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jueves, 5 de noviembre de 2015

Barrios cubanos viven singular intercambio entre delegados y electores

Tomado de MONCADA, Lectores
Por Roberto Morejón
Editado por Maria Calvo.

Por estos días, los delegados electos en las circunscripciones cubanas en los comicios parciales de abril último rinden cuentas sobre su gestión a los vecinos, y por lo tanto se manifiesta la democracia popular.

El primer proceso de rendición de cuentas del delegado a sus electores correspondiente al decimosexto período de mandato implica que las personas escuchan, aprueban, opinan y hasta rechazan respetuosamente lo que consideran incorrecto.

Los delegados, quienes a su vez son miembros de los órganos municipales del Poder Popular en Cuba, son hombres y mujeres que en una cifra significativa tienen sus empleos y estudian.

Por lo tanto, no pueden desarrollar sus funciones a tiempo completo, pero en el disponible atienden los planteamientos de los electores sobre la marcha de la vida económica y social en la comarca y el ejercicio del gobierno.

Como aspecto novedoso, estudiantes universitarios acompañan el proceso actual en calidad de observadores y trasladarán a la Asamblea Nacional del Poder Popular experiencias y criterios para perfeccionar el ejercicio de gobierno popular.

El intercambio entre delegados y comunidades de base transcurre marcado por la singularidad del protagonismo juvenil y por desarrollarse en medio del perfeccionamiento que vive el sistema del Poder Popular.

El parlamento cubano está atento a los factores que lastran la labor de los delegados en los territorios y propicia una mejor preparación de esos esforzados ciudadanos.

Las autoridades cubanas pretenden lograr en el presente proceso un amplio intercambio entre la población y los elegidos el pasado 19 de abril y afianzar su papel de guías a la hora de coordinar esfuerzos para solucionar los problemas locales.

La confluencia de criterios es crucial en zonas con situaciones sociales complejas que tienen atención priorizada del gobierno, aunque no siempre se acopian todos los recursos para borrar las dificultades señaladas.

En ese caso el delegado debe explicar con argumentos sólidos lo ocurrido y canalizar la participación consciente del auditorio hacia nuevos propósitos en bien de la colectividad.

Entre ellos sobresale el enfrentamiento a las indisciplinas sociales, el delito y las ilegalidades y otros inconvenientes que afectan a la comunidad y dependen para su erradicación principalmente de la actuación de los propios vecinos.

Como el conjunto de electores y NO el delegado constituye la máxima autoridad de la circunscripción existe allí una fuerza apreciable para ejecutar obras de interés marcado social.

A la cabeza deben situarse los delegados, quienes, por supuesto, sienten que representar a la mayoría es una forma de sentirse útil y no defraudar la confianza depositada en ellos.

domingo, 28 de septiembre de 2014

Casal de Amistad con Cuba celebra el Aniversario de los CDR

El Casal d´Amistat amb Cuba, “José Sánchez “, de Santa Coloma reunió hoy día 28 de septiembre de 2014 a varios de sus miembros y otros invitados para celebrar otro aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y volvieron a confirmar el compromiso de apoyo a Cuba y de seguir trabajando, apoyados en todos aquellos que tomen el ejemplo solidario de Cuba para apoyar a los cubanos en la defensa de su Patria y soberanía.

Fotos: Gustavo de la Torre y Genoveva Rodíguez García

lunes, 30 de septiembre de 2013

La vigencia de los Comités


Tomado de Granma.
Por Jorge Lezcano Pérez *

Mientras existan en el hombre ansias de progreso, de superación, de perfeccio-namiento, tendrán una tarea los Comités de Defensa de la Revolución, esa concepción estratégica de Fidel, formulada el 9 de febrero de 1974, en la III Asamblea de Balance de los CDR es suficientemente definitoria para el análisis de la conducta renovadora que debe asumir hoy y siempre la organización cederista.

