lunes, 29 de octubre de 2018

El Pentágono prepara el despliegue de armas biológicas contra Rusia


Tomado de Misión Verdad

Recientes evidencias sobre letales pruebas de sustancias biológicas en Tiflis, Georgia, encendieron las alarmas en torno a la investigación de armas biológicas estadounidenses en países foráneos. Científicos europeos se encuentran extremadamente preocupados por un sospechoso programa de investigación, financiado por el Pentágono, que parece diseñado para propagar enfermedades a cultivos, animales y personas por todos lados. La creación de tales armas y sus maneras especiales de distribuirse está prohibido bajo leyes nacionales e internacionales.
Estados Unidos está llevando a cabo tal investigación de armas biológicas en todo el mundo:
"Científicos de bioguerra usando identificación falsa como diplomáticos prueban virus en personas en los laboratorios biológicos del Pentágono en 25 países en todo el mundo. Estos laboratorios biológicos estadounidenses están financiados por la Agencia de Defensa para la Reducción de Amenazas (DTRA, por sus siglas en inglés) bajo un programa militar de 2.1 mil millones de dólares, el Programa de Participación Biológica Cooperativa (CBEP por sus siglas en inglés), y están localizados en países que formaron parte de la Unión Soviética como Georgia y Ucrania, en Medio Oriente, el Sudeste Asiático y África".

