martes, 31 de diciembre de 2013

Adiós a un 2013 marcado por el progreso de los nicaragüenses

Tomado de Coordinadora de Solidaridad con Nicaragua y el ALBA

El Gobierno Sandinista inició una serie de programas y fortaleció otros en este año con el objetivo de restituir los derechos a todos los ciudadanos.
 
Erradicar la pobreza, fortalecer la lucha por la eliminación de la violencia contra la mujer nicaragüense, mejorar la educación y salud en el país, entre otros, han sido desde el año 2007 objetivos del Gobierno Sandinista, que trabaja sin descanso por la restitución de los derechos de los ciudadanos.

Grandes avances se han logrado en estos aspectos bajo la certera dirección del Presidente Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía; y el año que finaliza es muestra de ello.

En este 2013, el Foro Económico Mundial reveló que Nicaragua se ha convertido en el país número uno de América Latina con mejor equidad de género y ocupa la décima posición a nivel mundial, estadísticas que no hacen más que validar el fuerte trabajo que ha llevado a cabo el Gobierno impulsando leyes, programas, comisarías e instituciones para fortalecerla.

Las mujeres pueden asumir su rol protagónico no solo en los puestos de dirección, sino en todo el quehacer social, como en las estructuras de barrio donde además de ser dirigentes, suponen una amplia mayoría en relación a los hombres.

Y es que precisamente nuestro país se ubica en la quinta posición en el mundo en cantidad de féminas que ocupan cargos de ministras, y en la novena con diputadas.

Además, el Gobierno Sandinista dispuso de un Ministerio de la Mujer, así como normas y leyes que permiten tener un marco legal para que ellas puedan estar insertadas en ese proceso social, económico, político, abierto en igualdad de condiciones con los hombres.

Un gran paso ha sido la Ley 779, Ley Integral Contra la Violencia hacia la Mujer, con el objetivo de proteger sus derechos y garantizarle una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como el privado.

La norma busca establecer medidas de protección integral para prevenir, sancionar, erradicar la violencia y prestar asistencia a las víctimas.

Otro de los sectores de la población priorizados por la administración sandinista, son las personas de la tercera edad, para quienes el año que culmina ha sido favorable.

En ese sentido, la Comisión Nacional del Adulto Mayor valoró de muy positivo el 2013 porque hubo un gran esfuerzo por parte de las autoridades para satisfacer las demandas de este grupo etario, el cual había sido despojado de una pensión reducida otorgada por la Revolución Sandinista.

Asimismo, resaltó las 27 semanas de arduo trabajo que emprendió el Gobierno para satisfacer las demandas de los adultos mayores, la restitución de la pensión reducida y la garantía de una atención social de calidad que incluye la atención médica, asistencia social e incorporación al Plan Techo.

Específicamente, fueron entregadas 22 300 pensiones reducidas, sin incluir las casi 800 que ya están dictaminadas para ser entregadas el próximo 5 de enero, tramitadas y trabajadas en este año.

Los adultos mayores han sido protagonistas de la entrega mensual de 39 millones de córdobas en concepto de pensión reducida, 3 997 ayudas técnicas y medios auxiliares como bastones, sillas de ruedas, andariveles, prótesis auditivas, muletas, lentes, planes techo, entre otros.

Al respecto, Porfirio García, Presidente Ejecutivo de la Unidad Nacional del Adulto Mayor (UNAM), expresó que se encuentran satisfechos con los resultados obtenidos en este año, porque han sido muchísimos los beneficios que están recibiendo.

Nicaragua sobresale en Centroamérica

A pesar de los inconvenientes por los embates y los días más difíciles del entorno internacional, la economía nicaragüense poco a poco va demostrando su robustez.

El ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, explicó que en nuestro país este sector demuestra un empuje debido al esfuerzo de todos los agentes económicos, ganaderos, productores, comerciantes, inversionistas y del Gobierno para que sigamos avanzando aún con esas complejidades.

La economía nica creció alrededor del 5 por ciento, lo que nos convierte en líderes en Centroamérica, al contar en estos momentos con el crecimiento más alto del área, precisó Acosta.

Desde el 2010 hemos entrado en un crecimiento de cerca el 5 por ciento y estamos claros que nuestra meta no es estar conformes sino crecer 6 por ciento, 7 u 8 por ciento para reducir la pobreza, aseguró.

Nicaragua es punto de referencia en la región, no solo por los avances en el sector económico, sino también por los logros en la salud, con todos los programas y acciones que impulsa el Gobierno Sandinista.

Este año, el dengue azotó Centroamérica, y lamentablemente, nuestra nación sufrió las consecuencias de esta mortal enfermedad, pero con índices menores a los registrados en los países vecinos, gracias a la ardua campaña llevada a cabo en el país contra el mosquito transmisor y el esfuerzo de instituciones y puestos de salud.

Por otra parte, Nicaragua registra logros indiscutibles en términos de prevención y promoción de salud, a partir de las políticas que desde 2007 ha venido implementando el Gobierno para restituir el derecho de todos los ciudadanos a la accesibilidad y atención universal.

La titular del Ministerio de Salud, Sonia Castro, subrayó que como parte de esas acciones se ha desarrollado en el país un programa de inmunización que es ejemplo para Latinoamérica, con cobertura de hasta ciento por ciento en menores de un año, y más allá de 95 por ciento en general.

Precisó que se trata de una campaña de impacto con la que se previenen 16 enfermedades graves que pueden afectar a la población, entre las que citó las relacionadas con diarreas y la neumonía.

En cuanto al cuidado de la salud materno infantil, también se han logrado grandes avances, como la creación de casas maternas para la atención a las mujeres durante su período de gestación, estrategia de gran impacto reconocida a nuestro país por la Organización de Naciones Unidas.

Actualmente existen en Nicaragua 157 hogares de este tipo y por orientación del Gobierno se instalará al menos uno en cada municipio del país.

Asimismo, se ha logrado bajar la tasa de mortalidad materna de 93 por cada 100 000 nacidos vivos en 2006 a 50 por cada 100 000 nacidos vivos el pasado año, y se ha reducido un 50 por ciento de la mortalidad neonatal con respecto a lo que existía en 2007.

En cuanto a la educación, el esfuerzo del Gobierno Sandinista se refleja en los resultados obtenidos durante el año escolar de 2013, con índices superiores a los períodos anteriores y con el compromiso de superarlos para el 2014.