Según lo acordado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, están dirigidos a "actualizar el modelo económico cubano, con el objetivo de garantizar la continuidad e irreversibilidad del Socialismo, el desarrollo económico del país y la elevación del nivel de vida de la población, conjugados con la necesaria formación de valores éticos y políticos de nuestros ciudadanos".

De esta formulación se desprende que el reto que enfrenta nuestro pueblo y sus instituciones es el de perfeccionar el sistema político, equivalente a decir el modelo de democracia.

Todas estas definiciones dejan bien claro para los CDR y para todas las instituciones del país que la prioridad máxima de sus acciones tienen que estar dirigidas, con los métodos y funciones de cada cual, a garantizar la participación directa del pueblo, desde la comunidad, en la toma de decisiones estatales y administrativas, como genuina participación del pueblo en el ejercicio de gobierno.

Tal análisis no sería viable ni objetivo si no acudiéramos primeramente a las raíces que hicieron posible el surgimiento de la organización y su posterior desarrollo, convirtiéndose en un verdadero aporte de la Revolución, a la experiencia cada vez más rica de la humanidad. Ello nos permitirá no solo validar la afirmación de Fidel expresada el 10 de febrero de 1975, en el Pleno Nacional de los CDR: "(... ) mientras existan necesidades de la Revolución harán falta los Comités de Defensa de la Revolución", sino también afirmar que, ante todo, de lo que se trata es de encontrar los métodos, las ideas, el mensaje que posibilite la incorporación consciente de las masas cederistas en todas sus acciones.

Una mirada hacia los orígenes nos muestra elementos que hoy mantienen su total vigencia, tales como:

· El principio básico de la Revolución de apoyarse siempre en las masas.

· La confianza de Fidel, Raúl y el Partido en el pueblo y su sabiduría para interpretar sus aspiraciones.

· Necesidad en una Revolución como la nuestra, de encontrar las vías originales y autónomas para defenderse.

· Agrupar a la inmensa mayoría del pueblo, más de ocho millones de personas a partir de los 14 años de edad.

· El papel que juegan en la preparación del pueblo para la defensa, y en situaciones excepcionales como huracanes, epidemias u otras.

· Instrumento idóneo para enfrentar desde la comunidad las ilegalidades, actividades delictivas y de corrupción.

· Desempeñar un rol insustituible en la preparación política e ideológica y en la educación solidaria y antimperialista de nuestro pueblo.

· Capacidad inagotable para contribuir al fortalecimiento de la democracia socialista y a la vinculación del pueblo con sus órganos representativos.

· La estructura de base a nivel de cuadra que ninguna otra institución posee, que le permite ser la organización por excelencia de la comunidad, agrupar a todos los sectores de la sociedad y poder relacionarse y trabajar con la familia.

Si analizamos de conjunto cuántos de estos conceptos están vigentes en el contexto actual, ello permitiría a los Comités de Defensa de la Revolución colocarse a la altura del llamado del Partido para perfeccionar el Modelo Económico del país y, por ende, el Socialismo cubano.

La guía de cómo hacerlo ya la había definido Fidel en fecha tan temprana como el año 1961, en el discurso por el primer Aniversario de la organización: : "(... ) Que en el barrio vean al Comité de Defensa, todos los ciudadanos, como una organización que es amiga, como una organización revolucionaria, como una organización que está dispuesta a ayudar: aunque está dispuesta a actuar con toda la energía que sea necesaria cuando se lo ordena la Revolución".

La orientación es clara y precisa, de lo que se trata es identificar el cómo hacerla viable, cómo aplicarla en la práctica.

Ello requerirá, por tanto, creatividad e iniciativa para convertir al CDR en el principal sostén de la familia como célula fundamental de la sociedad, estimulándola, contribuyendo a su unidad, y convirtiéndose en su vehículo idóneo para que pueda manifestarse libre y conscientemente a favor de la defensa de la Revolución desde la cuadra, la comunidad, y el barrio. O sea, demostrando la plena e indestructible identidad Familia–Revolución, mediante acciones prácticas y cotidianas.