Hasta mediados de la década de 1970, las fuerzas armadas estadounidenses analizaron armas de guerra biológica en el pueblo estadounidense, a veces sobre grandes áreas y razas específicas. Luego de que una investigación del Congreso revelara el amplio rango del programa, tales exámenes fueron traslados al extranjero.
Compañías privadas usan los laboratorios del gobierno estadounidense controlados en países foráneos para secretas investigaciones biológicas bajo contratos del Pentágono, la CIA y el Departamento de Seguridad Nacional. El mes pasado la periodista búlgara Dilyana Gaytandzhieva reportó sobre uno de estos laboratorios biológicos controlados por Estados Unidos:
"La embajada estadounidense en Tiflis transporta sangre humana y patógenos congelados como cargamento diplomático para un programa secreto de las fuerzas armadas de Estados Unidos. Documentos internos, implicando a diplomáticos de ese país en la transportación y experimentación de patógenos bajo protección diplomática, fueron filtrados a mí por infiltrados georgianos. De acuerdo a estos documentos, científicos del Pentágono han estado desplegando en la República de Georgia y han dado inmunidad diplomática a investigaciones de enfermedades letales e insectos picadores en el Centro Lugar, el laboratorio biológico del Pentágono en Tiflis, la capital de Georgia".
Al Mayadeen TV difundió un video reportaje sobre el laboratorio y sus efectos mortales en "pacientes" georgianos.
La semana pasada los ministros rusos de Defensa y de Relaciones Exteriores acusaron a Estados Unidos de investigaciones de armas biológicas ilegales en el laboratorio de Tiflis:
"La cuestión de qué realmente puede haberse dado en la sigilosa instalación científica patrocinada por Estados Unidos alojada por el vecino sureño de Rusia fue formulada por las fuerzas armadas rusas el jueves, luego de estudiar archivos publicados en línea por un ex ministro georgiano".
Los documentos anotan las muertes de 73 personas en un corto periodo de tiempo, indicando un examen de "un químico altamente tóxico o agentes giológicos con una letalidad de alto rango", dijo Igor Kirillov, comandante de la rama militar rusa responsable de defender las tropas de armas radiológicas, químicas y biológicas.
Estados Unidos rechazó las acusaciones pero no explica los documentos, qué tipo de investigación se hace cerca de Tiflis, y el inusual secretismo y seguridad en torno al laboratorio.
Los rusos y los georgianos no son los únicos preocupados de la investigación secreta de guerra biológica estadounidense. Científicos alemanes y franceses recientemente sonaron la alarma sobre otro sospechoso proyecto de investigación del Pentágono.
En octubre de 2016 la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (DARPA, por sus siglas en inglés) anunció un nuevo proyecto llamado "Insectos aliados":
"Un nuevo programa de DARPA está listo para proveer una respuesta alternativa a la amenaza de la agricultura traidicional, usando como objetivo la terapia genética para proteger plantas maduras dentro de una temporada de cultivo. DARPA propone hacer uso de un sistema de traspaso en dos pasos, muy eficiente, para transferir genes modificados a plantas: los insectos portadores y los virus que emiten las plantas. En el proceso, DARPA apunta a transformar ciertas plagas de insectos en 'Insectos aliados', el nombre del esfuerzo".
El escenario que describe DARPA es bastante complicado. Si un cultivo, por ejemplo de maíz, estuviera ampliamente infectado con alguna enfermedad, un virus podría ser manipulado y aplicado al cultivo. El mismo virus genéticamente modificado podría, genéticamente, modificar el cultivo para "curar" la enfermedad. Insectos infectados podrían usarse para distribuir los virus a través del campo.
El programa está dirigido por la Oficina de Tecnologías Biológicas de DARPA. No sale barato. Al menos 27 millones de dólares han ido a sus arcas. Si el discutido programa fuera para propósitos puramente agrarios, ¿por qué DARPA, que forma parte del Pentágono, propondría y financiaría tal investigación?
Científicos del Instituto para la Biología Evolutiva Max Planck en Plön, Alemania, y el Instituto de las Ciencias de la Evolución de Montpellier, Francia, junto a académicos jurídicos de la Universidad de Friburgo, señalaron que el método que DARPA quiere aplicar tiene poco sentido para los propósitos agrarios expresados.
La eminente revista estadounidense Ciencia publicó su trabajo. Los científicos preguntan si el proyecto es una investigación agraria o un nuevo sistema de bioarmas.
"Un programa investigativo en desarrollo financiado por DARPA apunta a difundir virus infecciosos genéticamente modificados que han sido diseñados para editar cromosomas de cultivos directamente en sembradíos. En el contexto que apunta lo expresado en cuanto al programa de DARPA, es nuestra opinión que el conocimiento que se obtendrá parece muy limitado en su capacidad para mejorar la agricultura estadounidense o responder a las emergencias nacionales (a corto o largo plazo). Además, ha habido una ausencia de un debate adecuado con respecto a los impedimentos prácticos y regulatorios relacionados a los beneficios agrarios proyectados. Como resultado, el programa podría ser ampliamente percibido como un esfuerzo de desarrollar agentes biológicos para propósitos hostiles y sus maneras de repartirse, que -de ser ciertos- podrán constituir una violación de la Convención de Armas Biológicas (BWC, por sus siglas en inglés)".
La respuesta de DARPA al trabajo de Ciencia otra vez insiste en que el programa es puramente para propósitos agrarios. Pero no responde a las preguntas que los científicos plantean.
El mecanismo de propagación de virus infecciosos genéticamente modificados para modificar genéticamente y "sanar" plantas en los sembradíos tiene en sí muchos problemas y peligros. Usar insectos para distribuir tales virus roza la locura.
Si uno tiene acceso a los sembradíos de cultivo y modificar genéticamente un virus para influir en las plantas, ¿por qué uno usaría insectos para distribuirlo? ¿Por qué no usar el reconocido proceso de rocío los terrenos afectados, justo como se hace hoy? Sólo cuando uno no tiene acceso a los sembradíos, cuando están situados en un país extranjero al que Estados Unidos no tiene acceso, sí tiene sentido usar insectos para tales propósitos.
La idea de que el real (e ilegal) propósito de tal investigación de Estados Unidos es la guerra biológica no es para nada descabellada.
Durante la Guerra de Corea, Estados Unidos dejó caer insectos infectados y roedores sobre Norcorea y China para infectar al pueblo con enfermedades letales. Varios patógenos, incluido el ántrax, fueron usados contra la población civil. Durante la Guerra de Vietnam, Estados Unidos roció defoliantes venenosos sobre miles de millas cuadradas. Probó armas biológicas en poblaciones de Hawai, Alaska, Maryland, Florida, Canadá y Bretaña. En 2002, las esporas de ántrax convertidas en armas en el laboratorio de guerra biológica en Fort Derrick fueron usadas para asustar a políticos estadounidenses para que acordaran la Ley Patriótica. Por lo menos cinco personas fueron asesinadas. ¿Y por qué la fuerza aérea estadounidense anda buscando tejido sinovial y muestras de ácido ribonucleico de específicamente personas caucásicas en Rusia?
Los programas de guerra biológica son extremadamente peligrosos. No sólo para "el enemigo" sino para la propia población. Enfermedades contagiosas y patógenos pueden difundirse en todo el mundo en unos pocos días. Modificaciones genéticas pueden tener impredecibles efectos secundarios. Los virus pueden saltar sobre las barreras entre especies. Estas son las razones más fuertes por las que tales armas, y las investigaciones que las usan, están prohibidas.
El gobierno estadounidense debería seguir la ley y detener todos esos programas. Aunque sea sólo por el interés propio de proteger a su pueblo.

Moon of Alabama (Luna de Alabama) es un portal de información y análisis alternativo que se ocupa de una generosa variedad de temas, con bastante hincapié en las principales situaciones que se desarrollan a nivel global, con particular acento, en este momento, en la guerra contra Siria y los ires y venires del actual estado de excepción que se atestigua en Estados Unidos, su política y sus medios.
Por lo general se trata de trabajos firmados por "b" (como abreviatura de Bernhard), quien escribe y coordina el medio, no obstante, también publican colaboraciones o trabajos especiales de otros autores.
Publicado originalmente el 6 de octubre de 2018, la traducción para Misión Verdad fue realizada por Ernesto Cazal.

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