Uno de los resultados más sobresalientes es la retención escolar de aproximadamente un 96 por ciento de los estudiantes matriculados. Gracias a los diferentes programas sociales y complementarios de la dirección sandinista, más estudiantes permanecieron durante el 2013 en sus aulas de clases, destacó la ministra de Educación, Miriam Ráudez.

Además, se logró una cobertura del 100 por ciento de la merienda escolar, beneficiando así a estudiantes de los preescolares públicos, comunitarios y subvencionados de todo el territorio nacional.

También, este año se realizó el primer Diplomado de Formación a los docentes para mejorar la calidad educativa, programa que se efectuó a través del modelo de Buen Gobierno, en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua.

A la par de mejorar la calidad educativa, también se impulsó el programa de dignificación de ambientes escolares, interviniendo este año en 3 858 en más de 1 142 centros de estudios, además de la construcción de 12 nuevas escuelas.

No se podría dejar de mencionar en el año que culmina el protagonismo de las familias nicaragüenses en la entrega de paquetes de alimentos en el territorio nacional, así como el servicio de energía eléctrica y el derecho al agua potable en todas las zonas del país.

Sin dudas, 2013 se caracterizó por los diversos programas sociales emprendidos y consolidados por nuestro Gobierno Sandinista, que se propone mejorar la calidad de vida a sus ciudadanos en una Nicaragua Cristiana, Socialista y Solidaria.

¿Sin rostro la política de EE.UU. hacia Cuba?

Tomado de La Pupila Insomne
Por Iroel Sánchez

Si algo han enseñado cincuenticinco años de confrontación entre Cuba y Estados Unidos es la predisposición positiva de los funcionarios a cargo de la política exterior norteamericana para insultar al gobierno de La Habana. Un libro que recogiera sus declaraciones a la prensa debería tener -con un cálculo conservador- miles de páginas.
 
Si se hiciera esa obra podríamos percatarnos de cómo han ido evolucionando los pretextos para sostener una política hacia Cuba que los últimos en reconocer que debe modificarse -aunque con los mismos objetivos de “cambio de régimen”- han sido el presidente Barack Obama y el Secretario de Estado John Kerry.

De la alianza con la Unión Soviética, el apoyo a los movimientos de liberación nacional en Latinoamérica, la presencia militar en África y el respaldo a las guerrillas en Centroamérica, Washington pasó a esgrimir el estado de los Derechos Humanos en la Isla para sostener su política de bloqueo económico. En ese tema, como la realidad no le suministra argumentos, EE.UU. los crea mediante la asignación de fondos -anualmente veinte millones al Departamento de Estado y treinta a las emisoras Radio y Televisión Martí- que financien grupos dentro de Cuba presentados como luchadores por las libertades individuales. Como han explicado los propios diplomáticos estadounidenses acreditados en La Habana en los cables revelados por Wikileaks sobre estas personas,  ”la búsqueda de recursos es su principal preocupación, la segunda más importante parece ser limitar o marginar las actividades de sus antiguos aliados de manera de reservarse el poder y el acceso a los escasos recursos”.

En resumen, en ausencia de pretextos para mantener su política hacia Cuba, Estados Unidos destina cincuenta millones de dólares cada año a fabricarlos. Sobre ello no hay novedad. Lo realmente novedoso es que en este fin de año, la prensa internacional sólo haya podido encontrar un “alto funcionario de la diplomacia estadounidense que pidió el anonimato” para repetir el gastado discurso que quiere escuchar la industria del anticastrismo con asiento en Miami, beneficiaria de esos dineros. 

Según la agencia AFP, única con acceso a la exclusiva declaración, el anónimo señor del Departamento de Estado le dijo que el gobierno estadounidense está “enfocado en la necesidad de mejorar las condiciones de los derechos humanos y el respeto hacia las libertades fundamentales en Cuba” y eso le valió despliegues del titular en diarios como El Nuevo Herald:Habrá diálogo si mejoran DDHH en Cuba, responde EEUU a Raúl Castro”. 
Las afirmaciones del presidente  del presidente cubano, Raúl Castro,  en la clausura del Segundo Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional, a las que alude AFP, fueron las siguientes:

“Si en los últimos tiempos hemos sido capaces de sostener algunos intercambios sobre temas de beneficio mutuo entre Cuba y los Estados Unidos, consideramos que podemos resolver otros asuntos de interés y establecer una relación civilizada entre ambos países como desea nuestro pueblo y la amplia mayoría de los ciudadanos estadounidenses y la emigración cubana.

“En lo que a nosotros respecta, hemos expresado en múltiples ocasiones la disposición para sostener con Estados Unidos un diálogo respetuoso, en igualdad y sin comprometer la independencia, soberanía y autodeterminación de la nación. No reclamamos a Estados Unidos que cambie su sistema político y social ni aceptamos negociar el nuestro. Si realmente deseamos avanzar en las relaciones bilaterales, tendremos que aprender a respetar mutuamente nuestras diferencias y acostumbrarnos a convivir pacíficamente con ellas. Solo así; de lo contrario, estamos dispuestos a soportar otros 55 años en la misma situación.”

Interesante, muy interesante, que nadie en Washington quiera dar la cara para responder ese planteamiento y defender una política que hasta el propio presidente Obama considera que ya no puede ser la de 1961. Allá los que se quieran inventar el entusiasmo por el pasado luego de un año en que 188 países condenaron en la ONU el bloqueo económico de EE.UU. contra Cuba, la Isla fue reelecta al Consejo de Derechos Humanos de esa organización, John Kerry -interrogado sobre el “contratista” del Departamento de Estado preso en Cuba por acciones subversivas- dijo  ”estamos en algunas conversaciones sobre las que no puedo entrar en detalle”, se sostuvieron reuniones sobre el correo postal y la migración entre ambos países y Barack Obama no tuvo más remedio que saludar al presidente cubano en los funerales de Nelson Mandela.

Tiene uno la impresión de que la realidad va en una dirección y la “diplomacia estadounidense que pidió el anonimato”, así como quienes la amplifican entusiastamente, en otra.

“El pueblo ruso se siente engañado y estafado”

Tomado de Marxismo Crítico
Por Ángel Ferrero.

Ramón Franquesa es profesor de Economía en la Universitat de Barcelona (UB), donde investiga la gestión de recursos naturales renovables, la economía social y los procesos de organización económica no capitalista. En la década de los ochenta participó en un programa de intercanvio de la Universidad Lomonosov de Moscú que le permitió ser testimonio de la disolución de la Unión Soviética y la rápida transición al capitalismo. Àngel Ferrero entrevistó a Ramón Franquesa para La Directa en el barrio de Gràcia de Barcelona. Esta es la transcripción íntegra de la entrevista. 
 
