación laboral; ampliación de las garantías salariales
para los trabajadores al cuidado de hijos menores, de adultos mayores y
personas en condiciones de fragilidad, exoneración del pago de impuestos a
trabajadores del sector no estatal.
Asimismo, se mantiene el pago de
pensiones y atenciones especiales a las familias que lo requiere; subsidio a
los trabajadores que enfermaron y protege salarialmente a los que estuvieron en
aislamiento preventivo, entre otras.
Sin pedir limosnas, con estoicismo,
austeridad como ha hecho siempre ante las enormes dificultades que le ha
provocado al país y a sus habitantes el inhumano y monstruoso bloqueo
económico, Cuba esta saliendo airosa de esta enorme prueba de fuego, siempre contando
con el apoyo solidario de países y ciudadanos del mundo que ven en la Isla un
faro de luz, esperanza, independencia y soberanía que ella irradia por el
planeta.
Estados Unidos, la mayor economía del
orbe que ha hecho lo imposible por tratar de derrocar a la Revolución cubana,
aparece hoy como el centro de la pandemia con alrededor de cuatro millones de
contagiados, cerca de 145 000 muertos, y hospitales y cementerios colapsados.
La privatización de la salud pública y
la poca voluntad política de los gobernantes en varios países con sistemas
neoliberales ha corroborado las enormes diferencias existentes entre las
personas ricas y las mayorías desfavorecidas.
Cuba es ejemplo para los pueblos del
mundo por preservar y salvar la vida de sus ciudadanos y de otros países lo
cual habla del enorme espíritu humanista y solidario de su revolución, muy por
encima de las leyes de mercado que el capitalismo ha estado imponiendo en las
últimas décadas.
Y no solo la Isla del Caribe ha puesto a
disposición de su pueblo todos los adelantos de la ciencia, sino que también
por la vocación solidaria de la Revolución, ha enviado brigadas sanitarias para
ayudar a otros países.
Datos del Ministerio de Salud destacan que más de 2 500 colaboradores, organizados en 34 brigadas del contingente Henry Reeve, contribuyen hoy en la lucha contra esta enfermedad en 28 naciones. A ellos se suman alrededor de 28 500 profesionales de la Salud que ya se encontraban en 59 países.
Se puede afirmar con sentido de causa que el ejemplo de esta pequeña isla del Caribe, asediada y bloqueada por el imperio más feroz que ha existido en la faz de la tierra, será reconocido y recordado por toda la Humanidad.
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