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martes, 22 de octubre de 2019

Una cena solidaria de apoyo a la Operación Milagro


Tomado del Blog Casal Català-Cubà de Barcelona
Por Gustavo de la Torre Morales

“Sueña y serás libre en espíritu, lucha y serás libre en vida”
Ernesto Che Guevara.

El 12 de octubre, mientras hay quien alaba el “Día de la Raza” o de “la Hispanidad” para festejar la gran conquista alcanzada a través del genocidio, la esclavitud y el latrocinio; hay muchas otras que celebran causas justas y humanitarias con el simple objetivo de  sembrar esperanzas.

viernes, 6 de octubre de 2017

Comunicado de Comunistes de Catalunya en el 50 aniversario del asesinato del Che


Tomado de Comunistes de Catalunya

El ansiado reclamo a la paz continúa enfrentando, en desigual batalla, a quienes ostentan el poder económico y extienden sus tentáculos para seguir haciendo de la guerra un negocio, sin importar la suerte de los pueblos. Los mecanismos de dominación capitalistas convergen finalmente en las guerras imperialistas.

Ernesto “Che” Guevara, digno paradigma de revolucionario, motivado principalmente por su gran humanismo, no vaciló en su condición de justa rebeldía para denunciar, en noviembre de 1964 y en nombre de los pueblos, que es “la naturaleza del imperialismo la que bestializa a los hombres, las que las convierte en fieras sedientas de sangre, que apuestan dispuestas a degollar, asesinar, a destruir”.

domingo, 27 de noviembre de 2016

El Fidel que conocí


Tomado de ALAI. Agencia Latino Americana de Información.
Por Ignacio RamonetDirector de "Le Monde diplomatique en español".

Fidel ha muerto, pero es inmortal. Pocos hombres conocieron la gloria de entrar vivos en la leyenda y en la historia. Fidel es uno de ellos. Perteneció a esa generación de insurgentes míticos – Nelson Mandela, Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Che Guevara, Camilo Torres, Turcios Lima, Ahmed Ben Barka – que, persiguiendo un ideal de justicia, se lanzaron, en los años 1950, a la acción política con la ambición y la esperanza de cambiar un mundo de desigualdades y de discriminaciones, marcado por el comienzo de la guerra fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

En aquella época, en más de la mitad del planeta, en Vietnam, en Argelia, en Guinea-Bissau, los pueblos oprimidos se sublevaban. La humanidad aún estaba entonces, en gran parte, sometida a la infamia de la colonización. Casi toda África y buena porción de Asia se encontraban todavía dominadas, avasalladas por los viejos imperios occidentales. Mientras las naciones de América Latina, independientes en teoría desde hacía siglo y medio, seguían explotadas por privilegiadas minorías, sometidas a la discriminación social y étnica, y a menudo marcadas por dictaduras cruentas, amparadas por Washington.

Fidel soportó la embestida de nada menos que diez presidentes estadounidenses (Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan, Bush padre, Clinton y Bush hijo). Tuvo relaciones con los principales líderes que marcaron el mundo después de la Segunda Guerra mundial (Nehru, Nasser, Tito, Jrushov, Olaf Palme, Ben Bella, Boumedienne, Arafat, Indira Gandhi, Salvador Allende, Brezhnev, Gorbachov, François Mitterrand, Juan Pablo II, el rey Juan Carlos, etc.). Y conoció a algunos de los principales intelectuales y artistas de su tiempo (Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Miller, Pablo Neruda, Jorge Amado, Rafael Alberti, Guayasamín, Cartier-Bresson, José Saramago, Gabriel García Márquez, Eduardo Galeano, Noam Chomsky, etc.).

Bajo su dirección, su pequeño país (100 000 km2, 11 millones de habitantes) pudo conducir una política de gran potencia a escala mundial, echando hasta un pulso con Estados Unidos cuyos dirigentes no consiguieron derribarlo, ni eliminarlo, ni siquiera modificar el rumbo de la Revolución cubana. Y finalmente, en diciembre de 2014, tuvieron que admitir el fracaso de sus políticas anticubanas, su derrota diplomática e iniciar un proceso de normalización que implicaba el respeto del sistema político cubano.

En octubre de 1962, la Tercera Guerra Mundial estuvo a punto de estallar a causa de la actitud del gobierno de Estados Unidos que protestaba contra la instalación de misiles nucleares soviéticos en Cuba. Cuya función era, sobre todo, impedir otro desembarco militar como el de Playa Girón (bahía de Cochinos) u otro directamente realizado por las fuerzas armadas estadounidenses para derrocar a la revolución cubana.

Desde hace más de 50 años, Washington (a pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas) le impone a Cuba un devastador embargo comercial -reforzado en los años 1990 por las leyes Helms-Burton y Torricelli- que obstaculiza su desarrollo económico normal. Con consecuencias trágicas para sus habitantes. Washington sigue conduciendo además una guerra ideológica y mediática permanente contra La Habana a través de las potentes Radio “Martí” y TV “Martí”, instaladas en La Florida para inundar a Cuba de propaganda como en los peores tiempos de la guerra fría.