¿Por qué motivo viajaste a la Unión Soviética?
Fui a finales de los ochenta por diversas razones, pero sobre todo porque trabajaba en un grupo de investigación de empresas autogestionadas y cooperativas de la Universidad de Moscú. En aquel momento se hbalaba de cómo se tenia que hacer la reforma económica, y, dentro de este debate, una de las cosas que se planteaban desde la izuiqerda era intentar ver cómo se podían transformar las empresas estatales, gestionadas por el Gosplan de manera muy poco eficiente, en un tipo de empresa más participada por los trabajadores, con más autonomía. El problema de partida era que la propiedad pública únicamente existía como propiedad estatal y eso condujo a que las empresas fueran poco eficientes y tuvieran poca capacidad de innovación. Éste era uno de los elementos que estaba llevando a la Unión Soviética a la pérdida de innovación y a perder, en cierto modo, la carrera económica con Estados Unidos.

El programa donde trabajaba era parte de un programa de intercambio universitario entre la Universidad Estatal de Moscú, la Lomonossov, y la Universidad de Barcelona, pero también era muy informal, porque no había dinero para financiar un proyecto como ahora. Lo que había era un acuerdo de intercambio de conocimientos. En la Lomonossov trabajaba en seminarios y grupos de investigación, pero no en las clases formales. Mi ruso era limitado y la Unión Soviética era un país cerrado en sí mismo. No se podía impartir en otra lengua que no fuera la rusa. Los catalanes que fuimos no tuvimos ningún tipo de retribución, el programa sólo cubría la estancia. Una parte del acuerdo era que yo no podía dejar mis obligaciones académicas en Barcelona. Gracias al resto de los profesores, podía concentrar las clases y eso me permitía tener largas estancias en la URSS.

¿Cuántos años estuviste?
Estuve cuatro años, pero ellos continuaron con el programa. Cuando se disolvió la URSS y se emprendió un camino claro de privatización, su esperanza quedó truncada. Se pasó de unas empresas estatales poco eficientes a unas empresas privadas en manos de grupos de mafiosos. Muchas veces los antiguos directores terminaron apropiándose de aquellas empresas.

Visitaste fábricas y centros de trabajo.
Parte del programa era mantener conversaciones con los trabajadores. El problema que vivia la URSS era técnico, desde el punto de vista económico, pero también político. Parte de un factor de desánimo, no sólo para mí, sino para mucha gente que trabajaba con nosotros, era observar que los trabajadores no entendían lo que estaba ocurriendo y cuáles serían las consecuencias de la privatizacion de las empresas. Sólo veían a corto plazo una relajación de las obligaciones y una tolerancia más grande hacia el mercado negro. Recuerda que en aquella época una parte importante de los ingresos de los trabajadores procedía de llevarse los productos de la fábrica para venderlos en el mercado negro. En estos años de transición, los directores de la fábrica que aspiraban a quedarsela compraron una cieta paz social a partir de la tolerancia hacia este hecho. Después, evidentemente, la situación se invirtió y pasaron a comportarse como verdaderos empresarios: desaparece cualquier concesión en la jornada laboral (hasta entonces el absentismo era frecuente) o en la tolerancia hacia el hurto.

Has explicado que una parte del proceso fue convertir a los obreros en accionistas y después presionarlos para convencerlos de que vendieran sus acciones.
Eso fue en la etapa final. Tienes que pensar que todo el proceso fue muy caótico. Se pretendía privatizar a las empresas, pero este proceso se hizo sin que existiera un sistema impositivo, porque en la URSS, donde todas las empresas eran propiedad del estado, no había beneficios empresariales. Una de las dificultades era que, al introducir un mercado –como instrumento de medida de la calidad–, tenían que introducirse, también, impuestos, mercados de materias primas, productos, etcétera. En este proceso se tenía que introducir un sistema fiscal. Este sistema, sin embargo, no se introdujo hasta más tarde y todavía hoy Rusia tiene un sistema fiscal más que deficiente. La evasión fiscal era (y sigue siendo) elevada y las empresas no tributaban lo que tributarian en un estado capitalista mínimamente avanzado. Los beneficios empresariales tributaban de manera muy deficiente o no lo hacían en absoluto. El estado se quedó rápidamente sin recursos. El único recurso que le quedó fue el de imprimir rublos y generar inflación. Eso provocó una pérdida del valor adquisitivo y la ruptura del acuerdo social que existía previamente. Todos los acuerdos sociales, salarios, pensiones, etcétera, dejaron de tener sentido. La inflación galopante obligó a los pensionistas a volver a trabajar y aniquiló toda la legalidad que se había acumulado durante la Unión Soviètica. Pero políticamente convenía, porque muchos de los empresarios no querían pagar impuetsos y porque era una manera de romper los acuerdos sociales que no podían cambiarse de un día para otro a golpe de decreto. El mecanismo para conseguirlo fue la devaluación de la moneda. Eso formaba parte del caso, que fue un caos planificado por determinados sectores sociales para desmontar la estructura administrativa del país.

¿Qué tipo de debates teníais con los trabajadores?
En este proceso, nuestro trabajo era intentar convencer a los trabajadores y sindicalistas que no vendieran su participación en la propiedad de la empresa, sino que la reinvidicasen para su colectivo laboral. En el momento clave de la transición, cuando Yeltsin llega al poder, lo que hace es estimar el valor de todos los activos del país y dividirlo por el número de habitantes para asignar a cada habitante una participación en el valor del país. Este cálculo se hizo de manera fraudulenta. La gente recibió una especie de acciones y los directores de una empresa, si querían comprarla, tenían que reunir las acciones que valía para que el estado se la cediese. Lo que hicieron los empresarios fue comprar estas acciones a los trabajadores, mucho de los cuales llevaban dos meses sin cobrar, sufriendo calamidades, y dispuestos a vender su participación a bajo precio, prácticamente los precios que les ofrecieron, porque así salían del brete en que se encontraban. La falta de perspectiva política y conocimientos económicos llevó a que la gente se desprendiese masivamente de estas acciones. La diferencia salarial en la URSS era de uno a seis. En este período surgió un núcleo de unas 200 ó 300 mil personas que, de repente, podían comprar el país. La única manera de que aquello fuera posible fue, evidentemente, a través del fraude, el robo y la extorsión.

