Por Gustavo de la Torre Morales.
Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad, EEUU ha acumulado el mayor récord en lanzar toneladas de bombas sobre otros países, récord en intervencionismo militar que han llegado a llamarles con el eufemismo de "intervención humanitaria", récord en injerencias y complots de espionajes, récord de asesoramiento y ejecución de golpes de Estado contra otras naciones, récord en la creación y finanCIAción de grupúsculos u organizaciones terroristas, récord en la aplicación de sanciones y medidas restrictivas o bloqueos económicos como fórmula de presión y chantaje, récord en asesinatos extrajudiciales de dirigentes políticos, sindicales o diplomáticos.
Incluso, EEUU tiene récord en medios de prensa
y alternativos finanCIAdos, los cuales ayudan a promover burdas manipulaciones.
Medios y espacios que sirven de instrumentos de engaño, que facilitan la
divulgación de justificaciones que tapen o disimulen las barbaries, cuyos
crímenes recibirían una abierta condena mundial, si los "motivos" no
fuesen construidos sobre pilares de MENTIRAS y los verdaderos objetivos
tergiversados.
Pero, EEUU también tiene su récord en ROBAR
recursos ajenos, tanto humanos como naturales.
En estos últimos días, el Sr. Trump-etilla
aprueba la práctica de una escalada de provocaciones belicistas contra la
hermana República Bolivariana de Venezuela y en arrogante arrebato de señorío
del mundo, ordena el ASESINATO extrajudicial de pescadores en el Caribe, bajo
el amparo (sin evidencia o prueba alguna) de "combatir contra" el
narcotráfico.
Abogándose "el derecho divino",
dispuso el despliegue de un cerco militar en aguas internacionales (léase bien_
INTERNACIONALES_ lo que significa que no son propiedad ni están bajo la
administración de EEUU); también ordenó el cierre del espacio aéreo de una
nación soberana y prohibió el tránsito de tanqueros desde y hacia la República
Bolivariana de Venezuela.
Para una demostración más aberrante de su
patología señoril, hasta se atreve a reclama la "devolución" de un
petróleo que se encuentra en subsuelo venezolano, como si le perteneciera.
El corolario monroísta de Trump-etilla
atropella cualquier opinión del propio Congreso estadounidense y con sus
órdenes ejecutivas arrastra a su país a un conflicto bélico que su población
rechaza tajantemente. Y esto se ha manifestado en múltiples concentraciones en
más de sesenta ciudades en EEUU.
En otros países también se están dando
manifestaciones con un claro mensaje de total rechazo a esa política de la
actual administración estadounidense.
Congresistas y políticos estadounidenses han
hecho declaraciones públicas de rechazo y vergüenza por la deriva que lleva el
Sr. Trump-etilla.
El secuestro del tanquero Skipper, por parte de
operativos de la Guardia Costera estadounidense (esclarecer que operaron fuera
de las jurisdicciones de las costas de EEUU), se justificaron sobre la
"legalidad" del incumplimiento de "sanciones" adoptadas
unilateralmente por EEUU.
La prensa "libre", siguiendo el guion
trumpista y sumisa a los intereses imperialistas del Tío Sam, reproducen en sus
espacios la "noticia" como un "contrabando" o
"tráfico" de petróleo de "falsa bandera", conscientes del
negativo efecto de repercusión psicológica que tendrán dichos vocablos, y que
sus acepciones provocarían un intencionado rechazo o confusión en la opinión
pública; lo cual no es más que una construcción tergiversada de la realidad del
suceso: lo que se traduce, en lo que muy bien expuso el expresidente
ecuatoriano, Rafael Correa, en entrevista a TVE: es más bien una OPINIÓN
PUBLICADA, que siembran los medios para justificar sucios intereses.
¿Por qué ese servilismo y el uso
malintencionado de vocablos que nada tienen que ver con la realidad, que es
COMERCIO?
¿Qué organismo internacional sustenta como
"legal" las sanciones extraterritoriales, esa escalada de agresiones
guerreristas y la apropiación de más de dos (2) millones de barriles de crudo,
que NO SON PROPIEDAD de EEUU?