Por otra parte, varias organizaciones terroristas – Alpha 66 y Omega 7 – hostiles al régimen cubano, tienen su sede en La Florida donde poseen campos de entrenamiento, y desde donde enviaron regularmente, con la complicidad pasiva de las autoridades estadounidenses, comandos armados para cometer atentados. Cuba es uno de los países que más víctimas ha tenido (unos 3 500 muertos) y que más ha sufrido del terrorismo en los últimos 60 años.

Ante tanto y tan permanente ataque, las autoridades cubanas han preconizado, en el ámbito interior, la unión a ultranza. Y han aplicado a su manera el viejo lema de San Ignacio de Loyola: “En una fortaleza asediada, toda disidencia es traición.” Pero nunca hubo, hasta la muerte de Fidel, ningún culto de la personalidad. Ni retrato oficial, ni estatua, ni sello, ni moneda, ni calle, ni edificio, ni monumento con el nombre o la figura de Fidel, ni de ninguno de los líderes vivos de la Revolución.

Cuba, pequeño país apegado a su soberanía, obtuvo bajo la dirección de Fidel Castro, a pesar del hostigamiento exterior permanente, resultados excepcionales en materia de desarrollo humano: abolición del racismo, emancipación de la mujer, erradicación del analfabetismo, reducción drástica de la mortalidad infantil, elevación del nivel cultural general… En cuestión de educación, de salud, de investigación médica y de deporte, Cuba ha obtenido niveles que la sitúan en el grupo de naciones más eficientes.

Su diplomacia sigue siendo una de las más activas del mundo. La Habana, en los años 1960 y 1970, apoyó el combate de las guerrillas en muchos países de América Central (El Salvador, Guatemala, Nicaragua) y del Sur (Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina). Las fuerzas armadas cubanas han participado en campañas militares de gran envergadura, en particular en las guerras de Etiopia y de Angola. Su intervención en este último país se tradujo por la derrota de las divisiones de élite de la Republica de África del Sur, lo cual aceleró de manera indiscutible la caída del régimen racista del apartheid.

La Revolución cubana, de la cual Fidel Castro era el inspirador, el teórico y el líder, sigue siendo hoy, gracias a sus éxitos y a pesar de sus carencias, una referencia importante para millones de desheredados del planeta. Aquí o allá, en América Latina y en otras partes del mundo, mujeres y hombres protestan, luchan y a veces mueren para intentar establecer regímenes inspirados por el modelo cubano.

La caída del muro de Berlín en 1989, la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y el fracaso histórico del socialismo de Estado no modificaron el sueño de Fidel Castro de instaurar en Cuba una sociedad de nuevo tipo, más justa, más sana, mejor educada, sin privatizaciones ni discriminaciones de ningún tipo, y con una cultura global total.

Hasta la víspera de su fallecimiento a los 90 años, seguía movilizado en defensa de la ecología y del medio ambiente, y contra la globalización neoliberal, seguía en la trinchera, en primera línea, conduciendo la batalla por las ideas en las que creía y a las cuales nada ni nadie le hizo renunciar.

En el panteón mundial consagrado a aquellos que con más empeño lucharon por la justicia social y que más solidaridad derrocharon en favor de los oprimidos de la Tierra, Fidel Castro - le guste o no a sus detractores - tiene un lugar reservado.

Lo conocí en 1975 y conversé con él en múltiples ocasiones, pero, durante mucho tiempo, en circunstancias siempre muy profesionales y muy precisas, con ocasión de reportajes en la isla o la participación en algún congreso o algún evento. Cuando decidimos hacer el libro “Fidel Castro. Biografía a dos voces” (o “Cien horas con Fidel”), me invitó a acompañarlo durante días en diversos recorridos. Tanto por Cuba (Santiago, Holguín, La Habana) como por el extranjero (Ecuador). En coche, en avión, caminando, almorzando o cenando, conversamos largo. Sin grabadora. De todos los temas posibles, de las noticias del día, de sus experiencias pasadas y de sus preocupaciones presentes. Que yo reconstruía luego, de memoria, en mis cuadernos. Luego, durante tres años, nos vimos muy frecuentemente, al menos varios días, una vez por trimestre.

Descubrí así un Fidel íntimo. Casi tímido. Muy educado. Escuchando con atención a cada interlocutor. Siempre atento a los demás, y en particular a sus colaboradores. Nunca le oí una palabra más alta que la otra. Nunca una orden. Con modales y gestos de una cortesía de antaño. Todo un caballero. Con un alto sentido del pundonor. Que vive, por lo que pude apreciar, de manera espartana. Mobiliario austero, comida sana y frugal. Modo de vida de monje-soldado.

Su jornada de trabajo se solía terminar a las seis o las siete de la madrugada, cuando despuntaba el día. Más de una vez interrumpió nuestra conversación a las dos o las tres de la madrugada porque aún debía participar en unas “reuniones importantes”…Dormía sólo cuatro horas, más, de vez en cuando, una o dos horas en cualquier momento del día.

Pero era también un gran madrugador. E incansable. Viajes, desplazamientos, reuniones se encadenaban sin tregua. A un ritmo insólito. Sus asistentes – todos jóvenes y brillantes de unos 30 años – estaban, al final del día, exhaustos. Se dormían de pie. Agotados. Incapaces de seguir el ritmo de ese infatigable gigante.