¿Qué pensaban los trabajadores?
En la URSS la percepción de los trabajadores era que el director de la empresa no era una persona que los estuviera explotando (y, de hecho, era así), sino un intermediario entre ellos y un poder central que se encontraba muy lejos, el Gosplan, la oficina central de planificación en Moscú. Esta persona intermediaba entre el centro y ellos de manera paternalista. Por ese motivo muchos obreros pensaban que la transferencia a estos directores mejoraría todavía más su situación. Así que les vendieron sus acciones. Pero, obviamente, cuando esta persona pasó a tener la propiedad de la empresa ya no se comportó del mismo modo.

Uno de los problemas añadidos era que, si había una incultura económica entre los trabajadores, también la había entre esta clase burocrática. Eso contribuyó a la caída del país. Muchos de estos directores ni siquiera sabían actuar como capitalistas. El primer error que cometieron fue, una vez apropiadas las empresas, capturar como beneficio económico toda diferencia entre costes e ingreso. Es decir, no amortizaron la maquinaria. Es un error grave. Ningún gerente en un país capitalista es capaz de cometer un error así, no entender que algún día tendrá que reponer la maquinaria. Como que se trataba de empresas públicas, la inversión siempre la hacía el estado, no partía de una acumulación interna en la misma empresa. En algunos lugares, cosas como alguna reposición, reparar el techo o poner las bombillas podía correr a gasto de la empresa, pero en cualquier caso la gran inversión procedía del estado. Y estos gerentes que se apropian de las empresas que habían hecho funcionar durante decenios siguen actuando al día siguiente como lo hicieron durante todo aquel tiempo.

Durante la URSS, el Estado se quedaba antes con los beneficios. Había corrupción, pero vista la corrupción que hay hoy en día, la corrupción de aquella época nos parece de risa. Corrupción, en aquella época, quería decir que el director se llevaba a casa un televisor o dos botellas de champán. Era una corrupción que tenía efectos sobre todo en el plano moral. El drenaje de recursos se hacía en la infeiciencia y no porque nadie acumulase grandes cantidades de bienes materiales, entre otras cosas porque uno de los aspectos de la cultura, de la sociedad soviética (tampoco necesariamente demasiado sano, pero era parte de como era la gente) era la envidia. Si el vecino tenía demasiadas cosas, inmediatamente se generaba un entorno agresivo. Quien tenía, tenía que esconderlo y no hacer ostentación, porque de lo contrario tenía quedar explicacions de dónde había salido todo aquello. Era una sociedad que se vigilaba mutuamente y la corrupción estaba limitada.

Cuando llegó el cambio, esta corrupción ya no es de un televisor, sino de coches, casas, inversiones, dinero que se saca rápidamente al exterior. Estos supuestos empresarios se quedan con la empresa, pero la gestionan mal, no hacen, por ejemplo, ninguna inversión. Muchos se convirtieron en simples liquidadores de empresas. Es decir, compraron la empresa y vendieron la maquinaria como chatarra. Es cierto que la situación era muy difícil. Tal era el caos dentro de la Rusia post-soviética, que una fábrica de tejidos, por ejemplo, tenía muchas dificultades para conseguir algodón, porque los transportes no funcionaban o la materia prima se robaba durante el transporte. Al final muchos optaron por vender la maquinaria a los japoneses como chatarra a cambio de tener una cuenta corriente en Suiza, pongamos por caso. En muchos casos se vendieron los terrenos o los apartamentos que eran propiedad de la empresa. Estas liquidaciones no ayudaron a la economía, más bien todo lo contrario: mucha gente terminó en la calle y sin nada, ya que había vendido antes sus acciones de la empresa.

¿Qué papel jugó el capital extranjero?
Las empresas que aún se resistían se vieron forzadas a vender la propiedad a empresas extranjeras a precios muy bajos, la mayoría de las cuales tenía como objetivo cerrarlas para terminar con la competencia. Para evitar una catástrofe, en Polonia, por ejemplo, tuvieron que aprobar una ley excepcional que prohibía la compra de terreno por parte de alemanes. En Rusia, las “inversiones” fueron, sobre todo, estadounidenses. Durante toda la transición había un cierto papanatismo hacia la superioridad estadounidense. El pueblo ruso se ve en este momento derrotado por una potencia que económicamente parece mayor y más capaz, y por lo tanto, el país a imitiar se convierte inmediatamente en los EE.UU. Al menos para una parte de la sociedad. La otra se convirtió al antiamericanismo, que se irá reforzando con el paso del tiempo. En sus inicios había un elemento racional en todo esto, porque los directores rusos se habían limitado en su mayoría a liquidar empresas, pero esta esperanza se desvaneció rápidamente. Estados Unidos no optó por construir un aliado estratégico ayudando a su desarrollo, sino que intentó arruinar al país tanto como pudo. Se siguió vengando del enemigo de la Guerra fría en el pueblo ruso. No era un problema que tuvieran solamente los antiguos dirigentes del Kremlin, a algunos de los cuales los trató i sigue tratando muy bien, sino que era un conflicto que tenía con el pueblo ruso. Y el pueblo ruso ha pagado este odio de sectores influyentes de Estados Unidos y sus aliados. Si algún país ha sido beligerante con Rusia, ése ha sido EE.UU. Yo creo que a medio plazo el antiamericanismo jugará un papel fundamental en Rusia, porque el pueblo ruso se siente engañado y estafado. Todas estas empresas, en el mejor de los casos, se convirtierion en plataformas de distribución de mercancías del extranjero.

