miércoles, 8 de septiembre de 2010

“… es un pueblo, es una Revolución”, entramos con Fidel, “el Caballo”.

Debido a las nuevas apariciones públicas del ex-presidente de Cuba, Fidel Castro Ruz, hago un extremado esfuerzo por intentar imaginarme la rabieta que debe estar sintiendo cada miembro del grupúsculo mafioso de Miami, los fariseos contratados de la disidencia y todos aquellos mareados que se prestan para reproducir el discurso del imperio y que todos en su conjunto vaticinaron en miles de momentos y en miles de formas el fallecimiento del líder de la Revolución cubana, más cuando se vio forzado a alejarse de la vida gubernamental por problemas de salud.

Sin embargo, toda esa mezquindad y odio desbordado por el imperialismo se ha visto traducido en nada, pues la tenacidad y valor de Fidel Castro se muestran una vez más, luchando contra las adversidades resultantes del denuedo dedicado a su trabajo y a las constantemente creadas por el enemigo de Cuba.

Fidel hace historia y hasta el enemigo, con inevitable ebullición en lo más de su interior, lo respeta.

Podemos decir, llegó nuevamente Fidel (“El caballo”) con su fuerte galopar y, desafiando los brazos de la muerte, sigue dando guerra contra la injusticia, denunciando las vilezas del imperio y haciendo consciencia en los pueblos.

"Dirán exactamente de Fidel
gran conductor, el que incendió la historia, etcétera
pero el pueblo lo llama el caballo y es cierto
Fidel montó sobre Fidel un día
se lanzó de cabeza contra el dolor, contra la muerte
pero más todavía contra el polvo del alma
la Historia parlará de sus hechos gloriosos
prefiero recordarlo en el rincón del día
en que miró su tierra y dijo soy la tierra
en que miró su pueblo y dijo soy el pueblo
y abolió sus dolores, sus sombras, sus olvidos
y solo contra el mundo levantó en una estaca
su propio corazón, el único que tuvo
lo desplegó en el aire como una gran bandera
como un fuego encendido contra la noche oscura
como un golpe de amor en la cara del miedo
como un hombre que entra temblando en el amor
alzó su corazón, lo agitaba en el aire
lo daba de comer, de beber, de encender
Fidel es un país
yo lo vi con oleajes de rostros en su rostro
la Historia arreglará sus cuentas, allá ella
pero lo vi cuando subía gente por sus hubiéramos
buenas noches Historia, agranda tus portones
entramos con Fidel, con el caballo"

Desde hace varios días el compañero Fidel ha realizado visitas e intercambiado con diferentes personas; se ha reunido con trabajadores del Acuario Nacional de Cuba, del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) y con los economistas del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). También hizo su aparición en un programa de la Televisión Cubana y de igual manera ha lanzado un nuevo libro (titulado “La Victoria Estratégica”).

Hace poco, el día 3 de septiembre, pronunció un discurso en la escalinata de La Universidad de La Habana, con la participación del pueblo en masa loando al líder con consignas y dándole los aplausos merecidos. No fue una concentración de unos pocos, sino una gran ola popular que estaba bajo el calor caribeño, pero compartiendo entre momentos de risas con un hombre de todos los tiempos: Fidel; compartían con un hombre, con el cual millones de cubanos buenos, revolucionarios, nacidos en este pueblo, se sienten orgullos porque él sea también cubano.
Fidel, desde sus comienzos como líder juvenil y después líder de un pequeño ejército convertido en pueblo, defiendo a la Patria, sufrió como el imperialismo hizo estrategia para tergiversar su vida y la realidad de la gran obra revolucionaria cubana (transformación comenzada el 1ro de enero de 1959). También se trazaron cientos de atentados (más de 600), de los cuales un altísimo por ciento de ellos fracasaron por la incapacidad y miedo del enemigo; así como otro tanto, digamos, que fueron por la divina providencia que le acompaña. De una forma u otra, me alegro de que viva. Pero para el imperialismo y los enemigos de la Revolución ha sido una pesadilla que tienen que enfrentar como una latente frustración a las intentonas de deshacerse de él.
Es paradójico como el odio de unos pocos miles envilecidos se opaca con la alegría de muchos millones de personas sobre este planeta, prácticamente unipolar y dominado por el capitalismo, y deseosos de construir un mundo mejor.
Odio opacado por los millones de pobres, aborígenes, campesinos, obreros e intelectuales de la América Latina, que tienen a Fidel como un faro guía para construir el camino propio de sus pueblos, emancipándose de la dominación colonial y de la explotación de la burguesía del patio.
Odio opacado por el apoyo de los millones de revolucionarios del pueblo cubano frente a la hipócrita, servil y traicionera disidencia, que lucra haciendo injusticia.
Sobre esta última y parafraseando unas palabras de Silvio Rodríguez (pero dándole mi sentido más directo): “Hay que subestimarse mucho para rebajarse frente a la metrópolis que nos desea hundir (el imperialismo yanqui) y traicionar tan duramente a su país por la mezquina ambición de tener unos dólares”.
Aunque la prensa capitalista se desgarre en satanizar a Fidel; aunque el imperialismo pague para que la disidencia, los oportunistas y los vende-patrias se prostituyan tergiversando la realidad de Cuba y de la vida del líder; aunque los lunáticos y soñadores con el enriquecimiento individual se dejen manipular para sacar una tajada, Fidel es mucho Fidel.
Fidel es un pueblo, es una Revolución que le hace frente al imperio (un David contra Goliat), es cultura nueva y emancipadora, es libertad, es unidad, es principio; es ideario martiano, bolivariano, marxista-leninista, es firmeza, es independencia y autodeterminación. Fidel es historia viva que se eternizará como el padre moderno de un mundo nuevo y mejor, que sí es posible.Poema: “Fidel”. Del poemario “Gotán” (1962); Gelman, Juan (2003). Pesar todo (Antología). La Habana: Fondo Editorial de Casa de las Américas. Pág.51

Vídeos del discurso pronunciado en la Universidad de La Habana, el 3 de septiembre de 2010:
http://www.ain.cu/2010/septiembre/03egvideos.htm

1 comentario:

  1. Es un gran artículo, pero mi tendencia a la poesía (¡hermosa poesía), me invita a destacar estos versos:

    "como un fuego encendido contra la noche oscura
    como un golpe de amor en la cara del miedo
    como un hombre que entra temblando en el amor"

    ¡Qué hermoso es nuestro idioma cuando barre la tormenta de la calumnia y deja parpadear el humano sueño de un hombre como Fidel: vivir con justicia y en paz!

    Más que un caballo es un ruiseñor, cantando a la vida y al pueblo o un tocororo (ave no enjaulable) de la poesía política.

    Gran abrazo!

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