Fidel reclamaba notas, informes, cables, noticias, estadísticas, resúmenes de emisiones de televisión o de radio, llamadas telefónicas... No paraba de pensar, de cavilar. Siempre alerta, siempre en acción, siempre a la cabeza de un pequeño Estado mayor – el que constituían sus asistentes y ayudantes – librando una batalla nueva. Siempre con ideas. Pensando lo impensable. Imaginando lo inimaginable. Con un atrevimiento mental espectacular.

Una vez definido un proyecto. Ningún obstáculo lo detenía. Su realización iba de sí. “La intendencia seguirá” decía Napoleón. Fidel igual. Su entusiasmo arrastraba la adhesión. Levantaba las voluntades. Como un fenómeno casi de magia, se veían las ideas materializarse, hacerse hechos palpables, cosas, acontecimientos.

Su capacidad retórica, tantas veces descrita, era prodigiosa. Fenomenal. No hablo de sus discursos públicos, bien conocidos. Sino de una simple conversación de sobremesa. Fidel era un torrente de palabras. Una avalancha. Que acompañaba la prodigiosa gestualidad de sus finas manos.

La gustaba la precisión, la exactitud, la puntualidad. Con él, nada de aproximaciones. Una memoria portentosa, de una precisión insólita. Apabullante. Tan rica que hasta parecía a veces impedirle pensar de manera sintética. Su pensamiento era arborescente. Todo se encadenaba. Todo tenía que ver con todo. Digresiones constantes. Paréntesis permanentes. El desarrollo de un tema le conducía, por asociación, por recuerdo de tal detalle, de tal situación o de tal personaje, a evocar un tema paralelo, y otro, y otro, y otro. Alejándose así del tema central. A tal punto que el interlocutor temía, un instante, que hubiese perdido el hilo. Pero desandaba luego lo andado, y volvía a retomar, con sorprendente soltura, la idea principal.

En ningún momento, a lo largo de más de cien horas de conversaciones, Fidel puso un límite cualquiera a las cuestiones a abordar. Como intelectual que era, y de un calibre considerable, no le temía al debate. Al contrario, lo requería, lo estimulaba. Siempre dispuesto a litigar con quien sea. Con mucho respeto hacia el otro. Con mucho cuidado. Y era un discutidor y un polemista temible. Con argumentos a espuertas. A quien solo repugnaban la mala fe y el odio.

jueves, 25 de febrero de 2016

La causa justa de la excarcelación de la puertorriqueña Ana Belén Montes.