De hecho, la dependencia externa continúa siendo uno de los problemas de la economía rusa.
Rusia pasó de ser un país que tenía todo tipo de producción industrial a convertirse en un país exportador de materias primas. Lo que acaba salvando a Rusia es el gas y el petróleo. Pero, claro, eso no es propio de un país desarrollado, es propio de un país de la periferia que compensa todas sus deficiencias estructurales exportando materias primas: petróleo, gas, madera…

¿Qué explica la pasividad de la población rusa?
Hay diversos factores que explican este fenómeno. En primer lugar, políticos y culturales. La gente había delegado la política a los dirigentes. La idea general era que otro tomase las decisiones, porque tomar decisiones, después del estalinismo, era un asunto arriesgado. La URSS era una sociedad que teóricamente estaba en manos de los ciudadanos, pero éstos en realidad no participaban políticamente ni tenían cultura política. El efecto desmoralizador que supuso ver cómo estos dirigentes, que hasta hace cuatro días hablaban de socialismo, se convertían en los primeros ladrones, fue enorme. El péndulo pasó rápidamente de un lado al otro. El rico quería demostrar que era rico, entre otros motivos, para atemorizar a la gente que tenía a su alrededor. Yo no he visto en Occidente tanta ostentación como la que había en la Rusia de entonces: en coches, en vestidos, en escoltas (como el país había quedado en manos de mafiosos y la ley no se aplicaba, muchas cosas se solucionaban simplemente a tiros). Uno de estos “nuevos rusos” podía llevar una escolta de 20 personas armadas, con las armas visibles. Veteranos de Afganistán, mafiosos… Empujando a la gente por la calle en Moscú mismo. La sensación de impotencia ciudadana, en un país donde hasta entonces los policías ni siquiera llevaban pistola cuando patrullaban (casi nunca pasaba nada), augmentó considerablemente.

¿Cuál fue el proceso que llevó del entusiasmo al desengaño y después a la nostalgia?
Si la gente pudiera votar, lo haría a favor de volver a la situación anterior. Pero las estructuras han cambiado. Y los cambios no son fácilmente reversibles. Es un proceso largo, pero como todo proceso social, hay cosas que se van acumulando lentamente, hasta que en un momento dado explotan y después se aceleran inmediatamente.

¿De dónde venían los problemas? En los años veinte el estalinismo despolitizó a la sociedad. La participación política se transforma en una sumisión cuasirreligiosa. Las decisiones se van delegando en escalas superiores de la jerarquía, porque cualquier decisión podía hacerte terminar en un campo de concentración. La gente s elimitaba a cumplir estrictamente las órdenes. Eso empobrecía la sociedad. El estalinismo transformó un país agrario en uno industrial. En los treinta existe la sensación de que Rusia está asediada y de que en cualquier momento serán aniquilados. La sensación tenía una base real. Como estamos asediados, se piensa, hay que acabar con el enemigo en cualquiera de sus expresiones, entre ellas la disidencia.

La Segunda Guerra Mundial reactivó la sociedad por la sensación, nada equivocada, de que, o ganaban, o eran destruidos como nación. Se puso marcha de nuevo toda la creatividad revolucionaria: la gente no espera a recibir órdenes y toma la iniciativa para producir, para combatir, para improvisar la defensa. Pero terminada la Segunda Guerra Mundial, todo eso se termina. Después de la Segunda Guerra Mundial, la sensación de ser destruidos desaparece. Jruschov intenta corregir las desviaciones del estalinismo, pero el legado es demasiado grande. Después lo intentaron Kossiguin, Andrópov y, finalmente, Gorbachov. En la historia soviética hay un intento permanente de salir del modelo de socialismo estatalista para ir hacia un modelo descentralizado: en la Nueva Política Económica (NEP) de Lenin, en el intento de reforma de Kossiguin o en la perestroika de Gorbachov. Pero la inercia siempre fue demasiado grande. Breznev destituye a Jruschov, y durante su mandato, que parece muy tranquilo, el estancamiento se extiende como un cáncer. Breznev hace, a grandes rasgos, una combinación para salir del brete: saca todos los elementos represivos del estalinismo, pero manteniendo sus funciones económicas, muy estatalizadas e ineficientes. No hay incentivos materiales, ni incentivos económicos. Los incentivos morales no tienen una duración estructural, sólo se mantienen en tiempos de crisis y guerra. ¿Por qué trabajaba la gente durante el estalinismo? Por miedo. El estalinismo era un sistema brutal e inmoral, pero, tristemente, que funcionaba económicamente. Con Breznev se mantiene la fachada ideológica a la vez que se eliminan los castigos, y el sistema, lógicamente, se va pudriendo, de manera que, cuando llega Gorbachov al poder años después, se encuentra con una productividad muy baja.

Te doy un ejemplo: durante una serie de visitas a una fábrica vimos a un hombre sentado en una silla sin hacer nada. Cuando preguntamos cuál era su función, nos respondieron que formaba parte de la plantilla. “¿Y por qué lo tenéis sentado?”, preguntamos. “Este hombre es un alcohoólico. Si lo ponemos en la cadena de producción nos causa problemas. Por lo tanto, preferimos tenerlo sentado y que no nos dé quebraderos de cabeza”, me respondieron. Eso tiene una parte humana importante (nadie se planteaba su despido), que forma parte de la ambivalencia moral de la URSS. Pero eso mismo destruía el país. Porque, a finales de mes, cuando aquella persona recibía su salario, era el mismo que el del obrero que había ocupado su puesto de trabajo de ocho horas, generando un sentimiento de agravio comparativo. Así que mucha gente comenzaba a plantearse por qué esforzarse si, en cualquier caso, cobraría igual. Todo eso hizo que la gente perdiese el interés y la motivación por su trabajo, y agravó la situación. Pero, ¿cuál era la situación? ¿Una vuelta al estalinismo, a la coacción? ¿Introducir mecanismos de incentivos salariales?

Muchos ven en la reforma de Gorbachov la brecha por donde se coló el capitalismo.
La reforma era necesaria. Pero en esta situación, la gran mayoría social era incapaz de tomar la iniciativa. No hubo ningún diálogo social para corregir este tipo de situaciones, apra encontrar soluciones justas en lugar de normalizar un hecho que no lo era. Era una salida complicada, que necesitaba mucha participación de la gente, porque en el momento en que se descentraliza la economía, la gente no acaba de entender la necesidad de un socialismo autogestionario. Todo el mundo ve que un socialismo estatalizado –y mucho más después de la experiencia soviética– retrae la iniciativa popular y tiene aspectos muy desagradables. Pero un socialismo descentralizado implica que la sociedad tiene que crear tipos impositivos, límites sobre qué nivel de desigualdad es aceptable, cuál es el salario base para que las personas marginales como la del caso anterior no queden en situación de riesgo de pobreza, etcétera. Y eso implica una gran participación social para reorganizar a la sociedad. Si la personas se retraen, si se niegan a participar, si se hace una asamblea de trabajadores y nadie habla, la reforma no es posible. Éste era el problema.