La excusa de "combatir el
narcotráfico" ya no sirve de atrezo para superponer una fachada a lo que
en realidad es la apropiación del petróleo existente en territorio venezolano y
que PERTENECE únicamente al pueblo de Venezuela.
Toda esa parafernalia y comparsa militarista estadounidense
con la firma de Trump-etilla es simplemente un acto de piratería y corso, muy propio
y natural de EEUU.
No es un procedimiento sólo de la actual
administración, sino una práctica que se ha hecho costumbrista del
imperialismo: intervienen con una falsa excusa, se apropian y ROBAN recursos
naturales ajenos.
Sólo hay que ver los ejemplos del petróleo en
Iraq, Kuwait y Siria, por citar ejemplos.
Ahora van por lo que se empeñan en denominar
"patio trasero": el litio y la mayor reserva de petróleo, que
casualmente está en suelo de la República Bolivariana de Venezuela: un país
independiente y soberano, con un gobierno que NO SE ARRODILLA al imperialismo.
Ya se ha permitido que EEUU apoye y justifique
el genocidio sionista para apoderarse de territorios palestinos y construir
allí (EEUU e Israel) su "paraíso" terrenal.
Ya se ha permitido que EEUU se apropie de las
llamadas tierras raras en Ucrania, usando a ese país como punta de lanza de la
OTAN, en el conflicto entre ese país con Rusia, lo cual ha dejado muy mal
parada a la Comunidad Europea, demostrando que sólo sirve de instrumento y para
obedecer.
Ya se ha permitido que EEUU firme beneficiosos
negocios de apropiación de recursos naturales en la República Democrática del
Congo (RDC), después que el Sr. Trump-etilla se diera bombo y platillo como
facilitador en la finalización de guerra entre la RDC y Ruanda.
No es intervenir por defender derechos humanos,
no es por defender la libertad de los pueblos, no es por combatir el
narcotráfico o derrocar dictaduras; sino por apoderarse de los recursos
naturales que saquen a flote la economía estadounidense y sustenten su forma de
vida consumista. Es por tener un estatus de poder militar que facilite las
amenazas o las intervenciones. Es para imponer gobiernos títeres que respondan
a los llamados "intereses de seguridad nacional estadounidenses". Es
para ROBAR lo ajeno.
Por lo anterior, invade, asesina, sanciona,
bloquea y destruye, apoyándose en la impunidad que ofrece su poderío.
Eso sí, un poderío que no tiene resistencia y
no se podrá frenar, si los pueblos no son capaces de luchar y resistir con la
UNIDAD.
Secundar y apoyar la barbarie imperialista es
ser cómplice y coautor del crimen contra el pueblo venezolano.
Ni la palabra de una pequeña turba de psicópatas
dirigidos por un lunático, ni el arrebato guerrerista de una vende patria
galardonada falsamente como "pacifista", pueden valer más que el
reclamo mundial de paz para el Caribe y Suramérica.
El fascismo no es el camino y convivir con este
torbellino de crímenes, tampoco.
Señores imperialistas ¡Váyanse pa'l carajo!
La República Bolivariana de Venezuela es un
proceso político que se construye sobre principios de paz.
Si el Sr. Trump-etilla realmente desea combatir
el narcotráfico, que empiece por limpiar a la DEA y la CIA de delincuentes. Si
desea, realmente, brindarle seguridad a la población estadounidense, que limpie
las calles de su país de mafias que residen allí y que distribuyen y venden las
drogas. Si desea que haya prosperidad económica para la familia estadounidense,
las millonarias sumas que destina a la industria bélica y a programas
subversivos y apoyo a grupúsculos terroristas, las debería redirigir a
programas sociales dentro de EEUU para combatir la pobreza que azota en ese
país.
La guerra y el latrocinio de lo ajeno no son garantes de paz ni seguridad para los EEUU.
Como dijo el apóstol José Martí, en su metáfora
escrita en el ensayo "Nuestra América": "los árboles se han de
ponerse en fila para que no pase el gigante de las siete leguas".
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