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«Ana Belén Montes fue detenida el 21 de septiembre de 2001. Acusada del delito de espionaje contra Estados Unidos en beneficio de Cuba, fue finalmente condenada en 2002 a cumplir 25 años de cárcel y cinco años adicionales de libertad vigilada por el delito de conspiración para espiar contra Estados Unidos, delito del cual se declaró culpable».
Tomado del blog MINH (Movimiento Independentista Nacional Hostaniano).
Por Alejandro Torres Rivera.
El 6 de febrero de 2004, en la Corte de Distrito Federal para el Distrito de Columbia, fue radicada una acusación (Indictment) contra Marta Rita Velázquez, conocida como Marta Rita Kviele o ¨Bárbara¨. Conforme al Cargo número Uno del pliego acusatorio, se alegó que Velázquez, una puertorriqueña nacida en Ponce, Puerto Rico, graduada de la Universidad de Princeton en Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos, que posteriormente obtuvo el título de abogada en la Universidad de Georgetown en Washington y un grado de maestría en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad John Hopkins, había violado las disposiciones de las leyes federales en la modalidad de ¨Conspiración para cometer espionaje¨.
Indica la acusación que Velázquez trabajó para la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID) ocupando distintas posiciones como abogada en Estados Unidos y América Central, en particular Nicaragua y Guatemala.
En la acusación de Velázquez, se indica que desarrolló una cercana amistad con Ana Belén Montes, una analista de la Agencia de Inteligencia de la Defensa de Estados Unidos, la cual también estudió en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad John Hopkins. Ana Belén Montes, nacida en Alemania de padres puertorriqueños, desde 1985 había comenzado a trabajar para dicha agencia como analista de inteligencia, desempeñándose a partir del año 1992 como especialista en asuntos cubanos. Como parte de las funciones llevadas a cabo en esos primeros años, Ana Belén Montes viajó a Cuba donde le fueron asignadas funciones dirigidas a estudiar el comportamiento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.
De acuerdo con la acusación, ambas realizaron tareas dirigidas a proveerle información clasificada por el gobierno de Estados Unidos como ¨secreta¨ o ¨altamente secreta¨ a agentes de inteligencia cubanos, que según Estados Unidos, comprometía su seguridad. La acusación de Velázquez la ubica como la persona que reclutó a Ana Belén Montes para llevar a cabo actividades de espionaje a favor de Cuba. Es importante señalar que la información suministrada por Ana Belén Montes al gobierno cubano, a diferencia de otras situaciones en las cuales espías estadounidenses o de otros países han sido acusados por lo mismo, no hubo beneficio económico de clase alguna para ésta. Sencillamente, lo que sí hubo, fue un acto de desprendimiento y solidaridad de su parte hacia el pueblo cubano y su Revolución.
Además de la información suministrada a funcionarios cubanos, a Ana Belén Montes se le acusó de revelar la identidad de varios agentes estadounidenses que a su vez espiaban para Estados Unidos en perjuicio de Cuba. Entre la información que se imputa puso Ana Belén en conocimiento al gobierno cubano se encuentra la ubicación de un campamento clandestino de fuerzas especiales de Estados Unidos en El Salvador durante la guerra civil y la entrega de información relacionada con la proyectada invasión de Estados Unidos a Afganistán.
Ana Belén Montes fue detenida el 21 de septiembre de 2001. Acusada del delito de espionaje contra Estados Unidos en beneficio de Cuba, fue finalmente condenada en 2002 a cumplir 25 años de cárcel y cinco años adicionales de libertad vigilada por el delito de conspiración para espiar contra Estados Unidos, delito del cual se declaró culpable.
En su alegato ante el tribunal sentenciador, Ana Belén explicó que sus acciones fueron llevadas a cabo por consideraciones morales, principalmente dada la política de Estados Unidos contra el pueblo cubano. Solidarizándose con el proceso cubano hasta al límite de ofrendar su libertad personal por Cuba, en una reflexión hecha por la prisionera a más de una década de distancia de su arresto, a raíz del restablecimiento de las relaciones políticas entre ambos países, indicó que "el silencio sobre Cuba se acabará y los ciudadanos norteamericanos que acudan a la Isla verán la generosidad de los cubanos y vivenciarán personalmente lo que allí ocurre". Sobre el futuro de las relaciones entre los dos  países,  ha indicado que no le importa "quién esté en el futuro; no es cuestión de nombres. Lo necesario es que haya Revolución Cubana siempre, a partir de la capacidad que se tenga para resolver los problemas".
Sobre los hechos que le han llevado a prisión, Ana Belén señaló que si se arrepintiera, se negaría a sí misma y se sentiría insatisfecha. A tales efectos expresó: "Siempre supe las consecuencias posibles de lo que hacía. Era un riesgo que tenía que correr… Hice lo que tenía que hacer".  De acuerdo con la prisionera política, al defender a Cuba, "también defendía al pueblo norteamericano".
En una entrevista efectuada estando en prisión por el periodista Conte Nieves, indicó que las condiciones bajo las cuales se encuentra son de extrema presión psicológica. De hecho, se le mantiene en una instalación correccional de máxima seguridad para personas afectadas emocionalmente, algunas de ellas con comportamiento violento. Indica que no tiene contacto con el mundo salvo el que se imagina. Aun así, sigue creyendo en la Revolución Cubana como una "utopía revolucionaria" que los cubanos supieron convertir en una realidad.
Describiendo su situación en prisión Ana Belén señala lo siguiente: 
«Psicológicamente el internamiento tiene un impacto. Lo más importante es el no poder comunicarme con ninguna persona. Es por eso que tengo mis largos monólogos. Tengo a mi favor, aunque no es lo mismo, que estoy acostumbrada a vivir sola. Y hay algo interesante. En la sociedad norteamericana uno está rodeado de gente, pero en ocasiones está muy sólo. Por momentos a lo largo de la vida tuve esa vivencia. La sociedad norteamericana está llena de matices y uno de ellos puede ser la soledad ¨acompañada´ que en ocasiones se percibe. Estoy convencida de que el gobierno norteamericano quiere embotarme sensorialmente: que deje de escuchar, de sentir, de hablar, de oler, de ver y pensar. No lo van a lograr. Como todo ser humano a lo largo de mi vida he tenido mis momentos de desajustes, pero tengo la inteligencia suficiente para llamarme a capítulo y asumir autocontrol de mis acciones. Es un reto subsistir. Otros lo han logrado. Yo también lo lograré».
La historia de Ana Belén Montes es básicamente desconocida para el pueblo puertorriqueño. Se trata de una boricua que, habiendo accedido a altísimos niveles dentro de una de las estructuras de inteligencia de Estados Unidos, logró en el proceso sensibilizarse sobre la situación del pueblo Cubano y la política injusta de Estados Unidos hacia su Revolución. Ese desarrollo en su conciencia le llevó a desbordar la misma en solidaridad con la que la propia Ana Belén define como "la Isla", y proteger su Revolución como si fuera esa, en el decir de Hostos, su "Madre Isla". "Silenciarme no será posible", ha indicado Ana Belén. "Mi acto de compromiso con la Isla es un hecho imposible de desconocer". Por eso en la breve entrevista hecha por Conte Nieves, el corresponsal señala: "Ana nunca más estará callada. Siempre alguien en algún lugar del mundo tomará sus ideas para divulgarlas".
En su alocución ante el juez sentenciador, con voz firme y pausada, Ana Belén explicó el porqué de sus acciones. Por la importancia que le adjudicamos a sus palabras las transcribimos textualmente:
"Existe un proverbio italiano que quizá sea el que describe mejor la forma en lo que yo creo: Todo el mundo es un solo país. En ese ´país mundial´ el principio de amar al prójimo tanto como se ama a uno mismo resulta una guía esencial para las relaciones armoniosas entre todos nuestros ´países vecinos´."
"Este principio implica tolerancia y entendimiento para las diferentes formas de actuar de los otros. Él establece que nosotros tratemos a otras naciones en la forma en que deseamos ser tratados, con respeto y consideración. Es un principio que, desgraciadamente, yo considero nunca hemos aplicado a Cuba.
"Honorable, yo me involucré en la actividad que me ha traído ante usted porque obedecí mi conciencia más que obedecer la ley. Yo considero que la política de nuestro gobierno hacia Cuba es cruel e injusta, profundamente inamistosa. Me consideré moralmente obligada de ayudar a la isla a defenderse de nuestros esfuerzos de imponer en ella nuestros valores y nuestro sistema político.
"Nosotros hemos hecho gala de intolerancia y desprecio hacia Cuba durante cuatro décadas. Nosotros nunca hemos respetado el derecho de Cuba a definir su propio destino, sus propios ideales de igualdad y justicia. Yo no entiendo cómo nosotros continuamos tratando de dictar cómo Cuba debe seleccionar sus líderes, quiénes no deben ser sus dirigentes y qué leyes son las más adecuadas para dicha nación, ¿Por qué no los dejamos decidir la forma en que desean conducir sus asuntos internos, como Estados Unidos ha estado haciendo durante más de dos siglos?
"Mi mayor deseo sería ver que surja una relación amistosa entre Estados Unidos y Cuba. Espero que mi caso, en alguna manera, estimule a nuestro gobierno para que abandone su hostilidad en relación con Cuba y trabaje conjuntamente con La Habana, imbuido de un espíritu de tolerancia, respeto mutuo y entendimiento.
"Hoy vemos más claro que nunca que la intolerancia y el odio—por individuos o gobiernos—lo único que disemina es dolor y sufrimiento. Espero que Estados Unidos desarrolle una política con Cuba fundamentada en el amor al vecino, una política que reconozca que Cuba, como cualquier otra nación, quiere ser tratada con dignidad y no con desprecio.
"Una política como esa llevaría nuevamente a nuestro gobierno a estar en armonía con la compasión y la generosidad del pueblo estadounidense. Ella permitiría a los cubanos y estadounidenses el aprender cómo compartir unos con otros. Esto permitiría que Cuba abandone sus medidas defensivas y experimente cambios más fácilmente. Y esto permitiría que los dos vecinos trabajen conjuntamente y con otras naciones para promover la amistad y cooperación en nuestro ´país mundial´ y en nuestra ´patria mundial."
La causa de la lucha por la excarcelación de Ana Belén Montes es una lucha justa que debe ser abrazada por nuestro pueblo con  la misma intensidad que en el pasado hemos luchado por la excarcelación de otros prisioneros políticos. Después de todo, el acto de conciencia que le llevó hace más de una década a prisión ha sido reivindicado hace apenas catorce meses con el paso dado por los presidentes de Estados Unidos y Cuba dirigidos al inicio del proceso de restablecimiento de relaciones políticas entre ambos países.
Sumemos hoy nuestras voces en un reclamo firme al gobierno de Estados Unidos por la libertad de Ana Belén Montes.