Quienes se apropiarion de los recursos también se apropiaron de la iniciativa política. Y buscaron la brecha, que fue efectivamente la reforma, para convertir lo que tenía que ser una reforma de carácter socialista en un paso en dirección al capitalismo salvaje en un período muy breve de tiempo. Se cuelan por esa brecha, pero no por la reforma en sí, sino por la pasividad política de la población. Una población que había perdido su protagonismo, que no entendía lo que sucedía después de años de escuchar que aquel socialismo en el que vivían era el correcto. Es una situación muy complicada. Esta misma tradición jugó en contra del cambio hacia un modelo de socialismo descentralizado.

¿Qué pasó con el Partido Comunista?
Todos los partidos posteriores salieron del Partido Comunista. Y no de cualquier sitio, sino de la dirección misma, del Comité Central. Después del golpe de estado de Yeltsin [en 1993], la misma persona que antes ocupaba un cargo seguia ocupándolo en el nuevo régimen, sin cambiar de despacho ni de teléfonos. Una pequeña parte de la gente continuó en el proyecto de transformación social, pero no fue el caso, obviamente, de la mayoría de dirigentes, todos los cuales procedían del PCUS. En el PCUS existía la sensación de que el negocio se había ido a pique y había que montar otro. Cada uno se montó su propio partido, buscando un pretexto ideológico. Para aquella gente, educada en la época de Brezhnev, donde cada vez había más diferencias entre lo que se decía y lo que se hacía, el ejercicio de la política era el ejercicio del cinismo y de la mentira. En lugar de hablar del pueblo soviético comenzaron a hablar del pueblo ruso y la iniciativa individual. Pero son las mismas personas, que a veces, con la fe del consverso, adoptan otro catecismo, con el mismo cinismo que tenía antes.

Recuerdo la siguiente anécdota: el alcalde de Bucarest tomó la decisión de destruir el monumento a Marx. Un socialismo fue a verlo para protestar contra el fanatismo de llegar a destruir una estatua de Marx, que no tenía culpa de nada, y pedirle que detuviera la demolición. La respuesta que le dio fue: “No te preocupes. Probablemente tengas razón. Pero ahora la gente nos pide que la destruyamos. Si consegues cambiar su opinión, ven a verme de nuevo para que la vuelva a poner.” La idea que había al detrás no es sólo la hipocresía de esta persona, sino que él se veía a sí mismo siempre como alcalde. Si para serlo antes tenía que colgar un retrato de Marx, ahora sólo tenía que cambiarlo por el de Milton Friedman. Y, si la gente cambiaba, entonces él sacaría el de Friedman y volvería a poner el de Marx.

El PCUS básicamente estalla en una serie de partidos políticos que después acaban convergiendo hasta lo que hoy es Rusia Unida. Tienen a algunos críticos con el gobierno soviético, pero básicamente se compone de antiguos funcionarios del partido y siguen funcionando del mismo modo que siempre lo habían hecho con sus aimgos, sus familias y sus círculos de influencia.

¿Y el núcleo duro del PCUS?
El PCUS se disolvió para disolver a la entidad que había designado a mucha gente en sus cargos. Al desaparecer esta entidad, nadie los podía echar, al menos tmeporalmente. Por ese motivo quien disuelve el PCUS es, básicamente, la misma dirección del propio PCUS. Y quieren una disolución rápida, no sea que haya otro golpe de estado y la nueva dirección los destituya a todos. Así se disuelve el organismo del cual, irónicamente, partía su legitimidad, en el que habían hecho carrera política y gracias al ocual ocuparon su cargo. El Partido Comunista restante se componía de una base social que, en buena medida, se sintió engañada, y que, adoptando una actitud nostálgica, lo reconstryue.

Pero sin ningún tipo de autocrítica y con un fuerte componente nacionalista.
La mayoría de dirigentes comunistas continua teniendo vínculos muy estrechos con el antiguo sistema. El Partido Comunista no ha jugado un papel radical de oposición a las medidas de liberalización. Juega un papel de acompañamiento, de “leal oposición”. Por otra parte, una parte de estos cuadros intenta recuperar la situación que tenía en el pasado.

Con el cambio de sistema se podía pasar de tenir mucho poder a quedar mal colocado. La gente que quedó mal colocada se quedó en el Partido Comunista, junto a muchos que seguían compartiendo le ideal socialista, pero es un ideal socialista que mira, sobre todo, al pasado. Para muchas deestas personas, el programa simplemente es volver a lo que había antes, a pesar de que la historia no vuelve nunca para atrás. Esta nostalgia hace muy difícil que a corto plazo pueda recuperar un papel relevante. Todo esto, en cualquier caso, es muy incierto, como lo son todos los procesos sociales. El Partido Comunista de la Federación Rusa (KPRF), que actualmente es el principal partido de la oposición, tampoco tiene propuestas serias.

¿De dónden surge el nacionalismo?
Surgen de la percepción, real, de que los están destruyendo…

¿Y fenómenos hasta entonces desconocidos, como la xenofobia?
No eran fenómenos desconocidos, ése es era el problema. Uno de los elementos que articula el estalinismo en los últimos años es el antisemitismo. Los judíos tuvieron el papel de chivo expiatorio de los problemas de la URSS, de lo que no funcionaba. Yo lo viví durante la época de Gorbachov, a quien también acusaban de ser judío sectores próximos a Yeltsin. La envidia hacia los judíos era muy grande, porque los judíos, perseguidos secularmente, vieron en la URSS la posibilidad de liberarse. Muchos de los dirigentes bolcheviques son de origen judío. ¿Por qué? Porque son un grupo perseguido y porque su tradición interna de grupo oprimido es muy importante, para sobrevivir en la sociedad, obtener una cualificación. En la URSS, cuando comienza a generalizarse el acceso a las universidades y academias, los judíos animan a sus hijos a estudiar. Como consecuencia, la representación judía en la intelectualidad era enorme. Eso se interpretó entre la población rusa como si los judíos se ayudasen entre ellos o incluso conspirasen contra los rusos étnicos. Yo recuerdo haber visto en Leningrado, poco antes de la disolución de la URSS, carteles que parecían propios de la Alemania nazi, con lemas como “los judíos están destruyendo a la Unión Soviética” o “los judíos nos roban”. El antisemitismo y el racismo fueron utilizados como válvula de escape para todo lo que fallaba en la URSS. A corto plazo, muchos judíos se marcharon del país, gracias también a la política de Israel, que favorecía su emigración, sabiendo perfectamente que se trataba de inmigrantes cualificados. Desde el punto de vista cuantitativo, puede que no fuera muy significativa, pero desde el punto de vista cualitativo sí que lo fue y contribuyó al declive del país.