En esta dirección se inscribirán acciones que interesen y movilicen a niños, adolescentes y jóvenes, adultos y ancianos. Hay que tener en cuenta que no se trata de organizar actividades para ellos sino organizadas por ellos. Sin límites en las ideas ni en los ámbitos: culturales, deportivos, recreativos, sociales, ambientales, etc.

Hay que trabajar para hacer realidad el CDR solidario, el que apoya a las personas más desvalidas de la sociedad; el CDR que promueve la cooperación entre todos los vecinos y familias, el que siembra ética y valores con palabras pero con ejemplos y acciones también.

Hay que lograr que en todas las cuadras, niños y jóvenes estudien permanentemente la vida y obra de José Martí, no solo para conocerlo mejor sino para que conviertan sus pensamientos en acciones que hagan bien a sus familias y a sus semejantes. Haciéndolo como un disfrute y no como una tarea escolar.

Debe lograrse que los cederistas en cada cuadra cuiden su entorno, de la higiene que beneficia a todos, que no permitan que los menos conscientes dañen la salud de sus vecinos; lo que siempre ocurre cuando se violan las normas de convivencia social.

Hay que lograr que el CDR sienta orgullo por su escuela, que todos reconozcan que si se ha convertido en el principal centro cultural de la comunidad, en buena medida ha sido por las acciones realizadas por la organización cederista. ¿A quién puede intereresar más que el proceso docente educativo de la escuela del barrio, transcurra de manera óptima, que a los padres cederistas? Por tanto, vincularse a la escuela no se puede concebir como una tarea, para cumplir una orientación de arriba, sino como interés propio.

Si el delito y la corrupción han sido identificados por Fidel como un peligro real que puede hacer fracasar la Revolución, los CDR tienen que ser capaces de transmitir esa imagen sin falsas posturas ni formalidades. En esa dirección cobra vida la idea de un "traje" para cada CDR, la labor preventiva por encima de la punitiva, el hablar con franqueza y honestidad con cada familia.

Lograr alcanzar todos estos propósitos es traer el CDR a la actualidad, es revitalizarlo y fortalecerlo.

En el enfrentamiento al delito hay que abrirle un amplio espacio al combate de las ideas. En el CDR debe debatirse, hasta que quede claro para todos, que la "multa" en el comercio, el pagar por un servicio estatal gratis, el robo de los recursos del Estado, nos hace mucho daño, aunque de inmediato no parezca que hemos perdido algo propio.

Se trata de que en cada uno de esos hechos delictivos nos roban un pedazo de ética, de moral, de unidad; un pedazo de convicción del porqué luchamos por el Socialismo. Y la historia ha demostrado que cuando se pierde el sistema político, se pierden todas las demás conquistas. Algo parecido, quizás mucho más grave, ocurre con el fenómeno de la corrupción.

La corrupción es como una epidemia, empieza por un individuo y termina contagiando a miles. Mucho más allá de la grave afectación económica que causa al Estado, que quiere decir al pueblo (menos recursos para la salud, educación, transporte, vivienda, etc.), la corrupción desmoviliza la voluntad de trabajadores y pueblo, hace perder la confianza en las estructuras gubernamentales; es la filosofía de sálvese quien pueda: nada que ver con la sociedad que queremos para nosotros y para nuestros hijos.

Lograr el rechazo del barrio, la cuadra, la familia, la comunidad, a tan peligrosa práctica es tarea primordial del CDR hoy.