lunes, 18 de enero de 2016

Declaración de Oscar López Rivera sobre Ana Belén Montes

Osacar López y ana Belén
Dos paradigmas de dignidad: Oscar López y Ana Belén
Tomado de Bohemia, Revista de Actualidad General.
Por Liset García
El amigo Ernesto Robles, de la Mesa de Trabajo por Ana Belén Montes en Puerto Rico, acaba de enviar al héroe cubano René González, para que la circule, una declaración de Oscar López Rivera, el patriota puertorriqueño preso en Estados Unidos hace 34 años.
Resalta la calidez del reclamo de este hombre, quien permanece confinado, pese a las voces que exigen justicia para él desde diversas partes del mundo. Ahora, él también se ha sumado a la batalla por la excarcelación de su coterránea Ana Belén Montes.
Declaración de Oscar López Rivera sobre Ana Belén Montes:
“En otra nota, varios compañeros y amigos me han preguntado como me siento teniendo el nombre de Ana Belén Montes al lado del mío en la campaña por mi excarcelación. Para mí seria un gran honor. Creo que todo puertorriqueño que ame la justicia y la libertad debe estar orgulloso de Ana Belén. Lo que ella hizo fue más que heroico. Ella hizo lo que toda persona que  cree en la paz, la justicia y la libertad y en el derecho de toda nación a gobernarse a sí misma en la mejor forma posible y sin  la intervención o amenaza de nadie, hubiese hecho. Ella hizo lo que hizo porque sabía que el gobierno de Estados Unidos tenía la intención de destruir al gobierno cubano e imponer sobre el pueblo cubano un sistema diseñado por Wáshington, otro cambio de régimen. Los objetivos del gobierno estadounidense eran criminales y si ella no hubiese actuado como actuó habría apoyado esos actos. Vamos todos a estar orgullosos de ella, a apoyarla y demandar su excarcelación.”
Oscar López Rivera

miércoles, 18 de marzo de 2015

Declaración de la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP)

Foto presidencial en la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estados y de Gobierno del ALBA. Foto: Estudios Revolución
Tomdo de Juventud Rebelde.