¿Qué pasó con el resto de repúblicas soviéticas?
En general no tuvieron muy buen final. No olvidemos que en las repúblicas bálticas la población rusa continua sin tener papeles. Con el argumento de que no conocen las lenguas propias de estos países se les niega el pasaporte y el derecho a votar. Hablamos de familias que llevan viviendo en el territorio desde hace generaciones, cientos de años. Y la Unión Europea permite esta aberración. Eso ha dividido el país en dos campos, porque son culturas y lenguas muy diferentes. Los rusos no son reconocidos en ninguna de las repúblicas bálticas como minoría. Evidentemente, eso genera un aumento del nacionalismo panruso y una dinámica muy peligrosa de cara al futuro. Los rusos que viven en Lituania, desprovistos de papeles, se convierten en mano de obra a bajo precio, que a su vez presiona el mercado laboral a la baja. Y además está la historia: los nacionalistas lituanos apoyaron a los alemanes durante la Segunda Guerra Mundia. Y dos generaciones son pocas.

La población rusa vive marginada, no tiene derecho a voto y en las zonas donde viven hay una falta de inversiones consciente y buscada. Todo eso tenía que haberse terminado con la Unión Europea, que teóricamente no permite este tipo de discriminación. Pero no ha pasado nada. Se ha permitido que estos países sigan funcionando así. De hecho, lo ha empeorado, porque el nacionalismo báltico se ve legitimado para continuar y aumentar esta discriminación.

¿El grupo de investigación continuó?
Continuó con muchísimas dificultades, y, desde el punto de vista institucional, está en la marginalidad. En Rusia los sujetos políticos continuan muy anclados en el pasado. El KPRF es un partido con muchas particularidades, especialmente en la dirección. Muchos de ellos tienen vínculos con gente muy alejada políticamente del comunismo. Cuanto más lejos queda todo aquello, cuanto más dura es la realidad, cuanto más pasa el tiempo, más se olvidan los defectos que tenía el sistema y más se idealiza. Hasta que no haya un cambio generacional es difícil que puedan surgir cosas nuevas. La primera generación que no tiene recuerdos y no ha estado implicada en aquel proceso, y que, por lo tanto, no tiene trapos sucios que esconder, ahora comienza a participar políticamente. Ya veremos lo que pasa.

Mis queridos amigos y simpatizantes de Voces por los Cinco

René y su familia
Me complace poder escribirles a todos ustedes personalmente y agradecerles por la solidaridad y respaldo que nos han demostrado a mis hermanos, Ramón, Antonio, Gerardo y Fernando, y a mi durante estos 15 años.
Quiero aprovechar esta oportunidad para pedirles a quienes no hayan agregado sus mensajes de apoyo en la lucha por la justicia todavía, que lo hagan ahora por esta campaña tan importante y que solo les tomara algunos segundos.
Cuando fuimos encarcelados hace 15 años, nuestros carceleros nunca hubieran imaginado que personas como ustedes de todas partes del mundo defendieran nuestra causa. En vez de ser vencidos, nos hemos fortalecido. Durante este periodo hemos sufrido y hemos perdido a personas cercanas a nosotros. Pero nunca quebraron nuestro espíritu porque sabíamos que podíamos contar con personas de todo el mundo como ustedes. La solidaridad y el sentido de justicia por parte de todos ustedes nos han mantenido fuertes a nosotros y a nuestras familias.
Tengo la fortuna y el regocijo de poder pasar el Año Nuevo junto con mi familia – mi esposa, hijas, madre y nuevo nieto – por primera vez en 15 años. Pero mi felicidad no estará completa hasta que mis cuatro hermanos estén en sus casas con sus familiares también.
Por eso es tan importante que sigamos luchando por la justicia y la libertad de ellos
Además de agradecerles por la esperanza y el amor que nos han dado a través de los años, quiero aprovechar esta oportunidad para pedirles que hagamos crecer esta campaña agregando sus mensajes si es que ya no lo han hecho todavía, y que lo distribuyan entre compañeros y familiares para que ellos también respalden nuestra campaña por la justicia.
Pero lo más importante es que, de nuevo y por siempre, en nombre de todos los cinco, les envío nuestros sentimientos más sinceros y profundos de admiración, gratitud y amor a todos ustedes y sus familiares en este Año Nuevo.
Un gran abrazo para todos.
René González

La asombrosa actualidad de los viejos planes de la CIA vs Cuba: el triunfo revolucionario.



Tomado de IslaMía.
Por Norelys Morales Aguilera.

Si se repasan los documentos desclasificados de la actividad de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos contra Cuba, resulta asombroso cómo actuaron y pensaron los más altos directivos de las sucesivas administraciones norteamericanas y las acciones encubiertas que elaboraron y ejecutaron, llevándonos inexorablemente a la actualidad. Muchas de ellas van a ser recordadas en próximas entregas de este blog.

Aquí ofrezco lo relativo al triunfo de la Revolución cubana en 1959 y la invasión por Playa Girón o Bahía de Cochinos. Asimismo es develado el escenario en el que fue concebida la llamada hoy disidencia, mencionada por oposición, creada a imagen y semejanza de la inteligencia estadounidense.

La llegada de Fidel 

David Barrett divulgó un texto de la CIA que debería estar aún oculto bajo las palabras "Top Secret". Se trata de una parte de la historia oficial del desastre de Bahía de Cochinos, escrita por un miembro de los servicios de inteligencia. Esta clase de revisiones de acontecimientos pasados para consumo interno no suelen difundirse al público.

Como en este texto hay referencias a la política oficial de EEUU sobre el asesinato de líderes extranjeros, al parecer fue incluido entre los documentos desclasificados a raíz de la investigación del asesinato de JFK. Barrett lo descubrió en los archivos y lo colocó en la web de la Universidad de Villanova.


En total, son 295 páginas escritas en los años setenta e incluyen la transcripción de documentos secretos y las valoraciones de algunos de los protagonistas, que reseña el blog de Iñigo Sáenz de Ugarte.

En 1957, estaba claro que los días de Batista en el poder estaban contados. Entre los informes reseñados, aparece uno de un alto cargo de la CIA que apoyaba una transferencia pacífica del poder de Batista a un sucesor democráticamente elegido y una amnistía para Castro y los rebeldes.