Si el sistema político cubano es sostenido por los órganos del Poder Popular que se afianza en la democracia participativa que debemos perfeccionar sistemáticamente, es obligación cederista contribuir a desatar la potencialidad existente en el Consejo Popular, cuyo órgano el CDR integra, pues desde este se promueve la participación popular para que las masas identifiquen los problemas que les afectan y participen en su solución; allí se controlan los recursos económicos ubicados en la comunidad y a los funcionarios que los administran. Por tanto, resulta obvio, que perfeccionar su papel en el Consejo Popular es un gran reto que en la actualidad tendrán que enfrentar los Comités de Defensa para continuar avanzando hacia el futuro.

No menos importante es que los CDR revitalicen, con acciones novedosas y creativas, su vinculación con el delegado del Poder Popular en cada circunscripción.

Junto a él hay que combatir el mal del burocratismo que corroe nuestras instituciones estatales y administrativas. Burocratismo que desmoviliza a las masas, que paraliza la creatividad de los cuadros para solucionar los problemas y necesidades del pueblo.

Si la democracia nuestra está basada fundamentalmente en la participación del pueblo en la toma de decisiones estatales y administrativas, si el delegado es el líder natural de la comunidad y el funcionario político-estatal elegido democráticamente por la población para que gestione la solución de sus problemas, hay que apoyarle de forma permanente para que el pueblo, de manera real y efectiva, directamente y mediante él, gobierne, controle y fiscalice al Estado y a las instituciones administrativas.

En la medida en que el vínculo CDR-delegado sea más estable y eficiente, ello contribuirá al fortalecimiento de la democracia y a la unidad del pueblo.

Ubicar a los CDR en el contexto actual y proyectarlos hacia el futuro requiere de un pensamiento científico y de una vinculación permanente con el pueblo, y también de un cambio total de pensar y actuar.


(*) Fue Coordinador Nacional de los CDR

sábado, 28 de septiembre de 2013

Raúl Castro: “Cuba no se someterá ante nadie”.

Preside Raúl Castro sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
El artista de la plástica Daussel Valdés entregó un cuadro al presidente Raúl Castro. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Tomado de CubaDebate.

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, afirmó este viernes en el Palacio de las Convenciones que la Isla no cederá ante ninguna presión externa y tampoco se someterá nunca ante nadie, en la primera sesión en plenario del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR).

“Cuba puede tener relaciones, basadas en el respeto mutuo, con todos los países del mundo, pero sometimiento, ¡ninguno!, y ante nadie”, aseveró.

Su sentencia sobrevino en medio de un intercambio espontáneo con los 460 delegados procedentes del todas las provincias, que aprovechó para precisar, en nombre de la dirección del país, la urgencia de dinamizar el funcionamiento y reajustar los métodos de trabajo de los CDR, acorde a las circunstancias sociales y políticas actuales.

Esto, después de recibir, también en nombre del líder de la Generación del Centenario Fidel Castro, un cuadro alusivo al lugar de nacimiento en Pinar del Río de su madre, Lina Ruz, entregado por Carlos Rafael Miranda, coordinador nacional de los CDR, y cuya autor es Daussel Valdés.

El también primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, afirmó que no hay fuerza capaz de destruir la capacidad y unión del pueblo cubano, y, por esa razón, se seguiría consultando la opinión de todos para perfeccionar la Revolución, como se hizo en el proceso de aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social.

Junto a él presidieron el foro José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del PCC y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular;  y la miembro del Buró Político del PCC y primera secretaria en La Habana, Mercedes López Acea, entre otros integrantes de la dirigencia política y gubernamental nacionales.

Raúl precisó que “el enemigo no dejará de trabajar, no va a cambiar”, pero la organización sí debería modificar sus estrategias para hacer frente a la subversión interna y externa que intenta flagelar a la nación.

“Hay que cambiar los métodos de lucha, el combate no”, acotó, y, en otro momento, exclamó que “a Cuba hay que respetarla”, frase que originó una de las varias ovaciones de los cederistas.

Además, destacó, anécdotas mediante, el desempeño de los CDR en la victoria cubana contra la invasión de mercenarios por Playa Girón, en abril de 1961, y la labor de las milicias revolucionarias durante el año previo a los sucesos en el sur de la provincia de Matanzas.