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno, representantes de los países miembros del ALBA, reunidos el 17 de marzo de 2015 en Caracas, República Bolivariana de Venezuela, declaramos:

1. Nuestro rechazo a la Orden Ejecutiva emitida el 9 de marzo de 2015 por el Gobierno de Estados Unidos de América, sobre la base de que esta Orden Ejecutiva es injustificada e injusta, que constituye una amenaza  de interferencia contra el principio de soberanía y el principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados.

2. Nuestro compromiso con la aplicación del derecho internacional, resolución pacífica de los conflictos y los principios de no intervención y llaman a los gobiernos a actuar en el marco de los principios universales y la carta de las Naciones Unidas, en particular la necesidad y la disposición de los gobiernos de abstenerse del uso de recursos coercitivos unilaterales que violen el derecho internacional.

3. Nuestra solicitud soberana y sincera al gobierno de Estados Unidos para acoger y establecer el diálogo con el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela como alternativa al conflicto y a la confrontación, fundamentada en el respeto permanente de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos y los estados-naciones independientes.

4. Nuestra propuesta de conformar un Grupo de Facilitadores de nuestro hemisferio y sus instituciones (CELAC, UNASUR, ALBA-TCP y CARICOM) para facilitar una diplomacia de compromiso entre los gobiernos de Estados Unidos de América y de la República Bolivariana de Venezuela para aliviar las tensiones y garantizar la resolución amigable.

En tal sentido, decidimos:

1. Ratificar nuestro compromiso y apoyo irrestricto con la hermana República Bolivariana de Venezuela, en la búsqueda de los mecanismos de diálogo con el Gobierno de los Estados Unidos, para que cesen las agresiones de este gobierno contra Venezuela.

2. Reafirmar que América Latina y el Caribe es una Zona de Paz, donde las naciones impulsan procesos de integración y relaciones de amistad, con el fin de seguir garantizando la mayor suma de felicidad para nuestros pueblos.

3. Enfatizar que la hermana República Bolivariana de Venezuela no representa amenaza para ningún país, siendo una nación solidaria que ha demostrado su voluntad de cooperación con los Pueblos y Gobiernos de toda la región, convirtiéndose en garantía para la Paz Social y la estabilidad en nuestro continente.

4. Exigir al Gobierno de los Estados Unidos que cese de inmediato el hostigamiento y agresión contra el Gobierno y pueblo venezolanos, por cuanto dicha política alienta la desestabilización y uso de la violencia por parte de sectores de la oposición venezolana.

5. Resaltar que la Orden Ejecutiva aprobada por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, desconoce flagrantemente la “Declaración de Solidaridad y Respaldo a la Institucionalidad Democrática, al Diálogo y la Paz en la República Bolivariana de Venezuela” aprobada por el Consejo Permanente de la OEA el 7 marzo de 2014.

6. Denunciar la feroz campaña mediática internacional contra la hermana República Bolivariana de Venezuela y su gobierno, encaminada a desacreditar la Revolución Bolivariana, intentando crear las condiciones para una intervención de mayor escala y ajena a la solución pacífica de las diferencias.
7. Reiterar el más firme respaldo al gobierno democráticamente electo y legítimo de la presidenta de la hermana República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff, contribuyendo al fortalecimiento y consolidación de los valores y principios democráticos, de la libertad y solidaridad en Nuestra América.

8. Manifestar las más profundas palabras de solidaridad y apoyo con la presidenta de la República Argentina, Cristina Fernández de Kirchner y demás funcionarios de su gobierno, quienes están siendo sometidos a una campaña de desprestigio personal e institucional por parte de sectores de la derecha política y mediática de su país, a la vez de ser agredidos por los fondos buitres y el capital financiero internacional.

9. Saludar el diálogo constructivo sostenido en la XX Reunión de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), realizada en Antigua-Guatemala el pasado 10 de marzo de 2015, acerca de la desproporcionada Orden Ejecutiva firmada por el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, contra la República Bolivariana de Venezuela.

10. Instruir a los Embajadores de los países miembros del ALBA - TCP en todo el mundo, a desarrollar una campaña de información y difusión, acerca de la verdad sobre lo que ocurre en Venezuela, y las amenazas que sobre ella y la región se ciernen.

11. Exhortar a los movimientos sociales, obreros, estudiantes, campesinos, indígenas, mujeres, a movilizarse de manera permanente y a mantenerse en vigilia para informar al mundo entero y a los Pueblos de nuestra América, que Venezuela y el Gobierno legítimo del Presidente Constitucional, Nicolás Maduro, no están solos y que los Pueblos del mundo rechazan de manera categórica esta nueva intervención imperial en la Patria grande, cuyas consecuencias pueden ser nefastas para la Paz y la estabilidad de la región.

12. Reafirmar que el ALBA-TCP continuará promoviendo la unidad, integración, solidaridad, convivencia pacífica como expresión del ideal y compromiso latinoamericano y caribeño por la construcción de una región y un mundo de paz, como base fundamental para consolidar las relaciones entre los pueblos.