A principios de 1958, la CIA ya estaba muy preocupada por la orientación procomunista de las fuerzas revolucionarias, y consiguió infiltrarse en sus filas, aunque no entre los dirigentes. Un espía logró infiltrarse durante dos semanas entre los guerrilleros para comprobar su organización interna.

Un alto cargo de la CIA propone llegar a un pacto secreto con Castro, porque Batista está acabado. Cree que EEUU podría facilitar a los rebeldes armas y dinero.

En diciembre de 1958, representantes norteamericanos visitan La Habana para proponer a Batista que dimita y nombre a una junta militar que deberá preparar unas elecciones. Batista se opone y sostiene que entregará el poder a Rivero Agüero, que había ganado unas elecciones amañadas.

Un representante del arzobispo de La Habana propone al cónsul norteamericano en Santiago que EEUU entable negociaciones discretas con Castro. La oficina de la CIA en Cuba apoya la idea.

Las propuestas políticas no son incompatibles con decisiones de tipo militar. Se ordena buscar un emplazamiento en Cuba para lanzar desde el aire ayuda a alguna fuerza antibatista y anticastrista que pueda impedir la llegada al poder de Fidel.

En la última semana de diciembre de 1958, Dwight Eisenhower comienza a interesarse por primera vez en la situación de Cuba.

Tras el triunfo revolucionario, la CIA y la embajada de EEUU mantienen una intensa actividad para intentar saber qué ocurrirá con el nuevo Gobierno. En sus análisis, se da por hecho que Fidel lo tendrá difícil para consolidar su poder y que, al final, se verá obligado a mantener buenas relaciones con EEUU.

Sobre Guantánamo, se dice que Castro se conformará con un aumento de los fondos norteamericanos por el alquiler de la base y mayores facilidades para la contratación de trabajadores cubanos en las instalaciones militares.

Ante el anuncio en la primavera de 1959 de que Fidel quiere visitar EEUU, la CIA informa que el viaje puede ser decisivo para el futuro de su Gobierno: "A menos que reciba una clara ayuda de EEUU, muchos observadores creen que su régimen sufrirá un colapso en cuestión de meses". Sus informes sostienen que Castro no tiene mucho apoyo en la clase alta y media, pero que también es "un ídolo de masas".

El pronóstico de la CIA sobre el viaje es acertado: se dice que intentará enviar su mensaje no a los políticos o los periodistas sino directamente a los trabajadores y la opinión pública de EEUU para que defiendan a la nueva revolución. 

Tras la visita, un alto cargo del Departamento de Estado advierte contra la tentación de no tomar en serio al líder cubano: "Sería un grave error subestimar a este hombre. A pesar de su aparente ingenuidad, un carácter poco sofisticado y su ignorancia en muchos asuntos, está claro que tiene una fuerte personalidad y es un líder nato de valor y de fuertes convicciones". El informe admite que Castro sigue siendo "un enigma" para el Gobierno de EEUU.

Algunas declaraciones anticomunistas que aparecen en la prensa cubana hacen pensar a la CIA, al principio, que sólo se trata de un ardid de Castro para contentar a EEUU. Pero muy pronto, la Agencia llega a la conclusión de que hay una lucha interna entre los sectores moderados y radicales afines a la Revolución.

La detención de Hubert Matos y las primeras dimisiones en la revolción triunfante empujan a la CIA a intentar aumentar el número de agentes infiltrados en la dirigencia cubana. Aunque consideran que Raúl Castro es un comunista radical, no creen que su hermano tenga la misma ideología, a pesar de la abundante presencia de miembros del partido en la cúpula del régimen.

En una comparecencia en el Congreso en diciembre de 1959, el director adjunto de la CIA dice: "Nuestra información revela que los comunistas cubanos no le consideran un miembro del partido comunista o incluso un procomunista.

Por otro lado, están encantados con la naturaleza de su Gobierno, que les ha dado la oportunidad de organizarse, hacer propaganda e infiltrarse. Sabemos que los comunistas consideran a Castro un representante de la burguesía. Nuestra conclusión, por lo tanto, es que "Castro no es comunista, aunque ciertamente tampoco es anticomunista".

De forma oficial, la CIA informa a su personal que deben partir del supuesto de que el Gobierno cubano no es comunista y que tiene algunos planes de reforma que son legítimos y que merecen "el respeto y el apoyo de EEUU".

Sin embargo, también deja claro que si se demostrara que el Gobierno está dominado por los comunistas, "la cuestión de los ataques directos contra Castro sería revisada". Por ello, cualquier cubano que sea captado por la CIA debe ser valorado en relación a una "posible utilización futura desde un punto de vista paramilitar".

En la sede central de la CIA, se hacen planes más radicales para el futuro. El 11 de diciembre de 1959, un jefe de división presenta al director de la Agencia un plan que tiene como prioridad "el derrocamiento de Castro en un plazo de un año y su sustitución por una junta, favorable a EEUU, que convocará elecciones en un plazo de seis meses después de asumir el poder". Las propuestas concretas del plan son:

       1- Emisiones clandestinas de radio sobre Cuba desde los países vecinos.
2- Operaciones contra la radio y la TV de Castro desde dentro de Cuba.
3- Formación de grupos de oposición pronorteamericanos para que por la fuerza controlen una zona del interior de Cuba.

El asesinato de Fidel es una de las opciones: "Debe considerarse la posibilidad de la eliminación de Fidel Castro. Ninguno de los que le rodean, como su hermano Raúl o su compañero Che Guevarra (sic), disfrutan del mismo apoyo apasionado de las masas. Mucha gente informada cree que la desaparición de Fidel aceleraría la caída del actual Gobierno". El director de la CIA tachó a mano la palabra "eliminación" y la sustituyó por "expulsión de Cuba".

Antes de que acabe 1959, una Estimación Nacional de Inteligencia establece que Castro se mantendrá en el poder, que no existe una amenaza seria a su poder, y que si se produce una intervención militar directa de EEUU, "la mayoría de los cubanos, incluido el Ejército, se opondría violentamente".

El 8 de enero de 1960, el director adjunto de la CIA informa al Departamento de Estado y la Junta de Jefes de Estado Mayor de la situación en Cuba. Se refiere a la progresiva intervención de los comunistas en el Gobierno de la isla y plantea la necesidad de poner en marcha operaciones secretas contra Castro: "guerra psicológica, acción política, acción económica y acción paramilitar".

Jack Pfeiffer considera esta reunión como el arranque real de las operaciones de la CIA contra Castro que culminarían con Bahía de Cochinos.

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