Fue ese instante cuando recordó que Fidel adiestró a un grupo de 12 milicianos de Pinar del Río, nombrado Los Malagones a propósito de uno de los apellidos del jefe (Leandro Rodríguez Malagón), cuyo combate contra los bandidos en el extremo occidental de Cuba originó la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias.

“Y ese es el ejército más poderoso que tenemos, el que está formado por ustedes (los integrantes de los CDR)”, puntualizó.

“Lo que hicieron en Libia y quieren hacer ahora en Siria, es lo que siempre han querido en Cuba desde el mismo triunfo de la Revolución, pero este pueblo no lo permitirá”, aseguró Raúl, que anunció su presencia en otro momento del Congreso y fue despedido del Palacio de las Convenciones con vítores y consignas de los congresistas.

El Congreso comenzó la víspera y sesionó en tres comisiones hasta la mañana de este viernes, cuando, además de un segundo momento en horario vespertino para el debate en plenario, se presentará, votará y aprobará la candidatura a miembros de la Dirección Nacional de los CDR.

La lucha contra las ilegalidades y las indisciplinas sociales, ha estado en el vórtice de las intervenciones de un Congreso que concluye el sábado y cuenta con la asistencia de delegaciones de España, Venezuela, Chile, Vietnam, Sudáfrica y otras hasta sumar diez países.

Preside Raúl Castro sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
 Sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
 Preside Raúl Castro sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
 Sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

 Sesión plenaria del VIII Congreso de los Comité de Defensa de la Revolución. Fotos: Ismael Francisco/Cubadebate.

martes, 20 de agosto de 2013

Mayor organización de masas en Cuba renueva estructura

Carlos Rafael Miranda, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR)

Tomado de Prensa Latina.

Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), mayor organización de masas de Cuba, adelantan un proceso de reordenamiento estructural y renuevan su dirigencia de base para hacer más eficaz su labor.

El coordinador nacional de los CDR, Carlos Rafael Miranda, explicó que durante un proceso asambleario se logró la renovación de aproximadamente del 60 por ciento de los cargos de dirección (de base), de los cuales el 38,5 por ciento son menores de 40 años, y las mujeres constituyen más del 50.

También se readecua la estructura de la organización, que agrupa en su seno al 92,6 por ciento de la población mayor de 14 años, con el objetivo de hacerla más funcional para acometer los nuevos desafíos, indicó.

Como mayor organización de masas de la nación (con más de ocho millones de miembros), los CDR están llamados a desempeñar un importante papel en la batalla contra las indisciplinas sociales y las ilegalidades a la que nos convoca la dirección del país, recalcó Miranda citado por el diario Granma.

Los CDR, conjuntamente con la Federación de Mujeres Cubanas, lanzaron recientemente una convocatoria para combatir "sin tregua contra las indisciplinas sociales", y rescatar el orden, la convivencia y la educación formal en la nación antillana.

Puntualiza el rotativo que los días 26, 27 y 28 de septiembre próximo, el Palacio de Convenciones de La Habana acogerá el VIII Congreso de los CDR, en el cual 500 delegados e invitados de todo el país analizarán la labor desarrollada y trazarán estrategias de trabajo para los próximos años.

Los CDR fueron creados el 28 de septiembre de 1960 por el líder de la Revolución, Fidel Castro.

La organización -en la cual sus integrantes ingresan de manera voluntaria- tiene entre sus prioridades la movilización popular a través del contacto directo con las personas y las familias que interactúan en la comunidad.

En su actuar cotidiano los CDR colaboran en la prevención de delitos en los barrios, promueven las donaciones de sangre, velan por la limpieza e higiene, ayudan en los censos de población y vivienda, en las campañas de vacunación, en la lucha antivectorial, en las tareas de la Defensa Civil y en los procesos electorales.

lac/joe

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