Además, declaramos y reiteramos, en el contexto de un compromiso eficaz de no confrontación, nuestro respaldo a la “Carta al Pueblo de los Estados Unidos de América: Venezuela no es una amenaza”, emitida por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, en particular en lo que se refiere a los siguientes aspectos:

a) El compromiso de Venezuela con la libertad, la independencia y el multilateralismo.

b) La creencia fundamental de Venezuela en la paz, la soberanía nacional y el derecho internacional.

c) La realidad de Venezuela como una sociedad abierta y democrática de acuerdo a su Constitución y las aspiraciones de su pueblo.

d) La amistad de larga data de Venezuela con el pueblo de Estados Unidos.

e) La acción falsa e injusta, unilateral y desproporcionada en los términos de la Orden Ejecutiva del Gobierno de Estados Unidos de América mediante la cual se declara a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos de América.

f) La declaración por parte de Venezuela del carácter sagrado de su soberanía.
En consecuencia, nosotros, los líderes del ALBA-TCP, nos solidarizamos con Venezuela. Conocemos nuestras libertades fundamentales y hacemos valer nuestros derechos. Respaldamos inequívocamente a Venezuela en la defensa de su soberanía e independencia y el hecho de que lo haga de pie y no de rodillas.

En este sentido, solicitamos al Gobierno de Estados Unidos de América, y específicamente al Presidente, Barack Obama, derogar la Orden Ejecutiva aprobada el 9 de marzo de 2015, por cuanto constituye una amenaza a la soberanía y una intervención en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.

Adoptada en la ciudad de Caracas, República Bolivariana de Venezuela, el 17 de marzo del 2015.

Mensaje de Fidel al presidente Nicolás Maduro

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Tomado de CubaDebate.

Honorable Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro:

Como ha publicado la prensa, mañana martes, 17 de marzo, tendrá lugar en Caracas la Cumbre del ALBA para analizar la insólita política del gobierno de Estados Unidos contra Venezuela y el ALBA.

La idea de crear esa organización fue del propio Chávez, deseoso de compartir con sus hermanos caribeños los enormes recursos económicos con que la naturaleza había dotado a su Patria de nacimiento, pero sus beneficios habían ido a parar a manos de poderosas empresas norteamericanas y a unos pocos millonarios venezolanos.

La corrupción y el despilfarro fueron el estímulo fundamental de la primera oligarquía de tendencia fascista, adicta a la violencia y al crimen. Tan intolerable para el pueblo heroico de Venezuela es la violencia y el crimen que se cometió contra él que no puede olvidarse, y jamás admitirá un regreso al pasado vergonzoso de la época prerrevolucionaria que dio origen al asalto de los centros comerciales y el asesinato de miles de personas, de las cuales nadie puede asegurar hoy la cifra.

Simón Bolívar se entregó de lleno a la colosal tarea de liberar el continente. Más de la mitad de lo mejor de su pueblo luchó y murió en largos años de ininterrumpida lucha. Con menos del 1% de la superficie del planeta, posee las mayores reservas de hidrocarburos del mundo. Durante un siglo completo fue obligada a producir todo el combustible que las potencias europeas y Estados Unidos necesitaban. Aun cuando hoy los hidrocarburos, formados en millones de años, se consumirían en no más de un siglo, y los seres humanos que hoy alcanzamos los 7 200 millones en cien años más se duplicarán, y en doscientos sumarán veintiún mil millones, solo los prodigios de la más avanzada tecnología tal vez permitirían la supervivencia de la especie humana un poco más de tiempo.

¿Por qué no se utilizan los fabulosos medios de divulgación para informar y educar sobre estas realidades, en vez de promover engaños, que cada persona en su sano juicio debe conocer?

Una Cumbre del ALBA no puede transcurrir sin tomar en cuenta estas realidades que nos tocan tan de cerca.

La República Bolivariana de Venezuela ha declarado de forma precisa que siempre ha estado dispuesta a discutir de forma pacífica y civilizada con el gobierno de Estados Unidos, pero nunca aceptará amenazas e imposiciones de ese país.

Añado que he podido observar la actitud, no solo del pueblo heroico de Bolívar y Chávez, sino también una circunstancia especial: la disciplina ejemplar y el espíritu de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Haga lo que haga el imperialismo de Estados Unidos, no podrá contar jamás con ellas para hacer lo que hizo durante tantos años. Hoy Venezuela cuenta con los soldados y oficiales mejor equipados de América Latina.

Cuando te reuniste con los oficiales en días recientes se podía apreciar que estaban listos para dar hasta la última gota de su sangre por la Patria.

Un abrazo fraternal para todos los venezolanos, los pueblos del ALBA, y para ti.

Fidel Castro Ruz
Marzo 16 de 2015
11 y 14 p.m.

"Venezuela no es una amenaza": explicó Nicolás Maduro en carta publicada en el New York Times

Foto: Archivos de CubaDebate
CARTA A LA GENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS: 

Venezuela no es una amenaza

Somos el pueblo de Simón Bolívar, creyente en la paz y en el respeto a todas las naciones del mundo.

Libertad e Independencia

Hace más de dos siglos, nuestros padres fundaron una República sobre la base de que todas las personas son libres e iguales bajo la ley.

Nuestra nación sufrió los mayores sacrificios para garantizar a los americanos del sur su derecho a elegir sus gobernantes y aplicar sus propias leyes hoy.

Por eso siempre recordamos el legado histórico de nuestro padre: Simón Bolívar; hombre que dedicó su vida para que nosotros heredásemos una Patria de justicia e igualdad.

Creemos en la Paz, la Soberanía Nacional y la Ley Internacional.

Somos un pueblo pacífico. En dos siglos de independencia nunca hemos atacado a otra nación. Somos un pueblo que vive en una región de paz, libre de armas de destrucción masiva y con libertad para practicar todas las religiones. Defendemos el respeto a la ley internacional y a la soberanía de todos los pueblos del mundo.

Somos una Sociedad Abierta.

Somos un pueblo trabajador, que cuida a su familia, y profesa la libertad de culto. Entre nosotros viven inmigrantes de todo el mundo quienes son respetados en su diversidad. Nuestra prensa es libre y somos entusiastas usuarios de las redes sociales en internet.

Somos Amigos del Pueblo de los Estados Unidos de América:

La historia de nuestros pueblos ha estado conectada desde el inicio de nuestras luchas por conquistar la libertad. Francisco de Miranda, héroe venezolano, compartió con George Washington y Thomas Jefferson durante los primeros años de la naciente nación estadounidense los ideales de justicia y libertad, que fueron conceptos fundamentales en nuestras luchas independentistas. Nosotros compartimos la idea de que la libertad y la independencia son elementos fundamentales para el desarrollo de nuestras naciones.

Las relaciones entre nuestros pueblos siempre han sido de paz y respeto. Históricamente hemos compartido relaciones comerciales en áreas estratégicas. Venezuela ha sido un proveedor responsable y confiable de energía para el pueblo norteamericano. Desde 2005, Venezuela ha proporcionado “heating oil” subsidiado a comunidades de bajos ingresos en los Estados Unidos a través de nuestra empresa CITGO. Este aporte ha ayudado a decenas de miles de ciudadanos estadounidenses a sobrevivir en condiciones difíciles, dándoles un alivio muy necesario y el apoyo en tiempos de necesidad, y ha mostrado cómo la solidaridad puede construir alianzas poderosas tras fronteras.

Sin embargo, increíblemente, el gobierno de los EUA nos declara como una amenaza para la seguridad nacional y la política exterior de los EEUU.

En un acto desproporcionado, el gobierno de Obama se ha declarado en emergencia porque considera a Venezuela una amenaza para su seguridad nacional. (Executive Order, 09-15-2015). Estas acciones unilaterales y agresivas realizadas por el Gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país no sólo son infundadas y en violación de los principios básicos de la soberanía y la libre determinación de los pueblos bajo el derecho internacional, sino que también han sido rechazadas por unanimidad por los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y los doce Estados miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). En una declaración hecha el 14 de marzo de 2015, UNASUR reiteró su firme rechazo a estas medidas coercitivas que no contribuyen a la paz, la estabilidad y la democracia en nuestra región y exigieron al presidente Obama derogar su orden ejecutiva contra Venezuela.

Rechazamos el unilateralismo y la extraterritorialidad.

El Presidente de los EE.UU., sin autoridad para intervenir en nuestros asuntos internos, de forma unilateral inició una serie de sanciones contra funcionarios venezolanos y ha abierto la compuerta para continuar con este tipo de sanciones, interfiriendo en nuestro orden constitucional y nuestro sistema de justicia.

Abogamos por un mundo pluripolar.

Creemos que el mundo debe regirse por las normas del Derecho Internacional. Sin intervenciones de otros países en los asuntos internos de los demás. Con la convicción de que relaciones de respeto entre las naciones son el único camino para consolidar la paz y la convivencia, así como la consolidación de un mundo más justo.

Nosotros honramos nuestras libertades y mantendremos nuestros derechos.

Nunca antes en la historia de nuestras naciones un presidente estadounidense intentó gobernar por decreto a los venezolanos. Es una orden tiránica e imperial que nos empuja a los días más oscuros de las relaciones de los Estados Unidos con América Latina y el Caribe.

Por nuestra larga amistad, alertamos a nuestros hermanos estadounidenses, amantes de la justicia y la libertad, por la ilegal agresión que está cometiendo el gobierno en su nombre. No permitiremos que nuestra amistad con el pueblo de los Estados Unidos sea afectada por esta decisión absurda y sin fundamento del presidente Obama.

Nosotros demandamos:

1- Que cesen las acciones hostiles del gobierno de los EE.UU. contra el pueblo y la democracia en Venezuela.

2- Que se derogue la orden ejecutiva que declara a Venezuela como una amenaza, tal como lo ha solicitado la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).

3- Que se suspendan las injuriantes y pretendidas sanciones contra honorables funcionarios venezolanos quienes sólo obedecieron nuestra constitución y nuestras leyes.

Nuestra soberanía es sagrada

El lema de los padres fundadores de los EE.UU. es repetido hoy con la misma dignidad por el pueblo de Simón Bolívar. En nombre de nuestro común amor por la independencia nacional esperamos que el gobierno del presidente Obama reflexione y rectifique este paso en falso.

Estamos convencidos que la defensa de nuestra libertad es un derecho al que no renunciaremos jamás, porque allí también reposa el futuro de la humanidad. Como bien los decía Simón Bolívar: “La libertad del Nuevo Mundo es la esperanza del universo”.

"Venezuela no es una amenaza, sino una esperanza"

"Independencia o nada"
Simón Bolívar

Nicolás Maduro Moros
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

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